DEL REFUGIO DE GORIZ AL REFUGIO DE PINETA



En esta entrada anterior hicimos una de las rutas más espectaculares del país por el Parque de Ordesa y Monte Perdido, durmiendo en el Refugio de Bujaruelo para pasar por la Brecha de Rolando y llegar al Refugio de Goriz donde dormiríamos.

Ahora toca hacer la 2ª parte que sería amanecer en Goriz para por la faja de las olas llegar hasta el Collado del Añisclo y de allí bajar al Refugio de Pineta donde dormiríamos.

Así dicho parece fácil y sencillo, pero la verdad que aquello se nos complicó un poquillo. La ruta es una ruta pirenaica más, de gran belleza y cierta dureza, pero el descenso al Refugio de Pineta es una cosa matadora y que pone la paciencia de uno (y las rodillas) a prueba. Aunque la complicación vino más por otro lado; concretamente y llamando a las cosas por su nombre: lluvia, ventisca y niebla cerrada en el paso de la faja de las Olas. Un sitio pelín delicado donde hay pasos con cadenas y donde la niebla y la lluvia de cara nos impedía ver las marcas del sendero.

Pero dejémonos de monsergas y vayamos al grano. Una ruta de gran belleza y algo de penuria y sufrimiento que es lo que la audiencia quiere, lo que la gente demanda.
 
                                  Amanece en el refugio de Goriz, a 2160 metros de altitud.
 
 
 
 
Aunque parezca que Maru esta mal de la vejiga, nada más lejos de la realidad. Llenaremos nuestras bolsas de agua para zarpar cuanto antes.



 
              ¡¡Qué deciros de lo que se ve abajo nada más salir de Goriz!!: el valle de Ordesa.


 
 
                                                        ¡¡Donde duermen las nubes!!


 
 
                         Nuestro destino es el Collado superior de Goriz, arriba a la derecha.


 
 
Una vez en el Collado de Goriz debemos llegar al Collado de Añisclo. Las dos opciones son bajar hasta la Fuenblanca y luego subir hasta el Collado de Añisclo o ir por la faja de las Olas. Nosotros elegimos la 2ª.


 
 
                   Y rápidamente vamos a ver quien nos va a acompañar todo este tramo.


 
 
                                     Encontrándonos rinconcitos de pirenaica belleza.



 
Maru se esta empezando a intranquilizar. Decir que esta ruta de hoy coincide con el GR-66 y cada vez más nos cuesta ver las marcas del sendero entre la niebla.


 
 
                        Arriba entre nieblas tenemos el Morrón de Arrablo, a 2792 metros.



 
      Hay que estar al loro de las marcas del sendero, pues te llevan por el único sitio para pasar.



 
                 Este tipo de pasos estrechos en las verticales paredes son llamados Fajas.


 
 
 A la niebla se le va sumando una ventisca jodida que iba trayendo agua con ella según avanzábamos.


 
 
La niebla nos impedía ver lo que había abajo, pero luego pensando lo intranquila que iba Maru, fue lo mejor, pues lo que se ve abajo es un abismo demencial, viéndose el cañón del Añisclo desde arriba.


 
 
Cuando más arreaba la ventisca y la lluvia, nos apareció este tramo con cadenas, muy característico de las Fajas.


 
 
          La lluvia convertía la piedra en resbaladiza, por lo que había que extremar el cuidado.


 
 
Francamente, no teníamos ni idea de donde estábamos, si había más cadenas, si estábamos llegando ya al Collado, no se veían marcas del sendero,  además la lluvia no nos daba un respiro y la niebla ya pueden ver como es de cerrada. Fueron los momentos de mayor confusión.


 
 
       De pronto el sendero se convertía en esta especia de pasarela celestial, de cordal al Valhalla, donde a los dos lados intuíamos el abismo.


 
Nos asomábamos y veíamos esto. Más adelante pudimos comprobar que la vista hacia abajo era terroríficamente vertical.


 
 
Tengo que decir, que yo estaba flipando. Con lo que me gusta la niebla en el monte, aquello era pura emoción.



 
Después de comprobar los planos, ya nos dimos cuenta que estábamos en el Collado del Añisclo. Por esta pronunciada ladera de la derecha, vendría el otro ramal del sendero que sube de la Fuenblanca.


 
 
                                     Sin palabras, sin comentarios: pura espectacularidad.


