LA SENDA DE LOS HOCINOS
En este caso, nos vamos a la Hoz del río Huécar, el río que flanquea la ciudad de Cuenca por su lado izquierdo, creando una inagotable Hoz de gran belleza y mil matices.
Digamos que la Hoz del Huécar se puede recorrer por abajo por la carretera de las Huertas y por arriba por la carretera que va del castillo hasta el pueblo de Palomera, pero además, hay dos preciosas sendas a mitad de la Hoz, que la recorren por cada uno de sus lados, debajo de las grandes paredes pétreas que la conforman.
Es conocida como las senda de los Hocinos, siendo estos últimos las típicas y antiguas construcciones que se hicieron al abrigo de las paredes rocosas. Más adelante, en otra entrada veremos la otra senda que va por el otro lado de la Hoz, la senda de la Cueva de la Zarza.
No me voy a enrollar más, pues las imágenes de esta Hoz hablan por sí solo. La otra hoz de Cuenca, la del Júcar es tambien muy bella, pero la del Huécar es mi favorita. Vean, vean las fotos..........
Ahí tenéis la Hoz del Huécar en todo su esplendor (junto con mi hermano). Decir que venimos de arriba, de la carretera del Castillo. Tenemos que buscar uno de los escalerones, es decir, las únicas formas de bajar a la Hoz.
Y vamos a bajar por este escalerón, el del Conde Toreno. Me comenta mi madre, que por aquí le contaron que llegaban a bajar tilburís (antiguos carruajes de dos ruedas y dos asientos con o sin capota).
Ale hop!! cambio de protagonista, cogiendo a mi chico Nacho bajando por el escalerón del Conde Toreno.
Al llegar abajo, deberemos ir hacia la izquierda para remontar la Hoz, pero antes vamos a girar esta enorme pared para ver Cuenca.
Arrea el copón!! Si es mi ciudad!! La vista de Cuenca desde la Hoz del Huécar es sublime.
Acerquémonos un poco más, comprobando como de juguetones están el sol y las nubes. (La figurita que tenéis en el centro de la foto, en lo alto de cerro es el Sagrado Corazón de Jesús VER AQUÍ
Cuenca vive de las miradas. Cuanto más se le contempla, más bella se vuelve.
Pero volvamos hacia atrás para comenzar la ruta viendo el tamaño y la belleza de los vigilantes de Cuenca.
Ahí esta el Hocino (en ruinas) del VII Conde Toreno, un político e historiador de la convulsa España del siglo XIX. Me cuenta mi madre que Espronceda, amigo del Conde, estuvo aquí exiliado y escribió varios de sus poemas.
Vista del Hocino del Conde Toreno (en el extremo del puntal) desde el otro lado de la Hoz.
Nachete me espera impaciente para hacer la ruta.
Antes de todo, atención a esta foto donde indico para aclarar las las diferentes rutas por la Hoz. La nuestra es la 2ª por la izquierda.
¡Acojonante las paredes de la Hoz!!. Cuenca es la mejor zona de escalada de la zona centro de España.
En época de lluvias estas paredes resbalan y rezuman agua por doquier.
Algo bastante raro: una huerta en la senda de los Hocinos. Normalmente las huertas están abajo en la carretera de Palomera.
Hiedra y Piedra, matrimonio conquense por antonomasia.
La pared donde aprendí a hacer verticales para poder bajar y subir de las simas.
La Hoz del Huécar tiene tramos tan erosionados que las rocas están vivos.
La exuberancia de la vegetación es maravillosa.
Otro de los muchos alicientes: la senda de los Hocinos va casi todo el rato por encima del acueducto que traía el agua a Cuenca. Toda una obra de ingeniería de la época medieval (1509), ya que la situación de Cuenca entre dos hoces no era la mejor para abastecerse de agua.
Ahí podéis ver como entra el acueducto en la ciudad de Cuenca en su tramo más aéreo y peligroso.
Hey, que Nacho nos llama!!
Una impresionante encina (en realidad eran tres en una)
A quien le guste de ver e imaginar formas caprichosas de la roca, este es su sitio.
Más adelante nos vemos otro viejo escalerón para salir de la Hoz.
Regias y verdes nogueras nos aparecen.
Otro de los Hocinos.
Aquí vemos un escalerón privado que se habrá tenido que pagar alguno de los dueños de los Hocinos.
La senda (y el acueducto) pasan al lado de esta vieja piscina de algún Hocino.
Mas parecen viejos restos de tinadas que de Hocinos; en todo caso, testigos mudos del pasado.
Otro rincón donde podemos ver la Roca Pelota arriba de la hiedra.
