LA FAJA ROCOSA DE SAN BLAS EN TRAGACETE.
Hace unos años llevamos a nuestro amigo Dani de Betxí
(Castellón) a subir al cerro de San Felipe en Tragacete. Dejamos el coche un
poco más adelante del albergue de San Blas y empezamos la famosa ruta,
atravesando el estrecho de San Blás. Ahora bien, recuerdo que un momento antes
de hacerlo, Dani levantó la cabeza, dirigiendo la mirada hacia el alargado y
enorme corte rocoso que se ve a la derecha del Estrecho de San Blas.
Seguidamente me dijo:
-Esa
faja rocosa tiene muy buena pinta. ¿No la has recorrido?
Dani es sabedor de lo que me gusta recorrer esos largos
tránsitos aéreos por paredes de roca, sean fajas o ceñajos, dicho en idioma
serrano. A él también le gustan y alguno
ya hemos recorrido juntos.
Le dije que no, que no se me había ocurrido ir por ahí
todavía. Que en Cuenca hay muchos de este tipo de ceñajos y los que resaltan
más y son más largos y grandes sí los he recorrido, pero luego hay muchos, más cortos, que aún están por explorar por mi parte.
Han pasado unos pocos años para que el otro día recordara
aquella pregunta de Dani, y, sobre todo, recordara una excursión con Ignacio,
donde pasamos por el barranco donde empieza esa faja rocosa, que va a acabar en
el Estrecho de San Blas. Sabía dónde empieza y sabía dónde acababa. Lo que no
sabía si por ella se podría transitar. Si no, pues siempre hay algún paso hacia
arriba y hacia abajo para salir de ella.
En todo caso, es un ceñajo de no muy larga longitud pero de gran belleza, como atestiguan las fotos, y si eliges la primavera mucho mejor, ya que todos estos pisos o valles a diferentes alturas entre los 1600 y 1800 metros que quedan entre la Mogorrita y San Felipe brillan de puro verde.
Nada más pasar la cascada de la chorrera, dejamos el coche y en vez de ir hacia el Albergue de San Blás, me dirijo hacia ese rinconazo del fondo.
El barranco que viene por allí es el Barranco del Dao, y ya lo recorrí con Ignacio en esta Entrada.
A mi izquierda, arriba, se ve parte de la faja por la que quiero trasitar en un rato.
Y, como no, sus moradores observándonos.
Me acerco hasta el fondo, el conocido como Rincón de la Isilla.
Solo tengo que remontar el arroyo del la Isilla o de la Cañada del Dao.
Hasta el manantial debajo de la roca donde mana el agua, conocido en Tragacete como la Fuente de la Isilla.
Como ya comprobé en su día con Ignacio, el bco. no se puede remontar por su cauce.
Toca recular, tomando buena perspectiva del principio de la faja, allí arriba.
Y buscar el único paso que hay en el lateral derecho.
Donde al coger altura, se ve esta hermosa vista, con la faja en la parte superior por donde quiero transitar.
El comienzo tiene una pinta estupenda.
Vistazo hacia atras para ver lo que llevamos recorrido.
Se me amplian las vistas. De la derecha viene el arroyo que es el Júcar, y de la izquierda, uno de sus primeros aportes, el arroyo de la Fuente de la Isilla.
Comenzamos la 2ª mitad de la faja en sentido descendente, y ya desde el principio me doy cuenta que por ahí no puedo ir, demasiada pendiente.
El tránsito por esta parte superior de la faja es muy cómodo, pero ¡alto! ¿quién asoma al fondo en el centro de la foto?
No he dicho nada, pero según avanzaba al noroeste iba asomando cada vez más el pueblo de Tragacete.
Desde aquí arriba descubro en un recodo del Júcar una construcción que no conocía, y que decido visitar a la vuelta.
Toca salir de la faja y dar por terminado mi tránsito rocoso.
El río Júcar pasando por el Estrecho. Aunque no es muy caudaloso en estos primeros metros, para estas fechas de abril debería llevar más agua. Todo esto pasa desde que ya no tenemos apenas nieve en los inviernos.
Paso el merendero y cojo el carril en dirección contraria al albergue de San Blas.
Si quiero llegar al coche, debo descalzarme y cruzar el Jucarillo, o bajar más abajo que el carril pasa el río por un puente.
Hasta la próxima.
Hola Toni.
ResponderEliminarNada más ver el título de la entrada, y antes de leer nada ya me había dicho: "joder, a ver si va ser esa faja que le pregunté a Toni si la había recorrido, el día que subimos al San Felipe."
Me ha hecho ilusión te hayas acordado, y hayas recordado, aquel momento tan fugaz pero que se nos quedó grabado a los dos... luego decís que si yo tengo una memoria prodigiosa, pues tu no me andas a la zaga amigo mío jejeje.
Y es que a ver quien es el guapo que no se fija en una faja tan estética como esta, que oye, si desde abajo pintaba bien, no veas como mola cuando nos la muestras desde arriba, metido en harina en ella. Ahí si que se aprecia su fascinante geomorfología, y también lo aventurero que puede llegar a ser caminar por allí, pues se ven algunos pasitos bastante aéreos. Conociéndote seguro que disfrutaste un montón. Y no puedo olvidarme de las imponentes vistas hacia valles, montes y pueblos que gozaste desde esa faja y tampoco de esas bucólicas estampas junto al río.
Y que me han venido muy buenos recuerdos de mi bautismo en la Serranía, oiga!!!
Te veo con ese gorro indio de plumas y cantando Siniestro Total a todo trapo... "todos los indios, manitú, manitú..." jajaja
Un abrazo.
Hola Dani.
EliminarJjejeje, tengo buena memoria para no olvidar, y si son cosas del monte, más todavía. ¡Cuántos topónimos han llegado a mi cabeza para quedarse en detrimento de otros conocimientos!
La faja en sí era muy cortita y no tenía mucho desnivel como otras de la sierra, pero esos morros calizos enhiestos los disfruté mucho. Aparte, esas vistas a las verdes cañadas y valles a esta altitud era supremas.
jajaja tipi dulce tipi de los Siniestro. Eso. o me hago un edredón nóridico relleno de plumas de buitre.
Un abrazo.
Hola Toni.
ResponderEliminarVeo que nos bautizas a todos por la misma zona😆. Muy chula y estética esa faja, en especial esos puntales rocosos.
En primavera con el verdor del bosque y las praderas, es todo un acierto.
Salud y montaña.
Hola Eduardo.
EliminarEsta zona de la sierra de Cuenca que ronda los 1600 hasta más de 1800 metros, donde se juntan las cimas más altas, pienso yo, que hay que conocerla de lo primero.
Si, no pensé en la época, pero cuando vi el verdor de esas cañadas, me dije que fue todo un acierto ir en primavera.. La faja en sí, muy estética pero muy cortita. Creo recordar que ese día, me fui a ver otra cosa cerca de Tragacete.
Salud y montaña
Hola Toni,
ResponderEliminarPor fin me pongo al día con el blog...
Este Dani... solo te falta que te den ideas para recorrer lugares nuevos... jajaja
Menuda pasada de faja, es impresionante, y no solo la faja, ya que el camino hasta llegar a ella, el retorno y las vistas ya merecen la pena, como diría ese gran filósofo y pensador, Im-Presionante!!!
Cuando he visto el gorro indio no he podido evitar verte con él puesto... jajaja
Salud, fajas y gorros indios!!!
Hola David.
EliminarSi te digo la verdad, se te echaba de menos. Ya sabes que por aquí seguimos, a un rtimo tranquilo, pero sin perder comba. A ver si te contesto a los otros mensajes.
Ya ves, el amigo Dani, encima sugiriéndome más sitios, como si tuviera pocos, jajaja.
Entre huesos, craneos y plumas estoy por abrir una tienda, jajajaja
Salud y pluma!!
Hola Toni.
ResponderEliminarYa imaginaba yo que aunque sea de corto recorrido, te darías alguna vueltecilla por esa faja o la incluyeras como añadido a una ruta de más enjundia. Las vistas son memorables y de gran deleite.
He vuelto a dar un repaso a la entrada en la que fuiste con Ignacio, en la que te comentaba mis frecuentes recorridos por el Dau o Dao, de camino al Osejón y Mojón Blanco. Aunque el barranco parece infranqueable, una vez que te sitúas en la fuente de la Isilla, frente a ella y ligeramente a la izqda, puedes hacer una ligera trepadita por una grieta que te sitúa en el primer escalón del barranco y dirigirte hacia la pared por donde caería la chorrera. Observarás que por la derecha se puede acceder a la parte superior subiendo por una laderita algo pedregosa que lleva a ese paso abierto que creo que comentábais. Recorrer el resto del cauce del Dao rodeando el cerro Rondevater hasta la pista forestal bajo las lomas del Ocejón, es una delicia montañera.
Un abrazo.
Hola Andrés.
EliminarLa verdad que si no me lo llega a decir Dani, a mi no se me hubiera ocurrido ir por ahí, pues la veia muy cortita, pero si te la tomas como una sucesión de miradores estupendos, por lo que una de las veces que vengas te la recomiendo, claro y si la unes a todo la zona del Dao, Rondevater y demás tienes ahí una jornada memorable. Además, ahora ya por fin, está llenándose de agua y nieve, porque el otoño invierno llevaba muy mala pinta.
Un abrazo.
Hola Toni...
ResponderEliminarVoy tratando de volver a los buenos "hábitos blogueros".
Muy buena ruta la de mi "reentre" en tu blog... jejeje.
Comentas que no fue muy larga y que la faja se te hizo corta, pero parece todo lo contrario.
Sin lugar a dudas,preciosa de verdad esa Faja de San Blas,con esos pasitos más aéreos,que combinaste muy bien con la parte alta y además el premio de encontrar un buen paso en la bajada.
Buena combinación también con esa parte del jovenzuelo Júcar.
Lo de la plumas, porque no encontraste bastantes,porque te veía con ese gorro puesto,al estilo de aquella entrada con la que nos deleitaste,de pequeñas locuras Serranas..jajaja.
Otra cosa muy importante después de una buena ruta montañera,es la hidratación... jejeje.
Un abrazo.
Hola Juane.
EliminarYo ultimamente no estoy muy al loro de los otros blogs amigos, pero bueno son rachas.
Todas esas fajitas son siempre un delicia visual y senderistas, y si tienes estos pastizales de altura mientras el Jucarillo salta alegremente pues tienes el disfrute asegurado. Lo de las plumas pegadas una a una a algún gorro habría sido la frikada nª1, jajaja.
Un abrazo.
Hola Toni.
ResponderEliminarSiempre mirando hacia arriba, a esas crestas y fajas, ahora ya lo miraremos de otra manera, con la posibilidad de subirnos ahí arriba. Ya sabes que nosotros somos muy de San Blas, San Felipe, y todos los santos serranos. Jajajaja.
Todo se andará, le veo posibles....
Un saludo Toni.
Hola Luis.
EliminarEs verdad que os veo siempre muy feligreses de todo el santoral de la comarca, jajaja
Un saludo.