LOS CORTAOS DE VILLALBA DE LA SIERRA (EL TRANCO)



Hay otro paraje en la Serranía de Cuenca con el que estoy íntimamente unido. Su cercanía a Cuenca ciudad y espectacularidad, ha hecho que hayan sido innumerables las veces que lo he visitado. Los primeros recuerdos, más bien fogonazos, son cruzar sus túneles para ir a pescar allí varias veces con mi padre, siendo yo un chavalete de 10 u 11 años. Por aquel entonces, aquello era completamente desconocido, a lo que unido a su impresionante belleza, hacía que lo consideráramos un tesoro de la Serranía de Cuenca.

Pasan los años, vuelven los recuerdos.

Teniendo 16 o 17 años íbamos todos los veranos la banda de amigos a ese paraje unas dos o tres veces por semana a completar lo que llamábamos un TRANCO, o lo que es lo mismo un descenso del increíble cañón desfiladero que crea el Júcar antes de Villalba de la Sierra. Cruzábamos el 4º túnel andando, y de ahí, bajábamos por el río hasta la zona de baño conocida como el Tranco, o incluso hasta la Central Hidroeléctrica del Salto de Villalba.

Realmente para hacer este descenso sin neopreno (como debe ser..jejeje)  se necesitaba tener algo de chicha en el cuerpo, ya que las aguas del Júcar en este desfiladero están a una temperatura tremendamente fresquita. Recuerdo a amigos que no lo han aguantado y han sufrido de lo lindo, con el resultado de no haber vuelto más a este paraje.
Estaríamos alrededor de unos quince años yendo todos los veranos multitud de veces. Por aquel entonces, muy pocos éramos los que íbamos a bañarnos y a hacer el descenso.
 
Con el tiempo, todo se hizo global, las nuevas tecnologías sacaron a la luz muchas cosas e historias que permanecían en la sombra. El barranquismo se puso de moda y este paraje se masifico, incluso hasta niveles alarmantes. El ser un barranco estrella apto para todos los públicos, en que no hace falta hacer cuerdas ni arneses, y este lleno de saltos, cascadas y pozas, es lo que le ha convertido en un paraje célebre. En lo que concierne a nosotros, poco a poco dejamos de ir a bañarnos.
 
Que conste que no critico esto. Al revés, pienso que es bueno para hacer conocer a la gente de fuera sobre todo, las excelencias de la Serranía de Cuenca, ya que este paraje suele dejarles boquiabiertos.
Cuando acaba la temporada veraniega, llegan las lluvias y el frío y desaparece la gente, es cuando suelo volver a este paraje. Y he podido constatar in situ que esta masificación no es nociva y es respetuosa con el medio ambiente. Al contrario de otros sitios, que la masificación trae consigo ensuciar el sitio y degradar la naturaleza, los Cortaos de Villalba, a pesar de la gran cantidad de gente que lo visita en verano, sigue estando en un estado muy bueno de conservación. Cosa que habla mucho a favor de las empresas de barranquismo y deportes de aventura de la Serranía de Cuenca.

Hay que remarcar que si  no se conoce el descenso, es aconsejable hacerlo con alguien que si controle donde y como hay que saltar, nadar o pasar. De ahí, el éxito que tiene este barranco entre las empresas de barranquismo y aventura.


Le dedico esta entrada al amigo Quique “Pollo que durante muchos años fuimos asiduos enfermizos a este paraje. ¡¡Que sé que estas ahí, Pollo!!
 
 
 
La entrada constará de dos partes; esta primera donde veremos el paraje en verano.
 
Nuestra ruta comienza de dos maneras: o desde el célebre Ventano del Diablo por donde bajaremos por una senda hasta dentro del cañón del Jucar, o desde antes de llegar al Ventano, yendo por un carril que nos dejará en la entrada del primer de los cuatro túneles por el que va la tubería canal que lleva el agua de Royo Frío a Cuenca, pues hay que recordar que el agua de la ciudad de Cuenca nace dentro de este cañón.

