EL VALLE DE VALVANERA Y SU MONASTERIO (SIERRA DE LA DEMANDA)

 

Después de la ruta del día de antes a la Laguna de Urbión, me pareció hasta lógico que no le hiciera caso al despertador y me quedará más tiempo en la cama del hotel donde estaba hospedado. Ante la numerosa y abrumadora oferta de sitios y rutas para ver y hacer en una sierra desconocida para mi, como la Sierra de la Demanda, decidí no atosigarme y dejarlo fluir. Daban posibilidad de tormentas y siempre -más aún en estos lugares no conocidos- hay que ser precavido.

Y como en otras muchas ocasiones, hice caso a esos recuerdos y conocimientos que uno guarda en su disco duro. Y lo digo por una foto que vi hace muchos años de un monasterio riojano enclavado en esta sierra y que siempre me cautivó, tanto por su monumentalidad como por su entorno. Ya en Cuenca planeé como una de las posibles rutas ir a visitarlo y recorrer alguno de sus senderos.



Comprobé que, desde la Venta de Viniegra, el solitario hotel donde estaba hospedado, hasta el Valle de Valvanera no había mucha distancia. Ya sabemos que, en este tipo de sierras tan montañosas, se tarda bastante en ir de un lugar a otro, al ser las carreteras muy curvosas, teniendo que salvar valles contiguos. Valvanera lo tenía cerca y además con muchas ganas de conocerlo.

No me lo pensé mucho más, y ya desayunado, cogí esa única carretera que entra en este cerrado, escondido y espectacular valle donde en las oscuras épocas del alto medievo se decidió construir aquí dicho monasterio, donde hoy en día se venera a la Virgen de la Valvanera, patrona de la Rioja.


Llego al lugar en coche, donde resalta el conjunto monástico, con iglesia y hospedería. Su origen inicial data de epoca visigótica, siglo X.

Ubicado en un lateral del Valle de Valvaneda, toponimo con dos teorías: o viene de Valle Venaria (Valle de venas de agua) o de Valle de Venus, haciendo referencia a antiguos cultos paganos de valles cercanos.

                               Valle que deslumbra por su frondosidad y exuberancia.

Una tormenta me recibio al llegar, aunque rapidamente el sol quiso salir, regalandome una luz y unas postales muy curiosas.


Detras del monasterio se ve el valle seguir hasta su final. A la vuelta de la ruta de hoy visitaré ese fondo.

Detrás del monasterio, en esa misma ladera, sale el camino voy a coger. Mi intención es salir del valle y subir a la parte alta.

                           No hay pérdida pues las marcas del PR me van indicando.

                         La paulatina ascensión me va pasando por bosques de encinas.

                                                        Y luego, por húmedos pinares.


                          Donde el sotobosque de helechos crea un pinar fabuloso.


El PR va atajando campo a través, para evitar las muchas lazadas que hace la pista para salvar, a su vez, la pendiente de la ladera. Al fondo a la derecha, sobresale el Alto de Pancrudo (2062 m)

                         En su parte final, se va por la pista siempre ascendiendo.

Con vistas al otro lado, el Monte Umbria, con los 1923 del Gómare como punto más alto de dicho lado sur.

                                                Echo la vista atrás, para ver lo voy dejando.

       Llego a la parte alta, el Collado El Bierzo, donde este jamelgo me recibe sin reparar en mi


                                            Cruce de postes que me indican otros destinos.

                     En algun claro consigo ver abajo el Monasterio con la pista de subida.

Voy a ir por la pista bordeando todo el valle de Valvanera hasta llegar a ese collado de la izquierda.

           Las vistas hacia abajo, con el monasterio en el lado izquierdo, son una pasada.


Encima mío esta el refugio de Ocejo, hoy puesto de vigilancia forestal, y más arriba, sobresale el Alto de Pancrudo, con más de 2000 metros.


Por supuesto que barajé subir a estos sitios, pero entre el temor a que la tormenta de turno descargara más agua, lo cansado que me iba encontrando tras subir unos 700 metros de desnivel y lo tarde que empezaba a ser, pensando aún en la vuelta, además, quería bajar por otro lado, en plan experimento. 
Todo ello al final hizo que no subiera, pero a día de hoy, viendo las fotos y recordando el día, tendría que haberlo hecho. 
Ahora que lo pienso es la historia de siempre, jejeje se me va a conocer más por las cimas planeadas que por las realmente conseguidas. Tampoco es que preocupe mucho, ya lo he dicho en anteriores veces, lo importante es disfrutar del día, del camino, consigas o no lo que previamente habías pensado y planeado. 
Soy de esos que en el monte mucho quieren abarcar, y al final poco aprietan, pero lo que consigo apretar me lo paso en grande. ¡No lo duden!

          Vistazo atrás a lo que llevo recorrido, con todo el cordal de Pancrudo sobresaliendo.

           Ya tengo el Collado de Ocejo a mano. ¿Que se verá al otro lado? (a la derecha)

          Un nuevo refugio, el de Ocijo, puesto sobre otro valle, el del Barranco de Riguela.

Con todos estos valles barrancos que vienen a bajar desde los altos de Pancrudo (2065 m) y San Lorenzo (2271 m). ¡Ojo a la foto!, pues al fondo fondísimo, en el centro izquierda........

       Los protagonistas de la anterior entrada del blog: El Pico Urbion y las Peñas Blancas.


El refugio consta de una parte más grande, para campamentos que estaba cerrada, y uno pequeñito, abierto, para pernoctar mientras se invoca al Diablo.

Una vez decidido que no subo al Pancrudo, tomo el camino de vuelta hacia el Collado del Bierzo, pasando por estos pinares que se lanzan hacia abajo.


Como volver a bajar por el mismo camino por el que subi, ese sendero GR, se me hacia muy monótono, mire los mapas del movil y empecé a planear. Me explico; un poco más adelante del collado donde el GR baja, está el Pico Nevera, una elevación un poco más alta que toda esta semi circunferencia que conforma la cabecera del Valle de Valvanera. El Alto en sí no llama mi atención mucho, si no que allí comienza un descendente loma que, en el movil con las fotos aéreas, comprobé que estaba pelado de vegetación casí hasta una de las cerradas curvas del carril de subida, ya cerca del Monasterío.

Un poco de aventura y decido lanzarme hacia abajo por esa loma. Si no lo veo claro, siempre puedo recular, volver a subir y bajar por el sendero GR del collado del Bierzo.



            Lo 1º es localizar visulamente ese pico Nevera y la loma que pienso descender.

Ya he pasado el collado del bierzo y he subido al Pico Nevera, y al echar la vista atras veo la cuerda del Pancrudo (izquierda del todo), aunque lo que se me aparece ahora es el de la derecha del todo.

El pico más alto de la Sierra de la Demanda, el San Lorenzo (2271 metros) En sus laderas de la derecha está la estación de esquí de Valdezcaray.

Pero voy con la bajadita a ver qué tal! Ese zona clareada del centro es toda la loma que voy a descender casi hasta el camino que se aprecia en la parte inferior.

   Comienzo a bajar, comprobando que la ausencia total de vegetación me favorece, aunque el desnivel que bajaré me mantiene en alerta.


           Se me abre perspectiva del principio del Valle de Valvanera y valles contiguos.

    En la foto no se llega a apreciar del todo, pero la pendiente hacia abajo es de aupa, que me hace ir bajando en zig zag.

De vez en cuando, recurro al movil para ver por donde va la parte desforestada, para seguir bajando cómodamente.


En la parte final hay que ir con la reductora puesta, pero ya asoma a la derecha el camino de subida/bajada del Monasterio.

  Una vez puesto en el camino y antes de llegar al monasterio, sale un ramal del camino que baja al fondo del valle.

                         Donde una serie de mesas de merendero jalonan todo este tramo.

                                             Tramo que voy a remontar hacia arriba.

   Siempre atento a primeras aguas del arroyo/río de la Valvanera, afluente del río Najerilla.

                           E impregnándome del ambiente del magnífico Hayedo que crece allí.

                            Con una humedad y una frondosidad de cuento de fantasía.

                                           Venerables ejemplares me muestran su belleza.

                                                                   El valle se estrecha.

                                                   Y el camino se torna espectacular.

                                                        Caen chorreras de los lados.

Hasta que llego a una pequeña presa que embalsa las aguas que conforman el arroyo, y que se halla bajo mínimos


                              Vuelvo al monasterio por una senda que va a mitad de ladera.

No hay mejor colofón que tomarme las cervezas en la terraza del bar de la Hospedería del Monasterio de la Valvanera. Deberé en algun momento volver con Maru a estas sierras para hacer mas rutas.



                                                                    ¡Hasta la próxima!

Comentarios

  1. Hola Toni: he terminado en este momento de leer tu ultima publicación, y como siempre me ha gustado mucho, unos paisajes increíbles, por lo que se aprecia en las fotografías, unas subidas impresionantes, viéndolas en el ordenador ya duelen las piernas, y el ritmo cardiaco super acelerado, suerte que a la vuelta estaba la estrella fresquita esperando, muchos ánimos para la siguiente publicación. Saludos cordiales: Félix

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    1. Hola Felix.

      Esas subiditas dan un ligero cosquilleo en las piernas, eh!! Que fue algo inesperado, que a la vuelta de la ruta el propio bar de la Hospedería estuviera abierto, ya que cuando llegue por la mañana pronto estaba cerrado, y pensaba que iba a estar cerrado ya todo el día.

      Un saludo.

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  2. Hola Toni.

    Me voy al párrafo ese donde dices que lo importante es disfrutar del camino, del día y tal, y no puedo hacer otra cosa que darte la razón. Y es que muchas veces nos planteamos las rutas en que hay que subir y subir, y muchas veces lo más bueno del recorrido lo encontramos abajo, sin necesidad de tener que subir tanto, y esta ruta que nos muestras es un claro ejemplo de ello, pues esos pinares con helechos del principio son una pasada, pero es que ese verde hayedo del final, con su arroyo y esas hayas inclinadas destilan magia por los cuatro costados. Debió ser una gozada caminar por él, ya que además seguro que le dio un toque de frescor a la tarde, aunque nada comparado con el frescor de esa Estrella que te pimplaste después...
    Y oye, que bueno el tramo ese medio improvisado que te sacaste de la manga, consultando las fotos aéreas, me imagino tu satisfacción al haberlo hecho exitosamente.

    Un abrazo.

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    1. Hola Dani.

      A toro pasado, pienso que me podía haberla preparado bien en casa, y haber subido desde la Valvanera hasta San Lorenzo. Habria sido un ruta chula de las largas y duras, pero, yendo solo, y ya con la ruta a la laguna de Urbión el dia de antes, me apetecía rutas más cortas y ver más cosas.

      La bajada fue un buen plan, porque aparte de no repetir, atajé una barbaridad, y así me deleite mucho más tiempo con el precioso hayedo del fondo y con esas estrellas de la hospederia que fue toda una sorpresa que estuviera abierta, esperándome.

      Un abrazo.

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  3. Hola Toni.

    Pues, he pasado varias veces por el desvío y todavía anda en la lista de pendientes, la visita al Monasterio de Valvaneda, porque las últimas ocasiones en las que he ido a Vinuesa, en vez de ir por Tarazona, voy por Logroño y aprovecho para ir descubriendo esa zona.

    Como bien apuntas, en distancia está cercano, pero esas carreteras son estrechas y con bastante curvas, aunque el tráfico es escaso y tiene unos rincones bien chulos, de los de ir parando cada dos por tres para disfrutar del entorno.

    Por pista o camino, el bosque es espectacular y bien variado, con carrascas, pinos, helechos y ese tramo final de hayedo, que, es el que había visto en algunas fotografías. Encima, con el bar abierto a la vuelta, yo creo, que te vieron llegar y vieron negocio 🤣🍺.

    Salud y montaña.

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    1. Hola Eduardo.

      Toda esa zona al sur de Logroño debe tener lugares muy chulos, y de lo poquito que he rascado, se me quedan muchas ganas de volver.

      Me imagino que habrá épocas, pero me dió la sensación de ser unas sierras no muy masificadas, y eso es un plus.

      Cuando llegue al bar me asusté, porque parecía que estaban recogiendo y cerrando. Pregunté, a punto de suplicarles que me pusieran una cerveza que me la bebía rápido, y ya me tranquilizó diciendo que no, que aún le quedaba para cerrar.

      Salud y montaña

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