EL VALLE DEL RIO DE VALDECABRAS POR LA SENDA BIKE, LA LAGUNILLA DEL COLLADO DE LA NAVA Y LA HOZ DE LA BUJOSA

 

Me toca ruta por el monte de Valdecabras. Ese pueblo a 18 km de Cuenca, y que, con su bella morfología de valles y muelas, es un destino preferente de todo amante de la naturaleza de la capital, dígase, espeleólogo, corredor, ciclista o senderista. Y algunos me diréis, ¿pero ya habrás mostrado todo su monte en las muchas entradas de Magia Serrana? Pues la verdad que no. Sus sendas son casi infinitas y para muestra, no solo un botón, sino tres. 

Porque son tres las nuevas rutas que os voy a enseñar en esta entrada. Dos más largas y un paseo cortito para subirme a ver una curiosa roca. La cercanía a Cuenca es la que ha hecho que, hoy en día, haya multitud de sendas y caminos para conocer mejor estos montes.


La primera trata de subir desde el propio río de Valdecabras, pasado el pueblo, trazando, en mi plan original, una subida tiesa por esa ladera del morro que separa el valle del río Valdecabras del rinconazo de la Canaleja. Al poco de subir, me encontré con una desconocida senda con sus rampas y zonas de derrape, dándome cuenta al momento que era una senda hecha para las bicicletas. La deseché por desconocimiento y un poco más arriba, me volví a topar con ella y ya decidí seguirla para ver por dónde iba. 

Una vez que lo hizo hacia los bordes del valle del río, solo quedaba asomarme a algunos puntales y volver recorriendo esos bordes, en un trazado que sí os he enseñado en entradas anteriores. Luego me desvíe un poco para volver a coger esta senda bike y llegar al punto de partida.

  Este principio del invierno pasado no fue muy bueno en aguas, aunque el río de Valdecabras aguanta.

                 El valle del rio Valdecabras se abre ante mí, en un día gris y plomizo.

                                    Por allí me encuentro varias de estas rampas.

                                              Voy directamente a la ladera para subir.


    Y compruebo que por toda esta ladera baja una vertiginosa senda para bicis de montaña.

Al principio, al ver que se desviaba y no saber de dónde venía, decidí subir a mi modo, al rico trochemoche.


      Deteniéndome, de vez en cuando, para otear el morro de los puntales de las muelas.

                                            Y dejár atrás el pueblo de Valdecabras.

             Sigo subiendo, sin encontrarme todavía ningún obstaculo insalvable.

                                                          Se me van a abriendo vistas.....


                                                    del Valle del río de Valdecabras.


Me topo con un escalon rocoso insalvable, pero, perdiendo unos pocos metros, accedo por el lado derecho de la foto, para volver a subir.

Llego a esta plataforma, antesala de los cortados rocosos de los bordes del valle. Ahí delante en el lado izquierdo....


                                         Me encuentro con lo que es la senda de las bicis.

Senda que va a salvar los cortados rocosos, yendo por estos bordes para luego meterse en la muela.

Mirando abajo, veo un manatial de captación de agua, muy típico de Valdecabras, donde el agua de lluvia caida en las muelas, viene a salir por las laderas.

¡Qué debil es el hielo serrano! Hace años, aquí habria una cascada chorrera de hielo bien hermosa.


             La senda aprovecha una parte sin cortados para subir y meterse en la muela.

                            Vuelvo a toparme con parte del circuito de mountain bike.

                                                Además, salteado de setas variadas.


                                                              Este es su comienzo.

Cruzo parte del pinar de la muela, pasando por alguna de sus corralizas, que ya os he enseñado en otras entradas.


   Para dirigirme a los bordes del valle, donde me acercaré a aquel puntal rocoso del fondo.

                                    Antes, echo un vistazo hacia el principio del Valle.

Una vez en el puntal, siempre me fijo en esto. Ahora han puesto piedras encima, pero debajo de ellas, quedan las antiguas piedras semi enterradas, que conforman la planta de una torre o construcción parecida, y que nunca he sabido bien para qué era.


                               Me asomo al borde para ver al otro lado del valle.....

