Vuelvo al Estrecho de Valdecabras, y vuelvo a sorprenderme.
Este sitio, aparte de su espectacularidad y belleza, tan cerca de Cuenca, es
una caja de sorpresas. Hoy vamos a intentar explicar cual pudo ser el porqué de
una pequeña obra de ingeniería vial que hay allí, el Escalerón.
Les recuerdo que en
la Sierra de Cuenca los escalerones son pasos hechos adrede para salvar un
lugar vertical inaccesible y poder bajar/subir. Ya lo conocía de antes pero aquella primera vez
no lo hice mucho caso. Hoy en día, como estoy mucho más investigador que antes,
recorreré el lugar, llevándome otra pequeña sorpresa.
La nueva visita al Escalerón más el descubrimiento de la
sorpresa hizo que volviera otra vez al lugar al cabo de una par de semanas, pero
esta vez acompañado de mi amigo Paco, hijo de valdecabrero, para intentar
desentrañar todos estos pequeños asuntos llenos de misterio que arroja un lugar
tan especial como es el Estrecho de Valdecabras.
El Estrecho tiene unos dos km de longitud, y comenzamos
dejando el coche más o menos por la mitad, cuando veamos un lugar para
aparcarlo a la derecha. Como he dicho antes, voy a ir alternando fotos de las
dos ocasiones que fui, la 1ª yo solo, y la 2ª con Paco.
Aparcamos en el Estrecho, y le echamos un vistazo al río de Valdecabras que baja chocolate debido a las últimas lluvias. He aparcado justo aquí por que quiero que os fijéis en el muro que se ve allí arriba.
¡Ostras! ¿Qué hace ahí arriba ese muro construido?
Como comprenderán, estamos viendo parte de la obra del Escalerón, pero no nos adelantemos.
Cogemos la senda hacia la izquierda, ya que si la continuamos a derecha nos llevaría al barranco de la Cueva del Hinojo.
Vamos cogiendo altura y se nos muestra parte del Estrecho.
Fíjense como el murete delimita la subida a donde parece que está el Escalerón.
Entramos en el Escalerón, donde ya se aprecia como se levanta una buena calzada.
Llama la atención el buen ancho de la misma para el paso de carromatos. Y en el lado derecho viene escrito "VM S2" o algo parecido. Puede ser la firma de quien hizo el escalerón o puede ser algo posterior.
Paco pasando por el Escalerón en la otra ocasión.
El empedrado aún resiste.
Al principio llegamos a barajar que fuera un camino alternativo en casos que el río en el Estrecho inundara el camino Valdecabras/Cuenca antes de la existencia de la carretera, pero luego desechamos esta posibilidad.
El camino empedrado llega hasta la siguiente obra, no menos sorprendente.
Un paso hecho adrede en la roca, con la anchura justa del tipo de carromato que metieran por aquí.
Comenzaron con un par de cartuchos de dinamita.
Y luego lo terminaron de hacer con los picos.
Aquí lo tienen, pero ¿y lo que hay a la izquierda?
Efectivamente, es la parte superior del muro que veíamos cuando nos bajamos del coche.
Otra perspectiva de esta pequeña pero vertiginosa obra de ingeniería.
El muro levantado desde otra perspectiva.
La explicación del porqué de la obra del Escalerón está más
o menos clara. El Estrecho es un lugar muy abrupto y vertical pero justo en el
lado izquierdo (viniendo de Cuenca), cuando ya pasas la 1ª mitad, hay una
ladera terrosa en que la inclinación no es tanta, buen y único lugar para
aterrazar y sembrar aquellos en tiempos pasados. El problema viene que para
llegar a esa ladera hay un corte rocoso con unas paredes de 15/20 metros de altura
aproximadamente que hacen de lugar completamente inaccesible.
La opción de dar la
vuelta a todo ese corte rocoso y subir por el barranco de la Cueva del Hinojo
para poder acceder a esta ladera la desechamos por completo pues es una vuelta
muy grande y nada practica para los hombres que querían subir a esa ladera.
Entonces, la solución era abrir un paso en ese corte rocoso, de ahí la
construcción del Escalerón.
