DEL REFUGIO DE LIZARA AL VALLE DE LOS SARRIOS (DESPIDIENDO EL AÑO 2023)


El equipo Magia Serrana/Per Dalt i Per Baix llevaba ya tiempo con la idea de subir a los Pirineos en plena navidad, y más concretamente en Nochevieja para escapar del hastío y monotonía de esa consabida fecha en nuestros lugares de origen. El asunto estaba claro, hacer un plan novedoso y eso pasaba por hacer rutas por los Pirineos. Además, para Maru y para mí sería algo nuevo pues estamos acostumbrados a subir a Pirineos solamente en las vacaciones de verano. En un principio queríamos probar la experiencia de la nochevieja en un refugio, pero luego nos dimos cuenta que esa fecha es lo de menos. Lo realmente atractivo es hacer rutas invernales y dormir en refugios pirenaicos en el invierno, con el paisaje nevado y el calor del refugio esperándote a la vuelta.

Intentamos ir a otros refugios como el de Belagua pero ya estaban ocupados para esa fecha. Encontramos que en el de Lizara, que nosotros nunca habíamos estado, no hacían nada especial, más allá de una cena distinta. El tiempo de después de las campanadas fue amenizado por un tipo con guitarra, un amenazante bafle y algún/a que otr@ montañer@ con ganas de cogerse una buena cogorza, pero no adelantemos acontecimientos.

Lo 1º fue la meteo, ya que si hubiera mucha nieve, sería hasta difícil llegar al refugio de Lizara, pero, como se pueden imaginar, no fue el caso, sino que la nieve por esas fechas no estaba muy presente como otras navidades. Cuando llegamos al refugio  (1540 m.) la nieve brillaba por su ausencia, más allá de alguna mancha residual. Llevábamos unos días de tiempo anticliclónico que se notaba en el paisaje pirenaico. En lo alto de las cumbres que rodean el valle del refugio sí se apreciaba más nieve. ¡Ah amigos! Sabíamos que al día siguiente, último día del 2023, la meteo empeoraba y daban lluvia dónde el refugio. Y esa lluvia en altura ya se pueden imaginar que significa: nieve. Nieve y su escudera, la ventisca. Claro, comprobar la meteo el día de antes al calor del refugio y luego padecerla en la ruta son dos cosas distintas. Aunque nosotros no íbamos preocupados pues llevábamos nuestro guía particular, el amigo Dani.



Eso sí, la inicial ruta de subir al Pico Bisaurin la desechamos pues con ese tiempo no era muy aconsejable subir, además Maru y yo no somos duchos en invernales pirenaicas, que se diga. Yo sí he andado mucho por nieve por la sierras del Ibérico Sur, pero Maru estaba muy pez con el blanco elemento en el monte. 

El asunto de subir a esta montaña es que tampoco habríamos visto mucho, pues se adivinaba densa niebla en la cumbre. Buscamos una ruta para ir al ibón de Estanés, pasando por el Circo y Puerto de Bernera y el Valle de los Sarrios. Luego la vuelta, acortaba cruzando la Sierra de Secús, dónde nos asomaríamos a una cima que había allí, y después bajar al Circo de Bernera, donde, por la garganta que une el valle de Lizara con este circo de Bernera, bajaríamos al refugio.

Pero claro, ese track lo planeamos la noche de antes, en el calor del refugio y con la consabida euforia de las cervecillas, sin ver el auténtico tiempo que tendríamos al día siguiente. Pero, otra vez más, no adelantemos acontecimientos.


El 30 de diciembre fue el reencuentro con Dani, y despues de comer en la Casa de la Montaña de Jaca, así salió nuestro querido guía del restaurante. ¡Esto promete!

Por la tarde, tranquilamente subimos al Refugio de Lizara que nos recibe en una buena tarde y con muy poquita nieve en los altos.

Antes de cenar, y durante la planifícacion de la ruta de día siguiente, disfrutamos de los alrededores del refugio.

Al día siguiente, una ligera llovizna y una meteo bastante peor que el día anterior nos recibe.

                                Nos ponemos en marcha, dejando atrás el refugio.


     La ascensión es continua hasta que vemos un primer refugio, no muy lejos del de Lizara.

                        Seguimos hacia aquella gran hendidura por donde pasaremos. 

           Aquí se aprecia que la lluvia comienza a ser nieve, y la cara de Maru no engaña.


