EL EMBALSE DE BENAGÉBER Y LOS CHORROS DE BARCHEL (SERRANÍA VALENCIANA)

 

Hay una zona, no muy lejana a Cuenca, a la que vamos mucho menos de lo que nos gustaría. Es la Serranía valenciana, también conocida como la Comarca de los Serranos, o la del Alto Turia. Su ubicación en los 4 puntos cardinales se da de la siguiente manera:  al sur de la Sierra turolense de Javalambre y al norte de las sierras valencianas de Utiel y Requena. En dirección este colinda con la Sierra Calderona y la vega valenciana más llana, ya acercándonos a la capital. Y, por último, en dirección oeste linda con la Serranía baja de Cuenca.

Lo que os voy a enseñar es un embalse al que le tenía muchas ganas, el de Benagéber. Dicho embalse es alimentado por el río Turia, que, tras atravesar tierras turolenses de cabo a rabo, también lo hace en un corto tramo por tierras conquenses, regando los montes de Santa Cruz de Moya, de donde viene para crear este serrano embalse. El otro aporte de este embalse es la Rambla o Arroyo del Regajo que viene de todo el entorno de Laguna de Talayuelas (Cuenca) y el Pico Ranera.


En la ruta de hoy, haremos un sendero señalizado que desde la presa del pantano ira a ver un bello humedal, los Chorros del Barchel, aunque el trazado principal será, primero, a la ida por un lateral, y luego, a la vuelta, por el otro lateral, recorrer y conocer el cañón fluvial que cincela el Turia, dejando a su paso por toda esta comarca de los Serranos un bella, larga y enfoscada erosión fluvial, digna de conocer.

Los asidudos del blog comprobaran que la cantera valenciana/castellonense es inagotable en surtirnos de rutas y parajes. Ya sea camino de nuestra casa de Valencia o a Castellón a ver a nuestros amigos, siempre intentamos aprovechar cualquier resquicio en nuestras apretadas agendas para caminar y conocer tantos y tantos parajes que atesora.


Dejaremos el coche en el pequeño parking al otro lado del tunel y cruzaremos este andando, ya que el sendero empieza allí delante.

                 Cruzando la presa del embalse, que es por donde va la carretera.

                  A un lado, el represado y azulado Turia en este pequeño y serrano embalse.

 Y al otro, el liberado Turia con muchas ganas de seguir horadando sierras, en busca del Mare Nostrum.

Todos estos grandes ríos suelen cruzar distintas comunidades autónomas, con sus intereses, muchas veces no coincidentes, incluso nocivos para el río, por lo que su gestion y control se encomienda a las Confederaciones Hidrográficas, bajo control de la Administración General del Estado.

    Después de la presa, en este lado derecha sale la vieja carretera en desuso que cogeremos.


                                                  Rápidamente se mete en el pinar.

Y podemos ver el otro lado, que sea por donde volveremos pero en ese momento aún no lo sabíamos. Da la sensación que esa parte fue azotada por un antiguo incendio.

                          El río va labrando un enfoscado cañón lleno de vegetación.

            
En un recodo echamos la vista atras para ver como sale el cañón desde la presa.

  Si agudizamos la vista vemos esta cascadita que arroja excedente de agua del embalse.

           La vieja pista, aún estando asfaltada, al estar en desuso, está ya muy naturalizada.

Al otro lado, aún vemos obras del embalse, como este alivadero para el caso de tener que soltar agua.

                                   La ladera pared del otro lado se vuelve imponente.

   El Turia pega un brusca curva a la derecha, mientras de frente le entra el Bco. de Peñafiel.

                         Un panel nos cuenta las peculiariedades de toda esta comarca.

El patio de caída en esta curva es muy espectacular, y si eres de lo que gusta del asomón, como yo, pues más se disfruta.

                                         El cañon del Turia coge hermosas proporciones.

         Vean el camino como se hizo adosado a la pared, e idóneo para ir viendo el cañón.


       Despues de la curva, el cañon se abre, y y si agudizamos la vista en este lado derecho.

                             Vemos lo que debe ser sin duda, el Humedal de Barchel.

                     La frondosidad humeda de la vegetación nos avisa que estamos llegando.

                                              La chorrera de agua tira de nosotros.

El ligero viento hace que el agua se disperse en modo ducha. En época lluviosa, debe caer por aquí un buen chorraco.


                  Esa agua se traduce en ser aquello un rincón húmedo y exuberante.

                 Y un espectacular edificio tobáceo, que dan ganas de verlo en época lluviosa.

       Obviaremos la carreterilla que hemos traído, y bajaremos por ese camino hacia el río.

                              Que nos lleva a este puente, obra necesaria para el avance.

                  Y también para poder ver el, hasta ahora, inaccesible y virginal río Turia.


                                       Justo despues comienza una estrecha senda.

               Que en ascensión, y haciendo lazadas, nos va a sacar del cañón del Turia.