Una vez en esa ladera, a mano derecha, nos lleva a las
ruinas de una tiná de ganado (que seguramente el pastor de la misma también aprovechaba el escalerón)
y a la sorpresa que descubrí. A izquierdas otra senda nos lleva a las Cuevas del Escalerón,
unas oquedades más o menos profundas que fueron habitadas por pastores y hombres de monte que labraban esos pedazos de tierra ganados al rocoso y feroz Estrecho de
Valdecabras.
Una vez arriba, podemos ver la ladera donde subsisten aún viejos muros de aterrazamiento.
Nosotros torceremos a la derecha. Vean el desnivel que hay desde la carretera. Preciosa vista del Escalerón visto desde arriba.
No se queda atrás la vista del Estrecho cuando ya se acaba.
Avanzo un poco descubro los restos de una vieja tiná de ganado, aunque lo que me interesa ahora es lo que hay aquí, un poco a la derecha de esta foto.
Esta especie de piso un poco más abajo del borde rocoso es la sorpresa que descubrí. Me explico:
Lo que descubrí fue esos muretes de piedras que
había visto encaramados en uno de esos bordes del corte rocoso (ver las dos fotos de después). ¿Para qué
asomarte a un borde con unos 15 metros de caída vertical y construir en él?
Cuando llegué por arriba, vi que era un piso rocoso un poco más abajo que el
borde de la pared. En ese piso se había aterrazado, nivelando el suelo con esos
muretes que había visto en todo el borde del mismo. Me recordaba mucho a lo que
hay en el Vallejo del Pumar pero en pequeño.
Cuando estaba abajo a pie del Escalerón, vi arriba algo que me llamó la atención. ¿Lo ven ustedes? Os lo acerco con zoom. ¿Y esos muros puestos al borde?
Lo curioso que el único lugar para acceder a este piso
aterrazado y colgado sobre el vacío es un pasillete en la roca donde se hizo una
puerta para entrar en él. Surgen rápidamente las preguntas. ¿Quién hace la obra
de nivelar una explanada de 10 metros de largo por 4/6 metros de ancho colgada
al vacío?
Entendemos claramente qué en ese borde de 10 metros debiera haber un
muro construido de piedras que el paso del tiempo tiró abajo (de hecho, abajo
del todo está todo lleno de piedras que se desmoronaron de la parte alta). En
la explanada encontré restos de tejas, indicándonos la existencia de un
techado.
Debajo de esa maraña va el único acceso a este piso intermedio. Ahí tiene el pasillete de entrada, que claramente se ve artificial.
Ahí tienen el acceso propiamente dicho visto desde dentro.
Parte de la explanada que se forma en ese piso.
Explanada conseguida a base de nivelar el suelo con esos restos de piedras colocadas que veíamos desde abajo.
Aquí se ve mejor como levantaron el suelo hasta dejarlo más o menos llano.
Vista de la terraza desde el otro lado. La línea de muro llega hasta el final que es donde está la entrada.
Las vistas desde este piso son sencillamente fabulosas.
Cuando lleve a Paco me dijo que era muy raro, él descubrió en ese a pasillete de entrada que hubo una puerta de madera con su bisagra que nos habla que allí tuvo que vivir alguien que podría guardar las ovejas, pero
va contra toda lógica, habiendo una tiná de grandes proporciones a apenas diez
metros de este sitio.
¿Para qué guardar unas pocas ovejas en un sitio donde se
podían despeñar, con un potencial
peligro de caída? Tú no construyes toda esa obra de nivelar el suelo y de levantar
los muros en ese borde para guardar el ganado, teniendo multitud de sitos
rocosos para guardar un pequeño rebaño sin necesidad de hacer tanta obra en un
sitio abrupto asomado a un borde de 15/20 metros de caída vertical.
Paco descubrió que allí hubo una puerta de madera, por ese agujero donde va encajada la puerta para que gire. Pudo ser un redil de ganado, ¿pero vaya sitio extraño, no?
El piso aterrazado visto desde otra óptica ya fuera del mismo.
Mi intuición me dice que este lugar está íntimamente relacionado
con la terraza colgada que hay más metida dentro del Estrecho en la confluencia
del Vallejo de Pumar, donde subsiste parte de la muralla que perimetraba la
terraza de gran extensión de aquel lugar.
En esta Entrada cuento la exploración
e investigación de aquel lugar con mi primo Guillermo. Un lugar donde la
memoria oral dice que fueron restos árabes, pero la hipótesis de mi primo dice
que eso fue algo después de la época árabe, cuando algún eremita santurrón de ámbito
y alcance muy local - Valdecabras, Verdelpino y poco más - se encaramo allí
arriba y tuvo algo de reconocimiento durante un corto lapso de tiempo, cayendo
en el más completo de todos los olvidos.
Este otro lugar de más pequeñas dimensiones
guarda muchas similitudes con lo del Vallejo del Pumar por eso digo de qué
tiene que guardar alguna relación. Como tantos otros misterios, así se quedará,
sin saber exactamente el origen y el porqué de aquel improbable lugar.
El descubrimiento de la puerta de madera nos puede indicar que fue un redil, pero es tan extraño el sitio, habiendo como hay muy cerca, tantas paredes y rocas de gran tamaño, donde construir rediles sin necesidad de acarrear piedras que no lo tengo claro del todo.
Incluyo aquí la hipótesis de mi amigo José Saiz Valero, que nos dice que por su pueblo Enguídanos hay casos parecidos. Serían rediles especiales para los tiempos que el lobo abundaba en demasía, y este tipo de sitios, inalcanzables para el lobo, eran un refugio para que el pastor llevara las ovejas ante el peligro de la proximidad de manadas de lobo. Una hipótesis curiosa que puede tener su lógica.
Nos salimos del piso y seguimos recorriendo esos bordes ya que las vistas del lugar me tienen encandilado. Vista lateral del final del estrecho desde este lado.
En esta vista de puede apreciar que si no es por el escalerón sería imposible acceder a la parte alta. Estamos en lo que se conoce como los Riscos de la Escaleruela.
Ese día lo acabé viendo una cosa que me encanta.
Lo que yo llamo los árboles de buitres.
El Estrecho de Valdecabras es sitio natural de los amigos Gyp fulvus.
Pero vamos al día que fui con Paco, pues una vez subido por el Escalerón, cogeremos una senda que va a la izquierda.
Que nos lleva a un vallecete paralelo a ladera de terrazas, donde se encuentran estos covachos. Fíjense que arriba se intuye como un barranco que viene a acabar bruscamente encima de las cuevas.
Las Cuevas del Escalerón, otro lugar al que solo se puede acceder por dicho escalerón.
En la 1ª cueva vean como la hilera de piedras de abajo sirve para nivelar el suelo.
Esta 2ª cueva es mucho más profunda.
Esto...............
Más esto, y unos huevos de las gallinas que tendrían por aquí, serviría para hacerse unos huevos fritos de los relamerse los dedos. Si le sumamos unas patatas del cercano pueblo de Mariana ya no os digo "ná".
En el tercer covacho descubrimos esta puerta. Fíjense donde tiene la mano Paco.
¿Os acordáis del agujero que descubrió Paco en el pasillete de entrada al extraño piso intermedio de antes? Ahí tenéis cómo era el mecanismo para que la puerta girara dentro de ese agujero.
Esta explanada que se forman en este vallecete colgado sobre el Estrecho también fue labrada por estos hombres.
¡Cuando se forman los cielos en el Estrecho son una pasada!
Un buen ejercito de nubes vino de repente y nos trajo unas gotas, con su consiguiente arco iris.
Lo que nos faltaba para sublimar las imágenes del Estrecho.
Como ya he dicho antes, ahora queremos remontar ese pequeño barranco que acaba justo encima de las Cuevas del Escalerón, y el único lugar para acceder a él, es volvernos por la senda a la ladera de pedazos antiguamente labrados y subir la Loma del Escalerón hasta la mitad, para de ahí torcer y entrar en ese barranco.
El transito por ese barranco no tiene mucha historia, su difícil accesibilidad hace que no esté nada antropizado. Lo remontaremos casi entero para al final salir por su ladera y volver por el barranco de la Cueva del Hinojo hasta el coche, es decir, dar todo el gran rodeo que habría que dar de no existir el Escalerón.
Desde aquí arriba, nos sale esta vista del Estrecho en sus partes más angostas.
Ya estamos justo encima de las Cuevas del Escalerón. Podemos ver que el vallecete desemboca en la carretera pero lo hace de forma abrupta, de ahí que utilizaran el Escalerón para llegar a las Cuevas.
Pongo modo pezuña y me acerco al borde. Ahí pueden ver la senda que viene de la ladera de pedazos.
Tras un rato de remontar el barranco nos ponemos en su parte alta.
Este es el punto donde decidimos salir de él, subiendo la ladera.
Pasamos por encima de los Riscos de la Escaleruela, hasta que ya encontramos acceso fácil al principio del barranco de la Cueva del Hinojo. Al fondo se ve....
Una tiná o majada tan típicas por la sierra de Valdecabras.
El pastor dejaba las ovejas/cabras en la tiná y él se venía a dormir aquí.
Marca en la puerta.
Un seguidor de Magia Serrana Javier de la Fuente me indica algo que se nos pasó a Paco y a mí que a su vez arroja algo de luz sobre este otro misterio que es el propio Escalerón. Allí muy cerca del mismo está escrito en la roca un año, que podemos entender que es el año que se construyó el Escalerón; aparte que al lado se ve como una cruz muy degrada grabada en la roca.
No solo eso, sino que hay sueltos dos o tres bloque de roca que parecen artificiales. No son muy grandes pero si lo suficiente para tener que llevarlos en carro con mulas. Esto no puede decir que allí arriba hubo una pequeña cantera, por lo que el Escalerón, aparte de para poder acceder de la parta baja a la parte alta, pudo ser el paso para bajar dichos bloques de la cantera al camino/carretera para de ahí llevarlo a donde fuera pertinente.
Acompaño el texto con unas fotos de Javier donde se ve todo esto.
Ojo al año que indica: 1885. ¡Toma ya!
Pequeña cruz tallada en la roca.
Pequeños bloques dispersos en esa parte alta. Me inclinó al igual que Javier de la Fuente a pensar que aquello se hizo principalmente para bajar en carromato los bloques de la pequeña cantera que hubo allí.
Muchas gracias Javier!
Después de esta revelación de Javier, se lo comento a mi amigo Paco la posibilidad de la pequeña cantera, indicándome que entonces posiblemente fueron para la construcción - o alguna reforma- de las Iglesias de Valdecabras y/o Verdelpino. La iglesia era la única que se podía permitir la construcción del escalerón y la extracción y posterior transporte de la piedra.
A Paco y a mí nos acecha la noche, aunque antes el día va dejando su moribunda estela.
Los últimos e incandescentes rayos del sol marcan la mortecina luz que anuncia la bendita hora de los tercios de rica y fresca cerveza.
Muy interesante Toni, como la manera como nos la cuentas y tú interés por indagar en cada detalle y secreto de la Serranía. A mí particularmente me haces disfrutar mucho con cada entrada, pero en gran parte se debe a la manera en que lo cuentas. Enhorabuena y Gracias.
ResponderEliminarHola Javi.
EliminarMuchas veces pienso que ya no quedan lugares con restos misteriosos que investigar y teorizar sobre ellos, pero luego, cuando menos te lo esperas te salen como este escalerón y la construcción esa en el reborde.
Muchas gracias por leerme y ser fiel a estas historias mías.
Un abrazo.
En Enguídanos encontré en la zona de la Muela algo similar a esto... y aún me queda mucho por ver. La cuestión es que yo estaba y sigo buscando una cueva que la tradición oral aún recuerda. En el caso que comentas existe el tema de la cantera. En el que yo comento y lo ya visto, existe una posibilidad mucho más convincente de este tipo de tinadas en los bordes inmediatos de una muela en las alturas y no es otro que la protección del ganado de los temidos lobos que hasta las primeras décadas en Enguídanos aún existían. Con estas construcciones los lobos nada podían hacer ni por arriba ni por abajo y el ganado y las personas están a salvo. He descubierto algunas más en las mismas laderas con acceso desde arriba y he llegado a ver con el google earth sendero y abrigos (y la posible cueva). En breve y cuando nos lo permita el confinamiento actual y el cierre de Comunidades, volveremos a explorar dichos lugares. Una abrazo.
ResponderEliminarHola José.
EliminarSeguro que por Enguídanos debes quedar restos de estos esperando a ser investigados.
Por fin veo que alguien se aventura a intentar explicar ese misterio de tinás o construcción en los rebordes, nivelando el suelo, construyendo muros al vacío y poniéndoles puertas. Y sabes lo que te digo, que veo convincente lo de los lobos, hasta la fecha es lo único que he oído, y si lo piensas tiene su lógica.
Gracias por aportar este hipótesis, que, con tu permiso, la añadiré a la entrada, nombrándote.
Un abrazo.
Hola Toni.
ResponderEliminarHas entrado en fase investigadora y en verdad que es un placer seguir la crónica de éstos peculiares descubrimientos y el aporte de hipótesis sobre su origen. Es verdad que a la primera muchas veces no centramos nuestra atención, pero... cuantos pequeños secretos esconderá la Serranía esperando ser desvelados. A esto se añade que la desaparición de nuestros mayores y su valiosa información arrojan un velo de oscuridad y desconocimiento sobre estas obras a veces titánicas donde gastaron sus energías aquellas esforzadas gentes. Muy interesante y entretenida ésta entrada.
Un abrazote.
Hola Andrés.
EliminarPensaba que ya me había quedado con enigmas y sus pistas para seguirlas pero no, jejeje el escalerón ha venido en mi y su ayuda.
La verdad que me lo paso con estas exploraciones muy bien, y uno ya asume que las cosas se quedarán sin respuesta, aunque lo de la cantera del escalerón como motivo de su construcción si parece que hay tenido solución. Ojalá, se descubrieran la mayoría de los enigmas históricos y arqueológicos que hay diseminados por la Serranía.
Otro abrazote.
Hola Toni.
ResponderEliminarQue complicado es indagar en el pasado sin apenas datos concretos y más, cuando esa generación ya se ha perdido. El paso del Escalerón, resulta espectacular, nada más que tenían dinamita, porque a pico, menuda tarea.
Como te he comentado en otras ocasiones, algunas de las zona de la serranía de Cuenca, me recuerdan a la sierra de Guara y la forma de salvar estas grandes caídas, para acceder a huertos, con el ganado o a otras labores, que en tu tierra hacen con los escalerones, allí utilizaban "las escaleretas", unas finas escaleras de madera por la que cargados hasta las trancas, salvaban los resaltes verticales para bajar a las huertas, desde luego, menudo valor!.
Veo que poco a poco, a tus ideas se van aportando otras y se pone algo de luz, a tus dudas. Las fotos del arco iris, espectaculares!
Un saludo
Hola Eduardo.
EliminarCierto es que hay tantas cosas y obras del pasado que se han perdido que cuando descubres algo uno se lleva una alegría muy grande.
Esta entrada es atípica pues algo parece que se ha resuelto con lo de la pequeña cantera y de ahí abrir ese hueco en la roca para que pasara el carro lleno de bloques, y además el que parece que fue el año que se hizo.
Generalmente, los enigmas se quedan sin resolver y solo lanzamos hipótesis como el piso aterrazado a media altura como posible redil especial para protegerse del lobo.
Con que en Guara se llaman Escaleretas. La pena que me me imagino que al ser de madera no quedarán muchas de las originales. Que ganas tengo de conocer Guara.
Un saludo.
Hola Toni,
ResponderEliminarMenuda labor de investigación, como siempre, es una gozada descubrir rincones de la Serranía de tu mano.
Es impresionante como construían semejantes infraestructuras de una forma tan artesanal y sobretodo tan bien construidas.
Extraña esa construcción, lástima no llegar a descubrir para que la hicieron, aunque casi mejor no saberlo, ya que nos permite dar rienda suelta a nuestra imaginación e idear diferentes teorías.
Salud y escalerones!!!
Hola David.
EliminarYa estás de vuelta!! Lo celebro aunque me imagino que entre la situación actual y la labor de padrazo que estarás hecho andarás menos en la realidad y en la virtualidad.
Salud y regresos!!