EL MAILLO Y SUS DOS PEQUEÑOS CASTROS CELTIBEROS

En esta entrada vamos a ponernos el traje de observadores amantes de la historia y la arqueología para intentar desentrañar unos restos, lanzando unas hipótesis basadas en el puro empirismo de lo que nos ofrecen estos dos enclaves, ubicados en la cabecera del Valle del Arroyo de las Truchas, lo conocido serranamente como el Maillo. Lo primero es que alguien nos diga y enseñe donde están estos dos desconocidos enclaves, dos pequeños castros celtíberos, restos prerromanos, posiblemente, del siglo III/II a.C. 

Y va a ser mi primo Guillermo, verdadero conocedor de muchos de estos lugares perdidos de la Sierra de Cuenca. Había pasado muchas veces de ruta o de hongos por el Maillo, pero nunca se me ocurrió pensar que en lo alto de esos dos cerros o promontorios que se avistan en un lateral pudiera haber restos de dos castros celtíberos. 

¡Ojo! Y lo de restos no puede estar más ajustado a la realidad, ya que alguien no acostumbrado a ver restos de este tipo, no vera allí nada celtibero, si no restos de viejas tinadas de ganado de los pastores de antaño. Porqué en este lugar se produce el expolio natural y lógico que tanto ocurre en los castros celtiberos de esta parte del Sistema Ibérico. Si tienes que construir unos corrales o parideras para el ganado, y no te importa en demasía el lugar escogido ¿porqué vas a estar transportando y/o fabricando ingente cantidad de piedras para su construcción? cuando allí tienes un castro celtíbero con todas las piedras (y grandes sillares) dispuestas en muros para cogerlas



Hay muchos casos en que el castro celtíbero al estar en lo alto de un cerro bastante escarpado o rocoso no fue buen lugar para la construcción del corral de ovejas, por lo que el expolio fue menor, debido al esfuerzo y trabajo peligroso por bajar de allí arriba los enormes sillares. De hecho, estos castros rocosos en lo alto son los que mejor conservan sus restos, dentro de lo pequeños que eran estos asentamientos y de lo poco que queda en general. 

En estos dos enclaves del Maillo, al ser dos promontorios o cerros (Oppida) muy poco elevados y casi nada rocosos, la construcción de los corrales para el ganado se hizo encima, literalmente, de lo que fueron los pequeños asentamientos celtíberos. Con esto quiero decir que no es fácil distinguirlos, pero algo queda y en estas fotos os lo voy a enseñar, comentando lo que yo y mi hermano pequeño creemos que hubo por allí.

Por último, la excusa de visitar los castros fue un plan genial para volver andar las verdes praderas de este humilde arroyo, donde se respira soledad y naturaleza a raudales, y buenos almuerzos como el que nos dimos otro día que también lo andamos con las buenas gentes del grupo de Entreorzaygamones, donde también podemos recorrer virtualmente la serranía con ellos a traves de su blog homónimo Entreorzaygamones



Entramos al Maillo desde el carril que va a la Alconera, y en vez de ir por el fondo del valle, como ya tengo localizado la ubicación del primer castro, subimos directamente.

             En lo alto del cerro, entre marañas de espinos nos salen enormes bloques.


                                  Para nosotros no hay duda alguna sobre su origen.

     Lo digo porque lo 1º que se ve es esto: restos de corral de ganado del finales del siglo XIX y siglo XX con toda probabilidad.


         Pero nuestros ojos buscan otra cosa, y para ello vamos a la parte más alta del cerrete.

Ahí lo tienen, un hermoso lienzo de muro celtíbero semienterrado, con sus sillares bien alineados.

   El tamaño ciclopeo, cuadrado o rectangular, de muchas de estas piedras llama la atención.


Logicamente, los pastores no suelen poner sus corrales en la parte más en cuesta, y sí un poco más abajo, siendo esta parte alta donde más restos celtíberos se aprecian.

Comprobando que toda esta colina terrosa y en cuesta está sujeta por un lateral por este otro lienzo de muro.

Posiblemente si se excavara la tierra de la colina, seguramente colmatada, se sacarían más estructuras del primigenio castro.


Un poco más abajo hay estas explanadas, circundadas por muros de los corrales ganaderos. Es legítimo pensar que pueda haber algo debajo, pero eso no se puede saber sin una prospección arqueológica.

          Y más aún, comprobandose que debajo del manto verde hay grandes losas rocosas. 


Otro asunto al que - ante nuestro escaso nivel y conocimientos arqueológicos-  no pudimos recurrir, es lo de buscar restos de cerámica. La coincidencia del castro con los corrales de ganado hace que haya numerosos restos de cerámica, imposible para nosotros atribuirla a una epoca determinada, siendo la más probable la cerámica relacionada con el pastoreo de los dos últimos siglos.


