EL ESTRECHO DE ARCOS DE LA SIERRA Y LA SUBIDA AL PICAYO ---PREFILOMENA II--

Si el lunes 4 de enero hice la nivosa excursión por el valle del río Júcar por Villalba de la Sierra (ver entrada anterior), el martes 5, no me quise ir muy lejos por temor al estado de las carreteras por lo que me acerqué al pueblo de Arcos de la Sierra. 

Mi intención era entrar por el estrecho del rio Trabaque y, si se terciaba, subir al Picayo, o lo que es lo mismo, al punto más alto del lado izquierdo de valle hoz que hace el río Trabaque, cuando deja la sierra de las Majadas en busca del Campichuelo primero y la Alcarria después.

Os recuerdo que aún faltan dos días - jueves 7- para qué entre la Borrasca Filomena en la provincia de Cuenca, por lo que la nieve que van a ver estaba ahí de antes.

Con el todoterreno me quito algo más de un km para dejarlo en la boca del estrecho, donde está la caseta de captación del agua para Arcos. Allí ya hay nieve y hielo, pero según vaya cogiendo altitud, comprobaré que la nieve va a apareciendo en ingente cantidad.


Otro asunto que me hizo inclinarme por esta ruta fue que cuando aparece la nieve en cantidad, hay que tener mucho cuidado. Es un elemento embellecedor del paisaje, como la niebla, pero puede ser muy traicionero. Su manto blanco tapará y ocultará las sendas y caminos. Debe hacerse rutas que uno se conozca mucho, y, aun así, ser previsor y diligente.

Por eso pensé que una ruta que trascurra por un sendero PR donde las marcas me guíen, sería la mejor opción para no extraviarme, aunque como verán me salió el tiro por la culta y tuve que recular, sin poder llegar al Picayo, que era el objetivo final de mi excursión. 

No me importó pues, como verán en las fotos, el paisaje estaba de cuento, y el esfuerzo de andar por esos cuestarrones nevados bien me valió las imprevistas judías con almejas que me comí en Villalba de la Sierra con sus tercios correspondientes. 

                     Aquí dejo el coche, y ahí está el estrecho por donde entraremos.

Vemos que el río Trabaque sal del estrecho, aun sin mucha agua. Es de prever que después de estas nieves y lluvias se cargué más.

                            Uuummm que buena pinta tiene el estrecho con nieve.

       Al poco de entrar vemos las instalaciones de la Vía Ferrata del Estrecho de Arcos.

Lo que se ve es mucho hielo; con lo que me gusta este fenómeno a mi, pero siempre a pata, no desde el coche.

                  La ferrata está en la parte primera donde se abre un poco el estrecho.

Vean los cables de la ferrata cruzar el estrecho. ¿Os acordáis, viejos lectores, cuando comentaba por aquí que qué lástima que no hubiera Ferratas en Cuenca con el buen potencial que tenía para ello?

    Entramos en la parte más estrecha. Cuando baje más agua, pasar por aquí será dificilillo.

                             Perspectiva del estrecho desde arriba en otra ocasión.


                                 El tramo no es muy largo, y ya nos sale vegetación.

                Tanto por el estrecho como por este camino va el sendero PR-CU 25.

La tónica que voy a a ver es mucha cantidad de buje, enebros y demás arbustos tronchados por la nieve, como ahí adelante en el río.


   Que maravilla ver las primeras nieves del año, y encima ya con unos cuantos centímetros.

                                                ¡Cómo debe estar el agua, señores!

Miren lo que les decía, en todo momento, vemos las marcas del sendero, aunque en esta parte no es problema pues solo se puede ir por ahí, aparte que ya he estado varias veces por aquí. Espérense a que suba al Picayo.

                     Esta es la parte más abierta. Al fondo parece que se vuelve a estrechar.

                                       Lancemos el zoom hacia el siguiente estrecho.

      Me encanta ver como sobresalen los diferentes puntales de los dos lados del valle cañón.

