EL VIEJO PASO DE SUBIDA A LA PEÑA RUBIA DE HUÉLAMO


Regreso a la preciosa montaña de Huélamo, esta vez con Maru, para explorar un viejo camino y enseñároslo en el blog. Esta zona del Masegar, el Arroyo de las Chorreras, las Torcas de Huélamo o el Ceñajo de los Calatravos (como me gusta este topónimo que rezuma aires de trashumancia, remitiéndonos a zonas de Jaén o Ciudad Real, cuando se bajaba el ganado desde las sierras ibéricas), las hemos visto por este blog en varias ocasiones. Esta vez, vamos a ver un viejo camino ancestral casi desaparecido por completo, y digo casi, ya que hay que tener la vista acostumbrada a encontrar este tipo de construcciones cuando ya apenas quedan restos.

Esta I+D comenzó a formarse en mi cabeza, cuando vi que gran parte del largo Ceñajo de los Calatravos era infranqueable para las personas, pero a pie de los enormes cantiles rocosos observé algunos apriscos pastoriles para guardar los pequeños rebaños en la base de dichos paredones. Estos pastores, aparte de tener unas piernas tremendas para estar subiendo y bajando constantemente estas empinadas laderas, también debieran tener un paso para poder subir a la parte alta del ceñajo, donde la Peña Rubia es el punto más reconocible de esta enorme faja rocosa que se crea.




Con ese fin, explorando aquello tanto in situ, como en casa con el mapa, vi que el lado izquierdo de la Peña Rubia tenía una ladera muy empinada pero con muchas probabilidades de poder pasar a la parte alta, salvando cortes rocosos infranqueables. Mi alegría fue completa a comprobar que en los mapas antiguos por allí iba un camino, que en los mapas actuales ya no venia, y con razón, pues el tiempo, el olvido y la fuerte pendiente hicieron que los otrora muretes de piedras que iban conformando lazadas se vinieran abajo, siendo aquello un caos de rocas con muy poco sentido. Lo exploré hace un tiempo con Santi, pero ha sido esta vez con Maru, como un año después, cuando le ha tocado su turno en el blog.

Aparte de este ancestral camino, accederemos con cuidado a la parte de faja de la Peña Rubia, donde ese enorme pedrusco en su punta le confiere su característico perfil, y de allí cogeremos el sendero pr-7 para bajar al Masegar, aunque lo haremos atajando sin pasar por las Torcas de Huélamo, ya vistas en muchas otras ocasiones. De ahí, por el estrecho del Arroyo de las Chorreras al coche. En el acogedor bar de Manuela en Huélamo nos hidrataremos como es debido, dando por finalizada otra bonita jornada montañera que nos pegamos Maru y yo.


Empieza la ruta con las primeras lomas llenas de buitres. Pensamos que debía haber algún fiambre que otro.


Pero no; a estas horas tan frescas buscaban el sol en la tierra, lejos de las frías paredes rocosas.

Hemos dejado el coche en la carretera, y al fondo tenemos la Peña Rubia, a la que iremos siguiendo las marcas del sendero PR.


Marcas que vienen muy bien para llegar a este punto por donde cruzamos el arroyo de las Chorreras.

           El Estrecho del Arroyo lo pasaremos por la senda que va por este lado izquierdo.


            Que nos permite tener estas bellas vistas de la montaña de Huélamo.

Bajamos de la zona rocosa del estrecho para coger la senda, siempre con el arroyo a nuestro lado.

     Se va abriendo el valle, ya que estamos entrando en el Masegar, dónde al fondo asoma....

                                       El morro de la Peña Rubia, donde queremos subir.


                               Aunque ahora vamos a disfrutar del Arroyo de las Chorreras.

                                                         Y sus frescas y limpísimas aguas.


Aún queda algún resto de los exiguos coletazos de estos inviernos tan lamentables que solemos tener.