En otro lado del montículo, vemos lo que creemos que es un ejemplo de superposición de actuaciones. Por un lado, estos dos muros laterales, y las piedras del suelo son de los corrales pastoriles.

Y de frente, un muro de sillares casi tapados por tierra, que apuntala parte del montículo de tierra. Se aprovechó dicho lienzo de sillares para hacer un pequeño habitáculo del corral ganadero.

      Desde lo alto del montículo tenemos vistas parciales de los verdes pastizales del Maillo.

Visto este primer castro, bajamos al fondo del Maillo para encontrarnos viejas fuentes de gamellones.

                                                 En estado de abandono completo.

De tal forma, que la naturaleza va llenando los gamellones y dejándolos más como jardineras.

Seguimos avanzando, y echamos la vista atrás para ver el cerrete dónde está el castro que acabamos de visitar.


                 En esta cabecera del Maillo nos topamos con una serie de bellas charcas.


El Maillo es tierra divisoria de aguas, ya que estas aguas  de las charcas con ganas de fluir son aguas que van al Mediterráneo, vía Río Jucar (ramal del Arroyo de Valduerguinas)

Y pocos metros, valle abajo, son aguas del Arroyo de las Truchas, que van al Atlántico, vía Río Escabas/Guadiela/Tajo.

Me tope con una buena manada de ciervos que no pude fotografiar bien, recordándome otra ocasión que, por estos mismos parajes, me tope con una manada de más de 40 ciervos sin exagerar.

                           Los vacos pastando apacibles entre tanto verdor........


                                                    .....hace todo muy bucólico.

                Dejamos el fondo del Maillo y nos subimos a la ceja en busca del otro castro.

                  Creemos que se encuentra encima de ese borde dentado de enfrente.

                           Nos llama la atención ese agujero que se ve abajo a la izquierda.

Y hacia allá vamos. Fíjense en esos muros de la izquierda delimitando la inclinada superficie.  No nos atrevemos a conjeturar.

El agujero en cuestión da paso a una pequeña galería, que ante la falta de los frontales no exploramos. Habrá que hacerlo en otra ocasión.

                                      Recorremos la faja inferior que se crea allí.


    Para salir por el otro lado, donde se aprecian los bordes rocosos de esta especie de muela.

                                                           La inclinación habida...


Mas estos rebordes rocosos le confieren ser un buen lugar para el asentamiento de un pequeño castro celtíbero.

Encontramos un lugar por donde se sube, y, puede que fuera, en origen, hecha por el hombre, como puerta de entrada por ese lateral. En este lugar, como ven, por ahora mucha elucubración.

         Porque, al contrario que el otro castro, aquí apenas encontramos restos celtíberos.

                              Más alla, de rocas grandes y sillares desperdigados.

                                              Entre mucho corral de ganado.

                      Para la vuelta, vamos a bajar al fondo del Maillo otra vez.


                                                               Para ver más charcas.

                                   Y otras que las podemos considerar más lagunillas.

          Esta con unas especies de algas nenufares, tipo ranunculus acuáticos, muy bonitas.

Dentro de la botánica, siempre me llaman mucho la atencion tanto las plantas acuáticas como las rupícolas; esas que nacen en ambientes, a priori, poco propicios.


Y con esta volvemos al coche, dando por finalizada esta ruta exploración por estos valles de ligeras reminiscencias cántabras que tenemos en la Serranía.

Vamos al día otoñal en que quedamos para conocer a los integrantes del Grupo de Senderimo Entreorzaygamones.

Ese día el Maillo seguía verde pero el agua no estaba tan presente como cuando la ruta de los castros.

No tardaron mucho en enseñarnos que el almuerzo campestre en ruta es lo más sagrado de todo, jajaja. A la derecha Maru no pierde el tiempo y hace lo que ve, preprándose un buen bocata.


                                                                 ¡Hasta la próxima!

Comentarios

  1. Allá donde fueres haz lo que vieres!!!!!

    Madre mía, es leer o escuchar Maillo y me llegan los dientes al suelo.

    Para mi, un lugar de recreo donde desconecto al momento, y recargo....

    Pues te diré que en esas "tinas" que nos enseñas al comienzo de la entrada, nosotros hemos almorzado hace años, una de tantas rutas por aquel entorno. Claro está que las vimos con ojos serranos...... otra de tantas construcciones en ruina.
    Ahora he mirado en el visor de mapas y efectivamente se intuyen esos restos que nos enseñas.
    Respecto a la cornisa esa tan típica en el lateral del Maillo, donde se ubica el segundo castro (nunca hemos subido allí), recuerdo que ya te llamó la atención aquel día, no se si ya barruntabas algo. A ti no se te escapa nada.
    Ya tengo otro motivo para volver allí y ver in situ todo lo que hoy nos enseñas.

    Ocasión aquella, en la que hicimos nuestra mutua presentación, que ha quedado grabada en los anales de la historia. Nos reservamos los detalles, pero al margen de anécdotas, un placer y un lujo caminar con vosotros, Magia Serrana.

    A ver si este año empiezo con mejor pie que termino el anterior, y puedo volver a la rutina serrana. Que estoy algo achacoso jajajaja.

    No hay nada como un almuerzo a la vera de un buen prado, en medio de un barranco, o en cualquiera de las cuevas y abrigos de la serranía, ya los estoy echando de menos. Y al final esos tercios que nos reparan por fuera y por dentro.

    Un saludo Toni y Maru.


    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Luis.

      Ya sé yo que las verdes praderas del Maillo, así como las de la Cañada Mostajo son uno de vuestros sitios de recreo. También mío, ya que a mis padres les gustaba recorrer esto desde la década de los 70 del siglo pasado, y nos llevaban a corretear por allí, y a enseñarnos a diferenciar todo tipo de setas que crecían, a la vez que deleitarnos con esos pinares y esas primerizas aguas serranas.
      Respecto de los pequeños y casi inexistentes castros, porque me lo indico mi primo, si no, allí hubiera visto como tú: unos corrales de ganado. En el 1º es dónde si se aprecian estos pocos restos de construcciones antiguas. De todas formas, todo esto que digo lo baso en la pura observación de los restos, una vez que me confirmaron la existencia de aquel pequeño castro en ese lugar.
      En dónde se supone que está el 2º castro, en la cornisa que tantas veces hemos visto desde abajo, ya tengo más dudas al no haber descubierto ningún lienzo de muro semi colmatado como en el 1º o más sillares desperdigados. A falta de una prospección arqueológica seria, lo que digo en esta entrada son unas hipótesis.
      Eso de los detalles de aquella primera quedada, mejor que se queden en el ámbito privado, jejeje. A ver esos achaques si los metes en vereda y te dejan tranquilo, y pronto os veo en marcha como siempre, con esos almuerzos marca de la casa en primer orden.

      Un saludo a todo el equipo.

      Eliminar
  2. Hola Toni.

    Qué preciosidad de lugar el Maillo. Me encantan ese tipo de pradetes en los que el agua, ya sea mediante arroyo, charca y lagunilla, rompe la verde uniformidad. Y que alrededor suyo estén todos esos restos que den pie a la más pura investigación serrana, ya ni te cuento... Al final, esas conjeturas serán acertadas o no lo serán, pero lo que si es seguro es que tanto tú como tu hermano Román disfrutarais un montón investigando todo aquello.
    Y oye, veo que la gente de Entreorzaygamones son de los que respetan los equilibrios... dos botas de pie, dos botas de mano 😂

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Dani.

      Jajaja, el equilibrio botero de esta gente es muy curiosa!! Menudos lingotazos que le meten al vino, y no te digo, como rulan los embutidos! Y luego, como buenos serranos, se meten en rutas de esas de trochemoche y arbustos que te hacen resoplar más de una vez.

      Pues sí, lo mejor es andar, sin más pretensión, por estas verdes cañadas, salpicadas de cérvidos, vacas y hermosos pinares, ya que lo de los castros fue, como bien dices, un pasatiempo de mi hermano y mio para disfrutar aquello un poco más.

      Un abrazo.

      Eliminar
    2. En el apartado de aludidos, yo en descargo de mi grupo, digo con total seguridad que somos muy bien mandados. Al monte hay que salir bien calzados.

      Y por supuesto, cuando hay que fajarse con el espino, ahí estamos como los primeros.

      Sobre todo que no nos falte el buen royo en el monte.

      Un saludo Dani y Toni.

      Eliminar
  3. Hola Toni.

    Es complicado saber lo que uno se encuentra en el monte, a veces, pensamos que son simples piedras y tenemos un trocito de historia a nuestros pies, pero, es normal que los pastores teniendo esos sillares en el monte, no se compliquen la vida y los aprovechen para sus corrales.

    Al final, sean ciertas o no esas conjeturas, lo importante, son esas horas que pasas con tu hermano caminando por el monte y echándoos unas cervezas al final. Cosas tan sencillas como esas y que muchas veces no valoramos, son las que merecen la pena.

    Salud y montaña.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Eduardo.

      La de veces que habremos pasado cerca de restos ocultos o semiocultos y al no conocer del tema, han pasado inadvertidos, y sí lo del expolio lógico y normal de los pastores es lo esperable en aquellos tiempos. Menudos sillares solían tener estos poblados íberos y celtíberos ¡Cómo para no cogerlos!
      Y bueno, una manera de enseñaros la cabecera del valle de este humilde arroyo es recorriéndolos y conjeturando sobre estos pequeños asentamientos prerrromanos.

      Salud y Montaña.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares