EL CERRO POSTE DESDE LA FRONTERA, SU ROBLEDAL Y EL BARRANCO DE LA CAÑADA DEL ROYO



El Cerro Poste de 1430 metros es una montaña de la Serranía que la llevo viendo desde muchas ópticas y en muchas ocasiones pero si es verdad que nunca había estado en su vértice geodésico. Aunque dicho vértice está exactamente en el término del pueblo de La Frontera (¡cómo me gusta el nombre de este pueblo!) toda la crestecita que hace el cerro es límite de tres términos municipales; el mentado de La Frontera, el de Fuertescusa y el de Fresneda de la Sierra.

A nivel provincial hay una carrera de montaña que es conocida y que, saliendo de la Frontera, sube al Cerro Poste, y hace que este cerro sea algo más celebre que otros cerros adyacentes. Nosotros vamos en esta entrada a intentar ajustarnos en parte al recorrido de la carrera de montaña, y digo intentar porque como veréis en las fotos la vuelta nos dio unos cuantos quebraderos de cabeza. 
Recordemos que la semana pasada tocó subir y conocerlo desde Fresneda; hoy lo haremos desde la Frontera, centrándonos más que en la cima, en la nueva senda de subida, y luego, sobre todo, en inesperada bajada y vuelta al coche.

Si es cierto que la subida por la vertiente de La Frontera es más vertical, y si al principio había pensado volver por el mismo camino que subimos, la conjunción de dos factores nos hicieron bajar por lateral de un barranco, mejor dicho barrancazo, pensando que por ahí volvía el trazado de la carrera.  Craso error, que luego explico abajo como nos metimos y como salimos de ese berenjenal.




Si en Fresneda teníamos un bello robledal, en La Frontera tenemos otro, y ¡ojo, qué otro! incluso con más ejemplares gordos. Qué maravilloso y curioso es que las laderas sureste y suroeste del Cerro Poste sean antiguas dehesas, y hoy en día robledales extensos, recordándonos a tiempos pretéritos cuando el Quercus era el amo del espacio verde y arbóreo de la Serranía de Cuenca.

La senda de subida es el viejo camino del Poste, una senda ancestral de la gente del pueblo para subir a la parte alta de la sierra, en este caso al Collado del Bu. Por allí pasa el carril que se dirige a varios lugares con el valle del Escabas debajo. Nosotros cuando lleguemos a ese collado, iremos por la más empinada ladera porque por allí va la carrera de montaña (esto lo descubrimos la vez que subimos desde Fresneda).


Se puede salir desde el pueblo pero nosotros nos quitamos un par de kilómetros con el todoterreno.



Ya están viendo la maravilla de ejemplares de robles que nos van a acompañar en esta 1ª parte.


Vamos a disfrutar de estos venerables seres vivos.



                           Poniendo junto a ellos a Paco que también está hecho un roble.

            La mañana es fresquita y al fondo vemos el objetivo de nuestra ruta de hoy.


Estos robledales eran antiguas dehesas que ya apenas se utilizan y el suelo es buena prueba de ello.


Saco con el zoom parte del Barranco de la Cañada del Royo, que sin saberlo aún, se tornaría protagonista inquietante de la ruta de hoy.


                              Da gusto andar por aquí con este cortejo de robles.....


                                                      y sus muchos detalles.


                                    Llega un momento que el carril se vuelve senda.


Además ancestral, a ver los muretes que hicieron los frontereños de antaño para sujetar este camino.


   Detrás de Paco se ven las ramblas y barrancos que vienen del Poste y rasgan la ladera.


            Que chulada de camino para nosotros y para los de la carrera de montaña.




             Se mete por dentro de las ramblas siempre con muros apuntalando el camino.


                           Al echar un vistazo atrás vemos la Frontera al fondo.



Donde no da el sol tenemos un poquito de nieve, cosa que me hace pensar que en la otra cara del Poste, umbría total, veremos más blanco.


Llegamos al Collado del Bu, donde llegamos la semana pasada con Maru y Nacho, teniendo el Poste allí arriba a la izquierda.


