SUBIDA DIRECTA AL MONTE CUERDA DE BONICHES O CERRO DEL TELÉGRAFO


Al Monte Cuerda o Cerro del Telégrafo en el monte de Boniches subí hace unos años, pero por la parte trasera, siguiendo la traza de un carril en bastante buen estado que sale del Collado de las Cabezas. Una vez arriba, nos acercamos hasta el vértice geodésico y admirar las vistas del Rodenal del Cabriel desde allí arriba. Pero hay que decir, que esta manera de subir no le hace justicia a este cerro, por lo que llevaba ya tiempo queriendo ascenderlo más genuinamente.

El plan pasaba por ponerme debajo de su ladera noroeste (la más empinada) y trazar una tiesa recta que me llevara hasta su cortado rocoso, donde debería buscar un paso o canal para ponerme en la parte superior. Si no encontrara dicho paso, lo que haría es bordear el enorme cortado para acceder por detrás donde el corte rocoso se convierte en empinada ladera, y de esta manera ponerme arriba.

La durillo de este tramo viene, no por el desnivel que es poco, sino por que tienes que ir todo el rato esquivando brezos y matorrales varios y enormes bloques de rocas que jalonan gran parte de la ladera.


Luego la bajada la haría por el collado que se forma entre este monte Cuerda y el Pico de la Zorra, por un rincón nombrado en el mapa como Rincón del Álamo, pensando que aquello sería un vergel exuberante donde podría haber álamos o quizás, abedules, como pasa en la vecina Sierra de Valdemeca, donde la Hoz de los Álamos es en realidad la Hoz del único Abedular de la Serranía de Cuenca.

Al final el plan no me salió como pensaba, el Rincón del Álamo era una trampa en toda regla, donde a la peligrosa pendiente, rasgada de varias ramblas, se le unía muchísima vegetación, sobre todo un extenso brezal, que se enganchaban en los pies y ponían en peligro la bajada.

Tuve que guardar la cámara y poner toda mi atención y pericia en marcha hasta llegar a la parte baja donde un carril me llevaría al punto donde empecé el cuestarrón. Se puede decir perfectamente que lo pasé peor en la bajada que en la subida, como pasa con toda buena montañita que se precie.

Dejamos el coche en el collado de las Cabezas y bajamos buscando la base de la ladera del Monte Cuerda, que tenemos ahí delante.

Sigo bajando para por un carril, viendo encima nuestro el objetivo de la jornada.

Con zoom os muestro la tirada que voy hacer, subiendo por el centro izquierda en línea recta.


Vamos buscando parte que la ladera no esté muy enfoscada.


Aunque era inevitable pasar por tramos como este, que endurecían la subida un poco más.


Uno de los protagonistas de la jornada son los cazos de la resina, que me encontré a pares.


Otro largo tramo de ladera me la encontré con grandes bloques rocosos tumbados como losas.


Y completamente recubiertos de musgo.


¿Qué tendrá el musgo que me deja completamente fascinado?


Los pinos están resinados hasta en estas pendientes.


Se suma al cortejo botánico la aparición del Melojo (Quercus pyrenaica), que aparecen aquí en forma de sotobosque y arbolillos.


Ya nos salen al fondo la base de la pared de rodeno.


En la muralla del rodeno del Monte Cuerda.


Me fijo en los muchos detalles de estas paredes de rodeno.


Cuando hay humedad, el musgo llega a todos los rincones.


Tengo dos opciones, a derechas o a izquierdas. Sé que a derechas las paredes se vuelven más altas y ahí es donde están las canales de subida, a buen seguro que alguno haya que se pueda subir, haciendo el tramo muy espectacular. Por otro lado, debo asumir que voy solo, y esas posibles canales de subida no se deben explorar en soledad, por lo que decido ir hacia izquierdas, que sé yo que la pared va perdiendo paulatinamente altura, y seguro que hay algún pasillo o canal más corto y fácil.


Yendo hacia la izquierda la exuberancia se vuelve la protagonista.


Menudas aglomeraciones de helechos. Faltaban dos meses para que aquello estuviera con todo el verdor.


No hace falta que os diga que la comodidad brilla por su ausencia.


Exploro los frondosos recovecos por si hubiera algún paso a la parte alta.


Debo seguir y pasar el tramo del helechar, que es muy extenso.


Ya hay muchos tramos donde los árboles nos dejan ver las amplias vistas.


Como el pueblo de Campillo-Paravientos.


Si este liquen en las rocas es bioindicador de la pureza del aire, ya pueden imaginarse la calidad del mismo en esta zona.


¡Un momento! ahí arriba la pared se ve ya muy corta, y además, escalonada.

Hasta ahí me dirijo.


Que cosa más curiosa. No soy la primera persona que sube por aquí. Esas losas están puestas adrede para hacer de escalón y salvar el desnivel. Lo mismo, viejos resineros, o quizás algo más antiguo.


Ya estamos en la parte alta, donde nos recibe primeramente...


Una de las dos cabezas (la otra asoma por detrás), donde en su base, abajo a la derecha, vemos...


Ese viejo refugio en estado de abandono.


Y en su cima, aparece esa torreta de vigilancia forestal de reciente construcción.


La última vez que subí, la torreta no existía y solo estaba la caseta a todo confort.


Otra cosa que nos sale si miramos a la derecha, es la perfecta silueta de la Muela de Alcalá de la Vega/La Huérguina.


Voy a recorrer los bordes hacia la izquierda, viendo por donde subía hace un rato.


Lástima por el día, que no acompañaba con las vistas. Las dos montañitas del medio son el Pico del Águila y la Peña Tabarreña. La de la izquierda es Cabeza de Don Pedro, y en el medio, al fondo del todo, el Collado Bajo de la Sierra de Valdemeca.

Una de las cabezas, y detrás suyo, las sierras de Zafrilla y Salvacañete. Al fondo estaríamos en la parte de Jabaloyas y el Vallecillo (Teruel)


Llegamos a la parte donde las paredes de rodeno son más altas y espectaculares, con todo el Rodenal del Cabriel delante.


Ya vemos al fondo lo que veníamos buscando.


El vértice que marca los 1402 metros del Cerro del Telégrafo o Monte Cuerda.


Desde el vértice tenemos esta novedosa vista del pueblo de Pajarón, con su torre asomando por la derecha.


Seguiremos yendo hacia la izquierda, mientras vemos, enfrente el Pico de la Zorra, y a su izquierda, en ese hueco barranco que se aprecia, el Rincón del Álamo, por donde quiero bajar.


De lo muerto renace la vida.


Vistazo atrás a la ladera del Cuerda, y detrás la Cabeza de Boniches.


Vamos con los detalles de la piedra rodeno que tanto me gustan.







Nos vamos acercando a la parte alta del Rincón del Álamo.


¿Os acordáis de las canales de subida que comentaba al principio? Esta es una de las que vi que parece que se podía transitar. Pero creo que hice muy bien en no comprobarlo yo solo.


Llego a un tramo que en que aparecen una serie de apriscos de ganado adosados al rodeno.


¡Que maravilla!


Hay unas cuantas y todas guardan un toque bonito y peculiar.


¡Qué contento estoy de mi colección de caras Magia Serrana! Aquí el gordito mofletudo de Boniches.


Llego a un carril que va por arriba, cerca de los bordes.


Lo que me interesa a mí, es dejarlo, y ponerme encima del Rincón de Álamo para iniciar la bajada.


Como ya cuento al principio, tramo penoso de guardar la cámara y bajar con cuidado, hasta que llegue a este carril que me va a dejar en el sitio donde empecé la ascensión.


Mientras volvía, saqué esta perspectiva del Monte Cuerda.


Tocaba llegar al coche y volverme. Como en Boniches el bar estaba cerrado, toco irme a Carboneras, no sin antes, pararme a ver otro de esos muchos puntos de interés que tiene el Rodenal del Cabriel .



Un barranco pequeño de conglomerado que remontaremos.


Hasta que lleguemos al rincón conocido como el Corciol.


Donde despunta una cascada doble, a la que deberé volver después de fuertes lluvias para verla en plenitud.



¡Hasta la próxima!

Comentarios

  1. Hola Toni.

    Ha sido leer la entrada y no poder evitar haber encontrado algunas semejanzas de este Monte Cuerda con nuestro querido Ranera, y ya no solo por esos pinares y rodenos caprichosos y vertiginosos, sino también por la manera aventurera en la que llegaste hasta ese vértice geodésico.
    Me he imaginado esta ascensión tuya a modo de un asedio a un castillo a la vieja usanza (y es que este Monte Cuerda asemeja a una fortaleza), primero derrotando a los soldados (pinos, matorral) que defendían la ladera, y luego al llegar a las murallas supiste encontrar su punto débil, que suele ser siempre el que peor defendido está, y, evitando las flechas y los calderos de aceite hirviendo pudiste hacerte con el bastión del gordito mofletudo de Boniches ;-)

    Un abrazo, amigo, y un feliz 2022!!

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    1. Hola Dani.

      Esa hmedad de sus caras con el reborde rocoso rodeno son muy parecidos.

      Jjajaja, me ha gustado esa comparación asalto al Castillo de la familia noble de los Cuerdos con el Conde Mofletudo como señor de estas tierras, con lo que me gusta a mi esto de castillo y montaña.

      Pues nada, chico, un abrazo grande, y un feliz 2022 que tengamos más quedadas juntos.

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  2. Hola Toni.

    Como me recuerda todo esto a las ascensiones por la Sierra de Valdemeca. Los rodenales y sus pocillas de agua, la pelea por abrirse paso entre brezales, esa maravilla de rocas incrustadas de líquenes y hasta el mismo vértice de la cumbre recuerda en su construcción al del Collado Bajo.
    Muy útiles las indicaciones geográficas en el horizonte para ubicar la situación del monte Cuerda.
    Bueno, ya se nos va éste año que mejor o peor hemos ido sorteando. Ahora a por los proyectos para 2022 y que el agua esté presente en la Serranía!! Feliz año nuevo!!

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    1. Hola Andrés.

      También también tiene su parecido a la Sierra de Valdemeca, sobre todo con los brezales. Al igual que digo que si el Buje tuviera pinchos, yo no estaría en este mundo, con los brezos pasa lo mismo, pero que planta más cabrona y como se engancha sus troncos a las botas. Aunque luego un brezal con sus florecillas blancas o moraditas es muy bonito de ver.

      Bueno Andrés, un feliz 2022, que a ver si podemos cuadrar en este año que entra un par de quedadas por lo menos, y eso siempre, agua para todas las sierras!!

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  3. Hola Toni,

    Menuda ascensión trochemochera guapa que nos has regalado.

    La subida se intuye que fue muy dura, así como llegar a encontrar es paso para ganar el cordal, desde el que había unas vistas impresionantes, pero lo que realmente debió acojonar, fue el descenso, tan empinado y frondoso, que uno se pude tropezar y acabar bajando rodando.

    Salud y que este 2022 podamos seguir disfrutando del monte!!!

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    1. Hola David.

      La subida muy empinada y con las laderas con rocas y brezos es durilla, pero es de corta longitud, y cuando ya empiezas a resoplar es cuando llegas a las paredes y se termina. Luego las varias canales de subida que fui viendo muy espectaculares, pero como ya digo, mejor ir con alguien para explorarlas.

      Y la bajada, bastante peligrosa. Ramblas y carcavas donde se deshacía la tierra/barrillo bajo los pies, y con una cantidad de brezos que no te dejaba ver donde ponías el pie. Si te caes con el brezo subiendo es un tropezón, pero si te caes bajando por esas pendientes es un hostiazo que mejor no probarlo ;-)

      Salud y a por otro año, David!!

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  4. Hola Toni.

    Viendo la fotografía desde abajo del Monte Cuerda, con esas barreras naturales de pinos y rodeno (aunque muchas veces lo peor, es lo que no se ve, como el sotobosque), pocos se aventurarían a subir directamente hasta el vértice geodésico y más, viendo que arriba sube un camino o carril, como le llamáis vosotros.

    Subir esa pared casi vertical, requiere un buen esfuerzo físico, pero en estas subidas, igual o más importante, es ser fuertes mentalmente, para cuando estás hasta el gorro de golpes, arañazos de la vegetación o cuando no encuentras el paso bueno y toca retroceder, por eso es está bien, ir acompañado, aunque luego ves esos pasos acondicionados y compruebas como antaño ya subían por allí, aunque seguro que con el ganado, estaba todo más limpio de vegetación.

    Bueno, esperaremos a la entrada de la primavera, para que nos enseñes alguna foto del paraje del Corciol, con más agua, que me ha recordado, a algunos parajes sorianos.

    Salud y montaña.

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    1. Hola Eduardo.

      Si es una montaña que por subir un carril por su parte trasera, me aventuro a decir que soy el primero en hacerlo por esa cara más empinada. Llegar casi al vértice por una de esas canales habría sido una guinda perfecta a la ascensión, pero bueno, hice bien en irme a buscar un ascenso por donde la pared ya tenía pocos metros.

      En la epoca del ganado y de los resineros estos pinares debieran estar muy limpitos, no como ahora. El Corciol es parte de una zona geologica donde la roca rodena da paso a una mixta que creo que se conoce como conglomerado, y es una zona muy chula. A ver si lo cojo con agua todo aquello.

      Salud y Montaña.

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