      Un mesa de merendero allí ubicada nos recuerda que hoy no es buen día para sentarse.

                                 Ya estamos delante del infranqueable desfiladero.

Entremos con cuidado con un murete que hay a la izquierda, todo obras de cuando se trae (o traía) el agua para el pueblo, como la tubería esa de la derecha.

Hay restos en las paredes del desfiladero que parecen más antiguos, y no sé exactamente cual fue su función.

                                             Lo que hay allí es un hielo muy sugerente.

    Llego hasta este punto. Para poder avanzar hay que nadar unas cuantas pozas. Vuelta atrás.


Aquí salta a la palestra la cuestión que os comentaba. Era tanta la nieve que al tronchar los arbustos estos tapaban las marcas del sendero que estaban en rocas y árboles. En esta primer parte yo me la sabía de memoria, y eso que hace ya unos cuantos años que hice este sendero. La cuestión que más arriba había unos paquetones de nieve considerables, y no recordaba donde estaba el desvío hacia el Picayo. 

Pensé en ese momento que la marca que indicaba el desvío estaba oculta y se me pasó, por lo que decidí recular y volver a bajar por donde subí. Luego en casa, viendo publicaciones anteriores, vi que debiera haber seguido  para llegar al Picayo, pero bueno, ya habrá otra ocasión en que vuelva a estar en él.

Comentaros que la cuesta que nos espera ahora es de las que te ponen a tono; no obstante, debe ser de las cuestas más respetables de los senderos PR de Cuenca. Te aprietas 400 metros de desnivel en 2 km aproximadamente. A eso súmale la nieve, y luego la bajada, técnica y peligrosa. 


Por este vaguada de la derecha sé yo que sube el sendero PR, porque lo que es la marca, no la conseguía ver.

         Después de unos metros iniciales por dentro del barranquete, la cuesta se pone tiesa.

Además, la nieve que hay me hace apuntalar bien la pisada de la bota antes de dar el siguiente paso.

        Al coger un poco de altura, me sale el otro lado del valle hoz completamente blanco.

                      Con esa roca a modo de joroba que me llama mucho la atención.

La subida no cesa, siendo en parte una enorme losa de piedra. Con cuidado si luego bajo por aquí, que así fue.

                                  Ya hemos cogido altura y al echar la vista atrás.

                                         Vemos parte del pueblo de Arcos de la Sierra.

                        Estamos por la cota 1300 y se va notando cada vez más nieve.


Hago un inciso para enseñaros esta perspectiva distinta de la subida que estamos acometiendo, siendo el Picayo ese puntal rocoso (derecha) de los bordes del valle, todo recubierto de verde.


Un vistazo atrás, para ver ese lateral que voy dejando a mis espaldas, donde me llama mucho llegar algún día a ese collado. Si os fijáis bien, en ambos lados rocosos......

Tenemos convocatoria ordinaria de la Excelsa Sociedad de los Señores alados y carroñeros de cielo serrano.

Se estarán frotando las alas, intuyendo que estas borrascas van a dejar poca comida y mucha dificultad para los cérvidos y demás bestias pardas.

Llego a una parte donde hay tanta nieve que todo está tronchado. No veo marcas, y el sendero muchas veces tengo que intuir por donde va. No me gusta mucho esto.

                  Algunas marcas si se ven. Estamos en el Tormagal del Collado Pajar.

    Como buen tormagal, destaca con rocas de diversas formas, semi tapadas por la nieve.

           Pero la imagen que voy buscando se consigue cuando uno se acerca a los bordes.

                  Me encanta esta visión del otro lado del Valle Hoz del río Trabaque.

                                         Una visión que la tengo varias veces fotografiada.

                                  Hasta los hitos de piedras están casi ocultos por la nieve.

La exigente subida esta reduciendo mi deposito de la gasolina, y necesito parar a tomarme una latilla y unos frutos secos, mientras el agua la tengo fresquita.

                      Yendo solo, y si me pongo observador, puedo ver escenas como esta.

   Este buitre es como yo, no le gustan las convocatorias ordinarias de la Junta General y va por libre.

                                                       Muy contento por estas capturas.

Llegamos a este espectacular punto, donde una enorme grieta abre los bordes rocosos del valle hoz del Trabaque.

Paso ancestral de pastores para ir de la sierra alta a la zona más baja de la sierra y el Campichuelo, ya que por dentro del río no podían ir.

                                 Al salir de la grieta, a la derecha nos sale esta vista.

Y de frente esta, donde al fondo vemos que el valle del Trabaque continua hasta su nacimiento donde los Olmos. El Picayo estaría encima nuestro, un poco más adelante.

                                                   Vista de la grieta desde el otro lado.


Aquí fue por donde decidí volverme, ya que, para llegar al Picayo, vi que se me había pasado el punto, donde sale un ramal de senda para acercarse a él. 

También se puede llegar cruzando esta grieta e ir paralelo, sin perder altura, a los bordes (pasando por debajo del Picayo) para dar la vuelta, llegando al Collado del Pajar, muy cerca del punto más alto, el Rocho Curtío (1468 metros), pero esto era más largo en longitud y debía contar que con nieve todo me estaba contando más, y en invierno riguroso me gusta llegar al coche con bastante antelación.

Me quedaba toda la bajada por el mismo sitio que me llevó su rato, ya que hay que bajarla con cuidado, y me espoleaba terminar la ruta la imagen de esos tercios reparadores - y de esas judías con almejas y una sartén de gambones también, aunque eso aún no lo sabía-


                                  Una imagen del menda en el Picayo en otra ocasión.

Ya hemos bajado gran parte, y dejaremos el sendero para bajar por aquí y poder ver el merendero a orillas del río.

                               Bonita y curiosa la imagen de la mesa, la poza y la nieve.

                    ¿Os acordáis de los Flashes de sabores? yo aquí con uno de sabor Sierra.

     Cuando volvía, el cielo se abría y el sol iluminaba algo, creándose este contraste tan chulo.


Y hasta aquí ha llegado esta excursión. Al día siguiente fue Reyes, y el regalo llego al día siguiente con la entrada de Filomena, que dejó más centimetros a lo que ya había. Así pasa que hoy 24, tras la subida de la temperatura y los pasos de borrascas Gaetanos, Hortensias e Ignacios, todos los ríos de la sierra bajan desbocados.

Y yo tan feliz ;-)


La ocasión por imprevista merece fotografía. Cuando me dijo el camarero que me sentara que me ponía la mesa, aunque fuera tarde, estuve a punto de darle un beso, con mascarilla claro.

Hasta la próxima.












Comentarios

  1. Hola Toni, que bonito es el Trabaque y que huevos tienes!
    Sobre el collado que te ha gustado. Hay una senda perdida que sale de la Tiná que dejas, subiendo a la izquierda. Baja a cruzar el barranco del Pocillo y sube a media ladera hasta el collado. Luego baja por el otro lado.
    Aquello está plagado de senderos.

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    1. Hola Jose.

      Anda!, muchas gracias por comentarme esa sendecilla que ira hasta ese collado. Se ve todo aquello bastante empinado pero al decirme de la existencia de la senda, no tardaré en acercarme a explorar.

      El Trabaque es un río más desconocido pero tiene zonas como en Las Majadas, Arcos o Albalate que es todo un espectáculo.

      Un saludo.

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  2. Hola Toni...
    Pues parece que hemos coincidido y las dos primeras rutas del año,han sido con nieve,aunque creo que nos volverás a sorprender con otra,trás el paso de Filomena(el vídeo del Jucar,de escandalo,una pasada)...jejeje.
    Precioso ese paso por el Estrecho de Arcos de la Sierra y por supuesto magnificas y gélidas imagenes,acompañadas de ese pedazo de "flash serrano"...jajaja.
    Sin duda en las rutas de nieve,lo de menos son los kilómetros y muchas veces hay que saber dar la vuelta,pero sin duda disfrutando del entorno.
    Madre mía esas judías,que pintaka tenían...jejeje.

    Un abrazo.

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    1. Hola Juane.

      A mi me quedan un par más de nieve, y eso que no aproveché la filomena. Acabé un poco cansado de las rutas de nieve. Había demasiado nieve y era muy costoso hacerse una ruta de las que nos gustan, y eso que una vez fui con las raquetas, pero es que eran demasiados cm.

      Cierto, que lo importante son las visiones nevadas de la naturaleza, más allá de llegar a un sitio y luego volver, y hacerse tantos km.

      Tenías que verme, un restaurante bastante elegante, y yo allí solo en mi mesa, lleno de nieve y barro, comiendo entre mesas de gente urbanita y deglutiendo tercios uno tras otro, jajaja

      Un abrazo.

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  3. Hola Toni.

    Dura subida aquella. Es ver estas imágenes y venírseme a la cabeza dos anécdotas en esta ruta, casualmente las dos con climatología completamente diferente, en los dos extremos. La primera hace muchísimos años, un día de nieve, con deshielo, con esas condiciones en que la nieve te atrapa empapada de agua, el barranco bajando de bote en bote. Almorzamos en el Picayo, bajamos a ver el estrecho, y tuvimos que terminar subiendo por la ladera esa de enfrente, que tanto te gusta, con la nieve primavera que atrapaba cada paso. Terminamos bien acalambrados después de una ruta tremenda, con unos buenos tercios en Villalba a media tarde.

    La otra, hace tres o cuatro años, mes de Junio, ola de calor anunciada en Tv máximas de 40ºC, todo el paredón del Picayo reflejaba el sol cual Horno de fundición, menos mal que terminamos hidratando en Zarzuela en torno a una buena barbacoa.

    En fin, anécdotas de esas que no se nos olvidan y aparecen de forma recurrente cada vez que hay ocasión.

    Un saludo.

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    1. Hola Luis.

      Que buenos recuerdos nos traen los diferentes lugares de la sierra. Es lo bonito de esto, que las vivencias, buenas y malas, se quedan enclavadas a lugares de la sierra, y por eso siempre nos gusta volver.

      A ver si baja la maldita incidencia y un sábado de estos, aunque sea nos vamos tu y yo a dar un garbeo por los alrededores.

      Un saludo.

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    2. Pues si, Toni.

      Ya sabes que los sábados suelo caminar por las sendas más cercanas, así es que cualquier día nos ponemos en contacto.

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  4. Bueno, bueno, Toni, hay que ver lo chula que está la sierra pintada de blanco. Ni te digo cómo estaría después del paso de la Filo. Yo disfruto mucho de la nieve pero también le tengo mucho respeto sobre todo cuando no conoces mucho el terreno que pisas o cuando, como es tu caso, los caminos y sendas acaban ocultos debajo del manto blanco o cuando está tan dura que necesitas los pinchos. Por aquí también fue espectacular la que cayó y pudimos disfrutarla al sábado siguiente del paso de Filo ( a ver cuando le llega el turno y la cuelgo). Me ha encantado la foto del buitre posando en la roca nevada, preciosa foto. Por no decir la de la judías con almejas ... ¡qué gozada debió ser pasártelas ! jejejeje. Un abrazo.

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    1. Hola Paco.

      Es que yo pienso que si viviéramos en Pirineos nos habíamos acostumbrado a la nieve, pero somos de sierras que la nieve cada vez más, es residual y debemos andarnos con mucho ojo.

      Yo un día saqué las raquetas y bien con ellas, siempre es una gozada sacarlas unas cuantas veces. Muchas no, porque me terminan cansando.

