EL CAÑÓN DEL RÍO TERA (PARTE FINAL)

España sigue guardando parajes de un belleza suprema. Hoy os voy a presentar una que he descubierto recientemente, y que me ha conquistado, mostrándome en los intensos días que la recorrimos, sus tesoros más preciados.

Hablamos de la Laguna de Sanabria, la más grande de las lagunas de origen glaciar y montañés de España. Gasta este Parque Natural una singularidad única, ya que a la mayor parte de alta montaña con cumbres de más de 2000 metros, que recuerdan bastante a los picos de Europa, se le suma que tiene el 2º sistema lacustre montañero, después de Pirineos.

Todo esta plagado de lagunas naturales y de represamientos de los ríos que salpican estos picos de belleza. Pero sobre todo, hay que añadir un segundo estadio, que sería la media montaña, que es donde estos ríos que vienen a nacer en las cumbres, van a echar sus aguas en la Laguna de Sanabria, lugar increíble, que en Verano es el sitio idóneo para bañarse, además que el Roble es el amo y señor de esta tierra, y cubre sus orillas.

Os voy a poner una de las rutas de senderismo mas tremendas que se pueden hacer allí, que comprende la parte final; recordando que es un ruta exigente, y más, si no acompaña el tiempo, como nos paso a nosotros.

Comenzamos la ruta en el pueblo de Ribadelago, a orillas de la Laguna. Este río que ven es el río Tera y lo que se ve al fondo es el valle por donde baja el río, antiguo glaciar que iba desembocar a la Laguna.

                             Foto velada por el sol, del valle glaciar del Tera más de cerca.



Pero bueno, dejemos de deleitarnos con el magnífico río Tera, y comencemos a ascender por su valle.



       En tiempos inmemoriales, todas estas moles de piedra irían debajo de los hielos del glaciar.



      El río va por un pequeño cañón y el resto del valle es una inmensa lengua de piedra.


Si miramos hacia atrás, veremos como baja el río y al fondo el pueblo de Ribadelago. Atentos a esta foto, pues al final explicare la tragedia que paso aquí.



                 Tremendas paredes pétreas flanquean los dos lados del Valle.


                    En esta parte del valle cañón la vegetación aparece de forma esporádica.



                 Cuando la senda nos lo permite, nos acercamos al encajonado curso del Tera.



                Y entre grandes riscos pétreos empiezan a salir las primeras cascadas.



Me acuerdo que las ganas de bañarme eran inmensas, pero el mes de Abril es aún pronto para estas aguas.

                        El río Tera suele llevar mucha más agua que la que veis en la foto.



                            Se puede ver como el río discurre por su entallado desfiladero.

Cada vez más vas encontrando rincones preciosos, aunque también el avance es más duro de tanto brincar entre piedras.




Llega un momento que el paso es imposible en este estruendo de agua y piedras.



Y tuvimos que volver sobre nuestros pasos, para subir por arriba e ir por el valle.

El aire y el silencio, solo alterado por el estruendo del agua cuando te acercas al río, que reina en este paraje es descomunal.



Si tuviera que morir ahogado en algún sitio, lo haría, sin duda alguna, aquí, en la Poza de las Ninfas.


Hasta que llegamos a un pequeño y precioso represamiento del río, ya a bastante altitud.



Estos represamientos se hicieron para domar el curso del río Tera y que época lluviosa no baje hecho una bestia a la Laguna de Sanabria.


Aquí con un gigantesco roble Albar (Quercus Petraea).



Seguimos subiendo y vamos viendo la maravilla que es el río Tera. A la izquierda de la foto parece que se ve una cascada; vayamos a ella.


Efectivamente, nuestro gozo es continuo. ¡¡Que rincones!!



Hasta aquí llegamos nosotros, ya que encima nuestro esta la cueva de San Martín, donde empieza el Tramo inicial de río Tera, que ya va por la alta montaña y que ya será otra excursión.


Debemos volver, ya que se ha puesto a llover con fuerza, lo que debido a las piedras y los líquenes que hay en ellas, hace la bajada tortuosa y peligrosa.



Aún nos da tiempo a beber agua en alguna surgencia.



Voy a explicaros la tragedia de Ribadelago: Aquí delante la Laguna de Sanabria, al frente esta el valle glaciar del río Tera y los valles glaciares (algo más pequeños) del río Cardena y río Segundera (que ya veremos en otra entrada), que van los tres a desembocar allí delante, donde se encuentra el pueblo de Ribadelago.

Un gélido y lluvioso día de Enero de 1959, el encargado de subir desde el pueblo hasta el embalse de Vega del Tera (un poco más arriba de hasta donde hemos llegado nosotros), para abrir la compuerta de la presa, no lo hizo. El resultado fue que el río reventó el muro y bajo, hecho una furia, arramblando con lo que cogía, llevándose el pueblo por delante.

Murieron 144 personas. Al ser de noche la mayoría estaban durmiendo y ni se enteraron. Para hacerse una idea de la fuerza del agua, también arrancó más de 30 castaños milenarios (que están aún en el fondo de la Laguna) y cerca de 1000 reses de ganado.



Dedicarle esta entrada a mi padre, porque ya verá como en poco tiempo, estará andando estas tierras con mi madre, y disfrutándolas.

Comentarios

  1. Patxi el benicense21 de mayo de 2012, 4:01

    Agrestes y salvajes las tierras de Sanábria. Dignos paisajes glaciares los del curso del Tera.
    Envidia sana me corroe, pena siento en puntuales momentos como estos, vivir abierto al mar en vez de rodeado de montañas.
    La sal del mar,contrario a la creencia, es la vida, pero el dulzor de los manantiales hacen amar la montaña. Que buena "Luna de Pies". Me alegro.

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  2. Patxi, aparte de un gran tipo, y mejor persona, un hombre de mar con su pasado y su recuerdo de montaña y de manantial. Mezcla muy buena, que a muchos, pero muchos, les gustaría.

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  3. ES UA MARAVILLA VER YO LA VI POR QUE TRABAGE EN ESAS PRESAS CARDENA

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  4. Toda una maravilla, efectivamente, anónimo.!

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  5. La tragedia de Ribadelago no fue creo tal como se cuenta. No es causa del despiste de una persona, sino un cúmulo de desgracias. La cimentación estaba mal hecha. Al llenarse totalmente por la lluvia torrencial aquel día intentaron levantar las compuestas y los mecanismos se habían helado y no funcionaban. Hay suficiente información en internet para el quiera constatarlo.
    Saludos.

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  6. Efectivamente... Y no solo un cumulo de desgracias sino de negligencias... (La tragedia de Ribadelago).
    Muy bueno el post sobre la ruta del cañón del Tera! Graciassss
    Ana

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