La densa niebla que nos espera despues del paso por esta gran abertura, tampoco ayuda a que su cara se destense.

                                               Un gran nevero nos espera allí delante.

                                                            Para cruzarlo con cuidado.

                        Pues una caída aseguraba un buen deslizamiento al fondo. 


                              Despues de esto, entramos en el invierno puro y duro.

Con la ventisca como ultimo de los ingredientes por aparecer. Jejeje, no me quiero imaginar la cara de Maru en esta foto.

Aunque la visibilidad es escasa, solo se puede ir por el fondo de esta especie de ancha garganta.

            Yo, cerrando la fila, estoy en estado completo de alborozo ante el paisaje que tenemos.


                    Encontramos más arriba otro refugio que va a ser nuestra salvación.

               La mochila con la nieve cuasi congelada muestra el tiempecito que teníamos.

                              Esto hay que inmortalizarlo en esta foto 1ª de la subida.


Allí nos ibamos reuniendo todos los que ibamos de ruta, y pudimos ponernos los crampones y comer unos frutos secos sentaditos y secos. La cara de Maru ya mejora.

Dejamos el refugio y seguimos. El desplome de la temperatura se nota en la nieve que esta cada vez más congelada.

        Esta foto es reveladora que nuestro alrededor desaparece y se funde todo en blanco.

           Nos vamos a desviar un poco pues el mapa, que a duras penas podemos sacar,

     Nos dice que en el fondo de esa vaguada está el Ibón viejo, al que vemos medio helado.


                            Sigue el avance bajo la confiada seguridad de nuestro guía.

Es de suponer que hemos pasado por el Circo de Bernera pero con esta visibilidad no se sabe.

                                        ¡Alto! Dani por los suelos. ¿Se habrá caído?

Nada más lejos de la realidad. No está dando un cursillo acelerado de cómo utilizar el piolet en pendiente. 


              Seguimos pues estamos llegando al punto más alto de la ruta por ahora.

                                              El Puerto de Bernera a 2127 metros.

Ahora en ligero descenso hacia el Valle de los Sarrios, parece que se nos abre la visibilidad un poco...

                                          Y a los pocos minutos se vuelve a cerrar.

           Las montañas que conforman el valle de los Sarrios abajo se intuyen grandiosas.

                                                      Y con la nieve más todavía.

                                                     Fíjense en la parte derecha de la ladera.

           Un remolino de no pequeño tamaño se está formando delante de nuestros ojos.

     De pronto, se nos abre delante de nosotros, inmenso y espectacular el Valle de los Sarrios.

Echamos un vistazo atrás hacia el Puerto de Bernera, donde las nubes tapan la parte alta y van y vienen con mucha soltura..

 Ya estamos en el Valle con esa caracterísrica roca enmedio y Dani a la derecha para calibrar.

             Me atrevo a decir que en esta inmensidad caben más de un campo de futbol.

                                              El gran peñasco desde el otro lado.


                                                      Tremendo lugar. Al fondo va Maru.


                                En este lugar y en este dia allí se respiraba una magia especial.

            Recuerdo que aquí cada uno de los tres iba por un lado, ciertamente embobados.


Me he permitido coger esta imagen del Valle de los Sarrios de internet (página Komoot) para que comparemos con la foto de arriba. Dar las gracias al dueñ@.

                                   Nos acercamos al final del Valle de los Sarrios.

                                     El valle se descuelga por esta especie de barranco.

                                   Y la senda va por la derecha, aún sin perder altitud.

        Vemos que nuestro guía se para. Suponemos que está en momento reflexión.


En efecto, aquí Dani decidió que con este tiempo el avance era muy lento y nos volveríamos por donde habíamos venido, sin bajar a ver el ibon de Estanés. La verdad que era lo más lógico. Con esta meteo, aventuras las justas y prisas ninguna. Habíamos venido a disfrutar y lo estábamos haciendo.
 
Seguir alargando la ruta no era buena idea, y más todavía, en esta época que oscurece tan pronto. Aquí la ventisca seguía azontando, pero de vuelta a Lizara era de preveer que ya se impusiera un tiempo algo mejor. Además, recordemos que estamos en Nochevieja y nos espera el acogedor espíritu de la Navidad en forma de ducha caliente y muchas cervezas en el salón del refugio.

Nos asomamos al borde para ver si veíamos el Ibón, pero no. Se supone que estaba allí abajo a la izquierda.


Iniciamos la vuelta, y esas nubes azules que vienen de la vertiente de Lizara nos animan a pensar que la meteo va a mejorar por aquella zona.


                                      Y así fue, ya que la visibilidad era casi completa.

A nuestra derecha asoman una de las cimas de la Sierra de Secús, por dónde habríamos vuelto de haber hecho la ruta entera circular desde el Ibón de Estanés.

   Al fondo se ve unas montañas que las nubes en cuestión de minutos nos iban a dejar verlas.

El descenso se hace con cuidado, ya que por aquí Maru tuvo un traspies y quedo algo lesionada en el brazo. Al principio nos asustamos, pero luego todo quedó en un susto.

              Las nubes se van y nos dejan ver ese montañón, a la que Dani ya la está retratando.

        Pico Bisaurín (2669 metros) y el que fue el objetivo inicial. Fíjense en el lado derecho.

                                Os llevo con el zoom. ¿Veis al grupo que baja por esta canal?

                                                                            Ahí están.

               Pasamos por el Circo de Bernera, un lugar que a la ida estaba desaparecido.

Nosotros giraremos a la izquierda, viendo que nos recibe el sol. ¡Quién lo hubiera dicho antes!


Doy rienda suelta a la fotografía, ya que hasta entonces no había podido estar mucho recreándome.

             Maravilla de cielos y luces que nos recibían para comenzar la ultima bajada.

                                             Nos desviamos un poco hacia la derecha.

                      Para pasar por el refugio, y empezar a sacarnos fotos más distendidas.

De repente, se puso a nevar otra vez, pero se intuia que eran los últimos coletazos de temporal.


Recuerdan la 1ª foto, unas cuantas horas antes, pues aquí la 2ª parte, con el sol que volvía a salir.

Seguimos bajando por una paisaje nuevo para nosotros, mientras vemos que Dani vuelve a estar en periodo de reflexión, aunque aquí ya se puede saber en qué piensa.

               Que vistas más limpias a la parte este del macizo donde está el Bisaurín.


        El canal hendidura visto desde arriba, y la senda por la que entramos a primera hora del dia, por la derecha.

               Los sarrios se habían bajado del valle que lleva su nombre a estas laderas.

   El Rebeco (Rupicapra rupicapra), conocido en el Pirineo aragonés como Sarrio. Algunos autores abogan por que este es una subespecie (Rupicapra pyrenaica).

A mis compis de ruta se les nota en la cara que el ICC (a pesar del frío pasado) está a niveles muy altos, o como dice Dani, la claraboyita de este Indice del Contador Cervecero se sale.

                 Por fin vemos abajo el refugio en las campas verdes del Llano Lizara.

Un ultimo vistazo hacia atras, hacia el Macizo de Bernera y esa gran hendidura por donde hemos bajado.


                                  Ruta conseguida y buena paliza que nos hemos dado.

El pago a nuestro querido guía es en especie líquida, y a tal efecto, saqué una caja de una cervezas artesanas de Cuenca, para que hicieramos un rica cata que nos supo a gloria bendita.

Maru durante la cata se estuvo echando la siesta y cuándo bajó ya no quedaba ni una, pero no le importó, no le van mucho las artesanas.


Luego te echan del salon para colocar todo para la cena, cosa que aprovechamos para ducharnos.

                                            Y hacer alguna foto curiosa del refugio.

Nuestra mesa, en la que nos sentamos con un grupete de un club de montaña vasco: unas chicas y un tipo muy sociable, como buen prototipo del dicharachero vasco con su pelete típico y su pendientillo. Siempre da gusto conocer a tipos como él.

Maru no llegó ni a las campanadas que las dieron con 12 golpetazos en una olla (recuerden que no hay TV). Dani y yo aún aguantamos a ver un rato al hombre orquestilla antes de irnos al sobre; unos a dormir mejor que otros.  Los que tenían más ganas de farra aún estuvieron hasta las 2:30/3:00.  Al día siguiente nosotros queríamos aprovechar la mañana para hacer alguna ruta que os contaré en la próxima entrada.



                                                                ¡Hasta la próxima!

Comentarios

  1. Hola Toni.

    Que mejor forma de terminar y empezar el año, que en buena compañía y en los Pirineos, se me ocurren muy pocas ...