 
 
                      Detrás de Maru y esa cola de ballenato varado, hay que bajar.


 
 
         Por aquí ya podíamos ver como las nubes y las nieblas iban moviéndose constantemente.


 
 
En un respiro que nos dio la niebla, pudimos ver gente, cosa que tranquilizo mucho a Maru. Ademas la chica de azul nos empezó a hablar del bosque maravilloso que hay abajo lleno de moras y fresas. Tal y como veníamos nosotros, después de la ventisca y la lluvia, y sin poder ver nada aún, nos pareció algo tronailla la chica.

 
 
Pero al empezar a descender, se nos fue abriendo la vista maravillosa. Aunque también acojonaba la tremenda y demencial bajada que teníamos por delante.



 
Hablamos de las bajadas más duras y largas que se pueden hacer, pues se baja 1200 metros de una ladera empinada.


 
 
                           Como por ejemplo, la increíble vista del valle de Lalarri.


 
 
             Aunque lo que tenemos delante quita literalmente la respiración: el valle de Pineta.



 
                 Maru cada vez más se iba destensando y me sacaba alguna que otra sonrisa.


 
 
Tirando de zoom, podemos avistar el Parador, un sitio que no recomendamos para nada, ya que el servicio de ese establecimiento deja mucho que desear. Vean el inmenso tamaño del canchal de piedras de la derecha.


 
 
Lo peculiar del valle de Lalarri es que esta colgado a media altura. Nos llamó tanto la atención que al par de días volvimos para recorrerlo y ya os lo enseñaré más adelante.


 
 
En esa punto esta la mitad de la bajada, y el final del tramo más pedregoso. A partir de aquí queda otro buen tramo de bajada pero por el bosque. El famoso bosque encantado que nos decía la chica del Collado.


 
 
                                           Aquí mismo me construía yo una casita.


 
 
A estas cotas de altura nos empieza a aparecer otra maravilla botánica, el pino negro (Pinus Uncinata)



 
           Seguimos el sendero que muchas veces nos preguntamos por donde va a bajar entre tanta verticalidad.


 
 
            No puedo dejar de inmortalizarme con este valle de reminiscencias fiordescas.


 
 
Desde aquí arriba podemos ver el fin de la ruta en el Refugio de Pineta, al lado de los aluviones que crea el río Cinca.



 
Aunque este 2º tramo salva mucha verticalidad y hay que hacer unos cuantos destrepes, el hecho de ir cobijado por el bosque, le hizo a Maru cambiar el semblante rápidamente.


 
 
                               Y más si nos encontramos con venerables hayas ancianos.


 
 
 
                                         Increíble la ruta de hoy con tantos contrastes.


 
 
Nos íbamos cruzando con varias arroyos que venían de arriba de las cumbres donde habíamos estado antes.



 
         En uno de estos, hice una cosa muy recomendable en este tipo de rutas tan largas y duras.


 
 
Nos encontramos este hongo, creo que un Boletus Badius, aunque no lo sé con certeza. Vamos que si hubiéramos tenido tiempo y una cesta, le habría hecho a todo el Refugio un revuelto de Boletus para cenar.


 
 
Por fin abajo. Huele a cerveza poderosamente, se impone el olor a malta, cebada y lúpulo más que lo que nos rodeaba.


 
 
Nos falta lo último, cruzar el río Cinca, que por el tamaño de los aluviones de piedra que hay, deber ser un espectáculo verlo bajar en Invierno y Primavera.


 
 
Ojo como se bebía de rápido la jarra la Maru!! Con lo que había sufrido en la Faja de las Olas, se merecía este descanso y las cuatro jarras que nos bebimos.


 
 
 Y una vez cenado, y antes de irnos a sobar, nos hicimos la foto de Refugio dando por finalizado este gran día que seguramente no se nos olvidará nunca. Hay que decir que esa misma noche pareció que abrían el cielo y echaban cubos de agua sin parar.  Pero lo del día siguiente ya es otra historia.
 




 
                       Hasta la semana que viene!!
 
