LAS CALAS DE LA COSTA SUR DE MENORCA -CALA EN PORTER, CALESCOVES Y CALAS DE CALA GALDANA-


Os voy a dejar durante Julio y Agosto con 4 entradas sobre nuestro viaje de vacaciones del verano pasado. Serán entradas acordes con este periodo del año, en las que el blog entraran en modo pausado veraniego, pero sin perder actividad, y sin más preámbulos también, voy con la 1ª de las entradas, la única que transcurrirá por la costa sur. 

De todas las islas Baleares nos faltaba una por conocer. Ya conocíamos el azul ibicenco, el turquesa de Formentera y hace unos tres años conocimos Mallorca y su espectacular sierra de Tramontana y tb la virginal isla de Cabrera, paraíso de la Posidonia. Faltaba casi la que más fama natural tenía. Y, además, se dio la tesitura que íbamos a conocerla de una manera nueva y original para nosotros. Nada de hoteles, de apartamentos, de booking y arbnbs, nada de alquilar coches. Lo que íbamos a hacer es estar los 7 días que estuvimos en una casa con ruedas, es decir, alquilamos una Furgoneta Camper.

Decir que Menorca en verano, debido al pequeño tamaño de la isla y la masificación que suele haber, también de furgonetas, es una isla que el tema de las caravanas y furgonetas está muy regulado, teniendo que pernoctar en las áreas expresamente indicadas, estando regulado también lo de poder sacas mesas y sillas. En este caso, si quieres sacar todo el tinglado fuera, y estar dentro de la legalidad, lo suyo es irte a uno de los dos únicos campings que hay en la isla.

 


Por parte de Maru y mía sin problemas. Estamos probando qué tal la experiencia y no pasa nada por irnos a dormir a esos campings. Planeamos dormir alguna noche en alguna area/parking, pero lo de sacar mesa y sillas, músiqueta, pegarnos un baño en la piscina, hacernos una barbacoa y toda esa comodidad que otorgan los campings tiró de nosotros mucho. Nos dividimos los días entre los dos campings, y debido al pequeño tamaño de la isla, las furgonetas son ideales, porque en, aproximadamente, una hora y muy poco, te recorres la isla de punta a punta, permitiendo llegar a todos los lugares, con poco gasto de gasolina y tiempo. Todo depende tambien de los días que pases en la isla.

En esta 1º entrada vamos a visitar el sur de la isla. Van a ver dos rutas en dos días, la 1ª sale de Cala en Porter y vamos a ir a la cercana Cala de Cales Coves, donde una necrópolis talayótica despunta en una de sus lados. Recordar que otro encanto de la isla es que es la cuna de la cultura talayótica, una cultura que data, ni más ni menos, desde el 1500/1000 antes de Cristo hasta el 300/400 a. C.

 

Salimos desde la parte alta y trasera del pueblo de Cala en Porter, con estos acantilados como primera postal.

    Aunque pronto nos alejamos de elllos, y nos metemos por la floresta típica de esta parte de la isla.

Vimos que había gente que iba con chanclas por estas sendas y la verdad que están hechas más para zapatillas de buena suela.

                   Tras un rato de bajar serpeteando, llegamos al Cala de Calescoves.

     Aprovechando las sendas, la vamos a recorrer entera; primeramente hacia la izquierda.

                                          No tardamos mucho en darnos el primer baño.


Y vamos a ver si encontramos la cuevas, viendo esta maravilla de estampa, dónde en el fondo se aprecia posidonia.

                            Una hermosa oquedad nos permite sacar este gran marco.

                Y pronto nos empiezan a aparecer puertas como esta, labradas en la pared.


En interior presenta este curioso aspecto. Recordad que su origen es una necropolis talayótica.

                                               Maravilla de columna labrada en la roca.

         Aunque para maravilla, estas escaleras talladas en roca que te llevan a otro piso.

Dónde esta otra casa cueva. Decir que estas pequeñas cuevas naturales se labraron por dentro hasta conseguir el aspecto que tienen.


                                            Menudas vistas tienen estas casas cuevas.

                                Volvamos, pues vamos a visitar el otro lado de Calescoves.

                                                      Ya vamos por el otro lado.

                                              En el otro lado de esta pequeña bahía...

                                                 Se aprecian muchas más cuevas.


                            Seguimos bordeando, ahora entre frondosa vegetación.


                                                             Visitando más cuevas.

                                              Los interiores suelen ser bastante grandes.

                                                                 Incluso a otros niveles.

   Y bastante altas e inaccesibles, a las que llegarían con cuerdas y escaleras de madera. Muchas de ellas están tapiadas con puertas de metal. Entiendo yo, por haber restos arqueológicos.


                    En este otro extremo de Calescoves también nos pegamos un baño.

                                              Regresando ya, con Calescoves al fondo.

Volvemos a Cala en Porter y vamos a bordear los acantilados del principio para bajar al pueblo

 Dondé asoma la paradisiaca Cala en Porter. Una cosa usual y típica de estos pueblos que toman el nombre de la cala dónde están, es que no suelen ser de gran tamaño, por raro que parezca. Es decir, en Menorca no se puede construir así como así. De hecho, fíjense en el otro lado de la Cala, completamente virgen.

El pueblo está diseminado por este lateral de la cala, y en el edificio blanco de la punta......

          Será dónde nos tomemos unas cervezas a precio de oro, pero con estas compañías.

                                                    Y estas vistas del pueblo y su cala.


La otra ruta sale de Cala Galdana, iremos en dirección este, recorriendo calas. Comentar que cuanto más andes, menos gente te encontraras. Por eso, visitamos 4 calas y en las dos últimas estábamos casi solos, porque, además, no son rutas aptas para todo el mundo, ya que, de una cala a otra, deberás bajar y subir y transitar por terrenos pedregosos, que al final hace que en el ir y volver hayas hecho un buen esfuerzo, acrecentado por el calor/humedad que suele hacer. Nosotros fuimos en junio, y aún no pegaba fuerte, pero más dentro del verano debe ser peor..