    Solo pongo esta foto de los varios manantiales del Arroyo de las Chorreras, ya visto en varias ocasiones.

  Lo que toca es clavar bien las botas y subir para encontrar la traza del viejo Camino de la Peña Rubia.

       Pero antes llegamos a este prado en llano, uno de mis rincones favoritos de la Sierra.

  Mi cabeza, siempre que estoy aquí, se imagina un pequeño refugio de montaña en este lugar.


                         Seguimos subiendo, comprobando que esto está muy cuesta arriba.

Por aquí es por donde el camino iba haciendo pequeñas lazadas apuntaladas con muretes, que en su mayor parte se han venido abajo, debido principalmente a la pendiente.


Realmente esta vaguada por la que subimos es el único lugar en toda la larga ladera del Ceñajo, por donde se puede transitar.


Dicha vaguada o barranco viene a terminar ahí delante, donde un corte rocoso infranqueable de unos 4 metros de altura nos impide seguir subiendo.

Pero es Maru, quien va por el otro lado de la vaguada, la que parece que se encamina al verdadero y único paso a la parte alta.

               Ahí tienen esa maravilla de canal por donde va el viejo paso de la Peña Rubia.

En esta vista se ve como subsiste por poco el muro que levanta el camino para poder subir por esta canal.


Hacemos un breve descanso para poder empaparnos de este lugar tan mágico donde estamos.


En la base de los paredones rocosos veo los apriscos pastoriles, que me hicieron pensar en su día, que allí cerca tenía que haber algún camino hacia arriba.

  La pendiente no cede, y la traza del camino es muy difícil de encontrar en esta ladera rocosa.

Pero un ojo habituado como el mío encuentra restos del camino, que es un milagro que se mantengan incólumes todavía.


                                    Un vistazo hacia atrás para ver lo que llevamos subido.

                              Estamos llegando a la parte alta del Ceñajo de los Calatravos.

Transitamos hacia delante, hasta que llegamos a este punto que es la bajada a lo que se intuye a la izquierda del todo.

                               La característica roca en la repisa baja de la Peña Rubia.

        Yo bajo el 1º para que Maru me saque asomado a uno de estos espectaculares bordes.


                                      En otra ocasión de hace años, aparezco en el otro lado.


                                 Ahora soy yo quien saca a Maru bajando, pero ¿la ven?

                         A la derecha aparece. Esta bajada hay que tomársela con calma.

                                              Maru ya está en el morro de la Peña Rubia.


                               Donde los cielos se aliaron para regalarnos estas postales.

                                                            Un clásico en la Peña Rubia.

Avanzamos un poco por la faja, aunque sé yo que no avanzaremos mucho. De pronto, nos encontramos algo curioso.

3 ovejas y un corderete están como perdidos en la parte izquierda. No pueden seguir avanzando pues la faja se corta. 

Maru y yo nos volvemos, pensando que somos nosotros, con nuestra presencia, quien los hemos arrinconado allí.

            Salimos de allí, y nos subimos a la parte alta, donde la rubia se encuentra este cartel.

Dejamos la Peña Rubia atrás, y por este lado miramos si las ovejas ya se han vuelto y han salido de allí.

Pero siguen allí, como enriscadas sin saber qué hacer. Nos decimos de que si nos encontramos al pastor le comentaremos el lugar donde están, pero me da a mí que estas ovejas van a acabar en los buches de los buitres. ¡Menudo bocado el lechal para los Gyp fulvus!

  Seguimos hacia delante,  mientras nos salen secciones muy chulas de la parte superior del ceñajo.


                   Ahí me tienen a mi calibrando el imponente tamaño de estos frailes rocosos.

                                Más fotogénico no se puede ser, por cualquiera de sus lados.

                                                                  O en esta otra visión.


Dejamos el ceñajo y nos queda una larga tirada siguiendo la línea de rocas para llegar al fondo y poder bajar al pinar que se ve a la derecha.


                               En esta rocosa ladera descubro una cosa que no conocía.