      En cuanto a los pinchos, también los tengo. En esta entrada donde la nieve es de antes de Filomena que no hacía tanto frío todavía la nieve no está dura del todo. En los días fuertes justo después de filomena seguro que una ruta para subir a algún cerro o por algún barranco habrían venido muy bien, pero yo, estando las carreteras como estaban, hice rutas facilitas y no muy lejos de Cuenca.

      Buitres y judías con almejas, menudas mezclas buenas!!

      Un abrazo.

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  5. Hola Toni.

    Ya ves, aquí en Castellón hemos pasado de tener unas nevadas históricas y temperaturas súper bajas a principios de enero a acercarnos a los 30 grados ayer y anteayer...

    Espectaculares estampas invernales y nivosas las que lograste captar con la cámara, empezando por esa diagonal caliza de la foto de cabecera, pasando por ese estrecho repleto de carámbanos, los buitres o esa grieta, que nada más verla he pensado "eso huele a paso ancestral", como tú has confirmado un poco más abajo.

    Yo cuando hay nieve de por medio también prefiero tirar de prudencia y buscar recorridos conocidos y señalizados, y a ser posible cortos, pues, cuando salgo con nieve, prefiero ir en modo todavía más "slow", para quedarme y fotografiar con más detalles de los que el paisaje nevado nos ofrece.

    Un abrazo.

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    1. Hola Dani.

      Ya sabemos de los malditos extremos de tiempo que nos ha tocado vivir.

      De lo de las rutas con nieve, ojo! Por ejemplo en rutas donde haya más o menos terrenos llanos, alternados con sinuosos, hay que andar muy sobre seguro de conocerte la ruta, gps o marcas bien visibles. Menos mal que por nuestras sierras los cambios bruscos de meteorología no son usuales, porque me estoy leyendo ahora el libro 3 nits de Torb (traducido al castellano como Viento Salvaje), sobre aquella tragedia del año 2000 en el pirineo catalán, y que peligro puede tener aquello.

      Un abrazo.

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  6. Hola Toni.

    Muy bonito el paraje, sin duda un buen lugar para construir una vía ferrata y ver desde otra perspectiva, el estrecho, que forma alguna badina bastante chula, no te apeteció un baño? 😜.

    Estas salidas con nieve, aunque se conozcan, es mejor pecar de prudencia, con nieve o niebla, es fácil perder la noción, cada metro cuesta más y la sensación, como te ocurrió de que te has pasado de largo, es habitual.

    Una de las muchas cosas que me gustan de la serranía de Cuenca, son los puntales, tanto como a los buitres, buenas capturas las que has conseguido, me imagino que irías con la reflex, no?.

    Un saludo

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    1. Hola Eduardo.

      El baño seguro que para la circulación me habría venido muy bien, pero se deja para otra ocasión, jejeje.

      Si si, con nieve prudencia, además cuando es una situación tan generalizada, de carreteras con dificultades, sin apenas quitanieves, la prudencia empieza ya cuando te montas en el coche. Yo menos mal que iba con el 4x4 pero aún así, estaba todo delicado.

      Si si, suelo ir con la réflex. Esas capturas buitrescas se consiguen bien con una réflex. Luego tengo una pequeña para días de lluvia, etc.

      Un saludo.

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  7. Hola Toni,

    Se me acaban los adjetivos, simplemente brutal, y esto pre-Filomena, ya hay ganas de ver las crónicas post-Filomena... jejeje

    Hiciste muy bien pecando de prudente, con la nieve siempre se han de extremar las precauciones, que lo que es un paso sencillo y sin pérdida, con el blanco elemento la cosa se puede torcer muy rápidamente. Yo, al igual que tú, en las rutas con nieve me gusta ir con tiempo de sobras, normalmente calculando unas 3 horas de margen antes de la puesta de sol por si pasa cualquier contratiempo, más si uno va solo como en tu caso.

    Salud y buitres solitarios!!!

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    1. Hola David.

      Tú sabes bien de lo que hablo, ya que haces escapadas pirenaicas con nieve, y cuando la hay, experimentos y aventuras las justas..

      Un abrazo.

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