LAS GOLONDRINAS (2ª ETAPA): Refugio de Linza- Mesa de los 3 reyes- Refugio de Laberouat




Amanece en la 2ª jornada de la Ruta de las Golondrinas. Hoy es la etapa reina, y digo reina pues, en comparación con la del dia anterior al pico Txamantxoia, esta era más del doble de larga en longitud, y también mayor en desnivel. Pensamos que debieran estar la rutas más equilibradas pero bueno, esto es así y con ganas de seguir disfrutando de todo esto estábamos nosotros. 





El comienzo es la misma senda que cogimos dos años antes desde el Refugio de Linza para subir al Petretxema pero al llegar al collado homónimo, nosotros torceremos a la izquierda para meternos de lleno en el karst de Larra y de ahí subir al gran coloso de las Golondrinas, la Mesa de los tres reyes, conocido en euskera como Hiru Erregeen Mahaia. Esta montaña hace dos años cuando estuvimos nosotros a principios de Julio subiendo al Petretxema, nos comentaron que hacia falta crampones pues tiene un paso bastante vertical que con nieve era más delicado. Esta vez no había rastro de nieve y no tenía dificultad ninguna, más allá del cuidado y precaución que hay que tener siempre en la ascensión a una montaña pirenaica, sea la época del año que sea.

Salimos muy pronto del Refugio de Linza hacia el Collado homónimo, donde nos torceremos hacia la Mesa de los 3 reyes que es lo que asoma a la izquierda.


 En toda esta primera parte tenemos detrás nuestro el Txamantxoia, donde elegiré esta vista donde se ve por donde vinimos nosotros, y la bajada tremenda.


                Golondrinas y ovejas, vaya mezcla aunque por estos lares todo es posible.


 Nuestras senda comienza a a meterse en el paisaje típico del karst donde hay pinos negros salteados.


 Tras una serpenteante e irregular senda ya tenemos enfilado nuestro objetivo al fondo, aunque aún nos queda para llegar.


 Vamos cogiendo altura y se me presenta esta vista con zoom del Petretxema (España) y la aguja de Ansabere (Francia) al otro lado. Fijénse que se puede ver gente en la cima del Petre. Vean esta foto.


         Dani nos marca el camino y nos avisa que estamos llegando al pie de la Mesa.


Pero yo no puedo quitar la vista de lo que tenemos a nuestra derecha dirección sur, con la impresionante pared este del Petretxema, la gran aguja de Ansabere y la petit aguja de Ansabere.

                                                 Comienzan las buenas cuestas.


 Y la ascensión propiamente dicha, donde hay pasos que el tránsito es abundante y hay que dejar pasar.


 Momento que el menda aprovecha para recrearse en cosas tan brutales como las canchaleras de la pared este del Petretxema.


                        O todo el conjunto dolómitico de esta parte del Circo de Lescun.


                                                       O en el valle frances de Ansabere.


 Dani nos coge a mí y a Maru en estos pasos tan aéreos y empinados en los que con nieve debe ser otro cantar.


 Ahí están Maru y Eva subiendo por esta especie de chimenea que ya nos va a poner en la parte alta.


      Ahí tenéis la masificada cima de Hiru Erregeen Mahaia, en la que hay que andar con cuidado.


 Pero antes de ir hacia ella, veámos las vistas pues ahí tenemos la punta de la Mesa de los tres Reyes, ya que nosotros vamos a hacer cima en la Pico de los tres reyes.


 Un buen observador habra visto que la punta de la Mesa es un magnífico balcón para ver el uno de los grandes colosos pirenaicos, el Midi d'Ossau.


                          En la cima hay una placa homenaje a Uno de los Grandes.


Vamos con unas cuantas panorámicas, de esas de pinchar en ellas para verlas en grande.


 Vista norte: A la izquierda los Tres Reyes y a la derecha el Pico Anie, montaña francesa que tambien está dentro de nuestra travesía de cuatro días.



 Vista este: de izquierda a derecha, el valle de Anaye, el valle de Lhurs y el valle de Ansabere. Nosotros bajaremos por el 1º ellos.


 Vista sureste: la Mesa a la izquierda y en medio el Petretxema, viendose el Acherito detrás y el Ezkaurri  al fondo a la derecha.



