LA PIEDRA YUNQUE Y LOS BARRANCOS DE LA CASILLA Y SANTA MARÍA



Hay una ruta en Villalba de la Sierra, muy cerca de Cuenca, que está muy interesante y sorprendente. En ella se transita por dos barrancos, y llegando a la parte alta se ve la conocida como Piedra Yunque.
Por ella va el sendero de pequeño recorrido 33, de la Piedra Yunque de 17,5 kilómetros. Lo que pasa que nosotros, como es tónica habitual en este blog, os lo quiero mostrar de manera distinta.
Y digo de manera distinta, pues habrá tramos que dejaremos las marcas del sendero para atajar (cosa que no se debe hacer, sino con conocimientos del terreno)  para ver otra peculiaridad como es una parte que se limpió y aderezó para que una carrera de montaña pasará por allí.  No solo atajaremos para ver eso, sino que saltaremos al barranco por mitad del bosque para buscar piedras caprichosas, y sobre todo, al ser un paraje que me gusta mucho, y tan cerca de casa, que he ido unas cuantas veces por lo que en esta entrada verán fotos de varias épocas y ocasiones y la ruta en si, hecha en los dos sentidos. Todo ello para enseñar el paraje como debe de ser, exhaustivamente.


 

Pero sobre todo, llevo tiempo esperando a que el arroyo que va por estos dos barrancos, primero por el barranco de la Casilla y después por el Barranco de Santa María, llevará agua, pues siempre he pensado que hay tramos que con agua corriendo debiera estar muy bonito, ya que suelen ser barrancos secos, que solo llevan agua en época fuerte de lluvias.
Aquí va la entrada hecha un poco un compendio de todo esto que digo, y a quien le guste, le recomiendo hacer integro el sendero PR con sus marcas donde no hay perdida ninguna.

Con Paco vamos a hacer la ruta en una dirección. Dejamos el coche en una de las curvas después de pasar el Ventano del Diablo, pues allí está el poste del sendero PR. Arriba se ven las antenas.


Aunque no lo parezca, vamos subiendo y si echamos la vista atrás tenemos esta vista de Villalba de la Sierra.


Rápidamente llegamos al punto alto donde está el vértice del Tormo (1369 m.). Realmente no tiene mucho fuste pero lo que hemos venido a ver es otra cosa, mucho más increíble que hay allí.


            Esa maravilla de la erosión que es la Piedra Yunque, y su encina en la chepa.

 Con su redil de ganado adosada a uno de los lados, y esa encina que amenaza que dentro de unos años las raíces partan la piedra en dos.


Aunque su nombre oficial es la Piedra Yunque, nosotros desde pequeños, le llamamos la Piedra del Dinosaurio. Aquí su cabeza.


                      Vamos a darle la vuelta para que veáis  que virguería de figura.


Aunque la encina que le sale en la chepa es muy estética, con el paso de los años sus raíces pueden hundirse más y descabezar a nuestro dinosaurio.


                               La vista trasera si puede asemejarse más a un yunque.


            Aunque a mi me gusta más ver la cola a la izquierda y la cabeza al otro lado.


                            Antes de seguir la ruta quiero acercarme y darle un beso.


Son muchos, muchos años viniendo desde niño con mis padres y hermanos a ver a este pacífico y bondadoso dinosaurio serrano.


Desde la Piedra Yunque podemos ver el interior del valle del Júcar, con la traza del canal a media ladera.

El sendero PR seguiría pero Paco y yo lo dejamos para atajar por barrancos y poder ver tinadas corralizas de las que aprovechan las grandes rocas, y que tanto nos gustan.


         Y ver cosas peculiares como todas estas rocas puestas allí encima de una gran losa.


¿Como ha debido ser la erosión para que decenas de estas rocas estén por allí diseminadas, como colocadas artificialmente, por este pequeño mar de piedra?


Hay que buscarse un callejón pétreo transitable para pode bajar y acceder al barranco.


          Allí abajo ya tenemos el barranco de la Casilla, con agujas rocosas recibiéndonos.


Este atajo que cogimos, absténgase de hacerlo a no ser que estén muy seguros. Lo suyo es seguir las marcas del sendero PR que nos pondría en la cabecera de este barranco de la Casilla.


                      Nos van saliendo formas erosionadas que nos dejan asombrados.


Ya estamos en el fondo del Barranco de la Casilla, donde tenemos las marcas del sendero PR otra vez.