A ver, a ver, que se nos ocurre para explicar esto. ¡Quizás un cartero runner que iba a toda pastilla por estas sendas y llevaba la correspondencia en ese carro!


                                                      Vamos llegando a la parte alta.

Dónde tenemos esta vista de la parte alta de la Chorrera y encima la ermita y las Casas de Barchel. Habría estado bien visitarlo, pero no vimos el desvío.


     Pasamos por la parte alta de estos cortaos, y al fondo se aprecia la carreterilla de ida.

                             Dejamos definitivamente el cañón y entramos en la pinada.

                             Tras girar y dejar el bosque, iniciamos el camino de vuelta.

        Por dónde comprobamos que efectivamente esto fue pasto de un antiguo incendio.

        Nosotros seguimos la buena pinta que tiene nuestra senda, bordeando el macizo.


               Por ella vamos, dejando a la izquierda el principio del Bco. de Peñafiel.

    Bco. que viene a acabar en esa curva tan espectacular que vimos a la ida desde el otro lado.

                                               La senda ancestral es una gozada para andarla.

                                                          Con vistas superiores a.....

                                                              A apriscos imposibles.


                                                              Y las vistas inferiores a...

                                     La entrada del Bco. de Peñafiel en el Turia.

    La azulada visión del final de ruta acrecienta nuestras ganas de celebrar esta bonita ruta.

Llama mucho la atención la isla de no pequeño tamaño, santo y seña de este embalse serrano.

                  Y también asoma ese agujero, característico de muchos embalses.

Obra para controlar las crecidas del embalse, y que a un servidor, todo sea dicho, le dan un poco de miedo.


              El camino gira y comienza a descender paulatinamente hasta la carretera.

                                       En el embalse ahora se ha unido un actor nuevo.

                                                  Un barquito que te hace un tour acuático.

                         Aunque al verdadero protagonista tardé un poco en reconocerlo.

                                          Mi querido pico Ranera en Talayuelas.


Ya solo quedaba, sedientos de cerveza como estábamos, ir al cercano pueblo de Venabeber y dar finiquitada esta distinta y bonita ruta por el entorno de la Serranía del Turia. Os dejo con un extracto sobre la historia de este embalse.

                                                       ¡Hasta la próxima!

El embalse de Benágeber se comenzó con las obras inauguradas en 1933 por Manuel Azaña y Niceto Alcalá Zamora y se acabó en 1955 denominándose como Embalse del Generalísimo. De un extremo a otro. Lo verdaderamente curioso del mismo es que el original pueblo de Benagéber tuvo que ser abandonado y fue anegado por las aguas. A unos 5 km de distancia construyeron el nuevo pueblo de Benagéber donde fueron llevados parte de sus habitantes; el resto se repartió en otros dos centros de población más cercanos a Valencia capital: San Antonio de Benagéber y San Isidro de Benagéber. Vean la foto que me he encontrado del pueblo original antes de la existencia de pantano.

                     El pueblo original a orillas del río Turia, cuando no había embalse.

Comentarios

  1. Hola Toni.

    Siempre es un alegrón veros por montañas valencianas. Cuando se habla de excursionismo y senderismo en la provincia de Valencia, la primera sierra que suele salir a la palestra es la Calderona, pero para mi, estas comarcas interiores, las bañadas por el Júcar, Cabriel y Turia, son la joya de la corona de la provincia. A sus encantos paisajísticos, representados la mayor de las veces por fantásticos cañones y bonitos valles fluviales, se le suman una aroma mediterráneo que se mezcla con los aires serranos y turolenses que traen los ríos mencionados.
    No he hecho esta ruta, y en Benagéber solo he estado una vez, y de niño. Ojalá cuando vaya a hacerla pueda pillar el embalse igual de lleno que cuando fuisteis vosotros.
    Me ha gustado lo de Venabeber, jejeje... ¿Sabías que Turia abajo hay otro pueblo que se llama Vestealbar (Gestalgar)? Jajajajaja. Y otra cosa, cuando has dicho lo del cartero runner, ¿por qué se me habrá venido de inmediato a la cabeza el tío Javi Nieto? jajaja.

    Ayyy el Ranera, que recuerdillos...

    Un abrazo.

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    1. Hola Dani.

      Hey te doy la razón, esos tres ríos cuando entran en la provincia de Valencia, no lo hacen de manera mansa y suave, como prediciendo el agua necesaria que se les quitará para el riego y demás, sino que se desmelenan y crean un entramado de hoces, bosques y erosión fluvial realmente espectacular. Aquí le ha tocado al Turia y dentro de poco vendrá el Júcar/Cabriel, dónde aun nos queda hacer alguna ruta en la zona de Cofrentes/Cabriel, visitar ese castillo de Chirel y, porqué no, es tour en barco
      De vestealbar a venabeber, pasando por Peralejos de los tercios y alguno más que habrá ;-)

      Coño, ya veo a Mr. Nieto con su vocecilla tan personal pasando por todos estos caseríos trayendo la correspondencia y pidiendo que le inviten a cerveza fría, jajaja.

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