 

 Vamos a bajar por la senda del Ventano para pasar un túnel, dejar la senda y meternos en busca del gran Júcar, al que intuimos ahí dentro debajo de esos paredones.


 
 
                        La humedad reinante provoca aquí un bosque de ribera de escándalo.


 
 
                          Y pronto llegamos a ver las azuladas verdosas aguas del Júcar.


 
 
                          Donde abundan rincones acojonantes con sitios de baño paradisiacos.


 
 
Muchas veces el avance por la orilla del agua es dificultoso, cosa que hace que vayamos por debajo de las paredes rocosas.


 
 
                  El pino aquel encima de la roca y con la cascada debajo me tiene encandilado.


 
 
                                                 Si si, he dicho cascada y bien hermosa.


 
 
El cauce del Júcar esta plagado de grandes moles que cayeron al río en tiempos pretéritos y que sirven para tener mil saltos posibles.


 
 
                                                 ¡¡La de veces que me habré bañado aquí!!


 
 
                                           Solo falta Baloo y Mowgli para acabar el cuadro.


 
 
             La calcita del agua de la Serranía trabaja pacientemente creando decorados barrocos.


 


Oooooohhhh!! Hasta aquí llego por esta parte, ya que ahí delante empieza un tramo de cañón en que es una garganta tremenda y ya hace falta estar metido en el agua.




                                 En pocas palabras: da absolutamente igual donde mires.




En esa piedra de enfrente a la derecha me he quedado largos ratos en silencio disfrutando del momento y del lugar.




     Y uno se puede quedar embobado viendo como el agua, crea rápidos, cascadejas y remolinos.




Lo del haz de luz entrando por el cañón cual revelación celestial me tiene engatusado. Hasta aquí es lo más que pude llegar sin mojarme.





Vamos a salir de esta parte del cañón para ver otro tramo.

                   Las paredes del cañón toman otra forma distinta pero la belleza sigue majestuosa.




Y ese mozo recio y majestuoso también, es el menda, que no hay salto por muy alto que sea, que no deje de probar.






Hay que remarcar que el valle cañón del Júcar desde el Salto de Villalba hasta Uña son alrededor de unos 15/20 kilómetros, pero nuestro tramo de la entrada de hoy serán unos cuatro kilómetros, desde el Salto de Villalba hasta el MANANTIAL DE ROYO FRÍO donde se capta el agua para la ciudad de Cuenca.






Vayamos ahora a ver otro tramo del cañón, en este caso, el más famoso conocido como el Tranco, que lo veremos en Invierno/Primavera con más agua y la época por la que más me gusta a mí recorrer este paraje.

                               Volvemos al Ventano del Diablo para bajar por la senda.




                                   Comprobamos gustosamente que el Júcar baja gordo.




Pasamos los túneles donde un frontal o linterna nos vendrá muy bien. En la parte derecha pueden ver por donde va la conducción del agua.




                  Podemos ver que la húmeda vegetación exhibe sus mejores galas y colores.




Hay que saber que parte del Júcar se lo llevan por el aéreo canal que va por encima de nuestras cabezas.




                              Pero que gozada ver este paisaje, y además con tanta agua.




                           Nos vamos acercando a la zona de baño conocida como el Tranco.




         A algunos os costará reconocer este rincón con tanta agua, ya que desde ahí un buen salto.




                                  El Júcar labrando su cañón desde tiempos inmemoriales.




                           Ahí tenéis otro buen salto que con tanta agua no es tanto.




             Miren la fuerza de la corriente como baja en estrecho que divide los dos baños.




                     Arriba pueden ver el muro donde se represa el agua que viene por el canal.




 Y delante nuestro se abre el Tranco con la estrecha garganta por donde va el río. Nosotros dejábamos las toallas aquí a la derecha.




                                Esta maravilla de imagen evoca mi adolescencia más feliz.




Las fotos anteriores del haz de luz entrando por el cañón, están hechas al final de este largo estrecho.




         ¿Ven en el lado izquierdo el saliente más alto, al fondo? Desde allí me tiraba.







Y ya salimos del Tranco y nos volvemos pero antes vemos otras cosas.

