CRUCERO POR LOS ARRIBES DEL DUERO (SENDERISMO POR ESPAÑA)


Normalmente cuando planeamos las vacaciones y fines de semana senderistas, solemos elegir parques y parajes de alta o media montaña, o reservas de bosques exuberantes.
Aunque luego hay un serie de parajes y comarcas que suelen salirse de esas características. Suelen ser sitios que guardan ciertos rasgos peculiares, que les haces ser novedosos y distintos.
Los Arribes del Duero compartiendo Salamanca y Zamora a un lado del Duero, y Portugal al otro, es uno de estos parajes, Parque Natural en este caso (la parte española y la portuguesa también).
La ruta de hoy poco senderismo tiene, pues se trata de un crucero por el Duero. Lo considero como nuestros fiordos (salvando las distancias claro esta), ya que vamos a navegar entre paredes de roca verticales de 400 o 500 metros de altitud.
Los (las) arribes españoles los crea el Duero y varios afluentes suyos como el Agueda, Esla, Huebra, Tormes y Uces. Y realmente son las depresiones que forman estos ríos, unas veces valles otras cañones. La más grande de los arribes es la del Duero y es donde vamos a hacer este impresionante viaje en barco.




Los Arribes consta de dos unidades físicas: la penillanura que es la parte de arriba donde están los pueblos y que tiene un clima continental y los arribes o la parte baja por donde van los ríos, que es un clima más mediterraneo. ¡¡Abajo se puede atisbar el crucero que vamos a coger!!



                             Esta playa sobre el Duero se llena de gente en verano para bañarse.




                            No tardo ni dos minutos en presentarme al Padre Duero.




           Se nota la diferencia bastante entre la temperatura de arriba, la penillanura, con la de abajo.




                             En estos rincones la vegetación de ribera es frondosa y siempre verde.





Antes de montarnos en el barco, vamos a oficiar nuestro almuerzo.
 
 
 
 
 
¡¡ Duero!! ¡¡Y yo que te he visto nacer de una botella de agua a más de 2000 metros de altitud y más de 700 kilómetros de distancia!!
 
 
 
 
Pero vámonos a coger el barco que comienza nuestro crucero.
 
 
 
 
 
Con la Maru expectante de que comience a moverse el barco.
 
 
 
 
 
Viendo como la vegetación llega hasta los mismos bordes.
 
 
 
 
Ya bien pronto el barco comienza a sortear meandros del río.
 
 
 
 
Aunque también se nos van poniendo cada vez más las paredes verticales y rocosas.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Los arribes del río Duero tienen una longitud de más de 100 kilómetros, en que el río hace de frontera con Portugal.
 
 
 
 
 
Por esas paredes antiguamente pastoreaban las cabras con el cabrero.
 
 
 
 
 
Se ven como los arboles y la vegetación aprovechan los corredores entre la roca para bajar hasta el río.
 
 
 
 
Los enormes bloques graníticos hacen acto de aparición.
 
 
 
 
 
El Duero en los arribes salva muchísimo desnivel, cosa que le hace tener mucho potencial hidráulico.
 
 
 
 
 
Allí al fondo esta la presa de Aldeadavila de la Ribera (que ya veremos en otra entrada pues es impresionante)  y ahí el crucero da la vuelta y regresa al punto de partida.
 
 
 
 
 
Pero antes nos deleitamos en las titánicas paredes de hasta 400 metros.
 
 
 
 
 
Para hacerse una idea del desnivel en este punto: del agua hacia arriba las paredes son de 400 metros y hacia abajo, justo en la presa, son de 160 metros.
 
 
 
 
Es difícil de captar en la foto la majestuosidad de la pared.
 
 
 
 
 
Si haces el crucero después de temporada de lluvias, lo más normal es ver caer chorros y cascadas como los de la foto, al río.
 
 
 
 
La vuelta la haríamos mirando al lado de Portugal con curiosas formaciones geológicas.
 
 
 
 
¡¡Atención a esta foto!! hecha desde un mirador encima de la presa de Aldeadavila. Ahí delante es donde el crucero ha dado la vuelta y ha regresado. Miren el tamaño de las paredes. El barco sería apenas un punto en el agua.
 
 
 

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