LA SENDA DEL AGUA EN MOGARRÁZ Y LA SIERRA DE FRANCIA

 

En el puente de Diciembre del año pasado Maru y yo fuimos unos días a conocer una de esas sierras peninsulares que nos faltaban en nuestro curriculum montañae, la Sierra de Francia al sur de la provincia de Salamanca, y muy cerca del límite con el norte de Cáceres. Aquí coinciden o se quedan muy cerca varios espacios naturales, el Parque Natural Las Batuecas/Sierra de Francia, Sierra de Gata, el final del Sistema Central con la Sierra de Béjar, las Hurdes cacereñas. Todo ello, hace que fuera un viaje muy esperado por nosotros, y a tal efecto, buscamos unas rutas por sus montañas y valles (gracias Dani por esa ayuda en la búsqueda), aunando la dureza de estas jornadas con una buena planificación turística de ver por las tardes sus bellos pueblos en coche.

Y hasta aquí llegó la estupenda planificación y bla bla bla….. antes de irse todo al garete. Estamos acostumbrados a que, como diría el Jefe del Equipo A, los planes salgan bien, que cuando ocurre lo contrario nos altera y solivianta, pero la vida es así, y, muchas veces, y más en estos tiempos de comodidad inmediata, debemos tener en mente, los imprevistos, los contratiempos y los planes negativos.



Resumiendo un poco las contingencias acaecidas, lo que paso fue una mezcla de circunstancias subjetivas (el día de antes en Segovia, donde pasamos una noche, Maru se empezó a poner mala y acatarrada, agravado con una bronquiolitis muy fuerte, además, con la preocupación derivada de su asma. Al par de días, terminó pegándome el trancazo, con el resultado de estar yo un día y medio que me costaba hasta subir una cuesta) y circunstancias objetivas (esos días de diciembre, mi cumpleaños para más Inri, entró una tremenda borrasca atlántica, en la que no paró de sucederse continuamente la niebla y la lluvia, anulando casi por completo nuestros planes senderistas)

La única ruta senderista que conseguimos hacer fue el Sendero del Agua, con salida en el propio pueblo donde dormíamos, el bello Mogarráz, una ruta de unos 7 km sin dificultad ninguna y muy poco desnivel, que iba al vecino pueblo de Monforte, al otro lado del valle. Eso sí, una pequeña muestra de la belleza salvaje y húmeda de estos ecosistemas botánicos, que, al recibir tantos frentes atlánticos, recuerden más a bosques cantábricos, estando muy alejados del norte de España.


                  Desde el propio Mogarráz salimos buscando las marcas de este sendero.


Este camino del agua llega al pueblo que ven al otro lado, Monforte de la Sierra, por la derecha y vuelve por la izquierda a Mogarráz.

                   Hacemos unos metros por asfalto en busca de la entrada al sendero.

                                Pueden ver que tiempo más otoñal/invernal tenemos.

                Que le va a dar a estos frondosos bosques y valles aún más belleza, si cabe.

Aunque Maru y yo no estamos para muchos trotes, tenemos ganas de disfrutar de este sendero, que a la postre iba a ser lo único que anduviéramos.

             Al poco nos encontramos con una familia haciendo el camino también.


                                      Por cualquier recoveco venía un pequeño arroyo.

                       Desde el principio queda claro el nombre de Camino del Agua.


Lo que de verdad hacía olvidar por momentos nuestros achaques, era esta maravilla de viejo camino.

El incipiente invierno ha hecho que mucho arbolado (roble principalmente) haya perdido la hoja.

                 Los castaños están en pleno proceso de desprenderse de sus bellas hojas.


            El camino a ratos se volvía senda, entre mares de helechos secos y empapados.


                 Vistazo atrás para ver las casas de Mogarráz asomar encima del bosque.

                                 Por ahora esta preciosa senda no tiene apenas desnivel.

                          Cruzamos un arroyo más caudaloso por ese puente que ven.

                           El arroyo de los Milanos de las Tisneras. ¡Copón que nombre!

Hacemos un corto tramo de carretera que nos va a acercar en el pequeño pueblo de Monforte de la Sierra.

           Aunque el camino del Agua apenas pasa por este pueblo y continua por el bosque.

Siempre me llama la atención ver bosques de eucaliptos, aunque es una especie alóctona fuertemente invasora.

                          Que no se diga que no estaba yo ahí haciendo este camino del agua.

Y al mal tiempo, buena cara. Siempre hay que intentar sacar la sonrisa, como este gorrete con borla natural de castaña que me inventé.



El camino comienza a bajar suavemente rodeado de árboles invadidos de líquenes por completo.

   La ubicación de Mogarráz al otro lado, nos dice que estamos, más o menos, en la mitad de la ruta.



                                   Aunque no se aprecie, estábamos bajando bastante.

                    Por aquí coincidimos con otros senderos que van a otros pueblos.

                                   Nos toca cruzar el arroyo por esta hermosura de puente.

           El Arroyo de los Milanos ha recibido las aguas del arroyo de Arromilano y .....

                            Va directo a echar sus aguas kilómetros abajo al río Francia.