      Por donde va a transcurrir la 2ª ruta de esta entrada, que veremos ahora despues.


  Toca regresar por el borde del valle, mirando estos abrigos pastoriles con techo inmejorable.


                 La vuelta es pasando por todos estos bordes erosionados tan chulos, como este.

                                                                           O este otro.

                        Por esta parte superior iremos, asomando ya al fondo el pueblo.


        Habría estado bien poner a alguien sentado ahí en la puntita, mirando el pueblo.

La 2ª ruta trata de meterme valle del rio de Valdecabras hacia arriba y en el lateral derecho, a cierta altura del río, se ha creado una extensa terraza natural, donde un par de ancestrales fuentes nos indican que aquel lugar tuvo que ser rico de aguas. Esto lo corrobora la existencia de una bonita charca grande que empapa el suelo de esa terraza. Esta lagunilla tiene la característica, que suele tener agua constante, excepto en los calurosos veranos, y, además, es completamente natural, al contrario de otra próxima lagunilla, que también os mostraré, que es de origen artificial, como otras muchas de la cercana comarca de Tierra Muerta.

Desde la carretera que va a Buenache, sale el camino que nos va a bajar a donde quiero llegar.

Esa terraza colgada a la mitad de la ladera del Valle del río de Valdecabras que es lo que se ve al fondo.

                  La 1ª fuente, con algunos gamellones semienterrados en la tierra.


                              Y unos 100 metros más arriba, la Fuente de Ulpiano.

    Que deber de tener la vena obstruida, al estar seca de caño, pero todo encharcado alrededor

                                Un poco más arriba nos aparece de forma inesperada...

                                             Esta charca de no pequeño tamaño.

                                          Refugio de batracios y plantas distintas.

La morfología de esta terraza entre dos alturas hace que proliferen estas fuentes y lagunillas de forma natural, y eso es siempre algo a cuidar. Decir tambien que llevaba sin llover más de un mes, por lo que, en época de lluvias, seguramente será mayor.


          Dejamos atras la lagunilla mientras seguimos avanzando en ligero ascenso.

Después de ver todo esto, vamos a subir encima de donde está la lagunilla al alto del Lugar, que yo le llamo el Alto del Pino Albar. Realmente es el otro lado del Alto de la Nava (1416 m), partido por el Collado de la Nava por donde va la carreterilla de Valdecabras a Buenache. Es un lugar por el que ando mucho, y le llamo así porque por toda esta zona el pino casi exclusivo es el pino laricio, con algún que otro pino rodeno salteado, pero la altitud a la que andamos:1200/1300 metros hace que el pino silvestre no aparezca. 

Esto es así, menos en el alto de la Nava y el del Pino Albar, ya que aquí arriba estamos a 1421 metros, y los 1400, en la Sierra de Cuenca, suele ser, aproximadamente, esa cota elegida por el más bello de los pinos (para mí gusto) para medrar y prosperar.

Bajare de este alto hasta el fondo del valle de río de Valdecabras, para acercarme a ver la cercana Hoz de la Bujosa, un feroz barranco que va de menos a más y lleva su traza hasta el rio Júcar, cerca de Uña.

                           Comienza la subida al alto, que se vislumbra arriba del todo.

                                                     Ya estoy a punto de coronar el alto.

                                          Zoom a su punta donde al fondo destaca..

                Entre otras cosas, Cabeza Modorra y su torreta y detrás la Mogorrita.

             Suba a la punta, donde ya sabéis de dónde he sacado el nombre del alto.

Allí arriba, el pino silvestre, solitario en su especie y rodeado de cientos de pinos de otra clase.


     Ahora bajaré, y me dirigiré hacia el fondo a la derecha, donde está la Hoz de la Bujosa.

Una vez abajo, estoy en la cabecera del río de Valdecabras, dondé los roquedales calcareos de la vecina Tierra Muerta se hacen evidentes.

El refrán dice: Cielo algodonado, a los 2 días mojado. Pues mentira, aún estuvimos sin ver la lluvia por estas fechas de diciembre/22 y enero/23, mucho tiempo.