 
 
 
 

Comentarios

  1. Hola Toni.

    Antes que nada daros la enhorabuena por haber completado esta dura etapa, pero sobre todo a Maru, que supo recuperar la sonrisa tras haberlo pasado mal en el paso por la niebla, yo, como ya confesé en su día también lo pasé mal en ese tramo, no por que no fuera seguro, si no por si las chicas lo iban pasando mal, pero lo mejor en estos casos es no exteriorizarlo, yo en mi caso iba cantando, diciendo tonterías, eso siempre ayuda a relajar tensiones.
    Respecto a la ruta, el recorrido es sencillamente espectacular, lástima de la niebla, y que no pudieseis ver el Cañón de Añisclo, pero amigo, esas vistas de Pineta desde el collado, por eso solo todo sufrimiento vale la pena, del descenso, no sé, habrá sido un acto reflejo, pero mis rodillas han temblado al ver las foto jajajaja.
    En la foto esa de los rinconcitos de belleza pirenaica, a la margarita de más a la derecha, fue a la que le hice la macro que apareció en mi crónica...

    Un abrazo pareja.

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    1. Hola Dani.

      Yo también lo pase mal, ya que al ir el acompañante tan nerviosa incluso angustiada, hacia que fuera más torpe e insegura. Y eso en esos sitios y esas condiciones es no es aconsejable . Yo intentaba romper el hielo, quitarle hierro al asunto, decir tonterías, y daba igual, Maru en ese tramo no entraba en razón. Incluso en la bajada a Pineta que ya no teníamos niebla seguía muy tensa. Hasta ese descanso en la bajada que ya empieza el bosque no volvió al estado normal. Me acuerdo que tuve que hacerle las fotos en la cadena sin que se enterara porque si no me echa un bronca del copón. Pero bueno, era su primera vez en los Pirineos y es comprensible. En próximas incursiones ira cogiendo experiencia. Incluso nos decimos de hacer algún año la que hicisteis vosotros, la MPE, ya que no coincide con la Ruta Alta de los Perdidos en ningún tramo (este tramo de la faja de las Olas lo haríamos por la Fuenblanca (asi vemos la cabecera del valle del Añisclo, ya que a los dos días de abandonar la ruta nos recorrimos el cañon del Añisclo hasta casi la Fuenblanca).

      Me acuerdo de la foto en tu crónica. Es curioso pero esa margaritas de la derecha debe ser de lo más fotografiado, pues estando en el refugio de Pineta con los compis de ruta comentando la jornada, nos enseñamos las fotos y también tenían el mismo rinconcito.

      Oye, esto calibrando en comprarme unas raquetas de nieve (tampoco quiero unas buenas, pues no las utilizaré mucho.), ya que este invierno quisiera hacer travesías largas, por los pinares de la Serranía de Cuenca y Montes Universales. Había visto unas de 70 pavos en el Decathlon. Que me recomiendas?

      Un abrazo.

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    2. Pues las raquetas que yo tengo las compré en el Decathlon, creo que son de la marca TLS y me costaron más o menos eso, y la verdad es que no las he utilizado mucho, pero creo que son de buena calidad, me gusta sobre todo el cierre para la bota, que es tipo carraca, después la marca de Decathlon, Quechua, en tema ropa,pantalones, chaquetas, mochilas...si que tiene cosas de buena calidad, pero ya en accesorios más técnicos, puede que también, pero ahí no me la juego, vamos que yo en todo lo que me pongo en los pies, siempre me voy a primeras marcas, ahí nunca he escatimado.
      Espero haberte sido de ayuda.

      Un abrazo.

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  2. Hola Toni .
    Estupenda ruta por lo mejor del Pirineo.
    Lo de la climatología, y más por esos lares, es un peaje que hay que pagar y si te toca el día malo no deja de ser una pena por que te priva de las mejores vistas que uno pueda imaginar, a la vez que aumenta la dificultad y el riesgo.
    Comprendo perfectamente lo de Maru. La de veces que se me han puesto las mariposas en el estómago ...Pero ... ¡Y lo a gusto que te quedas al terminar!.
    Un abrazo y felicidades chicos.

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    1. Hola Paco.

      Eso es lo que le decía a Maru, que el tiempo es un ingrediente más de la alta montaña. De todas formas, era su primera vez en los Pirineos y es comprensible.
      Lo de terminar, sentarte en la terraza, con las chanclas puestas, y ver aparecer la cerveza es algo grandioso.
      Hasta otra.

