EL ARROYO DE LA RAMBLA EN PALOMERA



Una de las rutas que es muy frecuentada por los senderistas conquenses es la del Arroyo de la Rambla, y el motivo principal es que está en el término del pequeño pueblo de Palomera, a escasos 10 kilómetros de Cuenca ciudad. Es de esas rutas que te trasportan a paisajes más propios de la serranía alta, estando a apenas 15 minutos de casa.

Estando tan cerca, es una excursión que me he hecho muchas veces entre semana al salir de trabajar. El arroyo de la Rambla es el primer afluente que recibe el río Huécar al poco de surgir en su nacimiento. Es un arroyo estacionario, ya que suele llevar agua los inviernos y primaveras, pero en verano y parte del otoño se seca.

En algunos mapas antiguos, viene como si fuera el río Huécar, y si nos atenemos a la definición de nacimiento de un río como el punto donde mana agua más alejado de su desembocadura, bien podría ser este Arroyo de la Rambla el río Huécar, cosa que haría alargar la longitud del mismo en bastante kilómetros, ya que el Arroyo de la Rambla tiene una longitud aproximada de unos 15/20 kilómetros, adentrándose en Tierra Muerta, y su comienzo viene a estar en la Finca de Cotillas, una gran extensión forestal dentro de Tierra Muerta, propiedad del Estado. Hoy en día se considera de manera oficiosa que el Arroyo de la Rambla es afluente del río Huécar, y este viene a nacer en un paraje conocido como el Bodegón a dos o tres kilómetros al norte del pueblo de Palomera.



Varios son los rincones que atesora esta ruta que la hacen muy bonita. Comienza por unos pinares muy bien conservados, el arroyo tiene alguna parte fuerte en filtraciones, y podremos ver que de repente se seca, para volver al poco tiempo a tener agua discurriendo, habiendo claramente un caudal basal (el agua que circula subterráneamente).

 Luego la orografía también cuenta, pues la mayor parte irá dentro de una barranco grande con paredes rocosas, aunque su punto más fuerte será, cuando discurra por un largo tramo kárstico, tipo ciudad encantada, habiendo rincones muy bonitos y hasta una fuente de esas auténticas. Por último, para aderezar con algo de misterio la excursión, tenemos el extraño Paso de los Carros, hondas rodadas hechas en el cauce rocoso, como si por allí, a lo largo de los años, hubieran pasado continuamente con los carros trasportando algo pesado, cosa que explicaré un poco más adelante.

La ruta termina realmente en la valla de la Finca de Cotillas donde ya no podremos avanzar más, aunque la podremos dar por acabada un poco antes, siendo de unas tres horas entre la ida y la vuelta.


Comenzamos atravesando el bonito pueblo de Palomera para dirigirnos hacia el Nacimiento del río Huécar.

                      Coqueto pueblo enclavado dentro de la incipiente Hoz del Huécar.
 


A unos tres kilómetros del pueblo, siguiendo paralelos al río Huécar, nos encontraremos con el puente de la Pasada, y debajo de él el Arroyo de la Rambla, camino de echar sus aguas al Huécar.


                     Dejaremos la hoz del Húecar, y remontaremos el valle del Arroyo de la Rambla.


                                                   Yendo por un carril, llevaremos el arroyo a un lado.


               Aunque de pronto, llegamos a un punto del que mana mucha agua, a orilla del camino.


La explicación es que el Arroyo de la Rambla va por la izquierda de la foto, y este es un gran aporte de agua que recibe en sus metros finales.


  Foto de otra época, donde vemos que el Arroyo de la Rambla lleva mucha agua, y le entra un arroyete tributario como vemos justo en medio de la foto, al otro lado del arroyo.





                     Incluso llega a desbordar su cauce anegando de agua las extensas riberas.


Volvemos a la época actual, donde tras copiosas nevadas acaecidas en días pasados, deberemos salvar unos cuantos pinos caídos sobre el camino.


     El arroyo de tanto discurrir entre los pinos viene con unos reflejos y una claridad envidiable.


            Se nota la potente primavera que estamos teniendo este año en la Serranía de Cuenca.


Comentar que en esta primera parte la senda coincide con el sendero PR que une Palomera con Buenache de la Sierra.

Aunque llegará un momento que lo dejaremos a nuestra izquierda y seguiremos de frente paralelos al Arroyo de la Rambla.


                             Podemos observar el tamaño del valle del Arroyo de la Rambla.


                                     Que va cogiendo cada vez aspecto más alpino y serrano.