    La nieve cada año tarda más en caer, vamos, que ha nevado más este último mes que en todo el invierno, pero bueno, por lo menos esos días os cayo lo justo para darle ese toque invernal.

    La ruta que pretendíais hacer, es un poco larga para hacer en invierno, pero, paisajísticamente, es brutal, con la cara más desconocida del Bisaurin (esa canal por la que bajaban creo que es la vía Edelweiss), el valle de los Sarrios, el ibón de Estanés, más las sierras de Secus y Bernera, que quizás sobre todo la primera son más desconocidas.

    Al final, quedo un día bien majo, para disfrutar del paisaje e incluso la fotografía, eso sí, si yo me tomo esas cervezas, me pasa como a Maru que no llego a las campanadas 😴.

    Veremos que nos enseñas en la próximo entrada.

    Salud y montaña.

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    1. Hola Eduardo.

      Pues sí, nos quedó claro muy pronto que en invierno y con este tiempo los planes iniciales de ruta irian cambiando. Lo importante era ir seguro y disfrutar de este tiempo al que cada vez estamos menos acostumbrados

      En cuanto a las cervezas Dani y yo estamos a un nivel alto, hay que reconocerlo, y nos podemos beber unas cuantas y despues de las rutas sobre todo. Eso sí, alguna vez nos hemos levantado de la mesa trastabillando ligeramente, todo hay que decirlo, jejeje.

      Salud y montaña.

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  2. Preciosa descripción de un lugar, muy querido por mi, pues al sur del refugio está el pueblo de Borau, donde he pasadohe pasado algunas temporadas

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    1. Hola.

      Encantado que te guste la entrada. Borau no lo conozco pero he visto fotos y se ve precioso, como casi todos los pueblos de allí.

      Un saludo.

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  3. Hola Toni.

    Aquí el guía. Empecemos...

    Respecto a la primera foto, pues he decir que es tanta la emoción e ilusión que me embarga cada vez que quedo con vosotros, y más si es en Pirineos, que mis extremidades y mi cerebro no coordinan correctamente, afectando a mi motricidad, lo que me lleva a cometer actos sin sentido, como el de ponerme chaqueta del revés, pero no lo delante detrás, que sería lo normal, sino lo de arriba abajo... Aunque en este caso también tuvo que ver la ración de cervezas que nos habíamos tomado un rato antes durante la comida. Y es que otra cosa no sé, pero cervezas nos bebimos muchas esos tres días, por lo que es normal que tuviese muchos momentos de "reflexión", aunque en mi defensa he de decir que en la segunda foto que Toni dice que estaba "reflexionando", yo creo que más bien estaba mirando el gps, o el móvil... Pero no pasa nada, ¿por qué sabéis una cosa, lectores de Magia Serrana?, en un momento de la ruta, el amigo Toni, se dio cuenta de que se le había girado un crampón y lo llevaba del revés, con la parte de delante detrás (seguramente, también por la emoción del momento, de estar disfrutando de ese precioso entorno nevado no se dio cuenta antes), hay testimonio gráfico de ello, y cuando llegue el día de publicar mi crónica, será mi cumplida venganza...

    De la velada de Nochevieja... Mira que en el refugio se lo curraron, con la decoración, la cena, las campanadas, la fiestecilla de después... Pero ni por asomo todo eso superó nuestra particular fiesta post-ruta, con esa cata de cervezas artesanas, y las risas que tuvimos durante la misma. Fue sin duda uno de los mejores momentos tras ruta que he tenido en todos estos años, y mira que he tenido de buenos (muchos con vosotros), y desde que os camperizasteis estamos teniendo veladas de final de ruta memorables, y a los almendros de la Serrella, o la del otro día en Fredes, me remito.

    Y ya lo que se refiere estrictamente a la montaña no se dieron precisamente las mejores condiciones atmosféricas para vuestro estreno invernal en Pirineos, pero déjame decirte que aprobasteis con nota, y muy alta. Y aquí, amigo Toni, me vas a permitir que individualice con Maru, que a pesar de esas miradas de inquietud del principio y de esa caída (me asusté, pues en el primer momento, y por su gesto, pensé en rotura de clavícula) se portó como una jabata... Y es que Maru, amigos lectores de Magia Serrana, en este pasado 2023, y en Pirineos, hizo frente a algunos desafíos y miedos, y los superó todos, empezando con esta ruta que a tramos tuvo una climatología hostil, pero en verano también consiguió pasar entre un rebaño de vacas (algunas también hostiles, creerme), y enfrentarse a la verticalidad de una vía ferrata. Yo, que estuve presente en esos tres momentos, me enorgullezco de mi amiga.

