EL ARROYO BONILLA

El campo tiene múltiples facetas según los gustos y apetencias de uno. A un servidor por ejemplo, menos la caza, le gusta todo. Veamos: pescar (aunque ya llevo muchos años que no lo hago), ir de setas y hongos, ir a bañar, recolectar moras, collejas, caracoles, ir de senderismo y un sinfín de aficiones relacionadas con la naturaleza. Partiendo de que el campo es mi gimnasio, debo resaltar una sobre las demás, y es el remontar (o bajar) los ríos y arroyos, sobre todo estos últimos. Acompañar el curso del agua en su discurrir por la agreste sierra, en busca siempre de cascadas, pozetas, saltos de agua, rápidos, rincones acuáticos de vegetación exuberante, apenas hollados por el hombre, o sencillamente, el nacimiento de dichas aguas, es una de mis pasiones.
Les puedo hablar de la dureza de dicha afición, ya que casi siempre supone avanzar lentamente, en lucha con la más tupida y feroz vegetación de ribera y contra el terreno más abrupto y salvaje que haya. Habrá tramos del arroyo que podrás acompañarlo, pero habrá, otras muchas veces, sitios donde la vegetación sea tan difícil y el arroyo se estreche tanto en un desfiladero u hoz, que haga imposible su remonte.
Con tal fin, el año pasado fui bueno y decidí pedirle a los reyes magos un vadeador de neopreno, para meterme en el arroyo en esos tramos imposibles. Os lo voy a presentar, junto con el remonte de este arroyo sencillo y no muy agreste pero bonito; nada que ver con los arroyos de más arriba, del corazón de la serranía, que ya os iré enseñando.

EL ARROYO BONILLA

En TierraMuerta, en las inmediaciones de Buenache de la Sierra, nace este arroyo, que va paralelo al río Huecar pero un poco más al norte, y tras unos 20 km, aproximadamente, echas sus aguas en el río Júcar, un poco antes del puente de Valdecabras.

Aquí tenéis el vadeador de neopreno que me llega por debajo de las axilas, y al ser de este material, me permite estar todo el tiempo que quiera en el agua. La que está detras del vadeador ya os podéis imaginar quien es.



Aquí le vemos echar sus aguas placidamente en el río Júcar, medio km antes del puente de Valdecabras. Vamos a ver las fotos desde su desembocadura hasta su nacimiento.



Antes de echar sus aguas al río pasa por la cueva donde la juventud conquense hace sus guateques al aire libre.



Y allí en la cueva, nada más traspasar por la senda que hay, la muralla de vegetación, se encuentra uno con un paisaje bellamente serrano. Un poco más adelante, me encontré con dos jabalíes bebiendo agua. Nunca los había visto tan cerca de Cuenca.




Y tras llevar un rato remontando el arroyo, observamos que se encajona en un bonito estrecho. Es hora de ponernos el vadeador.




Aquí tenemos una foto hecha desde dentro del arroyo con el vadeador, por un tramo que sin él, no se podría seguir el curso del arroyo, a no ser que subas el risco y salgas del estrecho por donde va el arroyo y lo vuelvas a coger más adelante, bajando otra vez por donde ya te lo permita la orografía y la vegetación, es decir, un plan descabellado.



Al ser el arroyo de larga extensión, aproximadamente unos 18 o 20 km, lo que hice es remontar algunos tramos. También decir, que no es un arroyo que proporcione grandes cascadas y pozetas profundas, pero tiene su punto de belleza. Como aperitivo, no está nada mal. Otra foto hecha con el vadeador.



Aquí me tenéis en acción. Hay que procurar siempre que el agua te llegue por la rodilla y la cintura como máximo. Mas arriba de la cintura comienza a ser peligroso, ya que en el caso de que te entrara agua por dentro, te verías en un serio problema.



Y después de unos 15 km aproximadamente encajonado en su pequeña hoz, sale a un bello valle de unos 3 o 4 km que pasa por debajo de Buenache de la Sierra. Recomiendo esta primavera como paseo fácil y agradable de una hora o algo más, recorrer este vallecito.



Y nada más pasar por debajo de Buenache, el arroyo tuerce a la derecha y se vuelve a encajonar un tramo muy corto pero realmente bonito.




Y el arroyo empieza a discurrir por una lengua de piedra, creando pequeñas cascadejas. A la derecha de la foto, parte superior, está Buenache de la Sierra.



La singularidad de la lengua de piedra por la que baja y la constancia de las lluvias habidas, hacían que se crearan pequeñas cascadas.



Al haber habido tres días de lluvias, descubrir el nacimiento no estaba claro, ya que varias fuentes y unos cuantos arroyejos echaban agua, creando grandes charcas. En todo caso, este pequeño lago se puede considerar, en el momento de la foto, donde de verdad, empezaba a haber cierto caudal. Estamos ya en TierraMuerta, serranía pura, al bajar de Buenache siguiendo la carretera de la Sierra.



El arroyo Bonilla nace en Buenache de la Sierra, un pueblo muy cercano a Cuenca y tremendamente serrano. Sus increíbles 1257 metros de altitud hacen que tenga un clima peliagudo casi todo el año, y ahí es donde reside su encanto. La foto no podía ser menos y recoge perfectamente el espíritu de este duro pueblo.

Comentarios

  1. Ahora estare hasta el martes sin actualizar el blog, ya que nos vamos el sabado unos cuatro días a hacer senderismo por la sierra de Grazalema en Cadiz, donde se encuentra el punto que más llueve de toda España.
    Espero enseñaroslo en fotos.
    Ciao.

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  2. Que bueno Toni...estás hecho todo un explorador. Yo que tú le decía a Cuatro que te grabara jeje.
    Un saludo.

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  3. Ostias...........el Calleja y yo...¿te imaginas?
    Un abrazo, primo.

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  4. jaja...oye pues no es descabellado eh?...seguro que no conoce rincones como este de la provincia

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  5. Dear Toni, demasiado tiempo sin escribir! todo sea por una buena crónica desde Cadiz.
    El vadeador se enseña puesto, solo con el,aprendería Calleja de un cuerpo serrano.
    UN ABRAZACO desde Castellón de Pepe.

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  6. ja,ja. Amigo Pepe, a ver si surge la ocasión de poner una foto con el vadeador más el uniforme completo, es decir, gafas de protección de squahs reconvertidas en protección antiramas y, en días de frío, gorro con cabeza de ciervo, con su pequeña cornamenta.
    Cuidado con la Madalena, festa plena.

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