EL CAÑÓN DEL RÍO PURÓN, LA CIUDAD DE FRÍAS Y EL PUEBLO DE TOBERA Y SUS CASCADAS (MERINDADES BURGALESAS)


Voy a terminar las entradas dedicadas a las bellas Merindades burgalesas, con varias cositas, como llevo haciendo desde que os presente esta sorprendente comarca de transición entre la meseta castellana, la montaña vasca/cántabra y el mar cantábrico. La primera de ellas es una ruta por un precioso enclave que toca dos parques naturales, el de de Valderejo (Vitoria) y el de Montes Obarenes-San Zadornil (Burgos), muy cerca del Valle de Tobalina. Una de las joyas de esta comarca el es corto río Purón, afluente del Ebro, que discurre, abre y cincela, como puede, las dorsales montañosas de esta sierra de Arcena.

La ruta sale del pueblecito burgalés de Herranz y, rápidamente, se incrusta en angostos pasos y valles ciegos de alargadas formas, para terminar, saliendo a los verdes prados y pastizales de montaña que circundan el abandonado pueblo vasco de Ribera. El que no llegue el asfalto a este lugar le confiere mucha magia, aparte de la virginidad que trasmiten estos paisajes.


Del pueblecito de Ribera, abandonado en la década de los 60 del siglo XX, se ha encargado la naturaleza de dejarlo irreconocible, pero, aún, destaca su iglesia románica, donde, aparte de la belleza de sus capiteles y su planta, se descubrió que, tras sus feas paredes blancas, había auténticos frescos románicos que se están redescubriendo poco a poco. Una auténtica maravilla que solo hizo acrecentar en Maru y yo la sensación de ser una ruta de las de dejarnos bien contentos.



             Dejamos el coche muy cerca de las primeras casas del pueblecito de Herranz.

 Entre un verdor continuo, vemos que bien pronto nos vamos a meter en zonas más angostas.

                                  Caminando por unos valles encajonados muy bonitos.


Nos dirigimos hacia otra zona de estrecho labrado por el río Purón, aunque algo me llama la atención.

      El camino fue hecho, a modo de puente, por encima del desfiladero por donde va el río.

                          Pasamos al otro lado del estrecho para ver como el río......

   Se lanza por debajo del camino en la negrura más absoluta. Debe ser profundo para que las crecidas del río no afecten al camino puente. Realmente curioso.


                         El vuelo de estos paredones rocosos se vuelve espectacular.

Debajo de uno de esos voladizos pétreos quedan los restos de la Ermita de San Felices, datada del siglo X/XI.

                     Y como en muchas ermitas, les acompaña una zona de merendero.


                                   Por fin podemos ver las limpias aguas del río Purón.

            Un gustazo andar por estos caminos, donde apenas nos encontramos gente.

              La senda se pone, por momentos, labrada en roca y muy espectacular.

                       Mientras abajo, el río Purón va ya encajonado y creando cascadas.

                  Un vistazo atrás para ver esta sección rocosa, con el camino a la izquierda. 


                                                 Llegamos a otra zona de desfiladero.

      La anchura del desfiladero es la justa para que sea un rincón especial (foto de la vuelta)

       Y como es lógico en las estrecheces fluviales, empiezan a salirnos rincones acuáticos.

                                                                      Preciosos puentes.

                                       Y pozas con una pintaza tremenda para el baño.


  No olvidemos que este fue un camino ancestral que comunicaba a burgaleses con vitorianos.

      Busquen a Maru, dándonos cuenta que estamos en la sección más chula del recorrido.

           Y admirando las proporciones que coge el cañon del Purón a estas alturas.


Por unas empinadas y escondidas escaleras bajamos a pie de río, donde yo sí me bañe en esta poza, aunque el airecete fresco hizo que no me recreara mucho.

Uuuuuuuyyy, la Maru sigue empeñada en proporcionarme situaciones desopilantes, jejeje, aunque en este caso, supo guardar el equilibrio.

                      El que sigue empeñado en proporcionarnos belleza es el río Purón.


   Nos acercamos al final del desfiladero, donde allí delante se ve una cancela de madera.

                                                        Entramos en tierra vitoriana.

El río Purón, a estas alturas es más un arroyo, pero la frondosidad que atesora es apabullante.

          Maru recargándo las baterías con la clave wifi hayedosdelpurónderibera2022.

Porque, efectivamente, al entrar en tierra vitoriana nos ha recibido en loor de verdores un bello hayedo.

Salimos a un amplio valle, donde al fondo despunta la iglesia de Ribera. Tuvimos que meternos por esta ladera, porque Maru ya empezó con qué podía haber vacas.

    Al final, como siempre, me costó convencerla para que fueramos por el camino, como hace el resto del mundo.

                          El pueblo de Ribera es pasto de la vegetación más desaforada.

                                   Enfilando el pueblo con su iglesia en lo más alto.