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  3. Pepe desde Castellón.10 de noviembre de 2014, 11:11

    Gracia Toni por este paseo tan emocionante cómo bello, lastima de niebla por privarnos de unas bellas instantaneas. Ver la cara de Maru a lo largo de la travesia y al final con la cerveza traspasa la computadora, tanto es así que me voy a tomar una gorda a vuestra salud.

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    1. Hola Pepe.

      Jajajajaja, el contraste de las caras de Maru en esta entrada es algo remarcable. Vaya jornada que me hizo pasar, pero luego nos casi chispamos en la terraza del refugio. La niebla y el mal tiempo es elemento normal en el Pirineo incluso en Agosto.

      Un abrazo, viejo amigo.

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  4. Hola Toni:

    Es un placer el reportaje de esta semana. Y la verdad es que viendo las fotos se comparte la emoción del momento.
    También me ha hecho mucha alegría ver las fotos del Pla de La Larri. Es un sitio precioso. Yo vivo en Gerona y aporvechando las fiestas de Sant Narcis que son a finales de octubre nos escapábamos el fin de semana al Valle de Pineta. Nos alojábamos en el Caseron Baruca (apartamentos para 4, 6 u 8 personas) que está fenomenal de precio y os lo recomiendo. Un día hacemos el paseo hasta el circo de La Larri y llegamos hasta la cascada. Otro día cruzábamos el túnel de Bielsa y pasábamos a la Reserva Natural de Neouvielle con sus lagos. Otro año hicimos el sendero del Cañon de Añisclo... Este año mi hijo ha hecho ya quince años y nos hemos tenido que quedar a las fiestas.
    La verdad es que el Valle de Pineta es una de las zonas más preciosas de nuestra geografía.
    Un saludo Toni y si necesitaís información sobre esta zona no dudéis en pedírmela. También esta muy bien la zona de Gavarnie. Y si os gusta el camping yo todos los años voy unos días con un matrimonio a Tarascon sur Ariege (al camping Le Prelombard). Esta muy bien.
    Bueno un abrazo.
    Borillo

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  5. Hola Borillo.

    Veo que conoces aquello bien. A nosotros es que nos ha dado por los Refugios estos de montaña, pero me apunto tus recomendaciones. Lo de Lalarri es que es precioso y la vista de la misma desde el collado del Añisclo es de esas que no se olvida. Esa misma semana hicimos el pla de la larri y la cascada de pineta, y otro día, el cañón del añisclo hasta casi la Fuenblanca. Que bueno es tener aquello relativamente cerca!! Nosotros no tardaremos en volver.
    Un abrazo.

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  6. Hola Toni.

    ¡La madre del pollo! Peazo de ruta os habéis marcado! Está claro que la montaña tiene sus imponderables pero aún así la diosa Pirene se apiadó de vosotros. Comprendo el revoltijo de sensaciones de Maru ante la situación, pues las distancias y la magnitud de vuestra empresa puede hacerte dudar en momentos delicados. Si se te echa la niebla en el San Felipe, uno disfruta de aquello, y la "civilización" está a un tiro de piedra pero los Piris son palabras mayores. Nada, que hay que echarle emoción a la vida!
    De lo que comentas de las raquetas, pues mira tú que hace 2 semanas que yo también les eché un vistazo en el Decathlon. Me pareció que tenían buena pinta y bien construidas; pueden ser buena opción. Luego ya está el tema de cogerle el tranquillo de andar con ellas, el peso y demás, pero unas travesías por esas soledades nevadas de la Serranía es un disfrute, mojándolo al terminar... con unas buena cervezas, ja,ja!!

    Un abrazo.

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    1. Hola Andrés.

      jajaja, pues la verdad que se apiado de nosotros. Tienes razón que la niebla allí arriba es otra historia. Además Maru le tiene algo de pánico a este fenómeno metereologico tan bonito y curioso. Yo es posible que este invierno caigan unas raquetitas, que nunca he probado ni raquetas ni crampones y ya va siendo hora, aunque sea un poquete.
      El otro día andando por Santa Cruz de Moya, estuve con un doble tuyo. Era clavado a ti, de Albacete y también buen montañero y senderista.
      Estuve por la Sierra de Valdemeca buscando hongos ayer (me cogí el día) y como el martes llovió tanto por aquí ( y ayer por la mañana tb), todas las ramblas que bajan de arriba y mira que son muchas, bajaban con agua. Un espectáculo. A ver si sigue la lluvia dando guerra por acá.

      Un abrazo.

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