            Nos toca ahora una paulatina subida por el camino, de que ya se nota la cercanía...

                                               De las primeras huertas de Mogarráz.

El cielo se abre, dando un respiro, y cómo animándonos a tomar las cervezas, pero no estábamos en nuestro mejor momento (Maru de antibióticos y yo me bebería una solamente. No hay mayor y terrible síntoma en mí que ese, la inapetencia cervecera)


             Entramos en Mogarráz, dando por finalizada este bonito Camino del Agua.


Respecto de Mogarraz, comentar que otra de las cosas chulas que guarda esta sierra son sus pueblos, recordándome mucho a los pueblos negros de la Sierra Norte de Guadalajara. La continua humedad hacen que los pueblos sean muy oscuros y negros, favorecidos, obviamente, por la piedra que utilizaron para sus construcciones. Desde la Alberca, pasando por Mogarraz, y acabando en Miranda o San Martín del Castañar, la mayor parte de sus pueblos son dignos de recorrer sus estrechas callejuelas y sus muchas cuestas. Solo voy a poner fotos de donde dormíamos, Mogarraz, pueblo peculiar además por lo que vais a ver en las fotos.

                                               Dónde mira Maru, teníamos el alojamiento.


                                                   Típica callejuela en cuesta de Mogarráz.

La mayoría de las casas del pueblo guardan todas unos retratos de los 388 vecinos que no emigraron en la década de 1960 y se quedaron en el pueblo. Esas 3 personas en concreto vivieron en esta casa que ven.


Resulta que por aquel entonces se les hizo una fotografía a cada uno para el dni (por eso no hay retratos de niños), y muchos años después un dibujante, con base a tales fotos, los ha dibujado y han puesto los retratos en la que fueron sus casas. Estos en la Iglesia es de suponer que no econtraron sus casas. Una cosa muy, pero muy curiosa.


En esta 2ª parte de la entrada os pondré en unas pocas fotos cosas sueltas que vimos yendo en coche. Vamos a empezar por un lugar que yo había visto en fotos y siempre me había parecido un lugar con una vista muy potente. Nos quedamos con las ganas de hacer un sendero por allí abajo.


El meandro del Melero, formado por el afluente más largo del Tajo, el río Alagón. Bajemos a la punta, donde está esa pareja.


Espectacular! Para que se hagan una idea del tamaño, en la primera curva que hace el río, en la izquierda, parte superior, hay un todoterreno en la orilla verde. A ver si lo ven.


Ahora después os voy a enseñar un bonito merendero a orillas del Rio Francia, y después, un lugar mágico, al que hay que visitar, si no de manera senderista, subiendo allí arriba, por lo menos, como en nuestro caso, en coche. El Santuario de la Peña de Francia, siendo esta montaña, todo un atalaya, que se levanta imponentemente sobre los llanos que la circundan, y habiendo allí un negro, opaco, e imponente monasterio.

            Camino al pueblo de Sequeros, nos topamos con el merendero del río Francia.

      Afluente del río Alagón, que con las últimas y copiosas lluvias bajan muy bien de agua.

                    Allí mismo está el viejo puente de piedra que por donde va la carretera.


Subimos (en coche) a la Peña de Francia, donde esa curiosa estructura gigante, que recuerda a un gran vértice, nos recibe.

Lo que llama la atención allí arriba, azotado por los aires y los fríos, es el enorme complejo monástico que hay.

Construido en el siglo XV a 1727 metros de altitud, asunto que hacía que en los inviernos fuera prácticamente inaccesible por la nieve.

Al ser todo de piedra granito/pizarra negra el lugar impone mucho. Recordar que el nombre de Francia en toda esta comarca venía por la época de la repoblación cristiana que se hizo con mucho francés, por mediación del noble francés Raimundo de Borgoña, casado con Urraca I de León.

          La Peña de Francia es un excelente mirador en las dirección este, norte y oeste.

          800 metros de desnivel más abajo se ven los bosques y muchos de sus pueblos.

Como en esta que se ve un de esos pueblos. Si el día hubiera estado idóneo podríamos haber visto bastante horizonte.

Y en dirección sur, tenemos las montañas de la Sierra de Francia, y por dónde teníamos previsto hacer nuestras rutas senderistas.

Con buenos cuestarrones, y visiones como esta desde la barandilla de este lado del monasterio.

                                                               


                                                                        Hasta la próxima!

Comentarios

  1. Hola Toni,

    Hay ocasiones en que los planes no hay forma que salgan, pero siempre hay que mirar la parte positiva, ya que a lo mejor no hubierais realizado ese bonito sendero que recorristeis, que la verdad se a dicha, puede ser corto y sin dificultad, pero me ha parecido precioso e ideal para recorrer con los peques de la familia.

    Muy mal deberías estar para tomarte solo una cerveza, aunque en la foto con tu gorro con "borla" se te ve la mar de animado.

    Salud y gorros chulos!!!

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    1. Hola David.

      Tienes razón, pero como cada vez más estamos acostumbrados a que salgan bien, debido a las comodidades y facilidades de la vida moderna, que cuando realmente se tuercen esos planes, te quedas con cara agilipollao, jejejje.

      La Sierra de Francia, no tiene alturas excesivas pero guarda buenos desniveles, y al tener esos bosques tiene un montón de senderos para peques y familias, aparte de los que van por montañas, que nos quedamos con las ganas.

      Si mal no recuerdo, ese mismo día de la ruta por la tarde noche es cuando me empecé a encontrar yo mal, por eso mi careto aún no delata el bajonarro que me dio el par de días que estuve averiado.

      Salud y gorros de castañas

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  2. Hola Toni.

    Ya sabes que me tuvisteis un poco en vilo con esta escapada, al no saber nada de vosotros ni en Instagram ni en los grupos que tenemos en Whatsapp, pero luego ya me contasteis las vicisitudes acaecidas y se comprende a la perfección, pues cuando a uno se le tuercen los planes en lo que menos piensa es en compartir fotos por aquí y por allá. Y si que no me lo pregunten a mi, q

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  3. Copón, siempre me pasa cuando te comento, no sé que botón toco del teclado que se me publica automáticamente el comentario sin haberlo terminado, eso me pasa por querer escribir tan deprisa, y por ser un manazas también jajaja.
    Bueno, lo que te decía... Y si no que me pregunten a mi, que ahora mismo estoy escribiendo el relato (en el cual os menciono, como tu a mi en este) de cuando tenía que haber estado con vosotros en Andorra y se torció, y nunca mejor dicho, la cosa, y en esos momentos, en lo que todo se te jode, lo que menos ganas tiene uno es de compartir fotos e historias.
    Respecto a la ruta, pues como bien dices siempre hay que sacar una lectura positiva, y mira, esta bonita Senda del Agua, que además tenía un colorido otoñal espectacular, muy bien conjugado con la niebla, os sirvió para comprobar, aunque fuese en una pequeña dosis, el potencial senderista de la zona, a la que volveréis seguro por que ya tenéis la excusa perfecta (qué pintaza tiene esa subida de 800 metros de desnivel a la Peña de Francia. Y volviendo a la ruta, me ha gustado, además de la humedad que transmite, su frondosidad, y el estar en un pueblo Mogarraz, que así a primera vista parece estar alejado del mundanal ruido. Y ese meandro, menuda bestialidad.
    Lo dicho, a conservar los tracks y las rutas planeadas y a ejecutarlas en un futuro.

    Un abrazo.

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    1. Hola Dani "dedos torpes" Alcalá.

      Pues si, es increible muchas veces como se tuercen las cosas. El día de antes, en Segovia, estábamos de puta madre, y yo contándole a Maru cuáles y cómo iban a ser las rutas y tal y tal.

      Como tú dices, queda todo guardado para otra ocasión en que ya me relamo con la subida a la Peña De Francia, y vas viendo como ese imponente monasterio se va acercando cada vez más.

      Un abrazo.

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  4. Hola Toni !
    Esos contratiempos te surgen cuando menos te lo esperas y dan al traste con la planificación. Pero ¡qué le vamos a hacer! ... Con todo previsto y cerrado sólo queda tirar mano del plan B y, por lo que veo , tampoco estuvo tan mal. Ya tenéis una excusa para volver.
    Vaya paisajes tan chulos. Es una zona que tengo en mente desde hace mucho tiempo y nunca veo la ocasión. Parece que estés en Asturias o Euskadi, hasta el nombre del pueblo parece ubicarte por allí.
    En fin, un sitio espectacular y tranquilo para pasar unos días.
    Un abrazo.

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    1. Hola Paco.

      A mi me sorprendió la riqueza de bosques de esa zona. No me la esperaba tanto. Además, el tiempo así hizo que se nos quedará grabado como una zona tan húmeda. La mezcla de naturaleza y pueblos bonitos la hacen un gran destino.

      Y sí, habrá que volver alguna vez.

      Un abrazo.

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  5. Hola Toni.

    En casa conocemos muy bien los síntomas de Maru, porque Adrián, también tiene asma y se le forman unos catarros, que le duran semanas, si se le baja al pecho.

    Una lastima, pero bueno, dentro de lo malo, aún, pudisteis disfrutar de este sendero del Agua, una circular muy bonita, con el líquido elemento por todas partes y caminando por esos preciosos bosques de robles, castaños y eucaliptos, dos especies estas últimas, que no se ven donde vivo.

    Nosotros, siempre que viajamos (ahora muy poco), también nos gusta aprovechar las tardes, para visitar los pueblos de la zona. Esa foto del meandro del Melero, es un clásico de la zona, he tenido que tirar de zoom, para ver el todoterreno,

    Salud y montaña.

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    1. Hola Eduardo.

      Pues fijate que nosotros los síntomas no lo conocemos mucho, ya que el caso de Maru es un asma sobrevenida, hace unos años no lo tenía o lo tenía tan leve que apenas se le notaba. Y esa tos con bronquitis de diciembre pasado fue tan fuerte que yo me asusté un poco.

      Como tú dices, dentro de lo que cabe, por lo menos pudimos disfrutar (de otra manera) de aquella comarca, aunque físicamente no estuvieramos a tope.

      Salud y montaña!

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