                       Hasta que llegamos a un tramo que se estrecha y donde nos reciben..


Estas pozas lujuriosas donde es una lástima saber que en verano no suele haber agua aquí, pues si no, estaría bañándome tarde sí y la siguiente tarde también.


                                 El comienzo del tramo rocoso en otra época del año.


                Un poco más adelante bajamos al cauce rocoso para ver esto que tienen delante.


                                        Huellas como de carros en el cauce rocoso.


                                                     Se suceden en diferentes tramos.


                                    ¡¡Cuántos y qué pesados carros pasarían por aquí!!


Investigando por allí, me encuentro con que fuera posible que esa gruesa rama la cortaran para que no molestara el paso de los carros.



Durante unos años estuve sin encontrar explicación a lo del Paso de los Carros, por mucho que pregunté. Si uno inspecciona el terreno verá que donde empiezan a aparecer las marcas, bajando el arroyo, es tan abrupto y agreste, que parece imposible encontrar por donde entraron los carros al cauce del Arroyo. Alguien me comentó que pudo ser un viejo camino para llevar piedras de la cantera del pueblo de La Cierva a Cuenca para destinarse a nobles obras como catedrales y palacios de la geografía nacional. Lo de las piedras de cantera en el carro con su peso horadando la roca es muy creíble pero ya digo que no se ve por donde podrían entrar los carros al cauce donde aparecen las primeras marcas de huella de carros.

Al final, fue un abuelo de Palomera, que venía de su paseo diario, quien me comentó que aquello fueron carros que sacaban la madera de toda esa zona de Tierra Muerta, fecunda en pinos desde tiempos inmemoriales. Me decía el abuelo que nos imagináramos los viajes de carro que harían los hombres de antaño para conseguir hacer esas huellas en la roca que vemos en las fotos.



Aunque la luz no era la idónea, puse a Nacho para que me calibrara el tamaño de hermoso pino doble que hay allí mismo.


      Entramos en la segunda parte, más espectacular todavía, del Barranco del Arroyo de la Rambla.


        Vean como en un momento, el arroyo se encañona y nosotros iremos por este lado derecho.


Aunque en otra época anterior, salté al otro lado para ver más de cerca estas capillas serranas que forma la madre naturaleza.

                                Incluso intenté ir por este lado a modo de faja rocosa.


                  Pero estaba demasiado inclinado y el ostiazo hubiera sido de campeonato.


         Volvemos a la época actual para echar un vistazo a los recovecos para ver formas caprichosas.


                                              Como esa especie de frailecillo consolador.


                                  El arroyo unos metros más abajo sigue encañonado.



Lo que tenemos delante tiene un aspecto inmejorable, ya que el arroyo se abre un poco, deja atrás el cauce rocoso y echa unas mínimas riberas tapizadas de verde y pinos, todo ello dentro de una pequeña y erosionada hoz rocosa típica de la Serranía.


Pero en este mismo instante atacó el hambre. Me explico: cuando vamos con la familia al monte y llevamos poco rato, mi sobrina Laura la primera, luego Clara, Nacho y Juan empiezan con el …..tengo hambre, ¿Cuándo vamos a comer? ¿Tío Toni, falta mucho? A ellos se une la Maru con lo de ya han pasado muchas horas desde que desayuné pues yo me levante dos horas antes que tú.

En descargo de ellos, y en el fondo,comprendiéndoles perfectamente, tengo que decir que irse de ruta sabiendo que dentro de las mochilas llevamos tortillas de patatas de mi cuñado recién hechas con los huevos de nuestras gallinas, pimientos fritos de la abuela, ensaladilla rusa de Maru, etc, es duro, muy duro, cuesta reprimirse, y como tampoco soy yo de los que pongan pegas, retrocedimos un poco, a un prado donde estaba el gran pino doble y allí desplegar nuestro arsenal gastronómico.



Solo pondré esta foto del momento, pero lo siento como tengáis hambre, apreciados lectores.
 
 
Después de la comida, y sin llenar del todo el buche, mi madre, mi hermana, Crispito y yo continuamos. Los chicos tenían exámenes y deberes y querían volver para estudiar por lo que se fueron Maru y mi cuñado con ellos.



Bajamos al fondo por un pasillo rocoso que hay, comprobando lo bonito que es aquello allí dentro.
 
 
No me extraña nada encontrarme allí dentro jóvenes Tejos.
 
 
Se avanza bien por las riberas.
 
Nos vamos a escorar hacia la izquierda porque sé yo que aquí le entra al arroyo una bella fuente conocida como de la Toba.
 