   Vistazo atrás, donde podemos ver, en medio, el desfiladero del Purón, de donde venimos.

A principios del siglo XX se componía de 31 casas y 94 habitantes, y en la década de los 40 su población ya había caído a los 60 habitantes, abandonándose por completo en la década de los 60.

Subimos a su iglesía, unico edificio que sigue en pie, y de la que habíamos oido hablar muy bien. Está datada del románico del siglo XIII, con añadidos posteriores del S.XIV.

En sus columnas y capiteles exteriores se adivinan, muy deteriorados, motivos bélicos como estos dos soldados con sus escudos.

La puerta está abierta y entras en esta especie de jaula, donde puedes ver el interior, pero nada más.

Y esto es por protección, ya que en los años 80 debajo de su paredes blancas de yeso, encontraron frescos románicos y góticos con motivos religiosos, como este de Adan y Eva.

                       O esta, donde se ven una especie de sacerdotes/apostoles/santos.

Este fresco me encanta, representando el martirio de San Lorenzo (año 258) que murio asado en un parrilla, y que le emparenta directamente con el pueblo conquense de San Lorenzo de la Parrilla.


        Por lo visto, aún quedan frescos que siguen sacando. Quizás, esto de estar tapados le salvó de esa desgraciada fiebre que hubo de ciertos anticuarios, historiadores y colecciónistas, a principios de S.XX, de arrancar estos frescos, mediante la técnica del Strappo, para vendersela a millonarios americanos y europeos.


          La vista desde lo alto de la colina del valle de Ribera es sencillamente fabulosa.

      Con el Pico Santa Ana (1041 m) a la derecha, y el Revillallanos (1298 m) a la izquierda. La ruta se puede hacer circular, volviendo por un camino que va entre estas dos montañas, pero Maru y yo, regresamos por el mismo camino.


Otro de las visitas de obligado cumplimiento fue ver la ciudad de Frías, de apenas 240 habitantes. Pensarán que mejor le vendría el nombre de pueblo, pero no, desde 1435 a esta villa se le otorgó el título de ciudad, siendo la más pequeña de España. Su impresionante castillo y, ya fuera de la ciudad, en la vega del Ebro, su célebre y espectacular puente hace en total una hermosa visita turística, que, si se puede visitar entre semana, siempre mejor.

                La ciudad de Frías, ocupando todo a lo largo aquella especie de muela.

Y en la ciudad emerge poderosamente el castillo de los Velasco, que, aunque ya en el año 867 hay un mención a la fortaleza defensiva en la lucha contra los musulmanes, su construcciòn conocida data del siglo XII.

                        Las perspectivas que se pueden sacar son todas espectaculares.

                       También tiene unas casas colgadas en su vertiente derecha.

              Callejeamos por sus cuidadas calles, todo un núcleo urbano muy integrado.


           Algún mirador hay para asomarnos a este valle donde al fondo despunta....

Los altos de la Cotorra (1437 m) y la Peña Horcada (1400 m), en la que podría haber sido otra ruta senderista propicia para Maru y para mi.


En el otro extremo de la muela donde esta la ciudad, se encuentra la iglesia de San Vicente y San Sebastian.

                       Abajo de la muela, y fuera de las murallas, prosperó el pueblo nuevo.


                            Las perpectivas de la Torre del castillo no dejan de sucederse.

En la vega del Ebro, hay que acercarse a visitar el puente de Frías, de origen romano, ya que por él pasaba la calzada que unía la meseta castellana con Bilbao, aunque su actual construcción se comenzó con la repoblación de Alfonso VIII (siglos XII y XIII)

Imagínense que díficil sería cruzar el Ebro en épocas pasadas. Este puente era vital y en esa torre que ven se cobraba el impuesto de Pontazgo, por poder cruzar el puente. Curiosamente, esto provocó la aparición de los descaminados, gente que, por no pagar el pontazgo, cruzaba el río como podía. En ríos poco caudalosos se podía arriesgar, pero en el Ebro habría verdaderas tragedias.


           Desde el puente de Frías, se ve el actual puente por donde va la carretera.

No se acaba la fiesta de pueblos bonitos, porque nos acercaremos también al cercano pueblo de Tobera, perteneciente a Frías. Allí, de forma parecida al pueblo de Orbaneja del Castillo, el río Molinar después de salir de una zona encañonada, donde despuntan dos preciosas ermitas y un puente medieval (foto inicial), se lanza cuesta abajo entre molinos de agua y cascadas.

A escasos km de Frías, dejamos el coche en el estrecho del río Molinar, donde este bello puente medieval nos recibe.

           No se queda atrás en belleza la Ermita medieval de Santa Mª de la Hoz (S.XIII)

                          Y desde allí, sale el paseo del pequeño río Molinar que nos va a llevar...

              Hasta el pueblo de Tobera, a traves de una sucesión de rápidos y cascadas.

            Desde aquí se ve mejor, cuando el río sale del estrecho y entra en el pueblo.