        El equipo al completo con la replica del castillo de Xabier que hay en la cima.



       La vista noroeste es el karst de Larra puro y duro. Por ahí íremos dentro de un rato.



Toca descansar y deleitarse del sitio mientras lo que ven detrás de Eva es un santo clavado en la roca. Soy de los que piensan que a veces se pasan de poner cosas en la cima de las montañas.



Con mi zoom capto el pico frances del Anie (2500 metros) y su tremenda pedrera. Con esta montaña tendremos una historia que ya comentaré en las próximas entradas pues estaba previsto que subiéramos en la 3ª etapa.


Una vez allí arriba teníamos varias opciones de seguir con las dos variantes, y todas nos parecían muy extensas en longitud. Dani con un track que había conseguido, nos sugirió una 3ª opción, y con la idea de atajar algo en longitud, buscamos un  precioso valle que nos bajaría hasta el circo de Lescun. Pero antes de eso, tuvimos un rato de confusión al bajar de la cima de la Mesa, y luego prestar mucha atención para ir por el Karst de Larra lleno de grietas y agujeros. Mucho cuidado de ir por este paisaje con niebla. Ese día lo tuvimos claro y sin problemas en ese aspecto, pero al día siguiente había más probabilidad de nieblas y eso nos condicionó pero ¡¡Antonio alto!! Ya estás adelantando acontecimientos de otro día…

Tras bajar por el francés valle de Anaye, llegamos con unas hermosas cascadas a nuestro lado al bello valle de Lescun, donde la tralla que llevábamos ya en las piernas y el calor reinante que hacía en la parte baja, hizo que no nos lo pensaramos dos veces y nos quitamos botas y calcetines y nos metimos los pies y piernas un buen rato en el río que por allí pasa.


 Toca bajar y sobra decir que comienza la parte más delicada de la ruta y donde hay que poner toda la atención posible.


Aquí tuvimos dudas pues el track nos bajaba por una especia de canal bastante vertical, donde vimos a un frances que subía pero nosotros no tuvimos tan claro lo de bajar, por lo que subimos un poco hacia la cima y de allí vimos que había otra senda que daba un rodeo para evitar esa canal.

 Aunque la foto da cosa, por la izquierda se termina bajando sin problemas. Foto by Dani.


 Ya estamos bordeando la base de la montaña para evitar esa canal vertical que no nos ha gustado ni un pelo.


 Mi reina con la Mesa de los Tres Reyes que es la confluencia de los antiguos Reinos de Navarra, Aragón y Vizcondado de Bearne (Francia), de ahí el nombre.


 Pasamos justo por delante de la base de la Mesa pero aún nos queda mucho camino y no debemos gastar tiempo.


 El valle de Lhurs con el lago homónimo se muestra espectacular. Por aquí bajaba una de las variantes de la ruta pero en todos los sitios se comentaba que había un paso muy delicado sobre todo para el que bajaba. Cosa que hizo que eligieramos el valle de más a a la izquierda, ya que descendía además más directo a nuestro objetivo, el Refugio de Laberouat.


            En busca de ese valle, nos metemos de lleno en el Karst de Larra más salvaje.


 Con cuidado de las muchas grietas, simas y sumideros que hay. Podéis ver como asoma la Mesa de los Tres reyes.


    Nuestro track nos indica el Collado de Anaye y la entrada al valle de Anaye por donde bajaremos.


Al comenzar a bajar y ya incursos en la mitad del día cuando el sol más justiciero es, ibamos acalorados. Mientras bajabamos por esas pedreras de la cabecera del valle, oímos un ruido como de agua (bueno yo no oía nada pero mi equipo si). Se oía el agua pero no la veíamos por ningún sitio, no corría. Era curioso.

  De repente entre las piedras vimos agua manar y volver a filtrarse al poco tiempo. Suficiente para refrescarnos y llenar nuestras botellas con el más pura agua de Larra.


 Seguimos bajando y ya nos aparece agua corriendo entre verdes pastizales, pinos negros y ovejitas bucólicas.


                             Pasamos por debajo de las tremendas pedreras del Anie.


 Miren a Maru y Dani en la inmensidad del valle de Anaye. Allá abajo es donde tenemos que llegar.


 Vemos la cabaña de Anaye, dedicada a tareas ganaderos pero lo que nos llama la atención poderosamente es esas montañas rocosas de detrás, Le Billare y le Petit Billare.


 Las fotos no hacen justicia para nada a estas dos moles de 2309 y 2226 metros de altitud. Impresionantes desde donde las mires.


        Nosotros seguimos en descenso ahora entre verdes prados y pastizales pirenaicos.


 A la derecha de Maru el arroyo de Anaye se descuelga en una cascada, mientras se nos abre......


                   El Circo de Lescun que es el pueblo que estaría al fondo a la izquierda.


 Una bonita senda nos pone abajo, donde veíamos que habia gente pasando el día a orillas del arroyo. 


 Nosotros hicimos lo mismo, aunque estabamos de relax total, el mapa y el gps nos decia que aún nos quedaban 300 metros de desnivel hasta el Refugio de Laberouat.


              El calor era muy fuerte y el mejor sitio es ahí con los pinreles en esas aguas heladas.


 Se ve una cordillera rocosa, Les Tourelles, realmente imponente. En algun punto debajo de esas montañas entre el bosque debe de andar el Refugio.


Tras preguntar Dani y yo a orillas del arroyo a un par de hippys colgaos con sus perros, que no se yo si sacamos algo en claro, jejejeje, nos tocaba acometer esa última subida que debido a las muchas horas que llevabamos de ruta, al cansancio y al calor sofocante, se nos hizo durillo a los cuatro, parece que nunca llegábamos.


 Cuando los ánimos estaban decaidos y el cansancio haciendo mella en nuestros cuerpos, allí aparece el bendito refugio.


 La sola visión del Refugio de Laberouat sirve para insuflar energia en nuestras piernas y llegar, donde no olvidaremos como unos amigos vascos que hicimos la noche de antes, Imanol y Maite, nos dieron un trago de sus cervezas al llegar a la puerta del Refugio.


Tocaba celebrar este rutón, dejar mochilas, beber cervezas, ducha reponedora, y cenar todos juntos, ya que este 2º día ya habíamos hecho pandilla aparte de los mencionados Imanol y Maite, tambien con Kepa, otro vasco montañero que estaba haciendo la travesía. Muy buena gente todos y que buenas risas que nos echamos. Además el buen rollo se extendió al conocer a Lionel, el  guarda de este Refugio, todo un ejemplo de chico simpatico, atento y divertido; el fue la de cal de los refugios franceses, pues la de arena la ibamos a sufrir al día siguiente en la 3ª etapa, pero eeeehhhh, ya estoy abriendo el pico de más....


 Aquí Maru y yo despues de la ducha, la cerveza y la cena. Como ven lo que tenemos detrás es una maravilla.


        Como cae la tarde en el gran circo de Lescún con un denso mar de niebla en su interior.


 Y nos vamos a despedir con esa foto de gran mole que es Le Petit Billare (2226 metros), con una pared completamente vertical de algo más de 1000 metros de caída. Brutal. Con razón a toda esta zona de las Agujas de Ansabere, Le Billare y todo el circo de Lescun les llaman los Dolomitas de los Pirineos.

 

                  Perfil de la ruta hecha por Dani, y aquí abajo los datos de la misma.


  • Longitud del recorrido: 19,57 kilómetros.
  • Altura de salida: 1340 metros.
  • Altura de llegada: 1430 metros.
  • Cota mínima: 1099 metros (Ruisseau d'Ardinet).
  • Cota máxima: 2448 metros (Hiru Erregeen Mahaia/Mesa de los Tres Reyes).
  • Desnivel positivo acumulado: 1604 metros.
  • Desnivel negativo acumulado: 1507 metros. 


 Por nuestra parte, a dormir pues al día siguiente nos tocaba pirineo frances integramente para llegar al Refugio de la Pierre St. Martin, teniendo dos variantes, una para subir al Anie y otra por el Pas d'Azuns. La semana que viene desvelaré lo sucedido.
Ah..que se me olvida; dejaré el porqué del nombre de las Golondrinas para el final.