        Por ejemplo, esta vista del Júcar con el Ventano del Diablo vigilando cual Polifemo.





                También nos encontramos húmedas encinas cubiertas de musgo y lianas.




     Rezuman magia los bosques de Encinas cuando la humedad y la exuberancia se apropian de ellas.





         Yendo por aquí nos encontramos lo que en un principio parece un manantial o surgencia.





Pero es artificial, ya que el conducto del agua que va a Cuenca, va tan saturado que tiene sitios por donde suelta al río el excedente.






Y aquí podemos ver la parte final del Cañón por donde el Júcar sale a regar la vega de Villalba, siempre bajo la atenta mirada del Ventano del Diablo.




      Acerquémonos a la pared de enfrente del Ventano donde se ven pequeñas cuevas y abrigos.




En efecto, se ven profundos huecos y cuevas a los que son imposible llegar, siendo necesario alas o cuerdas para descolgarse.





Y ya nos despedimos subiendo otra vez por la senda al Ventano mientras dejamos atrás esta ensoñación de paisaje serrano tan bello y espectacular.




Vista aérea de parte del tramo del que trata la entrada.
 
 
 
 
 
Vista más cercana del Tranco que es lo que tenemos en la parte inferior de la foto, y el estrecho del que hablo anteriormente.
 
 
 


Mapa del tramo en estudio en la entrada de hoy.  El Ventano estaría a la izquierda abajo y a la derecha arriba el Manantial de los Baños o de Royo Frío.





Hasta la semana que viene!!

Comentarios

  1. Hay que ver Toni lo mucho que a`prendemos con tus publicaciones. Espectacular. Mil gracias.

    ResponderEliminar
  2. Hola anónimo.

    Muchas gracias a ti por verlas y por comentar.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  3. Hola Toni.

    Como oculta sus maravillas el bello Júcar. Desde el Ventano apenas se adivina ese espectacular callejón de agua de tan buen recuerdo para ti. Es cierto que no volvería para meterme en un agua tan fría; pero volvería siempre para pasar buenos ratos contemplando aquello. Imagínate lo que debían penar los gancheros cuando pasaban la madera por ahí antes de construirse el canal...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Andres.

      Cierto es que yo no suelo ir a bañarme a no ser que venga algún amigo de fuera que quiera ir, pero lo que me asombra, que ahora todo el mundo por allí va con el neopreno. Yo me he curtido de hecho en aguas frías en el tranco y nunca la he encontrado tan tan fría como por ejemplo el río Cuervo. Por otra parte, lo de los gancheros por allí tuvo que ser la releche. He visto fotos antiguas y son increíbles.
      Un abrazo.

      Eliminar
  4. ¡Alabado sea el Toni, por enseñarnos esos lugares de ensueño!. Un saludo.

    ResponderEliminar
  5. Hola Toni.

    Coincido con Andrés, desde el Ventano el cañón se antoja espectacular, pero no tanto como nos lo muestras en esta entrada, hay algunos rincones que son preciosos, tanto en verano como en épocas tan frías, normal que te guste tanto y que te quedes sentado largos ratos en silencio admirando el paisaje, por muchas veces que lo hayas visto, a mi me pasaría lo mismo.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Dani.

      Pues sí, en Cuenca es muy famoso, pero hay mucha gente sobre todo la de fuera que solo conoce el valle cañón del Júcar desde arriba, desde el ventano. Y aquí he querido poner un poquito más de como es por dentro. Y digo un poquito más, porque me he dejado tramos preciosos también sin poner fotos, aparte que debería ir con cámara acuática.
      Veo que habéis subido a los Piris. No tenéis remedio! jajajja, Envidia de la buena es lo que dais.
      Un abrazo.

      Eliminar
  6. Hola, os animaría a que os unieseis a nuestro grupo de facebook y publicaseis. Gracias: https://www.facebook.com/groups/408692425970185/?fref=ts

    ResponderEliminar
  7. Respuestas
    1. Gracias a ti por leerme y comentar. Encantado que te guste, Angel.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares