LOS CALLEJONES DE LAS MAJADAS NEVADOS.
Ya es de sobra conocido por todos los lectores de este blog
que la Serranía de Cuenca es un gran parque temático de la erosión kárstica.
Las ciudades encantadas, conocidas también como Tormagales, proliferan por todo
su agreste relieve salpicando de rocas de todos los tamaños y formas
caprichosas.
La más conocida es la Ciudad Encantada, pero siempre ha
habido otra más a la sombra y margen de la fama de la 1ª, que son los
Callejones de Las Majadas. Los que hemos huido siempre de la masificación de la
Ciudad E. y de su carácter oneroso, hemos encontrado igual o superior belleza
en los Callejones de las Majadas, es cuestión de gustos.
Con el paso de los años, y el auge del turismo en la
Serranía de Cuenca, los Callejones de las Majadas se ha vuelto también un sitio
muy visitado, complemento ideal con la
Ciudad E. para que el visitante se quede maravillado del arte modelador de la
Serranía de Cuenca.
Los Callejones de las Majadas ubicados en la Muela de la
Madera, muy cerca del pueblo homónimo tiene dos senderos, uno más corto en el
que ves un pequeña parte y otro más completo donde recorres todo lo que se
considera este tormagal.
Al igual que hice en su día con la Ciudad E. que os la
mostré nevada, su estado primigenio, los Callejones de las M. voy a enseñarlo
igual, pues os puedo asegurar que si se ve así, blanco y virginal, y además
en solitario sin nadie por rondando por allí, el paraje en cuestión despliega su
magia serrana por completo dejando al interesado extasiado. Para hacerla más vistosa iré intercalando fotos del paraje en otra época para que veáis el contraste.
Os emplazo a que veáis la entrada hasta el final pues cuento una historia que relaciona los Callejones de las Majadas, el autor de este blog y el agente 007 al servicio de Su Majestad británica, Bond, James Bond. ¡¡Ahí es nada!!
Podéis ver como está la superficie de la Muela de la Madera de nevada.
Allí mismo tenemos un merendero, que hoy precisamente no está para disfrutar de él.
Y al lado del merendero, dos o tres simas que han vallado por seguridad.
Recordemos que la Muela de la Madera es un sitio plagado de cuevas y simas.
Al lado del merendero hay un parking de tierra, en este caso nieve, y donde comenzaremos nuestra excursión.
La parte superior de los Callejones se ve así.
Con cuidado de dejar la senda y andar por ahí, pues la nieve impide ver pequeñas grietas y agujeros.
Saltemos a época mas primaveral, donde me acompaña mi madre, en esta foto hecha desde dentro de uno de los muchos agujeros y oquedades que hay.
Dejemos la parte superior y entremos por uno de los Callejones.
Y pronto nos empiezan a aparecer figuras y tormos con puerta en medio.
Ah, en esta ruta invernal me acompaña mi hermano pequeño.
Otra puerta muy cercana en primavera.
Dentro de los Callejones y grietas de todos estos tormagales crecen alcanzando tamaños considerables los Saucos (Sambucus nigra)
Cualquier marco cuando se abre el paraje es de ensueño.
El día no está para que vayamos leyendo el porqué y cómo se fue formando esta maravilla geológica.
Ahora estamos rodeados de grandes bloques o moles pétreas por todos los lados.
Aquí la misma explanada en época primaveral.
Otra cosa digna de ver como los pinos se ponen blancos entre tantas moles rocosas.
Como estas donde mi madre sirve para calibrar el tamaño que gastan.
Esta columna en la Ciudad E. sería un tormo, es decir, más delgado por la parte inferior, y eso es así porque allí las rocas están más erosionadas.
Entre las grietas hay mucha vegetación a la que no le ha caído nieve pero si tiene unos chupitos de hielo, indicador del frío que hace ese día.
Y si uno empieza a investigar por los alrededores verá formas y más formas diseminadas.
Los Callejones de las Majadas es geológicamente más joven que la Ciudad Encantada, eso es lo que hace que las piedras sean bloques y moles de tamaños grandes, no tan erosionadas como la Ciudad E.
De pronto salimos a una pista que nos divide la 1ª parte de la 2ª. En este punto el sendero se vuelve para quien quiera hacer la ruta corta, y sigue al otro lado para los que vayamos a hacer la ruta larga.
Yo aprovecho para buscar alguna vista donde se vean los extensos e inabarcables pinares de la Muela.
Y rápidamente volver a meterme entre Callejones.
para ver arcos, ojos de buey, columnas y construcciones imposibles.
Os emplazo a que veáis la entrada hasta el final pues cuento una historia que relaciona los Callejones de las Majadas, el autor de este blog y el agente 007 al servicio de Su Majestad británica, Bond, James Bond. ¡¡Ahí es nada!!
Podéis ver como está la superficie de la Muela de la Madera de nevada.
Allí mismo tenemos un merendero, que hoy precisamente no está para disfrutar de él.
Y al lado del merendero, dos o tres simas que han vallado por seguridad.
Recordemos que la Muela de la Madera es un sitio plagado de cuevas y simas.
Al lado del merendero hay un parking de tierra, en este caso nieve, y donde comenzaremos nuestra excursión.
La parte superior de los Callejones se ve así.
Con cuidado de dejar la senda y andar por ahí, pues la nieve impide ver pequeñas grietas y agujeros.
Saltemos a época mas primaveral, donde me acompaña mi madre, en esta foto hecha desde dentro de uno de los muchos agujeros y oquedades que hay.
Dejemos la parte superior y entremos por uno de los Callejones.
Y pronto nos empiezan a aparecer figuras y tormos con puerta en medio.
Ah, en esta ruta invernal me acompaña mi hermano pequeño.
Otra puerta muy cercana en primavera.
Dentro de los Callejones y grietas de todos estos tormagales crecen alcanzando tamaños considerables los Saucos (Sambucus nigra)
Cualquier marco cuando se abre el paraje es de ensueño.
El día no está para que vayamos leyendo el porqué y cómo se fue formando esta maravilla geológica.
Ahora estamos rodeados de grandes bloques o moles pétreas por todos los lados.
Aquí la misma explanada en época primaveral.
Otra cosa digna de ver como los pinos se ponen blancos entre tantas moles rocosas.
Como estas donde mi madre sirve para calibrar el tamaño que gastan.
Esta columna en la Ciudad E. sería un tormo, es decir, más delgado por la parte inferior, y eso es así porque allí las rocas están más erosionadas.
Entre las grietas hay mucha vegetación a la que no le ha caído nieve pero si tiene unos chupitos de hielo, indicador del frío que hace ese día.
Y si uno empieza a investigar por los alrededores verá formas y más formas diseminadas.
Los Callejones de las Majadas es geológicamente más joven que la Ciudad Encantada, eso es lo que hace que las piedras sean bloques y moles de tamaños grandes, no tan erosionadas como la Ciudad E.
De pronto salimos a una pista que nos divide la 1ª parte de la 2ª. En este punto el sendero se vuelve para quien quiera hacer la ruta corta, y sigue al otro lado para los que vayamos a hacer la ruta larga.
Yo aprovecho para buscar alguna vista donde se vean los extensos e inabarcables pinares de la Muela.
Y rápidamente volver a meterme entre Callejones.
para ver arcos, ojos de buey, columnas y construcciones imposibles.
Ver toda la vegetación variada hasta arriba de nieve es otro aliciente para que se realcé la belleza del sitio.
Aunque el verdadero protagonista, para mi gusto, es la cantidad de arcos y agujeros que hay.
Las ramas y hojas de acebo más tiesas y duras aguantan la nieve muy bien.
Toda perspectiva es increíble por lo que la cámara no para de echar humo.
Rincones donde los pinos ponen su toque de mimetismo con las rocas.
Rincones que invitan al sosiego.
Los torreones emergen poderosos de entre la nieve como este de la foto.
O este otro más erosionado por arriba.
Incluso con increíbles pinos saliendo de entre sus garras rocosas.
Nosotros seguimos. Decir que es importante seguir las marcas del sendero pues en este tipo de paisaje -y nevado más aún- es facilísimo extraviarse.
Nosotros vamos a buscar la pista para volver.
Que aquí la tenemos flanqueada de hermosos pinos con sus ramas llenas de copos.
Vamos a despedir a los protagonistas de la entrada, en este caso mi hermano pequeño.
Mi madre con un hermoso pino albar de allí mismo.
Y como no, el Camarada Antoniov. Se podrán imaginar con esta entrada las ganas locas que tengo que el invierno venga como en esta ocasión. A esperar, pero antes os voy a contar que paso con James Bond y las Majadas.
Comentar que al igual que en la Ciudad E. se rodó por
ejemplo la película de Conan, en los Callejones de las Majadas se han llegado a
rodar varias películas. La más famosa, sin duda alguna, es el film “El
mundo nunca es suficiente” de James Bond, en este caso con “Pierce Brosnan” de
O07.
El que suscribe estas líneas participó como extra en esta
película hace ya 18 años, pasándoselo en grande, por lo que voy a contaros algo
de aquella glamourosa experiencia
En el casting se cogía por un lado obreros de un oleoducto
turco, y por otro aldeanos de una aldea kurda que viven al lado del
oleoducto. Si uno era muy moreno y de pelo y facciones oscuras era elegido como
kurdo autóctono con el resultado de salir más tiempo en la película.
Como en mi caso no es así y siendo de tez clara, ojos azules
y pelo castaño, fui elegido obrero con el resultado de salir en un fotograma de
dos o tres segundos como figuritas pequeñas en unas amplias panorámicas del
oleoducto en mitad del pinar de la Muela de la Madera.
Desde que llegábamos allí a las 9 de la mañana hasta las 6 o
7 de la tarde que nos volvíamos a Cuenca, todo era un cúmulo de situaciones
peculiares, como la de colarnos en el Catering de los actores y comer
verdaderos manjares, o asistir junto con otro amigo mío que hacía de traductor de Pierce Brosnan a la peculiar conversación de este con el por entonces Alcalde de las Majadas, o irnos después de comer a echarnos la siesta debajo de los pinos sin
que se enteraran nuestros jefes de casting, ya que por las noches en Cuenca
salíamos hasta las tantas con gente variopinta como el hijo mayor de Pierce Brosnan que iba a los rodajes de papá a no hacer el huevo, gastar a manos llenas y pasárselo en grande.
No os podéis hacer una idea del derroche salvaje y brutal
que fue el rodaje de esas escenas en el par de semanas que estuvieron alojados
en Cuenca capital, corriendo el dinero de manera escandalosa tanto en Cuenca
como en las Majadas. Sobra decir que el trabajo de extra lo pagaban muy bien.
Cuando se acabó el rodaje de las escenas en Cuenca y
debieran marcharse a otro lugar, hicieron una fiesta privada en la capital en
la Discoteca Metro (¡Que tiempos!), ubicada en el Casco antiguo de la ciudad. Como
comprenderán, entrar a esa fiesta era una cosa que todo el mundo quería y nadie
pudo. ¿Nadie?......no, el menda y su amigo Alvin, aprovechando que el dueño de
la discoteca es amigo, y tras mucho darle la vara, conseguimos entrar.
Jjejejeje, ver a la chica bond Sophie Marceau bailar sola y
sensual en la pista de la discoteca es una cosa que no se me olvidará, como ver a Pierce Brosnan hacer……...bueno bueno, esa noche fue un despiporre total, un desfase en toda la
regla y ya hay cosas que no debo de contar por estos canales.
Eso sí, quien me invite a unas cañas le sigo contando los
detalles más escabrosos y surrealistas de aquella larga noche.
Hasta la semana que viene.
Esa noche nevó en las oquedades nasales de Bond.
ResponderEliminarOtra gran entrada con final inesperado.
Gracias.
Pero como has podido pensar eso, Alberto!! jajaja ;-)
EliminarJoé Toni! No dejarás de sorprenderme! Esto de actor no me lo esperaba... En unos años, tu libro de memorias se convertirs
ResponderEliminarHola Javi.
EliminarTe imaginas un tocho de venta en grandes superficies titulado: Magia Serrana, tribulaciones de un serrano por la Viña del Señor, jejeje. Gracias Javi.
Un saludo
Convertirá en un best-seller! 🤣
ResponderEliminarUn saludo
Hola Toni.
ResponderEliminarVaya día más bueno pasamos las familias Magia Serrana, la Voz de la Tierra y Per Dalt i Per Baix en los Callejones de las Majadas, y que vistas tuvimos del Hosquillo desde aquel mirador, y que decir de ese pic-nic brutal en los Lagunillos, y el bonito paseo que dimos luego para rebajarlo, en el que descubrimos aquel bovedón...un día para recordar!!
Para recordar también todas las anécdotas de ese rodaje, que he tenido la inmensa suerte de oírlas de tu boca, vaya risas echamos en aquel sitio pijo de Hecho cuando nos las contabas. Iba a relacionar yo también la nieve y la napia del Brosnan, pero se me ha adelantado Alberto jajaja. Solo sé que desde que nos contaste la historia de esa discoteca cada vez que veo a Pierce anunciando seguros en la tele se me escapa la frase: "Mira el farlopero del Pierce Brosnan!!" jajaja.
Un abrazo.
Hola Dani.
EliminarY eso que la visita a los Callejones no fue como debiera ser, solo hicimos el sendero corto y sobre todo teníamos allí una masificación a la que no estoy acostumbrado y no deja que te fluya la energía del paraje.
En cuanto a lo de Pierce, pues ya sabes, jejee. El tío hay que reconocer que tenía un estilo de la hostia. En la pista de la discoteca con las Ray Ban toda la noche puestas, su traje, sus 1,90 metros, sin perder la compostura, mientras su hijo mayor hecho un animal bebiéndose todo, tirando los trastos a las camareras. Ojo a la familia Brosnan!! jajaja
Un abrazo.
Hola Toni...
ResponderEliminarVaya pedazo de entrada,mas ''cinematográfica''...jejeje.
Buen recuerdo guardo de esos Callejones y no se si te lo comente a ti ó a Dani,en esa ''excursión conjunta que comenta.Ha llovido desde 2009,cuando estuvimos unos días en Vega del Codorno.Se que anduvimos por allí sin GPS,creo recordar que siguiendo marcas de PR y salio una ruta muy maja.La cuestión es que disfrutamos de ese peculiar paraje de Las Majadas(con nieve es una verdadera pasada) y luego comimos en el pueblo fantásticamente bien.
La verdad es que el contraste de primavera a invierno,es brutal y encantador a la vez.Un paraje digno de ver,pero como apuntas,ya algo masificado en depende que épocas del año...
Me he quedado con ganas de mas anécdota ''cinefila''...jajaja.
Y yo que creía que el Pierce era mas serio...menudo pájaro...jejeje.
Un abrazo.
Hola Juane.
EliminarPues si, creo que me lo comentaste a mí, que anduvisteis por la Vega del Codorno, aunque por los Callejones no me acuerdo que me lo dijeras. Los Callejones hay que buscar un día malo o frío para verlos más solo, pero con salirte de ese paraje y meterte por la Muela aparecerán multitud de piedras de mil formas, aunque siempre con mucho cautela de andar por ahí, pues es facilísimo perderse.
Del mundo del cine y de la televisión no se libra casi nadie. Profesionales durante el trabajo, pajarracos por la noche, jejeje.
Un abrazo.
Hola Toni.
ResponderEliminarMerecida visita invernal a éste paraje. Hace ya bastante tiempo que no caigo por allí precisamente por la progresiva masificación, pero guardo los recuerdos de esas visitas solitarias de principios de los 90, dedicando casi el día entero a empaparme de aquello... y derrochando carretes de diapositivas de la Kodak Ektachrome, je,je, que tiempos.
Ya veo que además de las cornejas que habitan el paraje disfrutaste con el pájaro de Brosnan. Muy interesante el relato, je, je.
Un abrazo.
Hola Andrés.
EliminarEsos tiempos que los Callejones solo eran conocidos por los de Cuenca y sus pueblos de alrededor. Buena colección de diapositivas de la Sierra debes atesorar.
De lo de Bond por aquello años me interesaba más las chicas Bonds. Solo vino Sophie Marceau, y esperábamos que viniera una actriz guapísima con unas tetones llamada Denise Richards, pero esa no salía en las secuencias de los Callejones por lo que no vino.
Un abrazo.
Hola Toni.
ResponderEliminarSerranía de Cuenca, taller de escultura natural! Seguro que el clima tan duro, y extremo, tengo mucho que ver, en que se formen tal cantidad de esculturas naturales.
Pues viendo la última foto, no se para que hacía falta seleccionar, porque bien poquito se ve, si ponen playmobil igual les hubiese nada, jaja.
Un saludo.
Hola Eduardo.
EliminarBien seguro que el frío y la nieve erosionan lo suyo, aparte del agua y el aire. En algún lugar leí que la Serranía de Cuenca es de lo más viejo de España geológicamente hablando, y la cantidad bestial de rocas de todas las formas y tamaños erosionadas dan fe de ello.
Jeje, la ultima foto es un fotograma de cuando Bond llega en helicóptero a donde está la tribu, luego hay muchos fotogramas andando entre las piedras.
Lo que si eramos playmobiles somos los obreros que nos estuvieron pagando doce o trece días enteros para salir en el horizonte como manchitas azules en una panorámica para que se viera el oleoducto y los obreros andando por ahí como hormiguitas.
Un saludo.