 
Viene a nacer debajo de una gran roca que conforma la hoz, y todo el rincón está lleno de berros, ideales para hacerse una ensalada.
 
 
 
 
 
 
Volvemos al arroyo para ver lo cristalino que está el agua, que según lo remontamos va teniendo menos caudal. 
 
 
Se va acabando la hocecilla, pero aún se ve alguna mole rocosa desgajada de la misma, como esta con tiná adosada.
 
 
En esta parte final, el arroyo se abre en un ancho y suave valle donde a algo más de un kilómetro de distancia nos toparíamos con la valla que delimita la Finca de Cotillas.
 
 
Pero aún no vamos a volvernos pues quiero enseñarles a mi madre y hermana una cosa, por lo que subimos a los laterales del Valle del Arroyo de la Rambla, observando rocas de formas extrañas.
 
 
Allí arriba está el rincón que les quiero enseñar.
 
 
Un conjunto pétreo monumental.
 
 
Con esa puerta de entrada a la Fortaleza.
 
 
He estado varias veces en su interior y nunca había visto....
 
 
Un maravilloso manantial natural que ha hecho su mínimo cauce en la roca y entre musgos, y del que nos damos un ricos tragos.
 
 
Allí dentro se respira el silencio mágico que trasmiten las rocas.
 
 
Encima de nuestras cabezas las formas de las rocas van más allá de lo normal.
 
 
Un sitio de esos a los que me gusta escaparme para sentir su fuerza.
 
 
Toca volver y salir de la Hoz por ese pasillo entre rocas.
 
 
Ha sido tan bueno en lluvias el final del invierno y la primavera que nos topamos con otro manantial natural surgiendo de la misma roca.
 
Mi madre se encuentra un ala de una de las reinas de la Serranía, la mariposa Graellsia isabelae.
 
 
 
Y ya tocaría volver, pero hemos visto casi todo el arroyo pero no su confluencia con el río Huécar, por lo que volvemos al valle del Huécar, y desde el puente que os he enseñado en las primeras fotos iremos hacia las juntas de este arroyo con el Huécar.
 
 
Aunque antes nos encontramos con una gran poza natural que crea el Arroyo de la Rambla. Al fondo a la derecha estaría el Nacimiento del Húecar.
 
 
Foto parecida a la que encabeza la entrada de esta hermosura de poza.
 
 
Aquí la confluencia: de la izquierda viene el Arroyo de la Rambla y lo que viene de arriba a abajo es el río Huécar.
 
 
Esto ha sido todo. ¡¡Hasta la próxima!!
 
 

Comentarios

  1. Hola Toni,

    Como siempre nos muestras zonas muy bonitas e interesantes.
    Es una gozada como ver que esta primavera está siendo tan húmeda y poder verlo todo tan verde.
    Muy bueno el trabajo de investigación para descubrir como se originaron esos surcos de carro en la piedra.
    Por cierto, la zona de rocas del final, simplemente sublime.

    Salud y montaña.

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    1. Hola David.

      Lo más llamativa de la ruta es que pasas por varios tipos de paisajes relacionados con un arroyo y su barranco, dándole ese plus de espectacularidad las rocas calizas de formas caprichosas.

      Lo del paso de los carros me trajo de cabeza durante mucho tiempo, incluso llegué a pensar que eran naturales.

      Toni MS.
      Salud y montaña.

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  2. Hola buenas tardes. Quiero agradecer de corazón que compartáis estas maravillosas vistas y paisajes paradisíacos de nuestra provincia. También la información que dais sobre ello..... Y ahora me voy a comer, que me ha entrado hambre al ver que lleváis tortilla de patata para recuperar fuerzas. Pasadlo muy bien, amigos.

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    1. Hola Alicia.

      Muchas gracias por comentar. Lo de la foto de la tortilla es paradójico pues la estoy viendo ya a la s 9:20 de la mañana y me está entrando un hambre que no veas...

      Toni MS.
      Un saludo.

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  3. Como siempre tan didáctico y detallado todo el recorrido! Muchas gracias por el aporte. Por cierto te has planteado alguna vez grabar la ruta con gps y subirla junto con la entrada del blog? Tendrías datos adicionales interesantes como desniveles, perfil de la ruta, distancias, etc...

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    1. Hola Jose.

      Gracias a ti por leerme y comentar. En cuanto a lo que dices, casi siempre suelo colgar un mapa con la ruta trazada pero esta entrada con las prisas se me olvidó hacerlo, y a lo que dices de gps, pues lo siento pero es que soy más chapado a la antigua, y tiro de mapas y orientación.