Otra de esas sendas ancestrales que sigue medio en pie, pero la desechamos por verla algo peligrosa.

Seguimos un poco más para arriba, donde está el sendero de las Torcas de Huélamo y vamos por él.

                                                 Con la bajada más conocida por nosotros.


Como en otras entradas ya os enseñe las vistas, no he incidido mucho en ellas, pero aquí tenéis el macizo del Peñalba, con el Alto de la Hoya del Puerco a la izquierda y el Peñalba a la derecha.

Una vez en el el pinar, desechamos el sendero que va hacia las Torcas y nos tiramos ladera abajo para atajar.

Una vez abajo, en el Masegar, vemos, en la parte inferior a la izquierda, el pedrusco que ha tirado abajo Maru, cuando estuvo empujando :-)

       Salimos del Masegar por el estrecho, pero esta vez por la senda que va por el otro lado.

                                Viejo camino de vuelta que nos va a llevar directos......

                   A Huélamo donde nos esperan unas frescas cervezas en el bar de Manuela.

            

                                                          ¡Hasta la próxima!

Comentarios

  1. Hola Toni.

    Ya os imagino, después de haber entrado multitud de veces cabizbajos al bar de Manuela en Huélamo, por no haber podido echar abajo ese pedrolo de la Peña Rubia, lo contentos que entraríais esta vez habiendo conseguido vuestro hercúleo propósito, no quiero ni imaginarme el jolgorio y como correría por la barra nuestro querido néctar dorado jajajaja
    Y qué decir de la Peña Rubia y todo su brutal entorno... Que he tenido la inmensa fortuna de subir allí y recorrer esos ceñajos en vuestra compañía y doy fe de que se trata de un lugar majestuoso, y que si estuviese en otro punto de la geografía peninsular se convertiría en un lugar de los llamados imprescindibles de visitar. Pero que siga así, libre de masificaciones, y con exploradores audaces como vosotros que descubran de vez en cuando aventureras subidas como esta, o senderos ancestrales y apriscos pastoriles cuya existencia seguiría siendo desconocida de no ser gracias a vosotros.
    Las fotos en que calibras con Maru, y contigo mismo, escenifican a la perfección la grandeza del lugar.
    Y el tema de las ovejas, así es, nuestros queridos carroñeros, los animales que más quiere Robe Iniesta, se darían un buen festín con ellas. Ahí es mejor no actuar como hice yo este verano bajando del Tuc de Molières, pues en el punto donde estaban os hubieseis puesto en riesgo vosotros en caso de haber querido salvarlas... Y que nuestros amigos los Gyps también tienen derecho a darse homenajes oiga.

    Un abrazo.

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    1. Hola Dani.

      Al entrar al bar, nos dijo Manuela que se había oído perfectamente el estruendo que había causado el perolo de la Peña Rubia caer abajo, jejeje.

      La verdad que si por abajo, que si subiendo por donde lo hemos hecho en esta ruta, que si se recorre la faja, es un rincón que atesora una enorme jornadas senderista montañera.

      Ya te digo que Maru y yo estábamos plenamente convencidos que fuimos nosotros las que las arrinconamos allí, al bajar al morro de la Peña Rubia, pero luego nos dimos cuenta que no, que ellas mismas en algún momento bajarían, vete tú a saber porqué, y ya no sabían volver.
      Y sabes que, aunque me daban penilla las ovejas y ese lechal, saber que iban a acabar sus blanquecinos huesos decorando aquel precioso rincón, no me dio tanta pena. Era saber que aquello que pasaba iba a ser natural, equilibrio total. Lo único que me hubiera gustado haberme quedado todo el tiempo necesario allí, con unos prismáticos y una buena cámara, para grabarlo.

      Un abrazo.

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  2. Hola Toni.

    Sin duda, la ubicación de ésos apriscos, era una buena señal, de que en otros tiempos, hubo un sendero o camino que subía a la Peña Rubia por esa vertiente, otra cosa es, en las condiciones que se encontrase y más, si en los mapas recientes no aparece.

