EL MONOLITO DE LA SORQUILLA Y EL VIEJO CAMINO DE LOS BARRANCOS


Retomamos la excursión que puse la semana pasada para ver si en esta ocasión descubro el principio del viejo y olvidado camino de los Barrancos, posiblemente el más cómodo y accesible de todos los pasos que había para subir a la Muela de la Madera en toda su extensa y rocosa cara sur.

De hecho, me da por pensar que este camino era el utilizado cuando por allí tenían que subir/bajar o entrar y salir (recordemos el topónimo de las Entradillas) rebaños grandes o carromatos, ya que los otros pasos de la Muela eran más angostos y estrechos hechos para hombres y mulas como mucho, como serían la Raya, Escalerón, las Catedrales, el Cuchillejo o el que va por dentro del Bco. de la Sorquilla.

Y pongo este último porque se da la circunstancia que por dentro de dicho barranco va otro viejo camino, en que se adivinan algún que otro murete, pero ciertos tramos de dicho barranco son imposibles para carromatos, incluso también difícil lo sería para mulas con mercancías, puesto que hay que trepar y ayudarse con las manos en algunos tramos. Tampoco sé si estos dos caminos tan cercanos entre si fueron coetáneos en el tiempo o sirvieron en épocas distintas.


En todo caso, entramos en el rincón de la muela por el final del vallejo de la Sorquilla, mirando a nuestra izquierda por si se ve el principio de una senda/camino y no vemos nada que se le parezca, por lo que algo decepcionado por ello, torcemos para meternos por el final del peligroso barranco que he bautizado como la Falsa Sorquilla, pues en una de sus empinadas laderas está el monolito, al que subimos, casi ayudándonos de las manos y resoplando en algún punto de su caótica pedrera.


Dejamos el coche al borde de la carretera nueva, y cogemos ese trecho que entra en el vallejo, utilizando ese tramo de carretera vieja, mientras vamos mirando a nuestra izquierda por si vemos el principio de una senda.


               Lo que si veo en un punto, abusando del zoom, es nuestro próximo objetivo.


                                    Casi sin darnos cuenta, el camino se pone bravo.


                         En estas pendientes los alargados pinos se inclinan a nuestro paso.



Nos torcemos como para entrar en la falsa Sorquilla, pero rápidamente tiramos por la ladera derecha. Fíjense porque al fondo se aprecia nuestra roca.


Miren que maravilla de cuestarrón pedrera, en el que había que tener cuidado con las piedras.


Cada x tiempo debíamos parar para coger aire y admirar el monolito que cada vez estaba más cerca.


                                       Como emerge majestuoso entre los pinos.



A mí se me fue el pie en un par de ocasiones. Pensar en bajar por aquí a la vuelta no parecía buen plan.


El Monolito y a la derecha el final del cordal rocoso que delimita el Barranco grande de la Sorquilla (derecha), del Barranco pequeño de la falsa Sorquilla (izquierda)


        Miremos a la izquierda para ver que bonito se ve el barranco de la Falsa Sorquilla.



Allí dentro se veía otro monolito en forma de aguja, y, aún no lo sabíamos, pero acabaríamos visitándolo también.



Atacamos al Monolito por un lateral, siempre con mucho cuidado que no se nos vayan los pies.



                                    El hombre contemplando la obra de la naturaleza.


Al estar en pendiente el lado derecho es mucho más alto que el izquierdo donde está paco con la camiseta azul.



                                                                       Ahí asoma Paco.


                El contraluz que se crea con estos pinos tan chulos me tiene encandilado.


                             El escalador del monolito. Seguro que si me subo, lo tiro abajo.


                                       Inspeccionamos todas las oquedades que se crean allí.



                            El monolito es muy estético lo mires desde donde lo mires.


     Desde el monolito se ve la falsa Sorquilla, a donde nos dirigimos para verla desde arriba.


               Su ladera tan vertical, erosionada y puntiaguda captan toda mi atención.



             Nos ponemos justo encima de la punta del monolito con esta excelsa vista.



            Ahí me tienen delante de esa roca que se me había metido entre ceja y ceja.



                                  ¿Llegaré algún día a estar tan estilizado como el Monolito?


                                    La parte superior del monolito es un pináculo perfecto.


Ahí abajo estaría la falsa Sorquilla pero como se pone peligroso y sabemos que por ahí no se puede ir, desistimos y nos volvemos hacia la Sorquilla.


Por estos cuestarrones nos topamos con vetustos postes de la luz, para antaño llevarla desde abajo a sitios de la Muela como podrían ser las casas forestales que hay por arriba.



                                      Avanzamos pero no mucho pues nos topamos.....


                                    Con el Barranco de la Sorquilla y sus tremendas laderas.

Como regresar por donde habíamos subido era algo peligroso debido a esa descompuesta y fina pedrera, y aprovechando que Paco no conocía el interior del barranco de la Sorquilla, volvimos por allí dentro, comprobando ese antiguo camino que iba por su abrupto interior.


No pongo fotos de la Sorquilla pues ya la vimos en la entrada del Pu... Agujero, pero si de alguna fotillo hecha con mi ingenio característico, jejeje.