Ahora hay dos puntos que están fuera del sendero PR, y que son dignos de ver. El 1º de ellos es bajando, en la dirección que llevamos Paco y yo, a la izquierda veremos que le entra como un arroyo tributario, que realmente es un bello rinconazo protegido por grandes rocas, donde hay una cueva aprisco de ganado, y un bello y gran Arce de Montpellier, allí resguardado con la humedad que otorga tal sitio.


                              Aquí con esa maravilla de Arce Montpellier en primavera.


                                                                       El Arce en otoño.


Vayamos a ver la cueva aprisco pero no podemos dejar de deleitarnos en el color y tamaño de este Arce.


Ahí tenemos el final de este pequeño barranco con esa tinada metida en una medio cueva.


A la que ante la falta de un nombre conocido, la he llamado la Cueva del Arce. Un amante de la toponimia verá que en los mapas pone Cueva Secreta muy cerca de este punto, pero dicha cueva creo que es otra que está muy cerca y que ya investigaré.


             El agua en las paredes de la cueva ha moldeado aquello de forma muy bella.


Lo que está claro que aquello es de una gran exuberancia, y es una pena que el sendero pase de largo ante este rincón tan bonito.


Volvemos al sendero y al cauce seco del arroyo ya que un poco más adelante cuando el Barranco de la Casilla se convierte en el Barranco de Santa María debemos desviarnos esta vez hacia la derecha hacia otro punto de interés (que no viene tampoco marcado en el sendero porque es posterior a la confección del sendero). Dicho punto son unos mini Callejones de las Majadas que guardan la peculiaridad de que se limpió aquello para meter por ahí Carrera de montaña Piedra del Yunque. Decir que hay que estar al loro para ver desde el sendero un gran hito que marca una pequeña senda que tras cruzar el cauce seco del arroyo te lleva a esta parte.



Preciosos estos callejones y al limpiarse para dicha carrera se puede ir por ellos muy cómodamente.


Hay tramos donde hay que ir pendiente de por donde se pisa al ver rocas ocupando el ancho del callejón.
 
 
La verdad que debe ser muy chulo ver como van los corredores por estos pasillos.
 
 
También pasan por arcos rocosos como este.
 
 
Después de ese tramo, volvemos al sendero que pasa muy cerca del cauce, que ahora se ha convertido en unas grande y bellas losas de piedra a modo de rectángulos que entre sus grietas va el cauce seco del arroyo.
 
 
Después de eso, salimos al sendero que coge algo de altura, lo suficiente para ver hacia atrás esta hermosa vista del Barranco de la Casilla que acabamos de pasar.
 
 
Y podemos ver más claramente la parte de rocas y callejones por donde va la Carrera de montaña.
 
 
En otra ocasión, y desde un poco más alto, cogí esta perspectiva del Barranco de la Casilla.
 
 
Frondoso como el solo, y con esos bordes de rocas erosionadas que le hacen ser tan bonito.
 
 
Paco y yo seguimos ahora por el Barranco de Santa María a media ladera siguiendo las marcas del sendero.
 
 
La fisionomía del Barranco de Santa María cambia; ya no es de bordes erosionados, y si más de caliza entera.
 
 
El arroyo en si lo llevamos abajo del todo donde vemos tramos que se estrecha un poco.
 
 
El Barranco de Sta. María no lo hacemos entero, ya que la senda nos llevará a un colladete donde dejamos el barranco y salimos a la carretera, que ya nos llevará a donde tenemos el coche.
 
 
Desde ese colladete tenemos una vista distinta de la carretera que va al Ventano del Diablo (izquierda de la foto) y también vemos la Casa donde está la balsa de la Central Hidroeléctrica de Villalba.


En otra ocasión hicimos el sendero al revés de lo que lo han visto hoy, empezando por el Barranco de Sta. María, aquí en la foto, y la bonita senda sendero que lo transita.


        Por aquí vamos por el de Sta. María cuando la senda baja al cauce seco del arroyo.


Como ya os he puesto fotos de la cueva, los Callejones y el barranco de la Casilla, vamos más hacia adelante, ya que ese día si hicimos el sendero completo. Buen equipo estamos hoy: Maru, Román, yo, la Pato, Carol y Patxi y el perro Sky. En esos momentos, Bowie el perro de Pato se había perdido. Menos mal que se lo encontró alguien en el Ventano del Diablo y nos llamó.

Este es el punto más lejano donde el sendero dejará la cabecera del Barranco de la Casilla y se va ( la derecha) hacia la Piedra Yunque.


Por allí anda la Fuente de la Losilla, donde llenamos las botellas para continuar hacia la Piedra Yunque.