          Ah, bueno, el momento de la merienda cena con la furgoneta alquilada es supremo.

                                  Hoy tocaba pescaito menorquín, entre cervezas varias.

         A la mañana siguiente ya estamos en Cala Galdana para ponernos en marcha.

                                 El sendero va casi siempre tapado por la floresta.

   Pasamos por detras de las primeras de la calas, la Cala Mitjana, que al ser la más cercana, es la que más gente tiene.

                Que ni nos acercaremos a ver, tirando para arriba, en busca de la siguiente cala.


               Pasando cerca de los acantilados, dónde abajo vemos a una bañista...

                    Rodeado de ese fascinante azul menorquín, que se asemeja a una gran piscina.

           La próxima cala, que se intuye al fondo, nos lleva unos 45 minutos de caminata.

Nuestra intención es andar lo más posible, ver calas y a la vuelta elegir una para quedarnos un rato largo.

Esta es la Cala Trebaluger, que es más bien una preciosa playa con el entorno natural completo.


                                                  El sendero casi toca el agua.

Antes de acceder a la arena de la cala, tiene esta especie de tunel rocoso. Investiguemos....

                                 Bueno, bueno, bueno, menuda pinta tiene esto...

                              El tunel acaba en este ventana rocosa y lo que se ve...

            Es esto: una especie de lago interior, partido del mar por una franja de arena.

                                                               Tierra adentro se ve así.

Miro en el mapa que esta cala de Trebaluger es la desembocadura del Barranc de Sa Cova, aunque este agua más estancada, seguramente, es del mar que entra cuando hay marea alta.


Viendo la poca gente que hay sería un sitio estupendo para quedarse, pero nosotros somos más de andar que de apalancarse, por lo que aún queremos ver más calas y luego elegir.

          Lo siguiente es salir de ella, subiendo hacia el morro que ven al fondo.

     Dejándola atras la cala, entre este tipo de vegetación tan atractiva, como es el boj baleárico.

                         Con el zoom se aprecia muy bien el contraste de las dos aguas.

                  No está tardando mucho esta isla en provocar que nos enamoremos de ella.

                                                    Vamos a por la próxima cala.

                              Pasando por un tramo que está mucho más salvaje.

                            Este tramo hasta la siguiente cala nos llevará algo más de media hora.

                Atravesaremos una zona de lapiaz marítimo muy chulo y destrozachanclas.

Aparece la siguiente cala, la Cala Fustam, bonita, pequeñita y sin nadie, pero ¡alto! se ve algo en ella.....

                                                Una excursión de turistas en caballo.

                    Bordeamos la cala y vemos como la excursión equina se marcha ya.

Habría sido un lugar genial para bañarse, pero las bostas de los caballos y el agua de la orilla muy revuelta no animaban a quedarte en ella. 

        No hay problema alguno, vamos a por la siguiente cala que se encuentra más cercana.

                     Entre la floresta consigo sacar ese enorme arco/cueva en el acantilado.

     Y llegamos por detras a la siguiente cala, la Cala Escorxada, con un buen arenal trasero.

   Además, esta fue la última cala visitada y la elegida para bañarnos y en ello vemos a Maru.

      Nuestro blanco nuclear interior peninsular contrasta con la claridad de estas aguas.

Otro de los alicientes de la isla es su agitada historia bélica, como muestra este bunker de trincheras, ya que hay que saber que en el siglo XVIII fue británica durante 70 años y francesa durante 7 años.  Recordar tambien que Menorca fue una de las ultimas plazas republicanas que se rindieron a las tropas sublevadas en la Guerra Civil.


                         Maru y yo nos buscamos este bonito sitio para descansar.


Ahora vamos a volver por la misma senda, parte del Camí de Cavalls, pero en vez de coger el desvío hacia el parking donde está la Furgoneta, cogeremos uno que va más pegado a la costa y nos dirigiremos al pueblo de Cala Galdana, ya que aparte de visitar el pueblo, esas cervecitas fresquitas ya rondan por nuestras cabezas.


Ya hemos pasado por detras de la 1ª cala, Cala Mitjana y nos dirigimos al pueblo, viendo escaleras que bajan al mar por muchos sitios. Al fondo se ve...

Como son esos acantilados, dónde en las fotos primeras veiamos abajo a una chica bañarse.

              Dejamos la costa para meternos por este exuberante bosque de encinas.


                                       Y llegamos a Cala Galdana, de mayor tamaño.

                               Una bonita escalera nos ira bajando hacia la cala.


     En este pueblo sí se ve más turismo, y algún hotel mamotreto como ese de enfrente.

                    Pese a ser una playa más turística, está muy integrada en la naturaleza.

      Y no nos hubiera importado tirar la toalla y echarnos la siesta debajo de estos árboles.


Pero nos tocaba esto, unos chipirones y unas bravas bien ricas, regadas por una de nuestras cervezas favoritas.


Curiosamente, justo detras de este restaurante, llega a desembocar el barranco mas importante de Menorca, el Barranc d' Algendar. Estuve tanteando tambien alguna ruta para recorrerlo entero o parte, ya que atesora mucha riqueza botánica, además de llevar agua gran parte del año. Solamente despues de comer nos dimos un paseo por su parte final.



Un par de vistas del tramo que anduvimos.

Esta parte final es muy junglesca.


De la página Apuntmenorca.com me he permitido coger esta foto de su tramo medio para ver que tiene muy buena pinta.


Y como no, despedir la entrada con una de las cenas en el camping.

¡Hasta la proxima!


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