    Al final, os salió perfecta la jugada, aunque eso, tanto en la subida como en la bajada (sobre todo la parte inicial donde para ver a Maru he tenido que darle a tope con el zoom), se veía muy empinado.

    La parte superior, sin duda, la más espectacular de todas, no solo por las vistas, sino también, por todo los gendarmes, agujas y otras formaciones, tan características de la serranía (el fraile rocoso en forma de tirachinas es impresionante).

    En definitiva, una circular muy bonita, con el broche final de las cervezas en el bar de Manuela.

    Salud y montaña.

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    1. Hola Eduardo.

      La ubicacion de estos apriscos pastoriles a pie de las rocas me ha servido en otras ocasiones para encontrar sendas y pasos hacia arriba o hacia abajo que estaban olvidados. No suelen fallar.

      Anda! la roca Tirachinas. No me había fijado en esa forma pero tienes razón . Ya estoy visualizando una enorme goma de lado a lado y yo como la china que se va a lanzar, que si no se estira mucho llego a Albarracín, pero si tiras mucho de la goma llego a Zaragoza ;-)

      Salud y Montaña.

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  3. Hola Toni.

    Que preciosidad todo ese rinconazo de la Peña Rubia y arroyo de las Chorreras para el disfrute montañero. Hace tiempo que no me asomo por allí pero coincido contigo en ser otro de mis parajes preferidos. Siempre he disfrutado mucho por esas pendientes y balcones con fotografías muy estéticas. Y no hace falta alejarse mucho de Cuenca para hacer una buena jornada montañera.
    Es triste que esos antiguos y venerables caminos se estén perdiendo y no sean más que un recuerdo.

    Un abrazo.

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    1. Hola Andrés.

      Ese triángulo que se forma entre los pueblos de Tragacete, Valdemeca y Huélamo nos surte de rutas montañeras de las de mezclar buenas pendientes, hermosos ceñajos rocosos y grandes pinares.
      Y tienes razón, que, desde Cuenca, en menos de una hora te plantas en estos parajes.

      Un abrazo.

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  4. Hola Tonti. Bravo por este reportaje, os felicito, Maru y Toni, realmente la geografía conquense nos sorprende, con estos parajes impresionantes para recrear la vista, y disfrutar de ellos, vuestros seguidores desde casa, que no es lo mismo, pero forzamos la imaginación, y también disfrutamos del paisaje, yo he disfrutado mucho, por dos motivos, primero porque las vistas son preciosas, y segundo por formar parte, de mi querida serranía conquense, os felicito de nuevo y muchas gracias, saludos cordiales. Félix

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    1. Hola Felix.

      Estoy encantado que, aunque sea desde la lejanía y el ordenador, puedas disfrutar de estas rutas, que en el caso de esta, tienes verdaderas postales y visiones muy chulas.

      Saludos cordiales.

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  5. Hola Toni.

    Que gran rinconazo éste de la Peña Rubia y arroyo de las Chorreras.
    Hace algún tiempo que no pateo aquel paraje, pero cuando no quería alejarme mucho de Cuenca y hacer una buena jornada montañera, éstos barrancazos siempre los tengo entre mis preferidos. Para la fotografía son todo un disfrute, y los cercanos Gamelloncillos y Nevera siempre invitan a estirar más los planes de ruta.
    Es triste contemplar como se desmoronan y desaparecen los viejos caminos ancestrales que facilitaban los pasos por éstas soledades. La necesidad vital de transitarlos en otros tiempos se ha transmutado en los que los pateamos por el simple gozo y el disfrute de la montaña.

    Un abrazo.

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    1. Hola Andrés.