                 Subimos por la ladera más directa (y por donde pasa la carrera también)


Cogemos altura para ver la dorsal que separa Fresneda de la Frontera con el Collado del Bu en primer término y el Collado Moreno en 2º término.


  No voy a poner muchas fotos del vértice del Poste más que la de este gallardo senderista.


Os habréis dado cuenta que el día -justo un día de antes de la llegada de una borrasca- no era propicio para ver los horizontes, al haber un neblina flotando en el ambiente.


Una vez en el vértice, bajaremos por la ladera de pinar buscando el fondo de la Cañada del Royo, ese valle cerrado que va paralelo a la cresta del Poste y que cada vez se va metiendo en una profunda hoya que termina saliendo a lo bestia por el barranco del mismo nombre, un barrancazo que ya desde lejos en la carretera asombra por el tamaño que gasta. Sabía que en esa zona de umbrías nos recibiría la nieve, y así fue, pero la cantidad no era demasiada y solo nos hizo embellecer más el paisaje que estábamos recorriendo.



 Nos dejamos caer por la otra ladera del Poste donde en efecto la nieve está más presente.


   Una vez en el fondo del barranco, avanzamos cómodamente por una antigua vía de saca.


Entramos un poco en la primera parte del estrecho del barranco y allí fue donde Paco y yo vimos las cosas que nos despistaron, y que nos decidieron volver al coche por allí, pero como aún era pronto, reculamos y entramos otra vez en la Cañada del Royo para subir por la vaguada y ponernos en lo alto del Cerro Navaseca, todo ello para intentar tener vistas del barranco y Cañada del Royo desde arriba
                    Nos torcemos a la izquierda para buscar la salida del barranco.


Dentro del barranco tenemos ya la vista de cómo las crestas caen en picado. Allá arriba es el Cerro Navaseca y donde iremos ahora después.


El descubrimiento de este camino ancestral que sale del barranco por un lateral y unas tiras coloridas de plástico en este punto nos hicieron pensar que por aquí volvía la carrera de montaña a La Frontera.


Pero antes, volveremos para atrás, encontrándome estos cuernos de cabra montesa en perfecto estado. ¿Para cuando una entrada del blog con cuernas, osamentas y demás parafernalia serrana ósea?


Volvemos para atrás,al fondo del valle de la cañada del Royo, y salimos de él en dirección al Cerro Navaseca.



      Estamos ya en el Cerro Navaseca, donde buscamos un lugar para otear el barranco.



Vamos a ver lo que tenemos delante, ya que enfrente mismo está el Cerro Poste y toda esta caída hasta el fondo del barranco.


           A la izquierda nos aparece el valle de la Cañada del Royo por donde hemos venido.


Dentro del barranco, vemos el lateral por donde se supone que va el camino de vuelta. No sé...no sé...pero no estoy seguro del todo que vaya por ahí.


 Volvemos a bajar al fondo del barranco para comer resguardados del viento, y apretarnos el más clásico de los almuerzos

Después de comer, nos metimos por el barranco seguros que por ahí volveríamos al coche, ya que, como cuento antes, lo que nos despistó fue, 1º que nos encontramos, cuando el barranco se pone muy vertical y peligroso, una senda ancestral que iba por el lateral izquierdo del mismo, y allí también vimos dos plásticos atados a los árboles como indicando el paso de por donde tienen que ir los corredores de la carrera.
Total, que no le dimos muchas vueltas y pensamos que por ahí bajaba la carrera, y, entre que ya era tarde y que empezamos a descender por esa senda, cuando nos dimos cuenta que por ahí era imposible que fuera el trazado ante lo peligroso que se veía aquello, era tarde para recular.


Aquí entran dos factores a nuestro favor que nos inclinaron a seguir bajando: uno nuestra experiencia y pericia en este tipo de terrenos de pedreras finas y descompuestas, y dos, que yo llevaba el móvil con el mapa y el gps que nos indicaba donde había más o menos pendiente para ir trazando la bajada.