      Toni MS.
      Un saludo.

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  4. ¡¡Magnifico, como es costumbre!!

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  5. Un placer como siempre leer tus entradas. Sólo quería agregar un apunte al tema (curioso siempre) de las huellas de los carros. Aunque en la mayor parte de sitios dónde aparecen se suele pensar que los carriles labrados en la piedra son producto del paso constante de los carros es más bien al revés, están hechos picando la piedra para obligar a los carros a ir por dentro del carril. Normalmente aparecen en sitios de firme no regular y dónde era posible que se desviaran del camino correcto, o en otros lugares para facilitar el paso sin tener que rebajar todo el camino.
    Hay que recordar que un carro con sus grandes ruedas (para eso estaban) pasa por sitios dónde los modernos todoterrenos ni se atreven a entrar, aunque cargados hasta los topes de troncos mejor facilitarle el camino.
    Un saludo y gracias por tus descripciones de la Serranía que siempre aportan algo.

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    1. Hola Xavier.

      Ostras!! pues no lo había pensado nunca pero es muy lógico lo que dices, y concuerda más con la idea que se hace uno de unas ruedas horadando la roca.

      Toni MS.
      Un saludo y gracias por la aportación.

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  6. Hola Toni.

    Nada más que he leído la entrada después de comer,jaja, que buena pinta tiene la tortilla, yo normalmente suelo llevar algo de picar, fruta y poco más, no me gusta caminar con la sensación de llevar el estómago lleno.

    Estos lugares cercanos a casa siempre resultan muy recurrentes, para despejarse sin tener que hacer grandes desplazamientos. Sin duda este arroyo es una maravilla, especialmente el segundo tramo con esa espectacular hoz, con esa sala final alucinante!

    No te creas que no me acuerdo de la fecha, pero viendo el tiempo, otra vez será.

    Un saludo

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    1. Hola Eduardo.

      En las rutas familiares la comida suele ser algo más abundante, y eso que poco a poco he conseguido que no llevemos tanto, y que andemos más de la cuenta, que si ves algunos domingos de antes aquello era un festín pantagruélico, de los de buscarse un sombra debajo de un pino para la siesta después de comer.

      Con las fechas, yo ya llevo un poco lío. Lo dejamos para septiembre, no?

      Un saludo.

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  7. Jo macho, con ese menú campestre le has abierto el apetito a media blogosfera jajaja.
    Bonita excursión en familia, con muchos puntos a destacar, entre los que sin duda me quedo con el conjunto pétreo del final, un rincón que como bien dices emana Magia Serrana.
    Muy interesante lo de las huellas de los carros, decir que una vez leído el aporte de Xavi yo también soy de su opinión, ya que sería muy extraño que todos esos carros hubiesen pasado durante todos años una y otra vez por el mismo punto exacto y formar ese raíl tan perfecto.

    Un abrazo.

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    1. Hola Dani.

      Tú ya conoces parte del menú gastronómico cuando viene mi madre, pero es que esa tortilla con pimientos era demoledora.

      Muy bueno el aporte de Xavi, de hecho, no sé como no lo he pensado antes pero es totalmente lógico. Seguro que el oficio de ese hombre que hiciera con paciencia y medición los surcos en la roca picando debiera tener un nombre.

      Un abrazo.

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  8. Hola Toni...
    ''Descanso canario'',para volver a esa Serranía que nos muestras,con todos sus encantos.
    Desde luego magnifica esa Rambla de Palomera,con esas pozas ''lujuriosas'' o el frailecillo...jajaja.Bueno bromas aparte nos vuelves a ofrecer otra ruta serrana,muy chula.Con esas partes magníficas de agua,que como apuntas se secan y con esas rodadas,que después de tu explicación,Xavier Llop,aclara el porque.La verdad es que te iba a comentar que en el poblado íbero de Castellar de Meca,hay rodadas similares y en principio pensamos en el paso continuo de carros,pero la explicación de Xavi,tiene mucho sentido.
    Lo dicho,otra gran entrada serrana.Ya me pasaré a ver el Roque de los Muchachos,voy a ver si ''trabajo'' algo en mi blog...jajaja.

    Un abrazo.

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    1. Hola Juane.

      Si es curioso el dato de Xavi Llop, pero es muy lógico.

      Con el ritmo de salidas que llevais tienes que tener bastante trabajo.

      Un abrazo.

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  9. Quedo agradecido por la información. Magnífica, para variar. Un abrazo. Luis

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