                                 Avanzo por el pinar por unos carriles que dan miedo.


      Eso sí, lo que se puede ver, al ir solo y en silencio, son ciervos pastando por estos bosques.

                                      Llego al principio de la Hoz de la Bujosa.

Barranco de librerías, al principio no muy profundo, pero si muy hosco y profuso de boj, como bien indica su nombre.

Incluso, me encuentro viejas construcciones de un vado del camino para cruzarlo, aunque parezca imposible.

Eso sí, siempre antes de que coja proporciones más grandes y profundas y se dirija hacia la Toba, que estaría al fondo.


                             Toca volverme, viendo al fondo el Alto del Pino Albar. 

                      Donde en su punta, se aprecia un ave rapaz, que no es un buitre.

                                        Un poco antes, me desvío a ver esta lagunilla.


     Lagunilla de origen artificial, hecha creando un terraplen en el fondo de una rambla y generalmente, si la tierra no es arcillosa, echar un capa de este material.

Una vez en el alto del Pino Albar, vuelvo al coche por la parte alta de este cordal, comprobando que por aquí hay más pinos silvestres.

                 Y, "cazando" a más apacibles cérvidos mientras pastan en los prados de abajo.


                     El valle de río de Valdecabras se abre, un poco antes de llegar al coche.

Por último, en la carretera que baja a Valdecabras desde la muela de la Ciudad Encantada, dejaré el coche en un pequeño parking que hay, para subir a un cortado rocoso que asoma a la carretera y ver un perolo que aguanta en el borde, amenazando con caerse algún día y rular hasta el pueblo, amenazando la tranquilidad bucólica de este bonito pueblo serrano (obviamente, esto último es una exageración de las mías)


  Dejo la carretera abajo y subo la ladera, en busca de esa piedra que comento anteriormente.

 Ya estoy puesto en la repisa que buscaba, con vistas a este lateral del rinconazo de la Canaleja.

              Me encuentro con estos nidos de golondrinas, a las que no molestará nadie.

                                                       La piedra en su borde apuntando a.....

                                Al pueblo de Valdecabras, situado al fondo del valle.

                                               Se ve la carretera pasar por debajo de ella.



                                                     ¡Hasta la próxima!



Comentarios

  1. Hola Toni, a mi me has dao en el rodal del gusto, como aquel que dice, con esta entrada.

    Parajes cercanos y solitarios, en los que pasar un buen rato.

    Por cierto, si no lo has hecho ya, la bujosa has de recorrerla por dentro. eso si que es una experiencia brutal.

    Un saludo Toni.

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    1. Hola Luis.

      Jaja, hacía un montón que no oía esa frase de darle a uno en el rodal del gusto...

      Pues sí, le echado el ojo muchas veces a la Bujosa en el mapa, pero me tiraba para atras el pensamiento que iba a estar por dentro impracticable. Cuándo vi tus fotos, comprobé que hay tramos que se pueden andar por dentro y son espectaculares.

      A ver si me acerco que sufro ultimamante de mucha pereza en salir al monte yo solo....................con lo que yo he sido, jejeje.

      Un saludo.

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  2. Hola Toni.

    Entre otras muchas cosas negativas, los efectos del cambio climático también han dejado a todos esos refranes referentes a la meteorología totalmente desfasados. Habría que hacerles una actualización, más acorde a los tiempos que corren, a saber... "El 40 de mayo, te asfixiarás si llevas puesto un sayo", o "Las lluvias de abril, caben en un barril"...
    Por lo demás, este reportaje deja bien claro lo afortunados que somos al vivir tan cerca de la naturaleza y la montaña, y que con un corto desplazamiento en vehículo (a veces ni eso), podemos gozar de rincones bien chulos, como los que nos has mostrado en las fotos.

    Un abrazo.

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    1. Hola Dani.

      La primera reactualización de lo del sayo tuya es muy buena, jeje. Y de la 2ª mi padre y sus amigos ya decian hace años: En abril aguas mil, y todas caben en un barril.

      La siguiente ruta que colgaré sobre Valdecabras será con el paisaje bien blanquito de la nevada de hace un mes.

      Un abrazo.

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