POR LOS BARRANCOS DE VALDOSOS Y VALDOSILLOS

Ahora que estamos en primavera y vemos a la vuelta de la esquina los calores, no esta mal haceros un ruta recordatorio de lo salvaje y bonito que está el monte cuando los rigores del invierno hacen mella en él. 


Esta excursión la hicimos este invierno, y dejando el coche muy cerca de la carretera antes de cruzar el río Júcar para ir o a Tragacete o a Valdemeca, donde giraremos a la izquierda para dirigirnos hacia el Mesegar de Huélamo y de ahí por una ladera empinada ponernos en las Torcas de Huélamo y seguir subiendo por el único paso que hay para ponernos en el Cerro de la Tajada y la Peña del Horno.
 Allí tendremos delante el Monte Gamelloncillos, el punto más alto de esta parte, pero nosotros no nos dirigiremos hacia él, sino que bajaremos por el tremendo y bello barranco de Valdosillos, en el que a priori parece que el desnivel desaconseja meterse por ahí, pero existe un antiquisima senda que por el lado derecho nos pondrá en un collado que separa dicho barranco de Valdosillos, del barranco de Valdosos por donde por un destrozado y bonito carril iremos bajando hasta volver a llegar al coche.



Entraremos un poco por  el carril hasta que podamos, y pronto comenzamos a subir, comprobando como están los carriles por esta cara.



     Estoy muy contento pues hoy me acompaña la camarada Marujov, bien protegida del frío.




Damos la vuelta al macizo y antes de enfilar el Masegar de Huélamo comenzaremos a subir por esta parte que al estar puesta hacia el sureste, el sol ha derretido la nieve.



                Y nos topamos con una calera en ruinas, tan prolíficas por la Serranía.




En un vistazo hacia atras vemos el camino recorrido y atrás del todo vemos el Peñalba, la gran montaña que vigila Valdemeca.



       Vamos subiendo y aquí tenemos a Maru con el Masegar (o Mesegar) de Huélamo detrás.




     El camarada Antoniov también esta presente mientras subimos por la empinada ladera.




                           Por aquí se nos presenta la sublime visión de la Peña Rubia.




Compruebo sorprendido que aún no os la he enseñado en el blog. Es imperdonable, no tardaré en mostrarosla. Lo que si vimos es una ruta por abajo, por el el Masegar de Huélamo




                              Nosotros seguimos ya con la parte final de la ladera.




Hasta que llegamos al paraje conocido como las Torcas de Huélamo, pequeñas depresiones del terreno bastante irregulares y colmatadas de pinos, cosa que hace que no luzcan como otras Torcas de la Serranía, aunque ya os las enseñaré en otra entrada.



    Pero lo que nos llama la atención son estas dos moles rocosas que se ven desde bien lejos.




   En algún momento de la existencia del planeta, una de las dos moles se desplomo, quedándose sujeta a la otra.




                                                Maru me llama, yo veo el momento...




                                     De jugar con los contraluces y claroscuros.





                              Y esta es la vista con ese árbol debajo de las dos moles.





                   Foto de una primavera de hace unos años que subí a las Torcas con Paco.




                      Y buenos ejemplares de pinos negrales de los que aguantan los aires.





Por aquí hay que estar al loro de ver unas antiguas marcas de sendero (ya descatalogado y en desuso) y unos hitos de piedra para encontrar este único y bello paso a la parte de arriba.





                        Parte de arriba, en la que ya podemos avistar bonitas vistas.





                                   Como esta novedosa vista de Huélamo seminevado






                                             De aquí podemos ver de donde venimos.





          Me encanta cuando los árboles, y en este caso los pinos, toman formas caprichosas.





 Ahora iremos por este borde asomándonos, ya que por allí abajo es por donde volveremos.





Maru echando un vistazo, y al fondo enfrente de ella, un poco a la izquierda tenemos la Mogorrita, techo de la provincia de Cuenca.





                                                              ¡¡Hermosas esculturas!!





                 ¡piedra serrana, excavada por el aire y acariciada por el frío! toma ya el poeta!





Los horizontes hacia la parte que venimos tambien son llamativos. Detrás mío, un poco a la izquierda, el Peñalba.





Detras de Maru tenemos el barranco del Valdosillos, en el que tenemos que entrar para bajar.





             Que como esta en la umbría y a la sombra, está hasta arribica de nieve.






Hay que comentar que este barranco salva mucho desnivel, por lo que a priori es posible que sea peligroso o imposible bajar por el. Fue el amigo Ignacio quien nos indico que hay un antiquisima senda que baja por el salvando los distintos desniveles que nos encontraremos. Ahora lo que tenemos que conseguir con toda esta nieve es encontrar la senda.


Enfilamos el barranco y por el único lugar que se puede ir nos encontramos lo que parece un desnivel serio e insalvable.





Pero según nos acercamos vemos que es un tramo que zigzaguea con el fin de salvar este desnivel.






Tremendo como baja este barranco de Valdosillos, en el que por ahora vamos por en centro y con cuidado donde pisar por la nieve.





Llega un momento que el barranco desciende vertiginosamente y nosotros debemos buscar la senda en el lado derecho.





Barranco que dejamos a nuestra izquierda y que en un momento vamos dejando de ver su fondo.





No hace falta que os diga que el frío que hace ahí dentro en la umbría es de tres pares de pelotas!





Aunque vamos saliendo del barranco y vemos el calorcito del sol con muchas ganas de llegar a ese collado que ven enfrente mío.





                Ya en el collado que separa Valdosillos de Valdosos asistimos a esto.





              Como deja sus huellas la Marujalis Graeltia, una bella mariposa serrana.





Desde aquí vemos el piso  superior por donde andamos anteriormente. El barranco de Valdosillos estaría a la derecha de esa pared.





El hecho de que el fuerte aire fuera en dirección contraria hizo que este cervatillo no nos oliera ni oyera.





                       Por lo que le pudimos hacer unas cuantas fotos y hasta un vídeo.





Detras de Maru el barranco de Valdosillos por donde hemos bajado. Al fondo se ve la Peña del Horno con sus 1709 metros.





Momento serrano incomparable y necesario: un termo de caldito del cocido calentito para combatir el frío. ¡¡Como estaba, señores!!





                 Pero hay que moverse de allí que uno se queda pajarito rápidamente.





Desde aquí tenemos una buena vista del Peñalba que sería el de la derecha y el Alto del la Hoya del Puerco o de Fuencaliente a la izquierda.





Comenzaremos a descender por un destrozado carril que al principio va por el lado derecho del barranco de Valdosos y luego por dentro de él, ya en la parte baja.





                                     Alguna que otra fuente congelada nos encontramos.





Y nos despedimos con esa vista ya casi desde el coche, con el Pico Gamelloncillos (1765 metros) a la derecha, y la Peña del Horno (1709 metros) a la izquierda.





                          Plano de la ruta siendo el círculo el punto de inicio de la ruta.




Hasta la semana que viene!!

Comentarios

  1. Hola Toni.

    Si de por sí ya son bellos estos paisajes la nieve se encarga de aumentar esa belleza y que resulte una gozada caminar por allí, y sí además le añadimos algunas pinceladas, como la fuente helada, el caldito caliente, el cervatillo, la mariposa ¿no probaste tu?, o esas rocas de formas y apoyos imposibles, pues seguro que la excursión fue inolvidable.

    Salud camaradas!!!

    Un abrazo.

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    1. Hola Dani.

      Me gusta eso de las pequeñas pinceladas. Jejeje, que si no probe yo?? estoy harto de hacer la Antoniolis graeltia, siempre hago yo eso en la nieve. Ya era hora de que Maru lo hiciera. La verdad que fue una de esas excursiones, que sin ser espectaculares las fotos, más nos gustó a Maru y a mí, y disfrutamos un montón. Eso sí, bien abrigadito, por que aquel día creo que no pasamos de 0º.
      Un abrazo.

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  2. Hola Toni.

    Huy, huy, que buenos recuerdos de ésta ruta. A cada paso todo me resultaba familiar, hasta el pino retorcido ese. Es una de mis preferidas por lo agreste, aérea y montañera. Hay una buena colección de vistas de varios "ochomiles" serranos, eh? La quiero repetir pero añadiendo Gamelloncillos y la Nevera. A ver, a ver...

    Un abrazo.

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    1. Hola Andrés.

      Es que ese rinconazo tiene tanto hacia Tragacete como hacia Huelamo o dirección Majadas muchisimas posibilidades de rutas. Ademas tiene mucho desnivel (desde la carretera hasta la Nevera), cosa que lo hace un sitio especial. Añadir Gamelloncillos y Nevera y luego volver por debajo de los cortaos hasta Valdosos tiene que estar muy bien tb.

      Un abrazo.

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