    Y de esta crónica, pues que me ha encantado, ya me la habré leído una decena de veces (y las que quedan), es merecedora de ello, y de esta turra de comentario que te he soltado...

    En definitiva, que os quiero mucho amigos, y para mi fue muy especial despedir 2023 y recibir 2024 con vosotros.

    Un fuerte abrazo.

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    1. Hola Dani.

      ¡¡Dios mío, la foto del crampón al reves!! No la recordaba, tu venganza va a ser suprema y vas a tirar toda mi poca reputación por los suelos, jajajaja

      La verdad que la caja de las birras Mirando a Qnk la llevamos para regalartela y que te las llevaras a Betxí, pero al saber que en el Refu podías meter tus propias cervezas y bebertelas, se me hizo la boca agua (mejor dicho, birra) al pensar en esas 3 horitas que teníamos por delante hasta la ducha/cena de sobremesa y de jurado cervecero, catando y dándo puntuación a cada una de ellas, jajajaja solo nos faltaba haber tenido un cuaderno e ir puntuando la espuma, los taninos, aromas, intensidad, color, posos. Menudo par somos. Como le digo a Eduardo, no hay muchos que aguanten nuestros ratos post rutas en la mesa del bar/refugio/furgoneta.

      Y en cuánto a las furgos, tienes razón, la llegada de Gina ha hecho que nuestra amistad recobre más intensidad, pues ahora, a lo largo del año, nos vemos más veces y eso implica naturaleza y risas aseguradas, conocer un montón de parajes nuevos, y personas también como Esther, David y todo lo que falta por llegar.
      Los almendros de Serrella o los Columpios de Fredes, ¡ojo que dos tardes!

      En cuánto a lo de Maru, sí es verdad que te vi más preocupado. Yo no estaba tanto, quizás por que vi la caída en directo al ir detrás de ella y me pareció una caida tonta, que se podía haber roto la clavícula, pero pensé que sería algo muscular como mucho y ya está.
      Luego me reconoció que durante la tarde y la cena le dolia el brazo bastante y con el antiinflamatorio pudo dormir bien.
      Y el otro día le puse la entrada para que la leyera y dice que para ella ha sido una de sus grandes experiencias en la naturaleza, al no estar acostumbrada a este tipo de rutas y que nos lo pasamos de forma brutal y que lo de la nochevieja en el Refu es lo de menos, que podria haber sido cualquier otra fecha navideña
      Ah amigo, lo de las vacas y los perros es harina de otro costal, eso, aunque parezca increible, le sigue costando superarlo pero bueno, ahí estaremos para intentar conseguir que lo asimile.

      Que nosotros tb te queremos, y eres uno de nuestros puntales en la vida que llevamos desde hace unos años. Ya estamos deseaando volver a vernos cuánto antes.

      Un abrazo.

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  4. Hola, Maru y Toni no se me ocurre un sitio más espectacular para despedir un año y recibir al nuevo, unas vistas espectaculares, no creo que tuvierais muchos problemas para mantener las cervezas fresquitas, pasar la noche vieja alejados de esta sociedad del consumo, que la publicidad nos recuerda día si día también, que tenemos que consumir, y fundir la tarjeta para ser más felices. Me parece una idea genial, pasar la noche vieja en un lugar tan bonito, os felicito. De la nueva entrada que os puedo contar, ha mi me parece preciosa, la nieve siempre ofrece paisajes espectaculares, lo peor es el frio que pasaríais. Mucho animo para la próxima entrada que ya las estoy esperando jajaja!!!. Saludos cordiales: Félix

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    1. Hola Felix.

      ¡A qué es un sitio especial para despedir el año!

      Un refugio de alta montaña siempre es un lugar con magia y acostumbrados a recorrer estos paisajes en verano, cuando lo cambias al invierno y la nieve, lo disfrutas mucho más.

      Y sí, hizo mucho frío, pero eso hace que cuando llegas al Refugio con el calor o te metes a la ducha caliente, la placer sea máximo.

      Saludos.

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