Aun así, hubo un punto delicado que pasamos Paco y yo sin problemas pero es de esos pasos que todo senderista/montañero debe evitar pasar por él, si es posible. En caso de caída o desprendimiento ya no lo cuentas, y eso hay que intentar evitarlo siempre; además que hubiera nieve no facilitaba el tránsito por ahí.


En esta primera parte la senda ancestral va bien marcada mientras vemos las crestas y cuchillares rocosos que caen de la ladera del cerro Navaseca.


   En este tramo sin apenas senda, me entraron las primeras dudas serias de que la carrera volviera por aquí.


El entorno del barranco adquiere unas proporciones brutales con estas laderas muy inclinadas.


Definitivamente por aquí no va la carrera. Le digo a Paco que qué hacemos pero mientras se lo digo vamos avanzando, ya que se adivina una ligera sendeceja.



                 Mas vale asegurar la pisada porque la caída es de las de no contarlo.


Más allá se nos abre la vista del bosque mixto roble/pino y a la derecha aparece el Estrecho de Priego.


Parece que podemos seguir con mucho cuidado pero la verdad que yo voy un poco nervioso pensando que a lo mejor más adelante no vamos a poder pasar.


Vistazo atrás para ver el tramo jodido que acabamos de pasar. Entiendo que antaño iba por aquí el camino ancestral pero los derrumbamientos de la inclinación de la ladera lo han hecho desaparecer.


Unas fotos allí para relajarnos pero aún no las tenemos todas para salir de ese aprieto. Detrás mío asoma el otro lado del barranco.


          Un pequeño alivio es comprobar que el siguiente tramo ya no es tan inclinado.


El tramo siguiente es esta bajada donde hay que tener cuidado con que no se nos vaya el pie ante la descomposición de pedrera.

Cuando íbamos bajando ya por la pedrera con cuidado y despacio, vimos un poco más abajo un construcción en la pedrera, y eso fue la mejor noticia posible, porque si llegábamos a ella, significaba que desde allí ya sería transitable y podríamos llegar al bosque donde los robles y su acogedoras ramas eran como el avituallamiento final antes de la meta, antesala de los tercios en el bar de La Frontera, mientras resoplábamos ante los aprietos aventureros de otra de nuestras rutas.


Con el zoom descubrimos esa construcción puesta al final de la pedrera que nos anim a pensar que al final salíamos sanos y salvos.

La bajada por aquí muy técnica pero pan comido para nosotros, donde intentaremos ir por lo alto de los cordales.

Ya que si no, te embocabas al fondo de las ramblas, y había que recular como tuvo que hacer Paco en esta foto.

Vistazo atrás en dirección al Poste que es lo que se ve allí arriba en el medio.


Aunque en las fotos no se aprecia del todo, esta ladera tan rocosa era espectacular.

¡Anda! la traza de una senda. Ahora si que ya estamos 100% seguros.




Miren los restos de muro para sujetarla. Aunque se dirige a donde está la construcción esa, mi teoría es que esta es la senda ancestral que iría por donde hemos venido Paco y yo, lo que pasa que la inclinación de la ladera y las pedreras la han hecho desaparecer en mucho tramo.

Ahí se ve ya el final de la roca y donde empieza el bosque con una tinada en ruinas.

Tela marinera con la bajada desde allí arriba que nos hemos hecho Paquito y yo.

¡Qué ganas que teníamos de estar otra vez con los Robles!

Menuda floresta de ramas tiene este. Tengo que volver a verlo en primavera con su hoja.

Me encantan los musgos que salen en las ramas de estos Quercus.

Los troncos de los robles son todo un mundo de formas caprichosas.

Aunque aguantan bien los calores estivales, lo idóneo para ellos es humedad y fresquito.

Miren que vista tan chula del Cerro Poste, tomada desde la Degollá de Priego.

La misma foto donde os explico por donde bajamos nosotros, desaconsejando por completo hacerlo por ahí.

Voy a despedirme con una vez más veraniega, unos años antes, que me acerqué a ver el final del Barranco de la Cañada del Royo desde abajo, aunque la verdad que ante el caos rocoso, lo mal que se andaba por allí, terminé volviendo y yéndome a bañar al Escabas que lo tenía bien cerca.
Estamos sobre el cauce seco de la Cañada del Royo, y al fondo se ve....

No llegué mucho más porque ahí adelante se ve ya un corte de bastantes metros, y estaba muy arduo avanzar por aquí.

Vista de La Frontera con el barranco al fondo.

De proporciones nada desdeñables. Por donde fuimos nosotros estaría más dentro a la derecha y arriba del todo.


Pinchen la imagen para verla en grande.


Plano con la ruta realizada.


                       ¡¡Hasta la próxima!!

Comentarios

  1. Hola Toni,

    Vaya dos robledales que nos has mostrado con la entrada de la semana pasada y esta, todo un lujo tenerlos tan cerca para poder visitarlos.

    Muy bonita esa subida al Cerro Poste con ese sutil manto blanco que le da un toque precioso al monte.

    Que mal se pasa cuando te ves metido en un berenjenal como este, le hacen apretar el culillo a uno, pero la sensación que se tiene cuando uno sale del aprieto es impresionante, por lo menos ibas en compañía, que siempre se pasa menos angustia.

    Salud y aprietos que acaban bien!!!

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    1. Hola David.

      Generalmente los robles en la sierra de Cuenca, ante el avance de la despoblación, están volviendo en forma de bosques de ejemplares jovenes, pero bosques de ejemplares gordos de años son las antiguas dehesas, y este es un gran ejemplo.
      Tengo ganas de que me dejen salir para andarlas con los árboles con hoja y la primavera llenando de verde todo el suelo.

      No lo podías describir mejor, esa sensación de apretar el culillo como dices tú, mientras por dentro vas pensando, pero como coño nos hemos metido aquí! Y cuando ya llegamos a esos restos de construcción y un poco más abajo vimos los muretes que sujetaban una senda fue un alivio cojonudo, casi como estar acodado en la barra del bar de La Frontera con un tercio en la mano.

      Salud y no más aprietos!

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  2. Patxi el Benicense20 de abril de 2020, 5:28

    Preciosa ruta entre robledales y paramos serranos como hacía tiempo que no veía gracias por hacerme sentir desde casa esos paseos tan montaraces como a ti te gusta definir

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    1. Hola Patxi.

      Ya sabes que Magia Serrana está ahí siempre para cuando te apetezca dejar volar la mente por estos montes.

      Un abrazo, grandullón.

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  3. Nada que estáis hechos como esos robles: fuertes y valientes, sin ningún miedo y eso que algunas partes de la excursión, no estaban muy claros. Otra más lograda.

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    1. Hola Alicia.

      Pues si, otra excursión más lograda aunque esta con algún apuro, pero bueno nuestra experiencia siempre es un grado para este tipo de tesituras.

      Un saludo y gracias por comentar.

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  4. Hola Toni.

    Muy chula toda esa zona baja con los robles, lástima que tuviera ya casi toda la hoja en el suelo, pero en otoño tiene que ser una pasada.

    Viendo tus entradas yo pensaba que la serranía era prácticamente todo pinar pero según cuentas no, antes los robledales tenían una buena extensión.

    La fotografía del cerro Poste, desde Degolla de Priego, muy chula, desde allí parece una montaña de más entidad.

    Ese sendero de bajada como tú bien apuntas al final, yo creo que no es de una carrera, ya que las carreras de trail las tiene muy señalizadas y y si solo visteis dos balizas, yo creo que puede ser más la señalización de un puesto de caza.

    Cuando uno se embarca en estos berenjenales, pues se le pone el culo un poco prieto, porque si se te echa la noche encima estas jodido, aunque con suerte y vuestro conocimiento pudisteis salir del paso, menuda alegría os daríais cuando visteis la caseta derruida.

    Un saludo.

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    1. Hola Eduardo.

      Pues si, cuando te encuentras con ejemplares tan hermosos y con unas florestas de ramas tan extensa, lo primero que piensas que hay que verlos con hoja para meterte debajo de ellos y aprovechar esa sombra, por eso lo que le digo a David, es que en cuanto nos dejen salir, me iré a andar para ver como la primavera arranca por allí.