Habiendo allí otro escalerón.
Hagamos un alto para comer cerezas. Podremos llevar unos 4 o 5 km. Decidimos volver, aunque la senda y el acueducto siguen unos cuantos km más.
Nosotros volveremos por la misma senda, pero lo ideal es subir por un escalerón y volver por la carretera de arriba, la del castillo, para hacer la ruta circular y contemplar vistas de Cuenca tremendas.
Vistas que tenemos desde cualquier puntal. Vean la ciudad al fondo y el camino que hemos recorrido.
No sé a vosotros, pero a mí el síndrome de Sthendal (o de la belleza) se me agudiza bastante al ver esto.
Y nos despedimos con esta rara luz que se me quedo al hacer la foto de esta vista de Cuenca.
Toni, discrepo en alguna cosa. Hemos terminado denominando como hocino a las construcciones de las hoces, pero este conquensismo, utilizado así, está mal empleado. Covarrubias, en su 'Tesoro de la lengua castellana', define al hocino como el 'huertecillo que está en la falda de la hoz'. O sea, en la ladera, diferenciándolo del que se encuentra en el fondo, en la ribera. El hocino es en realidad el pequeño rellano que se encuentra en las laderas, y sobre el que muchas veces se ha edificado por ser el terreno más apropiado para ello. El convento de San Pablo, por poner un ejemplo, nació sobre uno de estos hocinos. Así, consta la cesión al convento el 16 de mayo de 1526, 'del hocino y las huertas sobre las que se fundó'. A su lado se encontraba otro propiedad del convento, sobre el que se dice 'un ocino titulado de S. Pablo, con casa, huerta y tierras'. El paraje de la Cueva de la Zarza era reflejado como 'huerta hocino nogueral' también aparece como hocino de la Parra en 1483, por ser este su propietario. En 1556 se desentraña el por qué de su nombre actual de Zarza, no por el arbusto, sino por su propietario también: 'paresçió presente Julián de la Çarca, clérigo presbítero... e dixo que él tiene e posee un hoçino en la Hoz del Huécar que se llama el hocino de la Parra, que ha por aledaños de la parte de hazia la ciudad un canto de peña redondo grande, donde ay una horma vieja que viene de las peñas altas a dar en el dicho canto redondo en derecho al camino real, que van por allí los mojones antiguos; y de la parte de hazia Palomera el hocino Seco, que está en canto de la era derecho a la peña, de allí al callejón, y lleva sus mojones al camino real; y de la parte de arriba las cinglas de las peñas altas; y a la parte de abaxo hacia la umbría de la hoz de Huécar el camino real que va desde Cuenca a Palomera'.
ResponderEliminarGracias Gracias Julian por estos datos. Que lujo es que Magia Serrana tenga por asesores verdaderos entendidos en la materia. Un saludo.
ResponderEliminarHola Toni.
ResponderEliminarEspectaculares y enormes formaciones, un tesoro de lugar y lo mejor de todo, a un tiro de piedra de casa y de una capital como es Cuenca.
Yo de Betxí, mi pueblo no me puedo quejar, ya que tengo el monte al lado y a veces sin coger el coche hago buenas rutas, pero lo que es Castellón capital, industria y playa, que no sé cual de las dos me gusta menos, aunque eso creo que pasa en la mayoría d capitales.
Un saludo.
La sierra de Castellón es una pasada y esta llena de rutas y paseos, subidas y bajadas. La última vez que estuve conocí Villafamés, sitio precioso.
ResponderEliminarHace ya años tuve una novia de Castellón e iba continuamente. Realmente de la ciudad por entonces solo me llamaba la noche (no conocí mucho más la verdad). Esta novia con los años se ha convertido en mi mejor amiga y ahora viven en Benicassim donde si me gusta ir en cualquier época del año. De hecho tres o cuatro veces al año vamos para alla. Ciao.
Como siempre gracias por la entrada y su ilustrativa explicación. Sendas tan cercanas que cualquiera podríamos iniciarla desde la puerta de nuestra casa y a veces tan desconocidas. Me encantaría poder ver Cuenca por primera vez con los ojos de un foráneo.
ResponderEliminarHola Jose.
EliminarNo estaría mal sentir lo que puede sentir una persona que llega a Cuenca por primera vez. Debe ser emocionante.
Gracias por comentar
Gracias por compartir estas maravillosas sendas y por avivar nuestra pasión por Cuenca. Gracias.
ResponderEliminarHola Beatriz.
EliminarGracias por comentar. Esa pasión por Cuenca y su sierra es el motor de este blog.
Saludos.
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