FUENTES HELADAS (1ª)


Un mismo paraje o rincón de la Sierra, puede tener aspectos distintos según la época del año en que vayas a visitarlo. A mí por ejemplo, me gusta ir a ver fuentes y sitios con agua, cuando ha habido fuertes heladas, muy típicas de la Sierra de Cuenca en el crudo Invierno.
Cada estación tiene sus fotos. A muchos no les gustará el invierno, ya que excepto los pinos y la vegetación de hoja perenne, todo lo demás esta pelado y sin color, pero un servidor, encuentra en el Invierno un época fantástica para salir al campo. Acaso si hay una estación que no me gusta, esa es el Verano, sobre todo el final, ese mes de Agosto y primera mitad de Septiembre, en que los arroyos se quedan secos, los ríos agonizan y sobre los bosques pende una espada de Damocles, en forma de riesgo de incendios.


Vayamos a ver tres sitios:






Entre Palomera y Molinos de Papel, siguiendo el curso del río Huécar, además de un precioso paseo botánico, se encuentra este sitio conocido como la Chorrera del Garro.






Nos encontramos a unos 1080 metros de altitud, pero al estar dentro de la hoz del Huécar y en una zona de umbría constante, es lo que permite que se crea este pequeño rincón de kriptonita.






Otra vista de las múltiples estalactitas que se forman del agua que cae desde el borde del cortado que hace la hoz.















Llega un momento que la Chorrera es impenetrable de la cantidad que hay.






En la Chorrera del Garro helada hay que tener cuidado de pasar por debajo, pues se puede soltar una estalactita y tener el peligro de una espada en picado.






Vista lejana de la Chorrera. Hacia la derecha, bordeando la roca, la Chorrera continua con estalactitas cada vez más pequeñas hasta un pequeño manantial de agua.






Cambiemos de sitio. Esta es una fuente helada que se encuentra encima de el valle de El Tobar, al lado del Cerro de San Cristóbal.






Aquí no hace falta que la fuente esté en una umbría, sino que sus 1300 metros de altitud hace que este totalmente congelada.






Era tal la congelación, que hasta el chorro por donde tenía que salir el agua estaba taponado.






En el arroyo del Oceñigo, uno de los que bajan de la sierra de Valdecabras y la Ciudad Encantada al Júcar a la altura de Villalba, se encuentra esta cascada practicamente congelada.






Ahí me tienen entre los dos grandes chorros, para poder apreciar realmente el grosor de dicho salto.







Otra vista de la cascada desde un lateral con la Maru al lado.








El grosor de estas estalactitas se llevan la palma. Y con esta foto, espero que esta entrada haya tenido algo de refrescante, para aliviar los rigores de este caluroso verano.

Comentarios

  1. Me he quedado helado!!!!!
    Abu

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  2. ja,ja.
    Las estalactitas de la ultima cascada son como tu de grande, Abu.
    Un saludo
    toni.

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  3. La comparación con la "kriptonita" es la realidad más tangible de la espectacular revelación de esta sorprendente magia serrana conquense,con la que cada muestra por tu parte hace que añore más y más su desubrimiento in-situ.

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  4. sabía que te iba a gustar esta helada entrada, y más, llevando casi media vida a orillas del mar.
    Toni.
    Un Saludo.

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  5. me encantaaaa ste blog
    no sta en facebook?gracias un saludo de uba aficionada jajaja

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  6. Hola Azucena.

    Pues sí, pide ser agregada en facebook al grupo Magia Serrana, donde cuelgo cosas relacionadas con naturaleza, senderimso, Serranía de Cuenca y demas....

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