LA COLA DEL POTRO Y EL YUNQUE EN LA HOZ DEL SOLÁN DE CABRAS


La Cola del Potro es un puntal rocoso de unos 450 metros de longitud. La anchura va de unos 15 metros de la parte más ancha a unos 4 o 5 metros de la parte más estrecha, justo casí en su punta. Su formación es debida a la erosión del río Cuervo, que fue abriendo la tierra y la roca como pudo creando una serie de enormes meandros que a su vez dejaban unos alargados puntales, santo y seña del final de la Hoz del Solán de Cabras.

Esa donde abajo del todo nace la célebre agua comercializada en botella, famosa desde hace siglos, cuando ese pastorcillo comprobó que sus ovejas enfermas sanaban al beber de ese manantial.
Tenía visto la Cola del Potro desde enfrente, es decir desde el Castillo de los 7 condes y la Peña Rubia. Como verán en las primeras fotos, esta es la perspectiva donde mejor se aprecia la delgadez y elegancia de este puntal rocoso con un topónimo tan bien puesto. Una segunda ocasión, me vine al otro lado, a la Muela del Rebollar. Mi intención era bajar a la Cola del Potro y recorrerla pero aquello no estaba fácil.

Como tenía muchas más cosas que ver en aquella excursión, no indagué mucho en cómo bajar a la Cola. Años después, a principios de Julio del 2020 decidí volver y buscar bajada, asunto que conseguí con mucho cuidado, tanto por el terreno como por el calor que me hizo ese día. 
Además, una vez allí, vi en la ladera infestada de bujes una cueva a pie de pared rocosa. Echándole arrestos, y sacando toda mi paciencia como escudo, conseguí llegar, sudando la gota gorda, a esta cueva para investigarla.
Por un lado, fue una pequeña decepción porque no era cueva sino un covacho con muy poca profundidad pero por el contrario descubrí unas cosas curiosas de algún que otro pastor ingenioso que aprovechó estas oquedades para conseguir la preciada agua para apaciguar la sed. A las fotos me remito.

        Ahí tenéis la Cola del Potro, vista desde enfrente, en una ocasión que fui hace años.

                                                     Un poquito más de cerca.

                                                               ¡Espectacular!


                          Una maravilla geológica, producto de la erosión kárstica.

 Miremos hacia abajo. El río Cuervo es el que ha conformado este paisaje tan espectacular.

Vamos al día de la excursión actual, donde yendo por la muela camino de la Hoz me topó con esto.

Que cosa más extraña de construcción, donde a la tiná se le incrustó por dentro este muro de ladrillos.

       La Muela del Rebollar esta plagada de simas, donde hay que ir pendiente del suelo.


                   Ya se ve la Hoz, y enfrente nuestro parte de la Cola del Potro.

A su izquierda, río abajo, vemos el más grande de todos los puntales, el del Castillo de los 7 Condes.

                    Con el zoom me fijo en detalles rocosos de las paredes de la hoz.

Aquí vemos como el puntal de la Cola del Potro conforma el meandro de la propia Hoz.

El inconveniente es este: solo podemos llegar hasta aquí, ya que es imposible bajar ni a derechas ni a izquierdas.

Abajo del todo se ven pozas de esas virginales y bellas, que solo hacen más duro mi sufrimiento ante el calor que hace y el no poder llegar a ellas.

En el mapa veo que las líneas de nivel ceden algo, como a 300 metros más a la derecha, y por ahí comienzo a bajar, teniendo esta vista semi lateral de la Cola.

En mitad de la bajada "jabaliesca", un golpe de suerte: una antigua senda que va paralela al río y se dirige hacia la Cola del Potro.

Foto de la ocasión anterior que fui y no pude bajar a la Cola del potro, que se ve a la izquierda.

                        Sigo la senda, y ya comienzo a entrar en la Cola del Potro.

                       Asoman los bordes cortados a cincel sobre el cañón del río.

                     Ahí lo ven, debiendo tener cuidado pues entra algo de vértigo.

Me encanta esta vista, donde vemos el agua abajo, y donde podemos ver que el río si consiguió erosionar bastante el puntal anterior.



                   En este lado, el puntal tiene un piso inferior. Comienzo a investigar.


¿Porqué investigo? Lo hago pues en el puntal siguiente río abajo, el del Castillo de los 7 Condes, existió un Castro Celtíbero, acaso el más inexpugnable de los muchos castros de la Serranía conquense. Dando fe del mismo un tramo de muralla ciclópea que aún aguanta levantada. Luego más adentro se ven grandes amontonamientos de rocas, como si hubiera habido construcciones.

Por eso, me dio por pensar que este de la Cola del Potro pudiera ser otro gran sitio para los feroces celtíberos, debido a su inexpugnabilidad. La verdad que no encontré ningún resto evidente, como la muralla de los 7 Condes, pero si amontonamientos de piedras, que no sé con seguridad si achacarlo a la existencia o no de otro pequeño asentamiento.

           Estos son los extraños amontonamientos de piedras que se ven dentro del puntal.

No me atrevo a conjeturar nada, pues no encontré restos como cerámicas o algún sillar o lienzos de muralla.

       Seguimos recorriendo los bordes, viendo estos colodros que parecen naturales.

                 Estas florecillas alfombran todo el puntal dándole un toque muy chulo.

                               El puntal cada vez se va haciendo más estrecho.

      Seguimos mirando a nuestra derecha, donde ahora tenemos este puntal desgastado.

    Las fotos no hacen justicia pues el tamaño de estos bloques y cortados es tremendo.

                          Seguimos para adelante y ahora ya vemos el otro lado.

                      Al otro lado se ve parte del Puntal del Castillo de los 7 Condes.

Donde podemos observar esos amontonamientos de piedras que nos hablan de las construcciones celtíberas que hubo allí.

Hasta que llego a la punta. Más no puedo avanzar, aunque el puntal rocoso continua a más baja altitud.

                Ahora volvemos por el otro lado, viendo la Hoz dirección río abajo.

               ¿Cómo se vería esta parte de la Cola del Potro desde abajo? Pues así.

Nos acercamos para ver mejor los paredones que conforman la hoz.
 
Cuando llueve en cantidad, por estos mínimos huecos cae el agua en cascada.
 
Estas enormes rocas que se desgajan son las que cuando se derrumban llenan el cauce del río de rocas, saltos, rápidos y cascadas.
 
Desde aquí veo por primera vez lo que a mitad de ladera parece una enorme cueva. Decidido está, iré a explorarla, aunque si llego a saber lo que me costó, no sé si habría ido.
 
Otra perspectiva de la roca desgajada.
 
Esta vista con esta especie de tormo trampolín de la izquierda me encanta.
 
El morro delantero del puntal de Castillo de los 7 Condes es brutal. Para que os hagáis una idea, un persona allí, sería un puntito que apenas veríamos por el color de su ropa.
 
Agua, pino y roca. No hay duda, estamos en Cuenca.
 
 
Dejamos la Cola del Potro, y en vez de coger la senda e ir hacia la izquierda iniciando el camino de vuelta para subir a lo alto de la muela, seguiré la senda hacia la derecha, a ver si descubro un ramal de senda que se dirija hacia la cueva esa de la foto anterior.
En un principio, lo descubrí, llevándome una alegría que me duró 10 segundos, ya que de repente aquello se cerró de manera salvaje e inextricable, y una muralla de buje + majuelo + cuesta arriba + calor se encargaron de hacerme sufrir y sudar de lo lindo, jurando en arameo varias veces. Por fin, llegue a un claro antesala de la cueva.
 
Ya estoy bajo la sombra de la cueva, y este es el claro que se forma delante.
 
Me llevo una pequeña desilusión al ver que tiene muy poca profundidad.
 
Aunque en su fondo se crean rincones húmedos y bonitos.
 
Y recuerdos de tiempos pasados cuando esto era cueva subterránea.
 
El fresquete que hace ahí, más estas vistas tan chulas, hace que me quedé bastante tiempo.
 
Porque lo curioso viene ahora, al seguir investigando la cueva más hacia la derecha.
 
En unos huecos más profundos nos encontramos con esto.
 
El pastor de turno llevó allí unos gamellones o dornajos y los metió dentro para aprovechar el goteo de alguna filtración en la roca para tener agua para él y/o su pequeño rebaño.
 
Un poquito más abajo, hay otro sistema de gamellones para aprovechar más filtraciones.
 
Este gamellón coge el gote de esa toba con musgo de la izquierda.
 
Y el otro, de ese rincón. Hay que decir que aunque el río Cuervo esté abajo, es imposible llegar a él. 
 
Valentín Casado, otro amante de la Serranía y seguidor de este blog me comenta que, aunque no está seguro, esta cueva puede ser la llamada Cueva de la Barbarija, como le comentó un hombre de Cañizares. Apuntamos el nombre de esta enorme oquedad que yo ya le había puesto el prosaico nombre de la Cueva de los Gamellones. Hasta aquí la exploración de la Cola del Potro y la cueva. Vayamos ahora a ver otra formación geológica de la Hoz del río Cuervo.
 
 
El Yunque es una formación geológica rocosa que hay en el siguiente meandro dirección río abajo, después del puntal de Castillo de los 7 Condes, de aproximadamente con una longitud muy parecida al de la Cola del Potro, pero en este caso, lo realmente peculiar es que la erosión ha sido tanta que, de puntal rocoso inicial y solo queda una pequeña plataforma donde resalta un enorme bloque individualizado que nos puede recordar a la forma de un yunque, de ahí que en el pasado se le pusiera este topónimo, muy acertado a mi parecer.
 
Ahí tienen el Yunque como último resto de su puntal. A la vuelta de la curva del fondo estaría el Balneario y Embotelladora del Solán de Cabras.
 
Vamos a verlo desde el otro lado, en dirección río abajo.
 
Desde uno de los muchos sitios para asomarse cerca de la Cruz del Solán.

Vistas gloriosas de una parte del río Cuervo muy inaccesible.

Estiramos el zoom con las pared de la Peña Rubia a la izquierda.


El Yunque, y a la derecha parte superior, asoma un trozo del Puntal del Potro.



Su tamaño es gigantesco.
    
 
Ahí lo tienen visto desde abajo.
 
Otra maravilla geológica kárstica.
 
 
Hasta aquí esta excursión, tocaba hacer parada en el bar de Santa Mª del Val para reponerme del calor y del esfuerzo, e irme para Cuenca. Realmente esta ruta hecha a primeros de Julio del 2020 fue la última ruta larga que he hecho. Ya me toca esperar a la bajada de las temperaturas.

                                                          ¡Hasta la próxima!

Comentarios

  1. Hola Toni.

    Como me alegra recordar aquellos puntales y espolones rocosos. Alguna buena merienda me he dado al borde del tremendo puntal del Castillo de los 7 condes, y esa Cola del Potro desde allí te llama poderosamente a investigarla.
    Ya te comenté aquella aventura fallida por el interior de la hoz, partiendo del Balneario con la idea de llegar hasta la presa del embalse, pero a la altura del Puntal del Soto Negro, aquella feroz vegetación me hizo renunciar. Sin duda que la Hoz del Cuervo, como la de Tragavivos, te invitan a conocerla a fondo ya sea por sus aéreos senderos o en la profundidad de su río.

    Un abrazo.

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    1. Hola Andrés.

      Ya se puede decir que tengo este final de la Hoz del Cuervo vista desde muchos siios. Uffs, yo creo que ya no volveré a recorrer la Hoz entera por dentro, la vegetación ha debido seguir creciendo.

      Lo que si está muy bien y no cuesta tanto, es bajar por un viejo sendero ancestral que baja desde la Cruz del Solán a las pozas que hay al final de la Hoz y un poco antes de llegar al Balneario.

      Un abrazo.

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  2. Nunca me dejará de sorprender la maravillosa conjunción de roca y agua que crea esos fotogénicos paisajes serranos. Y qué buena está el agua de Solán de Cabras. Otro bello ejemplo de la Magia Serrana. Un abrazo Toni.

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    1. Hola Paco.

      En estas fotos vistas desde arriba se ve esa conjunción muy bien, otra historia es meterte allí dentro, ya que cada vez más, la poco que se transita y el avance de la vegetación esta creando junglas casi imposibles de avanzar.

      Menudo sitio guapo donde está el Balneario y la Embotelladora. A parte del Solán, otra agua que dicen que es la mejor calidad/precio es la de Fuente Liviana en Huerta del Marquesado. Aparte está el agua de Beteta. Esas son las tres aguas de la Serranía que se comercializan.

      Un abrazo.

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  3. Hola Toni,

    Menudo explorador estás hecho, y que suerte tenemos nosotros de poder disfrutar de tus exploraciones.

    Recorrer esa Cola del potro ha de ser una pasada, si ya en las fotos y con tus descripción hace que se espectacular, en vivo ha de ser brutal.

    Y ese covacho, que parecía que no tenía gran cosa, al final ha resultado ser un hayazgo impresionante, que maravilla como las gentes de antes aprovechaban todos los recursos que la naturaleza les ofrecía.

    Salud y grandes descubrimientos!!!

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    1. Hola David.

      Si tienes razón, esa exploración de la Cola del Potro, que además no había oído a nadie que se metiera por allí, hizo de la excursión una aventura explorativa de las que me gustan.
      Lo peor fue, sabiendo como me gusta bañarme, con el calor que hacía saber que abajo tenía pozas del río bucólicas y virginales y que no podía bajar de ninguna manera a bañarme.

      Salud y baños frustrados.

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  4. Hola Toni.

    Impresionante la hoz que se forma en la zona del Castillo de los 7 condes y la Peña Rubia, con esas panzas, puntales y formaciones rocosas como La Cola del Potro y el Yunque, menuda verticalidad!, acceder a la parte del río, tiene que ser un arduo trabajo.

    A pesar de está maravilla que nos muestras, me quedo sin duda con esa cueva-abrigo, la verdad es que cuando menos te lo esperas y en el lugar más insospechado, encontrarse ese sistema de fuente-abrevadero, es un hallazgo de los buenos, menudas ocurrencias tenían antes y menudos lugares elegían para resguardarse, pero imagino que sitios como este, tendrían a porrillos, por si acaso les pillaba alguna tormenta, para coger agua o simplemente para no tener que bajar hasta el pueblo a diario.

    Lo del Castro Celtíbero, al final vas a soñar con ellos, jeje.

    Un saludo

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    1. Hola Eduardo.

      Pues en toda esta parte no es posible bajar al río. Solo hay una senda que lo hace al otro lado de donde estoy yo, más río abajo.

      A mi también me encanto la cueva, por esa doble decepción/sorpresa que me lleve cuando después de estar ahí tomando aire y descansando después de haber visto que no tenía profundidad, y cuando me dio por rodear unos arbustos grandes y seguir exploradando el lateral de la cueva y ver como aparecían esos gamellones de madera debajo de las filtraciones.
      Claro y pensar la borriquería del pastor de turno de bajar ahí esos gamellones y meterlos dentro.

      Antes no me fijaba en lo de los Castros, pero ahora que soy algo experto, me fijo más, y flipo con la cantidad de exiguos restos que hay diseminados.

      Un saludo.

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