Como ven, durante toda la entrada hablo del cauce seco del arroyo del Barranco de la Casilla y del Barranco de Santa María. Conocedor de aquello, y sabiendo que el tramo de Callejones de la carrera es muy bonito, y mucho más si el agua corriera por allí, estuve esperando un par de años a que el invierno viniera fuerte para poder ver aquello con agua. Aquí tienen las fotos.


                             Lo primero, comprobar lo cantarín que esta el arroyo.


Voy cerca de la zona donde está el circuito de la carrera para poder ver el arroyo entre esos bloques rectangulares de caliza.


 Pero por esta parte solo la puedo oír e intuir que va dentro de las grietas entre la vegetación.


    Aquí hay un punto donde con cuidado de acercarnos a los bordes, puedo ver una cascada.


       Dándole al zoom se aprecia un rincón de esos bonitos a rabiar e imposibles de llegar.


En este tramo esta mini ciudad encantada de rectángulos y callejones fragmentan el arroyo en varios regueros que descienden rápidamente por donde pueden.
 
 
Luego veremos el arroyo discurrir entre rocas de diversas formas.
 
 
Y creando pequeñas pozas con sus corrientes y cascadas pequeñas.
 
 
 
Veo que el arroyo se pone difícil y muy rocoso, cosa que me hace pensar que puede haber un sitio exuberante, por lo que me salgo del cauce, y busco un poco más adelante una bajada para poder ver esto.

                   Su cascada y su poza, muy humilde el rincón pero tremendamente bello.


Siempre que veo estos rincones invernales me gusta delirar imaginándome que lleva agua en pleno verano, y ahí estoy yo con el chorro de la cascada dándome en la espalda.


         Salgo de ese rincón y seguimos barranco abajo, mientras veo como el arroyo...


                                     Va creando pequeñas marmitas en diferentes pisos.


Aquí se ve lo bien de agua que baja el arroyo cuando ya va por el Barranco de Santa María.


El tramo del arroyo con agua que va por el Barranco de Santa María ya no tiene tanto interés como el de la Casilla, más allá del gustazo que da ver el agua correr por estos dos barrancos.  ¡¡Que llueva de una maldita vez!!



Las flechas negras son el sendero PR-33. El círculo es el punto de partida y llegada. La raya discontinua es el atajo que cogimos Paco y yo, y con las dos estrellas marco, donde la Cueva del Arce, y los mini Callejones por donde va la carrera de montaña de la Piedra del Yunque.


                                                     ¡¡Hasta la semana que viene!!
 

Comentarios

  1. Muy interesante y bonito...¡Enhorabuena!!

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  2. Hola Toni.

    ¡Sorprendente! Otro de esos sitios que pasamos tantas veces y me digo: "a ver si un día me meto por ahí, a ver que hay..." Nos vuelves a ofrecer la gran maravilla de unos "inocentes" barrancos que parece que no nos desvelarán nada nuevo. Y esa Piedra del Yunque o dinosaurio pétreo merece una visita y una buena merienda bajo su cobijo.
    Bueno, parece que van llegando las lluvias, a ver, a ver...

    Un abrazo.

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    1. Hola Andrés.

      Me gusta eso de inocentes barrancos. Lo de las lluvias no soy muy optimista pero bueno, el miércoles llovió mucho por aquí, aunque parece que no se va a repetir por lo menos en los próximos 15 días. Una pena...

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  3. Hola Toni.

    Siempre me pasa lo mismo cada vez que venimos de visitaros, en plena resaca de Serranía tras las dos borracheras de monte que nos preparaste, a los pocos días leo tu crónica semanal y solo me entran más y más ganas de volver, y que nos descubras rincones, formaciones imposibles, lugares, arroyos cantarines, pozas..dinosaurios!!, como los que nos enseñas en esta entrada.

    Parece que alguien o algo por ahí arriba a leído tu crónica y ayer por fin llovió, no mucho, pero a ver si la lluvia llama a más lluvia.

    Un abrazo.

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    1. Hola Dani.

      Jjejeje, entre borracheras y resacas estamos buenos. Así si soy yo montañalcólico o senderolcólico.

      El miércoles llovió mucho por aquí, además no fue lluvia torrencial de un rato, sino 6 o 7 horas de lluvia lenta y espesa que iba calando todo. De hecho, el jueves salí al monte por la tarde, y vaya cambio tan brutal, si parecía que iban a salir hongos por todos los lado. Lo malo como le digo a Andrés, es no se va a volver a haber lluvias en diez o quince días. Yo ya me conforme con que los grados no suban al veroño este que hay asentado aquí y que las malditas orugas no se sientan a gusto.

      Un abrazo.

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