LA HOZ DEL AGUA Y LA HOZ CERRADA
Volvemos a ese pueblo que es como una caja de sorpresas, ya que atesora rincones y parajes peculiares, siempre vinculados al curso de los ríos y arroyos. Enguidanos viene de un termino árabe que significa cientos de arroyuelos, y aunque aquellos tiempos en que el agua manaba de las fuentes del tamaño del fornido brazo de un hombre han pasado, sigue conservando su magia. Aparte de sus cuatro ríos y el pantano de Contreras, justo detrás del pueblo hay dos hoces (en realidad son tres) que llaman la atención por su vistosidad.
Salimos del pueblo hacia la primera de las hoces, la Hoz del agua, pero antes nos encontramos este cuadrado atalaya en medio del camino.
Hasta que llegamos a la Hoz del agua, encontrando este merendero.
Y también comprobamos que la Hoz del agua hace honor a su nombre, ya que aparte del arroyo que baja por ella, los del pueblo han creado un sistema de canales y acequias para tener regado las múltiples huertas que están alojadas dentro de la Hoz.
Vista panorámica de la Hoz del agua, comprobando que es una pequeña Hoz y totalmente domesticada por el hombre.
Lo curioso de esta Hoz es la cantidad de canales y acequias que han hecho los de Enguídanos a lo largo del tiempo para tener abastecida de agua este fértil valle.
Y saliendo de la Hoz del agua, nos dirigimos a la Hoz Cerrada, que ya se avista a lo lejos.
Y comprobamos que las proporciones de esta Hoz dejan en mantillas a la Hoz del agua, a la vez que las huertas disminuyen notablemente y todo esta bastante más agreste.
Y volviendo hacia Enguídanos, nos encontramos esta preciosa vista de la Hoz Cerrada con el pueblo al final y su imponente castillo arriba.
Aquí con una de las varias fuentes que nos encontramos. Creo recordar que es la fuente de Donato. Aunque nosotros hicimos la ruta en invierno, la mejor época es la primavera ya que se verían las dos hoces con más vegetación.
Las hoces van a desembocar al valle del Cabriel donde esta asentado Enguídanos, famoso de toda la vida por la calidad y exuberancia de sus frutas y hortalizas. Y ahí pueden ver a Maru dando fe gustosamente de dicha aseveración.
Increíble vista del valle del Cabriel desde el castillo de Enguídanos. A la izquierda de la foto viene las hoces anteriormente vistas y enfrente viene el Cabriel, con el Guadazaón ya dentro, y a punto de recibir las aguas del San Martín y del río Mira para empezar a crear el pantano de Contreras.
Vista del pueblo encaramado en un ladera del valle, ya que es de imaginar que antaño el Cabriel arramblara por todo el fondo del valle.
Vista del castillo de guarnicion de Enguídanos, de origen arabe y construido entre los siglos X y XI.
Salimos del pueblo hacia la primera de las hoces, la Hoz del agua, pero antes nos encontramos este cuadrado atalaya en medio del camino.
Hasta que llegamos a la Hoz del agua, encontrando este merendero.
Y también comprobamos que la Hoz del agua hace honor a su nombre, ya que aparte del arroyo que baja por ella, los del pueblo han creado un sistema de canales y acequias para tener regado las múltiples huertas que están alojadas dentro de la Hoz.
Vista panorámica de la Hoz del agua, comprobando que es una pequeña Hoz y totalmente domesticada por el hombre.
Lo curioso de esta Hoz es la cantidad de canales y acequias que han hecho los de Enguídanos a lo largo del tiempo para tener abastecida de agua este fértil valle.
Y saliendo de la Hoz del agua, nos dirigimos a la Hoz Cerrada, que ya se avista a lo lejos.
Y comprobamos que las proporciones de esta Hoz dejan en mantillas a la Hoz del agua, a la vez que las huertas disminuyen notablemente y todo esta bastante más agreste.
Y volviendo hacia Enguídanos, nos encontramos esta preciosa vista de la Hoz Cerrada con el pueblo al final y su imponente castillo arriba.