Hasta luego.
 

Comentarios

  1. Hola Toni.

    Espectacular sería poco para definir todo lo vivido y visto en esta larga jornada de montañismo. Como fue in-crescendo la ruta, empezando con esa plácida subida hasta el Collado de Linza, y como el terreno se fue complicando y endureciendo a medida que avanzábamos, con esa descompuesta subida final a la Mesa, la canal esa tan tiesa por la que hicimos bien de no bajar y el alucinante tramo de Karst, que como bien has indicado, no es muy aconsejable en días de mal tiempo. El Valle de Anaye fue toda una sorpresa, con esas pedreras y esos descomunales Billares, y además encontramos dos puntos en él donde poder rellenar las cantimploras y refrescarnos. El baño de pies en el arroyo también fue un puntazo (lo de los hippies no me acordaba jajaja), con ese precioso entorno del Valle de Lescun, que quizás no disfrutamos del todo, debido a que el calor y el tute que llevábamos en las piernas hicieron que la subida final a l'Abèrouat se hiciese eterna. Suerte que las birras de Imanol y Maite, el humor socarrón de Kepa, la ducha, la simpatía de Lionel y el buen ambiente que reinaba en la cena lo compensase todo.

    Con ganas de ver como narras lo sucedido en la siguiente etapa, en especial todo lo que pasó después de la ruta jejeje.

    Un abrazo.

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    1. Hola Dani.

      Un día de esos de no olvidar. Jjejeje, no creas que despues de un año casi es tan fácil acordarse de todos los sucesos, pero si haciendo memoria me voy acordando y me echo unas risas con Maru rememorando aquello.
      TOni.

      Un abrazo.

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  2. Hola Toni.

    A la Mesa de los Tres Reyes, iba a subir yo un par de semanas antes que vosotros, pero al final me dio pereza atravesar toda esa hoya, que es desde Linza, y lo deje para otro año, para subir desde Lescún, para mi mucho más bonito.

    Esa foto de portada, explica muy bien, el maravilloso valle que se abre en tierras francesas, simplemente espectacular! y que muestra dos caras bien distintas de una misma montaña.

    Una segunda jornada magnifica, llena de constrastes, sin duda muy dura, pero yo creo que más que los kilómetros y el desnivel, lo que realmente pasa factura es la tensión de la bajada, el calor, y el terreno por el que se desarrolla gran parte del recorrido, ese kars, donde el calor se concentra en la roca, y parece que te vas a cocer, es un recorrido más para primavera u otoño, que para verano.

    Un saludo

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    1. Hola Eduardo.

      El contraste que se forma con el lado frances de Lescun, mas verde y el rocoso de España es lo que hace toda esta comarca de una gran belleza .
      Si es cierto que los factores que comentas son los que elevaron la dureza, más allá de la longitud o el desnivel, aunque hay uno que fue el desencadenante de la dureza y el cansancio: el calor de bochorno sofocante que hacía en todo el valle de Lescun. Eso fue la puntilla pues por las partes altas la temperatura era mucho mejor.

      Un saludo.

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  3. Hola Toni...
    Bueno,aquí ando,retomando tu cronica de esa Travesia de Las Golondrinas y poniendome un poco al día en otros blogs...jejeje.
    Grandisima y diria que colosal segunda etapa y con un desnivel de subida y bajada de esa Mesa de los Tres Reyes,de no te menees.
    Esa subida con tanto trafico...jejeje,me ha recordado a la subida que hicimos en julio a la Peña Ubiña en Asturias-León.Lo de la cima,en esa panoramica que se ve a la gente,''exagerao'',la cantidad de personal que andaba por alli arriba.En menudo berenjenal estuvisteis a punto de meteros en la bajada...jejeje.
    En una ruta tan exigente como esta,el poder poner los pinreles a remojo es una bendición...jejeje.
    Buen broche final a esta dura y exigente etapa,pero realmente espectacular en imagenes.Enhorabuena y me voy con ansia a por la tercera...jajaja

    Un abrazo.

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    1. Hola Juane.

      Hostia la Peña Ubiña, me voy pitando a ver tu entrada, que estoy un poco desconectado de los blogs

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