LA MODORRA Y MONTEAGUDILLO DESDE LA FUENTE DE LAS TABLAS Y LA ISLETA DE ALGARA

 

Llevaba tiempo queriendo unir la subida a las dos montañitas que circundan uno de los lados del embalse de la Toba, es decir, Monteagudillo y la Modorra. El sitio para dejar el coche y empezar la ruta es justamente en la mitad de camino entre dichos cerros, en el Albergue de Fuente de las Tablas.

En esta ocasión, Maru y yo vamos a empezar yendo a las orillas del embalse que por estas fechas de principios de noviembre estaba muy bajo, posiblemente la vez que más bajo lo he visto. Mes y medio después vino el temporal Efraín para llenarlo hasta los topes, es lo que tienen este tipo de embalses serranos de cabecera, que al ser más pequeños se pueden llenar en cuestión de días. Quiero enseñaros una porción de tierra, que cuando el embalse está bien de agua forma una isla. En este caso, el bajo nivel de aguas mostrará esa otrora isla como orilla sedienta. Su viejo topónimo es la Isla de Algara (o Aldara)


De allí subiremos a Monteagudillo, es peculiar montaña coronada con una boina rocosa, inaccesible por todos los lados, excepto en un punto, y que en épocas muy antiguas llegó a albergar una castillo con su torre y un pequeño poblado a sus pies, desaparecido hace ya muchos siglos. Luego engancharemos con el sendero PR y volveremos al Albergue de Fuente de las Tablas, recordando tiempos pasados cuando un niño llamado como yo, comía a dos carillos huevos a la sartén y corretetaba por estos bosques, disfrutando como lo saben hacer los niños.

Del Albergue cogemos la senda que, cruzando el brazo de la Cola del Boquerón, nos va a subir a la Modorra (no queda lejos la Cueva del Boquerón, pero os la he enseñado tantas veces, que hoy no nos acercaremos a vela, estando en aquellos momentos seca por completo) Para subir a la Modorra, dejaremos la senda PR, y lo haremos a trochemoche, buscando la zona con menos pendiente. Como allí siempre hace frío y viento, no estaremos mucho en su remozada cima, y bajaremos de la misma por el sendero PR que desechamos a la subida. Completaremos esta ruta circular, volviendo al Albergue Fuente de las Tablas.


          Dejamos el coche en el Albergue y comenzamos a bajar hacia el Embalse de la Toba.

                            Al otro lado, la Muela de la Madera se nos presenta altiva.

                        Atención, pues ahí delante se nos presenta la Isla de Algara.

Este suelo debería estar debajo de las aguas del embalse, que hay que recordar que en noviembre 2022 estaba bajísimo. 

De hecho, no lo recordaba nunca tan bajo de nivel. ¡Qué lastima contemplar in situ un embalse serrano así!

                   La sequía ha creado esa playita y ha sacado a la luz artefactos extraños.

   Y también este cartel con el verdadero nombre de esta isleta. Creo que pone Algara, aunque podría ser Aldara.

En la isleta hubo construcciones pastoriles, que puede que parte sean tocadas por el agua, indicándonos, en ese caso, que estarían antes de la construcción del embalse en 1925.

Mes y medio después, con la Toba a tope, la Isleta de Algara era una isla por completo, imagen más usual, y esos muros pastoriles que vimos estarían bajo agua.


Vamos a verla desde lo alto de los bordes de la muela en otra ocasión de principios de verano. Aún es isla por poco.


        Se aprecia bien que parte de esos muros pastoriles estan medio metidos en el agua.



Ahora desde la orilla del embalse subiremos a Montegudillo trazando una recta, más o menos.


                 Salimos de la isleta y comenzamos la subida a Monteagudillo.

    De camino nos encontramos algún que otro níscalo. El poco frío de este otoño pasado ha hecho que hubiera níscalos hasta finales de diciembre.

                        Y manantiales que aun malamente subsisten, pese a la sequía.

                                           Las rampas no tardan en ponerse más tiesas.

                 Todo un gustazo para los que nos gusta hacer ejercicio físico en el monte.

                                   Ya podemos avistar arriba la roca que indica la cima.


En mitad de esta pendiente tan tiesa nos encontramos dos o tres aterrazamientos, que me hacen pensar que las pocas casas del poblado que hubo a los pies del castillo estuvieran por aquí.

                         Ya tenemos a mano la boina rocosa que corona Monteagudillo.

                            Aun subsisten robles con hojas, encaramados aquí arriba.

      Es poner a Maru al lado, para ver que el tamaño de las paredes de la boina no es pequeño.


                    Vamos a darle la vuelta a la boina, buscando el único acceso que hay.

Placa en homenaje a este chico que iba conmigo al Instituto, y que murió de una forma triste, asesinado por un sargento borracho en la mili.

                         Rodeamos la boina rocosa, comprobando lo inaccesible que es.

                      Ahí está el paso, el que hay que valerse de los agarres para poder trepar.

             Una vez arriba, empezamos con las vistas de esta parte del embalse de la Toba.

              Zoom al embalse para poder ver en primer plano el istmo que crea la isleta.

      En sentido antihorario tenemos el pueblo de Uña y a la derecha la Peñarrubia de Uña.


                                              Seguimos girando y aparece....

El albergue Fuente de las Tablas a la izquierda, y luego nuestro próximo objetivo, el Cerro de la Modorra.

         Miremos a dentro del cerro, donde sobresale el montículo donde estuvo la torre.

La prueba más evidente que allí hubo un pequeño castillo/poblado: restos de cerámica. Nadie en su sano juicio de los siglos XIX o XX sube allí arriba con cerámica.

                  Los bordes acaban abruptamente en cortados y hay que tener cuidado.

   Otro gran resto, un gran habitáculo hacia dentro que aún se ve su estructura, y que puede ser parte de un aljibe. Que bien estaría, como en tantos otros sitios, una datación y prospección arqueológica.


Todo está bien surtido de cerámica. Parece ser que hubo un castillo islámico de carácter militar y planta irregular. Este castillo era el centro de la Heredad de Monteagudiello y englobaba, al menos, tres aldeas: Valduérguinas, Fuencaliente y los Quintos (alguna de ellas estuvo habitada hasta épocas muy recientes)


                                          Bajamos por el otro lado del que subimos.

                                  Donde enganchamos ya con el sendero PR-CU 108.

                                    Vistazo hacia atrás de Monteagudillo allí arriba.

                     Donde ahora se encuentra una pareja con la que nos cruzamos al bajar.

Entramos en el pinar, que aquel día nos sorprendió el verdor que aun guardaba pese a las escasez de lluvias.

                                                              Ya se avista el Albergue.

    Con el Cerro de la Modorra detrás. Este albergue, aparte de campamentos veraniegos, se suele utilizar, creo yo, para su alquiler por parte de asociaciones que tengan algún motivo relacionado con la naturaleza en sus quedadas.


                           La vieja Fuente de las Tablas que otorga el nombre al albergue.


Pasamos de largo, siguiendo ya el PR, que aún nos queda la mitad de la ruta aproximadamente.


Un inciso en esta parte, porque a la derecha de donde está esa barandilla de madera que ven en la foto de arriba, el arroyo que crea esa rambla que baja al pantano, crea a su vez una pequeña cascada. Todo viene a que el área recreativa de la Fuente de las Tablas era otro de esos merenderos que nos traían mis padres a pasar días enteros en el monte, cuando aún no existía el albergue, y en su lugar estaban las ruinas de una vieja casa.
Mientras los adultos estaban con la barbacoa, los chavales que éramos (hermanos, primos e hijos de amigos) nos íbamos de aventuras, y encontramos un rincón chulísimo para nosotros, muy escondido que era esta cascada que van a ver en las siguientes fotos (obviamente, el sendero PR no existía y esa barandilla tampoco. Recuerdo primaveras, que caía por ella una auténtica cortina de agua.


                       Otro de esos sitios de mi infancia de los que tengo recuerdos nítidos.

                                                     Otra vez llevé a mi hijo y mi sobrino.

                Pero, dejemos la nostalgia, que Maru nos está indicando donde tenemos que ir.

                            Comenzamos a bajar al barranco del Brazo del Boquerón.

Recordándonos este cartel que si hubiera sido una época normal, habríamos tenido que vadear o rodear el agua.

Por aquí suele juntarse el Arroyo que sale de la Cueva del Boquerón con el brazo de pantano, cuando esta a un nivel alto.

                     Salimos al otro lado del barranco y echamos un vistazo atrás para verlo.

       El sendero PR utiliza este viejo camino que deja a su izquierda esta profunda rambla.

Desde donde se aprecia muy bien la subida que tenemos hasta  el puntal izquierdo de la Modorra.

Tras una subida tendida, nos ponemos abajo del cerro, y nos salimos del PR para subir a trochemoche por otro ladera.

       En vez de subir y bajar por el PR, subiremos por otro lado para hacer circular la subida.

Aparte de darle picantito bueno a la ruta, como aquí, que tuvimos que buscar un paso para pasar ese cortado de rocas que se aprecia.


        Una vez arriba, lo primero que vemos es el Albergue y Monteagudillo desde este lado.

                                                            Avanzamos hacia su lado sur.

                   La curiosa torreta baja de vigilancia y el antiguo caseto para la misma labor.

                  La anterior vez que subí, aparte de un frío glaciar, solo existía el caseto.



                                         Maru con el vértice que marca los 1447 metros.


                                Buscamos ahora el sendero PR para bajar por el otro lado.

                                              Un aprisco pastoril nos sale nada más bajar.

                                                  Con su silla para descansar un rato.

    O para contemplar a la Marujita, ya con cara de que falta poco para las cervezas del final.

          En estos tramos de pendiente, el sendero siempre va acompañado de la barandilla.

                                       Mientras bajamos, nos asoma la torreta en lo alto.

Y nos despedimos con esta otro perspectiva de la Fuente de las Tablas y Monteagudillo encima.


                                                       ¡Hasta la próxima!

Comentarios

  1. Hola Toni,

    La marca de Magia Serrana hay que dejarla ya de buen principio, un trochemoche como Dios manda, para que ir por el PR... jajaja, bromas a parte, muy buena idea, así podéis realizar una circular, que siempre es más interesante.

    Que lástima ver el embalse tan seco, a ver si se termina esta sequía que ya dura demasiando tiempo.

    La ruta es preciosa, que suerte tenéis de tener todos estos rincones tan cerca de Cuenca para poder perderos cualquier fin de semana por ellos.

    Salud y preciosos rincones!!!

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    1. Hola David.

      Toda esta zona guarda unos pinares mezclado con sabinares muy chulos. Si a eso le sumas el embalse, los barrancos y estas montañitas pues sale una ruta bonita. Coño aun recuerdo de hace poco que el pantano estaba lleno o casi lleno de diciembre/enero hasta mayo/junio y ahora depende de la llegada de borrascas para coger agua, y si no, pues a bajar el nivel muy rápido.

      En cuanto a los trochemoches, cada vez más me estos javinietizando, jajaja o lo que es lo mismo, me invade el espiritu de Javi Nieto y si hay senderos PR los abandono para buscar trochemoches, y a la vez me vuelvo alérgico a los tracks (eso último solo lo hago en las sierras de Cuenca, Albarracín y Alto Tajo). Si salimos por España si buscamos tracks.

      Salud y trochemoches!

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  2. Bueno, bueno, que yo sepa el adulto Toni Virtudes Segarra se sigue comiendo los huevos a la sartén a dos carrillos 😉, y corretear no corretea por los montes, pero se pega unas caminatas de órdago...
    Aunque es descorazonador ver el Pantano de la Toba con tan bajo nivel de agua (y más si se ha tenido la suerte, como la he tenido yo, de verlo a rebosar), me ha gustado mucho la entrada, pues de las cosas negativas siempre hay que saber buscar algún punto positivo, y oye esa sequía dejó al descubierto cosas que normalmente permanecían bajo el agua, y que verlas de nuevo siempre resulta curioso. Bueno, esperemos que esas cositas submarinas vuelvan a permanecer bajo el agua, y que si vuelven a florecer que sea de forma muy efímera.
    Y esos dos cerros, Modorra y Monteagudillo, Monteagudillo y Modorra, uno en frente de otro, como desafiándose a ver cual de los dos tiene mejores panorámicas.
    Y como mola el mobiliario de ese aprisco pastoril, me ha recordado a aquel que visitamos este otoño en la ruta de los 4 cerros de Cuenca.

    Un abrazo a dos carrillos!!

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  3. Jjajajaja, siempre me sacas una sonrisa, Dani.

    Pues sí, tienes razón, y estoy muy orgulloso de ello, de sacar a la mínima que se presenta el niño que llevo dentro, y pasarmelo bien, y en efecto. Comer (englobando beber cerveza) y caminar por la naturaleza son hoy en día mis dos grandes vicios.

    Lo del embalse vacio podría ser curioso de ver, aunque no deseo verlo, pues debajo, en lo que es el cauce original del Júcar hay unas casas de un poblado y un puente de piedra muy famoso antes del siglo XX.

    Ese aprisco pastoril es de donde un mandé un video cantando flamenco , jejeje.

    Otro abrazo a dos gaznates!!

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  4. Hola Toni.

    Tienes un tesoro de recuerdos de la infancia retozando por esos montes, disfrutando de las merendolas familiares y esas aventurillas investigando y arrancándole sus secretos a aquellos parajes.
    Pues hace unos añitos que no me acerco por el otro lado del pantano, y mira que le tengo ganas al Monteagudillo cada vez que lo contemplo desde la carretera, pues tengo esa deuda pendiente cuando me quedé sin tiempo para subirlo en un día de diciembre.
    Aquella ruta consistía en salir del Mirador de Uña, en la Ciudad Encantada, e ir bordeando hasta el Puntal del Cuerno, pasar la Hoz de la Bujosa, que me entretuvo bastante, subir a la Modorra -sin la torreta nueva- y... uff!! hacer Monteagudillo y volver implicaba quedarme sin luz en días tan cortos, así que renuncié y preferir echar el tiempo en la Modorra comiendo y disfrutando las vistas. Pero ea! que habrá que volver y rematar la faena. Vuestra ruta me gusta y voy a tomar nota... ¿ y si le añado también Cabeza Gorda? Bueno al menos con más horas de luz, je,je.

    Un abrazo.
    Tienes un tesoro de recuerdos de la infancia retozando por esos montes

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    1. Hola Andrés.

      Jajaja tú y tus ansías por meter más km a la rutas. No estaba nada mal la que planeaste pero claro, en diciembre los dias son muy cortitos.

      Te digo una cosa. No conozco la Hoz de la Bujosa todavía. Me digo muchas veces de esperarme a que llueva y recorrerla con el agua corriendo, pero claro, no sé si la puedo recorrer por dentro, si tiene demasiada vegetación y es intrasitable. Lo que está claro que estoy tardando en ir a conocerla.

      Nunca he oído de alguien que haya subido a Cabeza Gorda, al estar, por lo que se ve, recubierta totalmente de pinos, pero hubiera molado que tuviera cima como la de la Modorra y subir a estas tres tachuelas que circundan el embalse de la Toba.

      Un abrazo.

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  5. Hola de nuevo Toni.

    Pues si no recuerdo mal, la Hoz de la Bujosa tenía una intrincada vegetación que podría hacer complicado el trasiego por allí adentro, pero también me pareció que habría algún tramo más "amable" de transitar. Pero claro, como busqué atravesarla lo más arriba posible sin cortes verticales, no sé yo... De todas formas, si algún día te lanzas a la aventura hazmelo saber, y si puedo, le damos un tiento a aquello, a ver que nos encontramos.

    Un abrazo.

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    1. Ya me has convencido, y de esta vez no pasa conocer la Bujosa (me imagino que el topónimo viene de boj, buje, aunque por allí, creo yo, que no hay mucho buje, quizás en tiempos pretéritos.

      Voy a esperarme a primavera, para que la vegetación esté con hoja y los días más largos, y sí, hombre, a ver si sé con antelación un sabado que me vaya al monte y te lo hago saber por si pudieras acercarte.

      Un abrazo.

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  6. Hola Toni.

    Un recorrido muy completo, con esas dos ascensiones a la Modorra y Monteagudillo y la visita a la Isla de Algara, que si bien a ras de pantano, por la falta de agua, no se aprecia bien, desde lo alto, se ve claramente.

    Me ha llamado la atención el abrigo pastoril, tan bien preparado, con su murete, la silla y las tejas. Por cierto, en la fotografía 26, yo veo una cara 😉

    Salud y montaña.

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    1. anda, ya empiezas a ver cosas, como yo. He ido a la foto que dices, y si, viéndola más detenidamente aparece una, aunque no es de las claras claras ;-)

      En ese abrigo pastoril, me senté en la silla y con las tejas apoyadas en las piernas toqué y canté unas seguidillas flamencas, jejejeje.

      Salud y montaña.

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