SUBIDA A LA MOGORRITA DESDE EL RÍO JÚCAR

 

Por fin retomo un viejo proyecto mío, y, junto con Maru, lo realizamos un fresco día del principio de la primavera del 2022, y a la postre, la más efímera de todas las vividas. Qué harto comienza a estar uno de los records que se van consiguiendo en cuanto a climatología y calentamiento global. Ese proyecto no es otro que subir a la altura más alta de Cuenca, la Mogorrita con sus 1864 metros. En un principio no es una ascensión que cueste mucho, ya que, la propia carretera que sube de Cuenca (un poco antes de llegar a Tragacete) a Teruel (en el valle del Tajo) lo hace por lo que podríamos considerar de manera extensiva la ladera de la Mogorrita. 

Se puede llegar con coche casí hasta la base de la última rampa, cara este,  –antigua pista de esquí - para llegar a su cima (es una subida corta pero empinada, donde se salvan unos 180 metros de desnivel de manera tiesa). Esta corta ruta es la habitual para subir a este monte, pero dicho así, no tiene apenas dificultad y hace que cualquiera con un poquito de forma física pueda subir a la Mogorrita, que por otro lado está muy bien.

Ahora bien, mi proyecto trata de subir a la Mogorrita desde el mismo río Júcar en la Cañada Honda, a 1200 metros aproximadamente, haciendo que la ascensión sea un poco más genuina. En una distancia en línea recta de 4,700 km, que obviamente debemos ir por varios lugares, buscando sendas ancestrales, para sortear y poder pasar diversos cortes rocosos. El tramo final lo haremos desviándonos a su cara sur, que sube al vértice geodésico por su bonita cresta rocosa que se abre entre la pertinaz sabina rastrera y los restos de viejos refugios de los que construyeron las trincheras de la infame guerra incivil.



Lo que no tenía tan claro era desde donde empezar. Al principio barajé hacerlo por el Barranco del Judío, es decir, el que va justo por debajo de la carretera que sube a Teruel, pero aquello era muy hosco y pedregoso e iba a convertirse en un suplicio muy incómodo. Al final recordé de las veces que me iba con mi padre al monte: una vez cuando veníamos con el coche recien pasado Tragacete, al cabo de unos dos km, se dio cuenta que a mano izquierda yo me fijaba en un rincón muy estético, donde el Arroyo de la Noguera forma un esquinazo rocoso llenos de robles. Mi padre me dijo que él también se fijaba en ese rincón siempre que pasaba con el coche, y que alguna vez debiera pararse e investigarlo. 

No sé si llegaría a hacerlo antes de morirse, pero yo, al hilo de ese vívido recuerdo con él, decido hacerlo y empezar desde el río para ir directamente al rinconazo del Arroyo de la Noguera, y de ahí, buscando la vieja senda que salva el Barranco del Estepar, ponerme debajo de la empinada ladera de la Mogorrita, cara oeste, en pos de la cresta rocosa.


Un fresquito día de finales de Marzo es el elegido y ahí dejaremos el coche, justo al lado del río Júcar que está a la derecha.

                    Para empezar debemos ir sorteando estas ramblas que rasgan la ladera.

Al fondo se ve el rinconazo del Bco. de la Noguera, aunque nosotros no iremos a él, sino que por la derecha, subiremos a la parte alta de esas paredes rocosas.

                                      De repente, del cercano bosquecillo de robles......

No sabemos que sucedió exactamente, pero me dio tiempo a cazar a algunos buitres andando deprisa por el suelo.

                                    Vamos cogiendo metros, mientras al fondo......

                                   Se abre el valle del río Júcar con Tragacete en el medio.

Como veis a a Maru, en este principio de la ruta vamos bien abrigaditos, y según transcurra la mañana tendremos que irnos quitándonos capas, como cebollas.

                                     Pasamos por la parte alta de unos barranquetes.

Desde aquí arriba vemos esa construcción que nos llama mucho, y que a la vuelta la veremos desde abajo.


Todo ello para ponernos encima del rinconazo de Bco. del Arroyo la Noguera, que me imagino que en Tragacete le tendran su topónimo puesto. A ver si alguien nos lo dice.


Como veis, el corte rocoso es muy respetable. A la ida lo hemos salvado subiendo por este lado y a la vuelta lo bajaremos por un poco más al fondo, a la izquierda de la foto.


                                           Un lugar donde los bordes imponen lo suyo.

                                             Si no, vean a Maru como se asoma a ese rinconazo.

Miremos abajo donde vemos que hay una buena altura, que desde lejos no parecía que fuera tanta.

                                              Con esa cavidad en el final del barranco.

                      Pasamos la cabecera del barranco para verla, avanzado unos metros.


Remontamos el corto trayecto de la cabecera del Arroyo de la Noguera, donde una vieja construcción pastoril, la tiná del Gamellero, sobresale en su inicio.

  Tras cruzar un primer vallecete o cañada donde está esa tiná de antes, seguimos subiendo.

                                              Atravesamos una cantera en desuso.

Llegamos al siguiente piso altitudinal, donde arriba se nos muestra el próximo corte rocoso que deberemos salvar.

Como no se puede hacer por muchos sitios, nosotros vamos a utilizar el viejo paso que salvaba dicho corte, y a él nos dirigimos.

                  Cómo aguanta la fría escarcha mañanera en los lugares que no da el sol.

Según nos acercamos, comprobamos que este corte rocoso no es moco de pavo, asemejándose  a un enorme muralla caliza.


                               Entramos al pinar, donde Maru se queda observand algo.....

Como medra el muerdago en los pinos albares. ¿Estará Maru pidendo un druídico deseo tipo que su marido, el cual se cayó hace años en la mármita, no se beba su cerveza en cuanto se da la vuelta?

                           Lo que hay por estos lares son pinos de tamaños muy considerables.


                                                                 Desde cualquier optica.

                                          Ahora el camino pica bien para arriba.

                                   Se pone tan tieso que debemos zigzaguear.

Encima nuestro, el corte rocoso y  una parte donde la roca cede y sube el viejo y empinado camino.

                        No soy de tomas verticales, pero esta me gusta, sacando parte del corte.

                        Maru ya está tomando posición para enfilar el paso y salvar el corte.

     Cuesta creer que por aquí en tiempos pasados pasara un camino, pero si se quiere subir por esta parte sin dar mucho rodeo, era el único sitio.

Y para los que nos gustan este tipo de accesos aéreos, empinados y montañeros, toda una delicia.


Aprovechamos para tomar aire. Estaremos por la cota 1600 metros y ya nos vamos acercando.

            Aunque rapidamente nos damos cuenta que aún no ha terminado esta cuesta.

             Ahora sí que sí llegamos al siguiente piso altitudinal, donde al fondo asoma......

                  Parte de la cresta de la Mogorrita, y por donde iremos dentro de un rato.



Pasamos por la cabecera del Barranco del Judío, el primer sitio por el que observé hacer esta ruta, pero creo que hice bien en no venir desde allí abajo.

Dejamos el carril que hemos cogido hace un rato para subir por esta ladera hasta la cresta que asoma en lo alto.

 Al fondo, al otro lado del valle del Júcar, asoman a la izuierda el Cerro de la Tajada (1701 m.) y a la derecha el Gamelloncillos (1769 m.)

Vamos a atacar la Cresta no desde su principio, sino desde un poco más adentro en un pasete que hay entre la sabina rastrera.

Ahí tenemos a Maru negociando los distintos pasos que hay que son un simples trepadas que se pasan con un poco de cuidado.

                        En esta foto se ve la ruta hecha desde el valle del río al fondo del todo.


                                            Maru me coge a mí manos a la obra en la cresta.


                                     En todo caso, ya estamos sobre la cresta.

                                              Toca la parte final de la arista cimera.

   Hacia el norte tenemos parte de Cuenca y al fondo, Teruel. Todo ello a una misma altitud muy parecida.

                  Hacia el sur, la caida hasta el fondo del valle del río Júcar, con más desnivel.


                                           Fíjense a la derecha de Maru en la parte baja.

Refugios para los milicianos que vigilaban desde las trincheras aquí arriba, y que vistos estos refugios desde abajo no se aprecian, ya que se mimetizaban con la cresta. Puro camuflaje.

No me canso nunca de subir por aquí, admirando la conjunción pino, sabina rastrera y caliza pura.

Por aquí, ya podemos ver cantidad de tejos, en la tejeda más grande de la provincia de Cuenca, con varias centenas de ejemplares según mis estimaciones.

                                                                 La cima se va acercando.

     Pasamos por delante de su cortafuegos/pista de esquí, y por donde suele subir la gente.

Yo subido ya al vértice que marca los 1864 metros, pillo a Maru llegar entre estos mares de sabina rastrera.


Desde el vértice también vemos la casa del/a vigilante forestal y al fondo en el medio, asoma el cerro hermano, San Felipe (1838 m.)



                               Una foto del menda, pero ¿qué es lo que tengo en la napia?


En efecto, allí en la cima, quedan nieve residual que nos sorprendió, ya que este invierno ha sido de los más lamentables en tema nivoso que recuerdo.


                                                        En todo caso, la tontá está servida.



La vuelta la vamos a hacer llaneando cuesta abajo por medio de magníficos pinares y buscando ese collado entre Mogorrita y el Puntal del Ocejón. Una serie de viejos carriles, que en algunos tramos eran el antiguo camino de Tragacete a Guadalaviar nos sirve para ir perdiendo metros de manera más suave que en la subida.

 La incertidumbre estaba en que no sabía en qué puntos iba a salvar los dos cortes rocosos. Una vez allí en los bordes, ya veríamos el terreno. No estaba preocupado, pues, aparte que teníamos tiempo de sobra, si extiendes la busqueda, abarcando más terreno, al final te salen pasos para salvarlos. Según bajabamos pisos altitudinales las ganas de los terciós fresquitos en Tragacete se acrecentaban, brindando por un magnífico día de monte.

Una manera distinta de subir a la Mogorrita, y mucho más auténtica pienso yo, ya que además en esta ruta hemos visto englobado todo el ecosistema y sus características geológicas, botánicas, etnológicas y ambientales que depara esta trocito de serranía conquense.

 
                                          Los pinos albares nos cortejan según bajamos.

                     Lo de Maru es tremendo; bajando de Mogorrita y tocando San Felipe.

Llegamos al corte rocoso, donde decido explorarlo en dirección noroeste buscando otro paso.

                          No tardamos mucho en encontrarlo y lo bajamos cómodamente.

                   Una vez abajo, sacamos la foto del corte arriba, con esta lagunilla a ras.

               El otro corte lo salvamos por aquí, con cierto cuidado ante la pendiente habida.

              Enormos pinos flanquean a Maru mientras aparece detras el robledal..........

                                                   Del rinconazo del Bco. de la Noguera.

Recuerdan en las primeras fotos de esta entrada esa casa que veíamos desde la parte de arriba.

                                       Preciosa ubicación  la mires desde donde la mires.

Nos sorprende descubrir en la parte baja, cerca de la carretera, que del rinconazo viene un arroyo cargadito de agua.

Significa eso que al cabo de un par de meses vuelvo al rincón para ver el nacimiento de ese arroyo y ver los robles empezando a echar hoja.
                           

                                        Entramos en el rincón, acercándonos al punto....

                            Dónde manan estas aguas, las aguas más bajas de la Mogorrita.

             Entro un poco en el rinconazo que se encuentra muy empinado y lleno de robles.

            Vistazo atrás con la construcción de las fotos de antes, y el Gamelloncillos arriba.

Y como no, con el verde valle del río Júcar, con algunas casas de Tragacete asomando, y la omnipresente Peña del Halcón y su clásico ceñajo rocoso, Ver Aquí

Aunque es de justicia, despedirnos con la foto del río Júcar en Tragacete el día de la ruta que fuimos a tomar las cervezas. Río que en este, su primer pueblo, es más un arroyo que río, aunque no tardará en coger caudal entre manantiales como el del Bco. de la Noguera, y otras aguas más serias en caudal y empaque como son las del Almagrero y las de Valdemeca.



                                                        Hasta la próxima!!

Comentarios

  1. Hola Toni.

    No os veía a vosotros subir en coche hasta las antiguas pista de esquí y remontar los últimos 180 metros de desnivel 🤣, y tampoco, entiendo mucho a la gente que lo hace, porque hacer una ascensión en coche ...

    En cambio, me ha gustado esta alternativa vuestra, en primavera, tiene que estar más chula, con esos robles ya con hoja y disfrutando de esos barrancos, que me imagino, alguno llevará agua, menuda caída tiene alguno!.

    Yo creo, que Maru, viendo eso muérdago, se estaba acordando de ti, pero no de las cervezas 😂, porque la ascensión es vertical de narices. La cresta se ve fácil pero muy chula, con ese bosquete de tejos, que yo particularmente, nunca he visto en esa proporción, ya que habitualmente veo alguno aislado.

    No sabía que en tiempos hubo una pista de esquí, ya veo, que es por el estilo, a la que todavía hay en Soria, en el Puerto de Santa Inés, donde también aprovechan un cortafuegos.

    Da gusto ver esa nieve en la cima, porque menudos calores estamos pasando, este año la sequía es gorda y queda lo peor, que mal pinta el tema!.

    Salud y montaña.

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    1. Hola Eduardo.

      Ya sabes que si hay carretera que te quite mucha subida, la gente aprovecha es facilidad para poder andar por un 1800, cima provincial y con sus vistas, rocas, vegetación y en los inviernos nieve. De ahí, esta entrada para subir a la Mogorrita más autenticamente, como pasa con el cercano cerro de San Felipe en el que, sin ser una subida dura, ya tienes que ser senderista para llegar a su cima, donde no llega ni un carril.

      De todas formas, esa cercanía a la carretera de la cuesta rampa de esquí hace que puedas subir si no dispones de mucho tiempo por ejemplo. Luego es una manera de ver nieve de manera más accesible que por otros sitios. Al final, depende que quién, todo tiene sus pros y sus contras.

      La Tejeda no llega a ser bosque cerrado pues nace toda en una muy extensa ladera en pendiente. La mayor parte son ejemplares jovenes (que ya tendrán sus añetes) pero ya te digo, me atrevo a decir que puede haber carca a lo mil ejemplares.
      Y sí, la pista de esquí viene a ser como la del ejmplo que has puesto, pero aquí se clausuró hace muchos años, siendo yo un jovencete. A esta latitud la nieve dejo de ser copiosa y durar todo el invierno ya hace mucho.

      Salud y montaña.

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  2. Hola Toni.

    Una ruta muy trabajada y muy montañera, huyendo de la tentación de hacer una subida facilona por aquellos accesos que ya conocemos.
    El cordal que se sitúa sobre la cañada del Hontanar tiene varios puntos fáciles para superar el escalón. De hecho ha sido uno de mis accesos habituales en esas travesías de las que te he descrito el recorrido.
    Estos parajes de la Alta Serranía nunca defraudan, y jugando con sus múltiples variantes y combinaciones se sacan recorridos muy agrestes y de gran belleza.
    Por cierto, una joya botánica esa maravillosa tejeda en esa ladera Este mezclada con los vestigios de nuestra contienda civil. Me imagino los duros inviernos que tuvieron que pasar los que fueron enviados a aquella línea del frente del Tajo.

    Un abrazo... y muchas Mogorritas con cervecitas!!

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    1. Hola Andrés.

      Sabía yo que el lado de los ochomiles, como el de los sietemiles, a ambos lados del Júcar es terreno adresiano total. Cómo te lo conoces!

      Es toda una gozada toda esa zona, sumándole la Peña Rubia y el Ceñajo de los Calatravos de Huélamo, más todo el valle del río Valdemeca con el Peñalba a la cabeza.

      Al igual que por otros sitios como Cañete o la Huerguina en que las trincheras tuvieron carácter preventivo solamente, estas por lo menos tuvieron, me imagino, muchas labores de vigilancia al estar al lado del paso de tropas, materiales y gente del Frente de Teruel hacia el sur, y quien sabe si lo mismo hubo hasta escaramuzas y acción.

      Un abrazo y Mogorritas con nieve.....y por supuesto cervecitas.

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  3. Hola Toni,

    Menuda forma auténtica de subir La Mogorrita, al más puro estilo Magia Serrana.

    Como cambia la vegetación conforme vais subiendo, una delicia de paisajes y pasos rocosos.

    Me ha impresionado mucho las fotos de los buitres, seguro que habrían detectado algún animalillo muerto y se preparaban para darse un festín.

    Ya me habría gustado a mi subirla por aquí, pero al ir con mis padres y tener ellos que esperarse a que hiciéramos la ruta, decidimos subir por la antigua pista y luego, eso sí, dando una pequeña vuelta para regresar al coche.

    Salud y Magia Serrana en estado puro!!!

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    1. Hola David.

      Llevaba unos años con la idea de darle a la Mogorrita ese toque que le haga ser una montaña más "salvaje" menos accesible, más montaña. Que la carretera está muy bien, pero esa facilidad para llegar a pie de la vieja pista de esquí hacía desmerecer el techo provincial como cima a ascender. Por eso, aprovechando esa arista rocosa y jugando con la distancia hasta el río que no es mucho, me salió una jornada senderisto yo creo que muy apañada, y que sorprenderá a mucha gente de que se pueda subir de otra manera a la Mogorrita. Sin ser una ruta muy exigente, si requiere de una minimo senderista, y se hace muy entretenida entre los pasos rocosas, los bosques y las crestas.

      Lo de los buitres es muy gracioso verlos andar por el suelo, dando como saltitos. No es comun pero yo los he visto algunas veces. Eso sí, por allí había para ellos un festín regado con cervezas.

      Salud y mogorritaaaas!!

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  4. Hola Toni.

    La Mogorrita, cuantas veces hemos subido allí de una u otra forma, desde la más dominguera, dicho con todo el respeto, a la más montañera como esta.

    Una de nuestras primeras rutas plasmada en nuestro blog, fue una circular desde Tragacete, no te digo na, volviendo por la cresta del Ocejón y bajando por la senda de las pegueras a San Blas. Una ruta que tengo en mente reeditar en una próxima ocasión especial que se nos avecina.

    Pero también hemos subido desde la fuente de Isabelo, salvando esos cortes rocosos del hontanar, por los que Maru negocia las cuestas como nadie.

    Por el Barranco del Judío, hicimos un intento en una ocasión en la que la nieve nos ralentizó la marcha, y cuando estábamos en la cabecera de Barranco, sobre el corte rocoso cerca de la pista, la niebla cubría toda la cima de La Mogorrita, con lo que desistimos de subir, la mañana estaba áspera, por contra, conocimos la bajada de la cañada real al Judío, un paso increíble, que ese año, el ganado lo bajó con hielo y nieve.

    Ya ves que muchos recuerdos me ha despertado esta entrada, una maravilla, por cierto, se me olvida un áspero encontronazo con cazadores en una de estas rutas que te cuento, y muchas más, la Mogorrita es destino ineludible.

    Un saludo Toni.

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    1. Hola Luis.

      Buenos recuerdos a colación de la Mogorrita te he traido, jejeje. Yo también he triscado por los alrededores de esos cortes, aunque por el Judio y la fuente de Isabeleto no he subido nunca, aunque lo he pensado alguna vez.

      Todos hemos subido siempre de manera dominguera por la pista, pero quizás, sería empezar a hacer excursiones a la Mogorrita subiendo de la manera que las solemos hacer vosotros y nosotros, y darle otro empaque a nuestra montaña más alta, utilizando esa bella cresta cimera o esos empinados pasos por los cortes rocosos.

      Un saludo.

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  5. He dicho del Hontanar, corrijo, del Estepar. Un saludo. jajaja.

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  6. Hola Toni.

    Aquí uno que ha subido a la Mogorrita por lo fácil, y que no se avergüenza de ello ;-)
    Aunque claro, si pudiera volver a subir alguna otra vez, me gustaría hacerlo de la forma que lo hicisteis Maru y tú, y si no fuera mucho pedir hacerlo en vuestra compañía. Esta ruta, en cuanto a dureza, calidad, cantidad y variedad de paisajes me ha recordado sublimes epopeyas serranas conjuntas, léase ruta al Peñalba, a la Campana, al Puntal de los Hayales etc, etc. Está a la altura de todas ellas. Supongo que la satisfacción por haber plasmado sobre el terreno lo que habías ideado en tu cabeza y dibujado en los mapas debió ser inmensa.

    Un abrazo.

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