Aquí con una de las varias fuentes que nos encontramos. Creo recordar que es la fuente de Donato. Aunque nosotros hicimos la ruta en invierno, la mejor época es la primavera ya que se verían las dos hoces con más vegetación.
Las hoces van a desembocar al valle del Cabriel donde esta asentado Enguídanos, famoso de toda la vida por la calidad y exuberancia de sus frutas y hortalizas. Y ahí pueden ver a Maru dando fe gustosamente de dicha aseveración.
Increíble vista del valle del Cabriel desde el castillo de Enguídanos. A la izquierda de la foto viene las hoces anteriormente vistas y enfrente viene el Cabriel, con el Guadazaón ya dentro, y a punto de recibir las aguas del San Martín y del río Mira para empezar a crear el pantano de Contreras.
Vista del pueblo encaramado en un ladera del valle, ya que es de imaginar que antaño el Cabriel arramblara por todo el fondo del valle.
Vista del castillo de guarnicion de Enguídanos, de origen arabe y construido entre los siglos X y XI.
Hola, buenas tardes.
ResponderEliminarAcabo de leer su relato sobre las hoces de Enguidanos y bueno, yo quería dar mi opinión al respecto, para bien o para mal....yo me creí en aquel pueblo y sé perfectamente como era y...cómo es ahora.
En fin, en mi opinión, el pueblo no sólo no ha mejorado como debería a causa del " turismo " que tanto alardea tener, sino que, con los años....va yendo a peor, cómo he ido comprobando las pocas veces que he viajado allí.
Cómo creo que a la mayoría de gente, lo que más me gusta y sorprende es...su naturaleza, es lo mejor que tiene el pueblo y también es...lo que más avandonado está, y a mí personalmente me causa malestar ver cómo nadie hace nada ni parece ser....nadie ve nada tampoco.
El escribir mi opinión en este blog es porque mi abuelo tenía un huerto justo al lado de la fuente de Villaescusa, así que recuerdo muy bien como era aquel lugar...no hace tantos años, digamos que...hace 20 años. Recuerdo lo cuidadas que estaban las fuentes ( y me refiero a todas: Villaescusa, fuentecilla, fuente Donato, etc ), así como los senderos y pistas, se podía andar por cualquier lugar y no veías desidia ni abandono; ahora...de ve desidia por todos lados, vayas a donde vayas...ves una atención NULA, y quizás la zona de la Hoz del agua sea el mejor ejemplo de esa falta de atención.
Ustedes cuando visitaron esta zona hace 15 años...todavia estaban las cosas algo cuidadas, los parquecillos y merenderos limpios, las fuentes hechando agua, pistas y senderos con algo de mantenimiento y medianamente transitables, pero el paso del tiempo y la falta de atención....se lo ha ido comiendo todo y, si ustedes no han vuelto allí en este tiempo, quizás ni lo reconocerían.
Siento...pena y vergüenza porque quienes pueden hacer...no hacen nada, llevan décadas sin hacer lo que tienen que hacer y, aunque me pese decirlo, Enguidanos irá cada vez a menos y menos, un pueblo con tantas posibilidades y.....nadie piensa en atraer a gente para que se queden allí, trabajen allí, vivan allí, tengan familia, que crezca el pueblo y poco a poco mejoren las infraestructuras, pero no, es mejor confiar en el turismo que muy probablemente....no dejen dinero ni en tiendas ni en alojamiento y, una vez visto lo que tuvieran que ver...se vuelven a sus lugares de residencia, dejando aquel pueblo en la lejanía, quizás....para nunca volver dadas las circunstancias.
En fin, espero me disculpen estas palabras, pero bueno, sentí que debía publicar mi propia experiencia o forma de ver las cosas, ya que a la gente del pueblo....le importa bien poco lo que opinen los que no viven en él, quizás incluso ni les importe lo que piensen los mismos residentes de ahí, aunque en mi opinión, el hacer caso omiso de las críticas no consigue ocultar nada, al final...la gente se da cuenta igual.
Un saludo.