EL CASTIL DE CABRAS



En mis rutas y excursiones cada cierto tiempo debo dejar la Serranía caliza y regresar a la Serranía del Rodeno. Al igual que hace un tiempo os enseñé el Castil del Rey, un sorprendente paraje en la comarca de Pabovi, más concretamente en el termino de Pajaroncillo, ahora os voy a enseñar otro también bastante desconocido. Ya he dicho que esta comarca que aglutina los términos municipales de estos tres pueblos es todo un granero de parajes peculiares dignos de visitar.
Lo que os voy a enseñar se le llama El Castil de Cabras, otra formación de piedra rodeno que sobresale como por arte de levitación sobre el mar de pinos rodenos, jaras y robles melojos, y moldeados por el ancestral río Cabriel. Como bueno castil o castillo rocoso, estuvo habitado en tiempos muy pretéritos, más concretamente hubo allí un asentamiento de la Edad de Bronce del que quedan algunos restos diseminados.




Lo peculiar y extravagante de esto es que al Castil no podremos llegar por su parte más fácil y accesible, ya que dicha parte es un finca privada que en su día trajo mucha polémica; sino que lo haremos por su parte trasera atravesando unos barrancos de rodeno, algo enmarañados y tupidos, pero bellos y estéticos.
Magia Serrana os remite a las fotos para que os hagáis una idea de aquello. Comentar algunos datos como que al dueño le obligaron a construir la casa con la piedra rodeno, es decir, la piedra usual de aquella sierra ( ¡¡menos mal!!) Por lo demás, un atentado visual en toda la regla, quedando como recordatorio de cómo quedaría un espacio natural como la Serranía de Cuenca si se empezara a privatizar y vendérsela a los ricos de turno, construyéndose esta casa dentro del Monumento Natural del Rodenal del Cabriel,  un lugar único con valores intangibles como la fusión de los túmulos, pinturas rupestres y ruinas de castros y asentamientos, con el paisaje silencioso y sobrecogedor de los rodenos, robledales y encinares, una geología erosiva diferente y hoces y pozas de uno de los ríos más limpios de Europa. 

Tras trastear con el todoterreno y desechar la pista que nos lleva a la finca privada, bajamos hasta el río Cabriel donde dejaremos el coche. Estamos en la Serranía del Cabriel, en la Serranía ácida como bien nos indica la flor de la Jara de la primera foto.


                                        La piedra rodeno, húmeda y siempre bella.


Por los mapas sé que debemos atravesar un barranco pero antes subiremos a un alto para que veamos lo que tenemos delante, siendo aquella mole rocosa.


                                          El objetivo de la ruta, el Castil de Cabras.


Acostumbrado a los dos últimos Castillos, castros celtíberos e inexpugnables, el Castillo del Saladar y el Castillo del Rey, veo que este Castil de Cabras solo es inexpugnable por uno de sus lados, cosa que me hace pensar que pocos restos del asentamiento vamos a encontrar. De todas formas uno más a mi colección de Castillos rodenales.

           Toca salvar el barranco por lo que buscamos lo que nos parezca más accesible.


Ah, vamos con la presentaciones, mi hermano Román, Maru y Nacho con el estético rodeno.


Y como no, mi madre dispuesta a salvar todos los barrancos, marañas y montañas que le pongamos por medio.


           El barranco desde arriba no parece gran cosa, pero una vez dentro es otra historia.


                La humedad en estos barrancos rodenales crea hermosos conjuntos.


                         No suelen llevar agua más que después de copiosas lluvias.


                                       Pero eso si, generan piedras rodenos de mil formas.



Vamos subiendo y desde aquí arriba tenemos vista de la carretera que viene de Cuenca, y del río Cabriel creando este largo cañón que se hace hasta llegar al pueblo de Cañete.


Y ya a punto de llegar a la parte alta del Castil nos encontramos los primeros restos del asentamiento.

La montonera de piedras es ingente, y algunas con su hueco en el medio, recordándome a los túmulos celtíberos.


Y llegando a la parte alta del Castil podemos ver un bello horizonte, pero ¡alto! ¿Qué es lo que tenemos debajo?


Ahí tenéis el casoplón y finca privada de la que hablo al principio, y de la que no pondré más fotos. Con esta es suficiente para que os hagáis una idea.


Si le damos un poquito al zoom, sobrevolamos la casa, el río y la carretera, para ver el conjunto geológico del Castillo del Saladar -Ver Aquí-



El lado este es el más inexpugnable del Castil de Cabras.
 
 
El cual iremos a explorar por si encontramos algún resto, aunque de existir alguno pienso que estarán en la parte superior.
 
 
Vamos a subir arriba pero antes cojo a Maru fotografiando el Castillo del Saladar.
 
 
Y en la única subida al piso superior nos encontramos el primer resto y es la entrada delimitada y escalonada con viejas moles.
 
 
Y el único resto de muralla visible del asentamiento.
 
 
 
 
Toda una maravilla este trozo de muralla, y que pena que no haya más en pie.
 
Una vez arriba, oteamos las diferentes vistas con la pista que se dirige a la finca privada, y a la derecha de mi hermano iría la que baja al río.
 
 
Nachete (algo subido de peso en aquella época) y la abuela quieren seguir descansando.
 
 
También vemos de donde venimos, al otro lado del barranco.
 
 
¿Pero y arriba que hay? En un principio, como buen castillo de rodeno, esta todo tapizado de sempiterno verde.
 