      Te imaginas que se recuperan recomponiendo los muretes, las lazadas y el empedrado de estos caminos que más o menos vayan bordeando el valle del Jùcar, con Tragacete en medio, empalmando, por donde fueran los caminos, la Bandera, Peña del Halcón, San Felipe, Mogorrita, la Cruceta, Peñalba, Collado Bajo y la Peña Rubia. Jjajaja por soñar que no quede.

      Un abrazo.

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  6. Hola Toni y Maru de nuevo, que paisajes nos ofrece la serranía conquense, a través de vuestros ojos, y cámara de fotos, vosotros lo disfrutáis en vivo, y nosotros desde casa, no es lo mismo, pero nos cansamos menos, pero no disfrutamos de las cervecitas de turno. Ahora con vuestro permiso, voy a tener la osadía de platearos una nueva ruta, tal vez os quede un poco lejos, visitar el parque nacional de Ordesa y Mante Perdido, en el pirineo de Huesca, es para disfrutar del paisaje y su gastronomía, es espectacular en cualquier época del año pero la mejor y más recomendable en otoño, cuando cambian de color las hojas, es para disfrutar, de la variedad de colores, sobre todo para los amantes y aficionados a la fotografía, como es mi caso, otro consejo si decidís algún día hacer esta visita, no os quedéis cortos con la tarjetas de memoria, porque fotos harías muchas, lo digo por experiencia propia, que lo he visitado una cuantas veces. perdón por mi atrevimiento, y el rollo que os he metido. Gracias por vuestros reportajes, y mucho animo para seguir, saludos y un abrazo Félix

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    1. Hola Felix.

      Los últimos veranos siempre nos solemos ir una semana a Pirineos. A Maru y a mí nos encantan. En Ordesa he estado algunas veces, aunque nunca en otoño, eso es cierto y debemos conocerlo en esta estación, pues debe ser espectacular.
      Este verano, sin ir más lejos, haremos la ruta de subir al Balcón de Pineta y al Ibón de Marboré, que se nos quedó pendiente de otra ocasión.

      Saludos.

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  7. Hola Toni,

    Menudo curro de I+D que haces siempre, y que gozada es poder disfrutar de él en el blog, la de rincones brutales que nos descubres en cada entrada.

    La foto donde nos muestras el morro de la Peña Rubia es brutal, parece inaccesible, pero esa subida por ese ancestral paso os lleva al cordal de una forma preciosa.

    Lo docho, una ruta de 10 con un final inmejorable con als cervezas en el bar de Manuela.

    Salud e I+D+B (Investigación+Disfrute+Birra)!!!

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    1. Hola David.

      Ya sé que te molan mis I+D, jejejeje. La de cositas que se me pasaran o ya serán imposibles recuperarlas, peo bueno ahí está la crónica para que se sepa la existencia de este camino

      Al bar de Manuela no solemos ir porque para llegar a Huelamo hay que subir y dar muchas curvas en la carretera, por lo que nos la tomamos en Tragacete o Uña, pero la verdad es que siempre que vamos, estamos muy a gusto.

      Salud I+D + B+B+B+B+B

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  8. BUENAS AMIGO, YA NO PONES EL MAPA?

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    1. Hola Kometa.

      Cuánto tiempo! Pues no, hace ya un par de años que no pongo mapas. Si antes ponía pocas cosas, ahora menos todavía, jajaja.

      De todas formas, el blog lo tengo de manera distinta. Cuelgo una entrada más esporádicamente, apenas lo comparto en un par de grupos o en ninguno, y lo tengo ya como un pasatiempo mío, y cuanto menos tiempo me quite mejor, de ahí que estar buscando el mapa, trazando la ruta y eso, pues como que me da mucha pereza. I'm Sorry ;-)

      Pero en este caso, tu sigues la marcas del sendero PR y cuando te lleve a los manantiales del arroyo de las Chorreras, donde hay un panel, justo tiras para arriba trazando un recta vertical y te daras cuenta que vas por la vaguada por donde va (o iba) dicho camino.

      Bueno, lo dicho, un abrazo.

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