      Pues no, parece ser que antaño por estos lares el pino era más residual (parece mentira comparandolo con la actualidad) pero Encinas, Quejigos, Melojos y Rebollos (diversos Quercus) eran el tapiz principal de la sierra pero diversos usos, sobre todo el de leña para calentarse hizo que fueran cortados indiscriminadamente (en aquellos años siglos atrás no se tenía esa conciencia medioambiental). De ahí que cuando vemos fotos antiguas de muchos sitios de monte ya esté el monte pelao.

      Hace un par de años hice una ruta con un hortelano de Valdecabras, cerca de Cuenca, para enseñarme unas cuevas, y recuerdo que mientras andábamos por un magnífico pinar, el iba diciendo que qué lástima todo comido por el pinar y toda la maleza del sotobosque (enebros, romeros, etc). Antes esto estaba limpísimo, hecho bancales y se aprovechaba la tierra.

      Yo no dije nada pero me di cuenta que para lo que nosotros ahora es una maravilla para andar, admirar y disfrutarlo, para muchos de los hombres de los pueblos de antaño lo deseable era lo de antes, cuando todo estaba pelao y todo trabajado primero para asegurar su superviviencia.

      En cuanto a del paso delicado, menos mal que pasó rápido porque mucho tiempo en ese estado hace que te entre un agobio que mola muy poco. Además, siempre esta ahí encima la amenaza de pillarnos la noche, cosa que si hubiéramos tenido que recular y volver hacia atrás, seguro que nos habría pillado, aunque ya en el carril de abajo, cosa que con el frontal de la mochila hubiéramos llegado al coche, pero agobia pensar que te cae la noche sin haber llegado al coche.
      Ver esa caseta en ruinas fue casi como ver el tercio encima de la barra del bar de pueblo.

      Un saludo.

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  5. Como siempre eres magnifico y te sigo con interés.
    Un abrazo Toni

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    1. Hola Josefina.

      Muchas gracias por tu comentario y por seguir leyéndome.

      Un abrazo.

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  6. Hola Toni, vaya manera de hacerme salibar ..., primero de envidia por poder abrazar esos pedazos de robles (¡cómo estrán en primavera, cielo santo!) y segundo de canguelo por la bajada en esas laderas inestables y de pendientes imposibles. Sé lo que se siente en esos momentos de incertidumbre (¿será por aquí?, ¿se podrá pasar?). Yo también he pasado algún apurillo que otro pero con la cabeza fría y la pericia montañera que nos caracteriza (jejejeje) y un mapa a mano, todo se supera.
    En fin, Toni, otra bella visión del Cerro Poste que nos has regalado. Un abrazo y paciencia que ya va quedando menos.

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    1. Hola Paco.

      Qué como estarán? jejeje es de lo primero que voy ir a ver. Además el roble por estos lares es de los últimos árboles que suelen echar la hoja, o sea que para mediados de Mayo que presumiblemente ya nos dejarán salir, estarán ya con su hoja verde esperándome.

      Yo creo que todos nosotros los montañeros/senderistas sabemos lo que son los momentos de agobio, y ya hemos desarrollado cierta experiencia y sobre todo mantener los nervios templados, pero claro llevaba tanto tiempo sin que me pasara, que al principio no daba crédito por cómo nos habíamos metido en ese aprieto, con una ladera super inclinada, derruida, con nieve y con una caída letal.

      Un abrazo.

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  7. Hola Toni.

    De nuevo me quedo maravillado, al igual que en la primera entrega dedicada al Poste, con esas dehesas y sus gigantescos robles trasmochos, como molan esas fotos en las que se os ve caminando flanqueados por robles a ambos lados del camino. Recuerdo cuando íbamos camino de Priego que me fije en esos barrancazos que nos muestras en las últimas fotos y ya me comentaste que eran muy inaccesibles. Esos barrancos y todos esos robles le dan un gran atractivo a la zona.
    Respecto al Poste y su bajada me ha gustado el tramo ese en que fuisteis hacia el Cerro Navaseca, con esas afiladas lajas calizas clavadas en las laderas. Y luego el pasito ese tan comprometido... qué miedo me dan esas pendientes tan inclinadas con terreno descompuesto y con tanta piedra suelta, sobre todo cuando hay que atravesarlas en horizontal, y si encima hay algo de nieve ya ni te cuento. Así que me imagino que muy buen rato no pasaríais, y el sumo cuidado que pondríais para superar ese obstáculo. Suerte que arriesgaros a pasar por ahí os salió bien y encontrasteis un camino mejor. Lo malo hubiese sido que después de ese paso hubiese venido otro peor. Lo que importa es que todo os salió bien , disfrutasteis de una gran ruta por esos bonitos lares y regresasteis con otra batallita serrana para contar en el bar tercio en mano jejeje.

    Un abrazo.

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    1. Hola Dani.

      La verdad que si juntamos los robles de las dos antiguas dehesas ahí se saca un bosque mágico, y que como pasa en Cuenca, muy desconocido para las gentes. Para los robles siempre será buena noticia, cuanto menos gente siempre mejor. Me imagino que dentro de 20 o 30 años va a ser un bosque para sacar en los libros ante el tamaño de aquellos arbólitos. Habrá que estar ahí, aunque sea con la garrota para verlos ;-)

      Lo del Cerro Navaseca fue una gran idea pues yo quería tener perspectivas desde arriba, y antes en casa, mire en el mapa a ver si era un cerro tapado de pinos o tenía alguna zona más limpia que sirviera de otero, y efectivamente, ese lado que daba al barranco estaba más limpia y podríamos otear. Lo que fue una sorpresa fueron todas esas lajas y crestillas rocosas que se veían. En las fotos no se aprecia bien, pero in situ eran mucho más espectacularees.

      Uuuf, ese tramo de cruzarlo horizontal eran como tres o cuatro ramblas canales. El trozo de tierra que unía las canales se iba bien (y de hecho había sendecita para poner bien el pie) pero dentro de esos canales desprendidos no había senda y la pendiente era seria, muy seria. En esos cuatro puntos era donde se me ponían los huevos de corbata.

      Lo que me hizo seguir tambien, es que vi en el mapa en el movil, que más adelante, había una zona que las lineas de nivel estaban más separadas y por ahí no habría tanta pendiente. Cosa que así fue, siendo esa bajada rocosa con la pedrera descompuesta. En el peor de los casos, una buena caida de desollarte las manos y las rodillas y hacerte daño, pero sin consecuencias letales (No como en el tramo de las canales terrosas inclinadas, descompuestas y con nieve)

      Un abrazo.

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  8. Hola Toni.

    Es curioso los puntos tan distantes desde los que se otea el Poste. Desde el San Felipe se avista perfectamente siguiendo la línea visual del valle del Escabas.
    Quien os iba a decir que ese placentero comienzo por la dehesa de Quercus se convertiría en una travesía que se complica por momentos por que se os hace tarde, hay dudas sobre el camino de regreso, y negociar ese jodido tramo descompuesto y de pendiente intimidadora.
    Lo cierto es que aquello es de marcarse buenos retos montañeros en un cordal de cimas y barrancos con mucho atractivo.
    Buenas piernas y buen corazón los de aquellos que se atrevan y terminen esa carrera de montaña!!

    Un abrazo.

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  9. Hola Andrés.

    Ahora que lo dices si recuerdo otear desde San Felipe, y seguir la línea del Escabas y verlo, aunque en un primer caso, no le asocié al Poste. Si subo a San Felipe otra vez, me fijaré.

    Tú lo has dicho bien, con lo apacible y bonita que empieza la ruta con los robles y como se torna cabrona. De todas formas, fue nuestra culpa por no querer volver por donde vinimos. Esas ganas de explorar y hacer la ruta circular nos pudo, jejeje.
    Creo recordar que una de las veces que estuvimos juntos en el monte, me dijiste algo de que algún día lo mismo te apuntabas a la carrera de Poste. ¿O a lo mejor lo he soñado? jajaja

    El otro día conocí en el facebook de Magia Serrana a un amigo tuyo de Cuenca que puso una foto en el monte que salía él, contigo. Cuando la vi, le dije: coño pero si es Andrés. Se llama Jose Luis Mayordomo, y es otro amante de la sierra. Buena recua nos juntamos!!

    Un abrazo.

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    1. Hola Toni.

      Je,Je. Efectivamente no lo has soñado. Sí que me tienta ésta carrera del Poste y la de la Degollá, pero me gustaría hacerlas en buena forma y sin acabar hecho unos zorros, y la verdad es que me falta tiempo para prepararlas. Ya veremos.
      Anda, qué sorpresa el amigo José Luis!! Le mando un abrazo desde aquí. Qué palizones de órdago nos hemos metido juntos por la Sierra. Hace tiempo que no quedamos. A ver si nos vemos los tres por Cuenca y planeamos alguna cosilla.
      De hecho la única vez que he subido al Poste (septiembre 2010)lo hice con José Luis. Salimos del camping de la Dehesa de Cañamares subiendo por la Dehesa Boyal directamente hasta encontrar un pasillo entre las moles rocosas y salir a la parte de atrás por Carrascallano, y siguiendo la pista nos plantamos en el comienzo de la Cañada del Royo y desde ahí atacamos el Poste. Nuestra odisea fue al regreso, pues aunque decidimos volver de nuevo por Carrascallano, se nos ocurrió seguir caminando por el cordal cimero hasta el Puntal de los Barberos y nos dimos cuenta del berenjenal donde nos habíamos metido pero... nada de dar marcha atrás!! Nos bajamos hasta la playeta de Cañamares por esa zona de impresionantes espolones rocosos que nos hizo trabajar de lo lindo para ir buscando el descenso y no perder pie cual cabras monteses. Así que siempre me quedo mirando ese laderón cada vez que voy a pasar por el túnel de Cañamares. Buena fue aquella, sí señor. Por eso te comentaba que aquella sierra da mucho juego montañero.
      A ver si ésta situación afloja y en la medida de lo posible podemos volver a retomar esto que tanto nos gusta y nos da vida. Al menos parece que las lluvias están siendo generosas esta primavera.

      Un abrazote!!

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    2. Jjajajaja. Bajastéis desde el Puntal de los Barberos?? la verdad que se ve eso peliagudo, pero me dijo uno de Cañamares que hubo una senda ancestral que sube por ahí pero yo tampoco investigué. Me imagino cómo os tuvisteis que ver en la bajada.

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  10. Hola Toni...
    Precioso y espectacular ese robledal de La Frontera,al igual que el que nos mostraste en la entrada anterior,desde La Fresneda.Un verdadero placer debe ser el caminar entre esos gigantes y desde luego muy buena senda de subida la que tuvisteis para llegar hasta ese Cerro Poste(en esta ocasión,con vistas muy limitadas).
    Y mientras leía y veía el berenjenal en el que os metisteis,me ha venido a la mente nuestra caótica aventura xtrem en Artana,en el mes de octubre pasado.Buff que mal se pasa,aunque en vuestro caso fue mucho peor,con ese paso descompuesto,con rastros de nieve y con posibilidad que os pillara la noche,"pa mear y no echar gota" o como dijo mi amigo JuanMa,en una situación peliaguda con los todoterreno y la nieve,en Javalambre..."si me meten una pajita por el culo,no me cabe"...jejeje.
    Bueno,al final otra gran aventura de Magia Serrana y por cierto,lo de los cuernos de la cabra,igual fue "premonición" de que ibais a andar como ellas...jejeje.

    Un abrazo.

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    1. Hola Juane.

      Pues si, eso de la pajita en el culo es realmente cierto, jajaja. Te fías pensando que eso te puede pasar en sitios como Pirineos o alta montaña y que en tu sierra no, y zaz! llega y te ocurre.

      No había pensado en la premonición de los cuernos de cabra, jejeje

      Un abrazo.

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