                                                     Ojipláticos nos dejan estas postales.

     El paseo ya va por dentro del pueblo, pasando por casas que fueron antiguos molinos.

                                            Para aprovecha este tipo de saltos de agua.


                                                   O este otro salto, un poco más abajo.



En definitiva, otro rincon muy bello y curioso de esta comarca tan fascinante, como son las Merindades, animándoos con esta serie de entradas a que las visiteis, porque con seguridad os sorprenderá su variedad y su cantidad de paisajes y rincones.

¡Hasta la próxima!

Comentarios

  1. Hola Toni.

    La foto que encabeza el reportaje ya augura que lo que vamos a poder contemplar en él va a ser un deleite. Y así es, empezando por la parte senderista, muy en la linea de todo lo que nos has mostrado anteriormente de estas bellas Merindades. Muy chulo ese desfiladero con sus cositas acuáticas y esos puentecillos. Y de la parte cultural me ha fascinado sobremanera toda la arquitectura religiosa de la zona, con todas esas ermitas roqueras. Y muy bonitos Frías y Tobera, es interesante lo del título de ciudad de Frías, siendo tan pequeño.
    Y oye, a nosotros (el Bonilla, Nieto, tú, yo...), viendo nuestra predilección por los trochemoches, lo de Descaminados nos viene al pelo...
    Y viendo el anterior reportaje de las Merindades, y otros anteriores en los que nos has mostrado pinturas religiosas en techos y paredes, veo que tienes predilección por los martirios más sádicos...

    Un abrazo.

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    1. Hola Dani.

      jajaja, prefiero mil veces los trochemoches por las aliagas más punzantes, las rosaceas más dañinas, ramazos en el cara, heridas en los brazos, antes que un trochemoche por un río como el Ebro, Duero o Tajo. ¿Te imaginas? La cantidad de gente que palmaría en epocas antiguas por verse capaz de cruzarlo y luego no ser así.

      Los martirios gores sádicos de los santos estos es lo unico religioso que tengo, jejeje

      Un abrazo.

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  2. Hola Toni.

    Vegetación, verdor, frescura, agua... elementos que echamos de menos en éste tórrido y largo estío que hemos tenido. (Aunque lo del agua ha sido brutal éste domingo pasado, vaya.) Y volviendo a Burgos, la Historia, mucha Historia. Una vueltecita de vez en cuando por aquellas tierras de la cuna de Castilla, para venir empapados de cultura y naturaleza, nunca será un plan superfluo, y éstas entradas norteñas que nos has ofrecido son un buen ejemplo.

    Un abrazo.

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    1. Hola Andrés.

      Efectivamente, en pocas comarcas del país veras que aunan tan a la perfección la naturaleza, la Historia y la cultura, como en las Merindades Burgalesas.

      De la lluvia pues habrá que acostumbrarse a la llegada de Danas, a las que habrá que pedir que lleguen varias veces, y no sean muy dañiñas, jejeje.

      Un abrazo.

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  3. Hola Toni.

    Una entrada de lo más completa y variopinta, empezando por esa ruta del cañón del río Purón, que es, de las que da igual si hay que volver por el mismo camino. En cuanto he visto esas aguas cristalinas, he pensado, que ahí, si te darías un baño 🥶.

    Conocías Frías por fotografías o reportajes, una ciudad con mucho encanto y que sin duda, merece la pena conocer, aunque, como suele ocurrir, a su sombra, hay pequeñas poblaciones, como el caso de Tobera y ese paseo fluvial, que son igual de chulos y encima, seguro que menos concurridos.

    Me ha encantado, la Ermita medieval de Santa Mª de la Hoz, tanto su estructura como su ubicación. Habrá que intentar ir algún día por esa zona.

    Salud y montaña.

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    1. Hola Eduardo.

      Impensable en recorrer este río y no catar esas aguas, pese al vientecillo fresquete que hacía.

      Fijate, que el pueblo de Tobera casi no vamos a verlo, pues no pensábamos que iba a ser tan chulo aquello. La verdad que las Merindades tienen tantas cascadas, y lugares pintorescos que hay que hacer criba y elegir

      Salud y montaña.

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  4. Hola de nuevo, no podía dejar pasar esta publicación , sin opinar sobre ella, como todas las demás, me ha gustado mucho y como siempre os lo habéis currado. Llevo unos días que no tengo tiempo de mirar el ordenador, un problema familiar, de mucha envergadura, y me obliga a dedicarles muchas horas, es un asunto privado y no quiero más comentarios, es por este motivo, que no había dejado ningún comentario, y había visto la publicación. Espero que para la próxima tenga más tiempo, y mejor humor, a pesar que ya se que el tema va para largo. Saludos Félix.

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    1. Hola Felix.

      Gracias por tu comentario siempre, y del problema ese, pues que se te resuelva lo más satisfactorio posible.

      Saludos.

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