LA ACAMPADA MICOLÓGICA Y GASTRONÓMICA 2011

La situación de Cuenca capital en la Serranía media, rodeada de Hoces y pinares, ha hecho que estén arraigadas en sus habitantes ciertas costumbres campestres y una noble querencia por el campo. Tradiciones como el jueves lardero o subirse a la Serranía a oír la berrea, irse al Júcar o Huécar a bañarse, darse un paseo por los Hocinos del Huécar o irse a Jabaga a coger níscalos han sido siempre actividades usuales a hacerse, antes más que ahora y unos más que otros, claro está.

Mi peña de amigos solemos ser gente que nos gusta la Serranía bastante, y tenemos ciertos hábitos establecidos, como es la de irnos todos los Otoños dos o tres días a un refugio de los de la Mesta a dormir con los sacos en el suelo, coger hongos y hacernos buenas comilonas. Al principio lo hacíamos en el refugio de la Fuente del Peral en Poyatos, pero desde hace ya unos cuantos años lo venimos haciendo en el refugio de la Fuente Peñuela en La Huérguina.
El Otoño que viene mal de setas (como lleva ocurriendo con este último que vais a ver, por ejemplo), solemos dar algunos paseos y dedicarnos más a comer, comer hasta extremos inconcebibles.

Esta es una pequeña crónica gastronómica del Refugio de Fuente Peñuela del 2011. (Todos los los alimentos que vais a ver son de cuando estuvimos el año pasado).



Vamos primeramente a que os presente el magnífico refugio de Fuente Peñuela, propiedad del Ayuntamiento de la Huérguina.




Para desayunar en la acampada no hay leche, colacao, ni café, nada de galletas o bollería. El desayuno único oficial de todos los años es Chorizos a la sidra.




               Esto se encuentra delante del refugio y esas mesas en donde solemos comer.





Otro de los platos estrella son los forros al espeto, que tras estar unas tres o cuatro horas ahí puestos se quedan increíbles de crujientes y buenos. Aconsejo que con tiempo de sobra, lo probéis.





Aquí tenéis la maravilla del paraje, la Fuente Peñuela, enclavada dentro del refugio, debajo de su porche.





Los forros ya van cogiendo color, y a nosotros se nos hace la boca agua. Decir que eramos 11 tíos y llevábamos 8 forros, cantidad nada desdeñable.





     La Fuente Peñuela es un manantial de agua fresca que no para de manar los 365 días del año.





Un jamón nunca nos falta, al que vamos metiéndole mano durante los días que estamos allí.





El vallecillo hondonada donde esta enclavado el refugio es un buen sitio de aguas, ya que detrás del mismo hay otra fuente abrevadero.





Y a la hora de comer (aunque allí los relojes sobran, ya que comemos cuando hay hambre) un enorme y maravilloso perolo de Arroz con Carabineros (con las cabezas y su jugo) que nos cocinó el Presidente Carlos con su habitual maestría.




       Lateral de la casa con el desagüe por donde se va el agua de la fuente por una pequeña rambla





                       Todo bien regado con unos buenos porrones de cerveza fresquita.





      Otro buen perolo de una fantástica Asadurilla con cebolla como entremeses entre comida y cena.





El único lugar donde tenemos algo de cobertura para los móviles es en lo alto de ese cerro, al pie de la roca, a donde va uno de nosotros para fichar.





Otro plato que su sola mención provoca fuerte reacciones en un servidor: Perolo de huevos con boletus edulis y las colas de los carabineros. Insuperable.





    Aquí tenemos al amigo Quique "el pollo" con nuestro invitado de honor: todo un señor cordero.





                           Que lo vamos a hacer también al espeto a la manera argentina.




                                           Vista del refugio desde la fuente abrevadero.





Y aquí esta el cordero al espeto que estuvo desde las 9 de la mañana hasta las 3 de la tarde ahí, haciéndose lentamente. ¡¡Como estaba de bueno, señores!! A derecha otros forros de entrante y a la izquierda el jamón que no llegó ni al sábado.





          Otra vista del refugio, con un pequeño estanque que crea la fuente abrevadero.




                                   De picoteo solemos hacer palomitas a la lumbre.





     Parte de la tarde la dedicamos a cortar y preparar los innumerables kilos de leña que llevamos.





Ya que tenemos la chimenea a todo trapo los dos días enteros que estamos allí. Además, dentro del refugio tenemos que estar en manga corta, pese a hacer frío fuera, ya que estamos en Noviembre.





                    Y ya por la noche tarde, tenemos todo un surtidito de rica carnaza.





       Y con esta divertida foto del grupo del Acampedo pongo punto final a este gran fin de semana.

Comentarios

  1. Micologica, lo que se dice micologica!!!!
    Avisa, que tambien quiero aprender de setas.
    Un abrazo

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  2. Setas, no se... Lo veo un poco seco. Pero seguro que bien... si os habéis quedado, después de ver todos estos paisajes maravillosos. Un saludo.

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