                          El festival de frailes, agujas y monolitos sigue por todos los lados.


                                                  Aquí ya estamos saliendo de la Sorquilla.

En un principio ya habíamos terminado la ruta, pero volviendo yo no me di por vencido y, como íbamos bien de tiempo, le dije a Paco de entrar otra vez en la Falsa Sorquilla, pasar el punto por donde ascendimos al monolito y subir un poco por su caótico cauce para ver si el principio del camino de los barrancos apareciera por ahí, cosa que me parecía casi imposible, viendo lo abrupto que era aquello, pero un cabezorro serrano, como me diría Maru, nunca debe darse por vencido.

Al final Paco y yo, aprovechando sendas de bestias, subimos y subimos otra vez descubriendo otro monolito que bauticé con el nombre del Dedo de Paco, hasta que llegamos a un punto en el que yo sabía que por allí debiera aparecer el camino de los Barrancos que descubrí en la entrada de la semana pasada. Por fin lo encontramos y ya solo tocaba descenderlo para ver donde nos llevaba.

Resulta que aquello fue todo un señor camino de herradura y cuando se dirige hacia el barranco de la Falsa Sorquilla, pega una brusca curva, apuntalada por restos de mampostería, y se dirige hacia la carretera para llegar a acabar muy cerca de ella. Realmente la vez que fui con mi hermano pasamos al lado de ese final/principio del camino de los barrancos pero la orografía y la vegetación nos hicieron no verlo.
Es tan arduo ir por el cauce de la falsa Sorquilla, que cogemos su ladera izquierda para ir cogiendo altura.

      Nuestros pasos nos llevan hasta el Dedo de Paco, otro monolito aguja espectacular.


      Al otro lado del barranco nos aparece alguna visión parcial del monolito de la Sorquilla.


Llegamos a una especie de colladete donde la ladera se lanza para abajo en fuerte pendiente. Ni rastro de camino todavía. Seguiremos avanzando por la derecha intentando no perder altura.

Lo que obtenemos aquí es una hermosa vista de cuestarrón que tuvimos que subir para llegar al Monolito de la Sorquilla que se ve arriba.


Al otro lado vemos como entra  en el pantano de la Toba, la Sorquilla, único barranco de toda la larga cara sur de la Muela de la Madera que abre las paredes verticales de la misma.

                    Vista desde aquí de esta preciosa manifestación geológica serrana.


Aquí podemos ver como al fondo viene la Sorquilla bordeando el puntal del monolito y abajo a la izquierda le entra la falsa Sorquilla.

A Paco y a mi nos tiran las paredes rocosas como la miel a las moscas. En esta ventanuco, vemos múltiples cagadas de buitre.


Empezamos a perder altura, bajando con cuidado por la ladera hasta que nos encontramos con el camino. ¡¡¡Por fin!!! Sigámoslo en sentido descendente a ver donde nos lleva.


Parece que va a la Falsa Sorquilla pero en último momento da una curva brusca y cambia de dirección, dirigiéndose hacia la Toba.


En algunos tramos se ve aún parte del antiguo empedrao y delimitación del camino donde el corrimiento de la ladera con el paso de los años ha ido ocultándolo.


              En la última parte va haciendo continuas lazadas para perder más altura.


                  Debajo de esos cantiles rocosos de arriba estábamos hace unos minutos.



Al poco de salir hay que ir por en fondo de la vaguada que indico en el mapa, siendo la estrella el punto donde debemos buscar a la derecha la senda que por alli empieza ser visible.

Ahora sí que tenía aquello completado y realizado. Tocaba celebrarlo como siempre en Uña, sabiendo que no pasaría ni dos semanas hasta que otro viejo camino, una recóndita roca de forma caprichosa, algún olvidado resto histórico o quizás una escondida fuente ocuparan otra vez mi cabezota hasta darle vueltas y vueltas y terminar desentrañándolo o quizás no, nunca se sabe.
Es la magia de la sierra.

¡¡Hasta la próxima!!

Comentarios

  1. Hola Toni,

    Si es que no hay quein pueda con la cabezonería conquense... jajaja

    Impresionante ver el monolito desde abajo, más aun si para llegar a él tenéis que subir por una pedrera tan delicada, pero veo que valió la pena, ya que además del monolito también pudisteis contemplar otras muchas formaciones, todas ellas preciosas.

    Por fin encontraste el sendero, si es que ya sabía yo que no pararías hasta que dieras con él y su inicio, además tiene muy buena pinta, y para estar en desuso, muy bien conservado, ahora seguro que en un futuro nos presentarás alguna aventurilla con él como protagonista.

    Salud, cabezonería serrana y senderos ancestrales!!!

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    1. Hola David.

      Si me llego a ir a casa sin haber visto donde empieza ese camino, aunque se una tontería, me habría seguido ahí dando vueltas en la cabeza, y eso no se podía permitir.

      La verdad que viene muy bien para trazar rutas que suban y bajen a la Muela, y seguramente como tú dices, alguna se hará en el futuro.

      Salud y cabezorros.

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  2. ¿Podríais decirme a qué obedece el topónimo de "La Sorquilla"?

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    1. Hola Anónimo.

      Pues, diciendo la verdad, no tengo ni idea. Me suena sorquilla a algún instrumento o apero de los que se utilizaban en el campo pero ya te digo que no tengo ni idea.

      Un saludo.

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  3. Hola Toni.

    Está claro que en esta cuestión sólo caben dos opciones: dar por visto un paraje y olvidarlo o empecinarse en desentrañarlo a fondo a ver que más podemos descubrir. Y a los que nos gusta esto, es fácil que nos entre la cabezonería de ir siempre más allá. En todo caso aquello se ve muy salvaje y poco transitado. Mira que siempre desde la carretera he dicho: "a ver ese barranco si algún día me meto..." por ser una de las pocas entradas a la Muela por esa cara sur.
    Como doy por hecho que os ha merecido la pena la paliza, no ha más que hablar... y a regarlo con cervezas en Uña!!!

    Un abrazo.

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    1. Hola Andrés.

      La verdad que gracias al monolito ha sido cuando más he profundizado en este rincón, que al igual que tú, todas las veces que pasaba por ahí (cientos de veces) siempre miraba ese barranco donde la erosión de las paredes y rocas y los pinos tan verticales ya llaman la atención.

      Acuérdate que en Uña, regando la ruta con cervezas, fue donde nos encontramos.

      Un abrazo.

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  4. Hola Toni.

    Al final, el que la sigue la consigue jejeje. Muy guapo el monolito, que a mi desde algunas perspectivas me recuerda a una colmenilla, y no digamos su entorno calizo, salvaje, espectacular e inaccesible, bueno esto último no, que llegasteis vosotros, pero es que a donde no llegue la cabezonería serrana...jejeje. Y luego con la búsqueda de ese antiguo camino os llevasteis de premio otro monolito, además de unas excelsas vistas de todo ese rincón por el que discurrió vuestra aventura. Mi enhorabuena por vuestra perseverancia.
    Ahora a seguir explorando nuevos rincones de esta Muela de la Madera, que seguro que sigue escondiendo tesoros por descubrir. Además, los bares de Uña yo creo que estarán encantados de que volváis muchas más veces en plan explorador jejeje.

    Un abrazo.

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  5. Hola Dani.

    La verdad que si, la parte de arriba es muy "colmenilla". Según la perspectiva va cambiando de forma. A Maru hay ciertas vistas que le recuerda a un puño cerrado.

    Aunque me crea que me conozco la Muela bastante bien, seguro que sigo trazando rutas y encontrando cosas nuevas.

    Si te digo la verdad, hubo un tiempo que el bar que más frecuentaba en Cuenca, no estaba en la ciudad, sino que era el de Uña, jejeje.

    Un abrazo.

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  6. Hola Toni...
    Y al final te quedaste satisfecho...jejeje.
    Desde luego,otra gran I+D Serrana.El monolito,es una pasada,costo llegar,pero vaya premio.La subidita,tela marinera...jejeje.Se aprecia mucho más el desnivel en una fotografía posterior que pillas esa pedrera de lejos.
    Esas agujas de la Falsa Sorquilla,me han recordado a les Gubies del Parrisal,en Els Ports y vaya camino-sendero guapo como colofón a otra gran jornada de Magia Serrana.
    Bueno Toni,a seguir en tu línea,mostrándonos toda la belleza de la Serranía.

    Un abrazo.

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    1. Hola Juane.

      Solo conozco els Ports por fotos, pero si hay alguna visión de la Falsa Sorquilla que recuerda a esos paisajes. Los ingredientes están ahí, caliza, erosión y pinos.

      Un abrazo.

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  7. Hola Toni.

    Y luego dicen que los maños somos cabezones, pues los de Cuenca no nos vais a la zaga!. Casi os vais sin descubrir el misterioso camino de los Barrancos, pero al final, sabiendo donde podíais enlazar con el, tomasteis la mejor decisión, cogerlo en bajada.

    Aunque es una zona ya has trillado, seguro que hay muchos más senderos y lugares por descubrir, el problema, es que solo la gente mayor sabe de su existencia, y cada día quedan menos de los de "antes".

    Un saludo

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  8. Hola Eduardo.

    Jajaja, Cabezorro que me dice mi mujer. La verdad que venirme a casa después de no haber encontrado algo que iba buscando en el monte (sea camino, fuente, árbol, etc, etc), de haberlo visto solo a medias, de no haberlo visto bien, es una cosa que no me deja satisfecho del todo, y como tengo la suerte que la mayoría de las veces son parajes que no los tengo lejos de casa, pues como que no suelo tardar en volver.

    Lo de los viejos y su sapiencia desgraciadamente es así. Por eso, por ejemplo en la Serrania de Cuenca, región cada vez más despoblada, mis conocimientos plasmados en este blog (y lo que voy aprendiendo) quedan para en un futuro sirva para que no caigan en el olvido todos estos rincones.

    Un saludo.

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