 
Y si uno es observador, vera lo que parecen restos del asentamiento prerromano que allí hubo.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Toca volver, y en la parte baja, la completamente abierto si encontramos más restos.
 
 
Román amenaza a Nacho con tirarle encima una escoba de bruja.
 
 
Volvemos al barranco pero por hacer la ruta circular vamos a acceder a él más abajo.
 
No se si podremos llegar al río, pero todo me hace pensar que si, que lo único luchar contra un poco de maraña, y caos de piedras.
 
 
Eso si, no dejo de deleitarme en ningún momento de las caprichosas formas del rodeno y la simbiosis con los pinos.
 
 
Una vez puestos en el cauce, el avance es lento pero seguro.
 
 
El esfuerzo y el calor que hace dentro de estos barrancos y ramblas hace que al llegar al río, toque refrescarse.
 
 
Nachete no se queda atrás y también quiere, y si les hubiéramos dejado a él y a la abuela se habrían metido al río, y eso que el verano ya había acabado.
 
 
Volvemos pegado al río a donde tenemos el coche, un poco más adelante.
 
 
Al igual que comenzamos con el Cabriel, acabamos con él, allí mismo donde teníamos el coche.
 
Plano de la ruta, siendo el círculo el punto de partida. Para llegar allí por carriles y pistas hace falta todoterreno. Otra cosa es dejar el coche en la carretera, y cruzar el río pero toca mojarse.
 
 
Hasta la semana que viene.
 

Comentarios

  1. Muy buen reportaje y menuda familia valiente y campera! Toni, es posible que esa finca pertenezca a la presentadora de televisión Teresa Viejo? Una vez vi en un reportaje que tenía una finca muy similar...
    Por otra parte, a mí siempre me han gustado observar también ese tipo de ruinas e imaginar lo que había allí hace tantos años.
    Un saludo y enhorabuena.

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    1. Hola Javi.

      Pues si, esta finca es propiedad de Teresa Viejo y su marido el Director de Coca Cola.

      Y tú eres como yo, de los de dejar volar la imaginación en el monte :-)

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  2. Llevo mucho tiempo buscando respuesta a esta pregunta: ¿Por qué, nadie se atreve a hablar de esa casa que tan brutal impacto medioambiental crea?

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    1. Hola Niceto.

      Encantado que te guste la entrada. En cuanto a lo que dices, yo enseño la casa, la critico pues no me gusta y la tildo de atentado visual. Tampoco quiero darle más protagonismo. De todas formas, ni sé ni me interesa el cómo y porqué se llegó a construir eso. La entrada va del Castil de Cabras y del Rodeno.

      Un saludo.

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  3. Pese a todo, magnífico reportaje, Toni, gracias.

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  4. Hola Toni.

    Que bonito es el rodeno, que acompañado de los pinos, hacen parajes de una belleza singular. Menuda familia más aventurera, es un placer ver disfrutar por el monte a tres generaciones, enhorabuena!

    Un saludo

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    1. Hola Eduardo.

      Que bien suena eso de tres generaciones en el monte. Muchas gracias por tus palabras. En cuanto a lo que dices del rodeno es cierto, es un tipo de paisaje muy único y peculiar.

      Un saludo.

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  5. Hola Toni.

    En algunos momentos de la ruta si hubieses dicho que estabais por la Serra d'Espadà me lo hubiese creído jejeje. Bonitas formaciones las que nos ofrece siempre el rodeno, que ya que ha salido a la palestra esta roca he visto una circular chula que sube al Cerro de San Ginés, visita el pueblo de Ródenas y luego serpentea por esos rodenos que hay alrededor del Castillo de Peracense, a ver si este otoño/invierno podemos juntarnos y hacer la ruta, como a los dos nos pilla lejos -a vosotros más que a nosotros-, lo suyo sería hacer noche del sábado allí (en Teruel por ejemplo) y hacer la ruta en domingo, ¿qué te parece el plan?.
    Como mola esa familia serrana!!

    Un abrazo.

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    1. Hola Dani.

      Es que también tenemos rodenito por aquí, jejeje.

      El plan que dices tiene muy buena pinta. Estaba mirando en el mapa la zona que dices, y se ve muy pelada y con mucho sembrado, pero si es cierto que la zona de San Ginés, Peracense y sus piedras rodenos deben ser muy chulas y espectaculares. Nos apuntamos a ese plan de cabeza.
      Lo suyo es en Octubre como habíamos planeado os venís un finde a Qnk, y para noviembre/Diciembre hacemos esta expedición a mitad de camino.

      Un abrazo.

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    2. Para esas fechas, podéis completar el fin de semana, yendo a la Laguna de Gallocanta, que es cuando esta a tope de grullas o también las hoces del río piedra, que con el otoño estarán espectaculares.

      Y si no os importa, ya que tengo yo en la lista de pendientes esa circular del castillo Peracense, a un maño cabezón no le importaría acompañaros (si me cuadra el fin de semana que vayáis, ya que trabajo a quinto turno).

      Ya me diereis.

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    3. Hola Eduardo.

      Me llama más lo de las hoces del rio Piedra, ya que la Laguna de Gallocanta la vimos Maru y yo hace dos años. Pues si surge el plan que dice Dani por supuesto que te avisamos para que ese domingo te unas a la ruta planeada. El castillo de Peracense nosotros ya lo hemos visto dos veces, y Dani y Eva una vez, pero lo que nos llama son las piedras rodenos, y el monte San Ginés, ya que tiene que ser un bello atalaya con unas vistas de órdago.

      Un saludo.

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