Despues de la cervecera y jocosa celebración de la ruta de la Penya Alta de Xortà del día anterior, teníamos al día siguiente la ruta estrella de esta escapada para conocer de mano de Dani, la Serrella alicantina, otra de esas varias sierras del interior de esta montañosa provincia. Como la tarde de marras nos fuimos pronto a la cama, ese domingo estábamos frescos y preparados para la ruta. Jejeje, es lo que tiene acabar con las baterías completamente agotadas, despues de no sé cuantas horas de ruta y algunas menos mamando cerveza y riendo a carcajadas en un sitio tan chulo.
Si yo quería realmente conocer la Serrella de mano de Dani era principalmente por esta ruta que ibamos a acometer este domingo. No solo del blog de Dani, sino de algunos otros senderistas valencianos, había visto siempre fotos de un paraje geológico realmente cautivador. Los Frares (frailes) de la Serrella son una serie de agujas de caliza fuertemente erosionadas, que crean, indistintamente, murallas, pedreras, canales, y arcos y ventanas por todos los sitios, lo que en valenciano se llaman Forats. Un espectáculo absoluto, que yo tenía visto en muchas fotos, pero nada hay como subir por sus pedreras y pasar al lado de ellos.
Pero lo que me sorprendió tambien mucho, es la parte alta de esta sierra, cuando ya pasas y accedes arriba, y lo que te encuentras a más de 1300 metros (recordemos que estamos en Alicante y esta cota es mucha altitud) es un paisaje de alta montaña, de reminiscencias pirenaicas, con su cuota de soledad y dureza, acrecentada por las montañas que en alineación suroeste-noreste cruzan esta cordillera, como son el Pla de la Casa (a la que subiremos) la Serrella o la Mallada del Llop.
No voy a seguir contando más cosas, pues lo hare en la descripción de las fotos. Al acabar la rutaza nos tocará celebrarla con un par de cervezas solamente, ya que Dani debe volver a Castellón y nosotros aún haremos otra noche con la furgo, pero esta vez más cerca del mar para ver las Fonts del Algar y el pueblo de Altea, visto hace dos entradas del blog, y a media mañana salir para Cuenca. Lo dicho, una de esas rutas que deberían constar en el mochila bagaje de todo buen montañero senderista.
Nos ponemos en marcha, con Laia ya tirando de nosotros, y al fondo.... Ya vemos el paisaje de pedrera y fraile que nos espera.Mires donde mires se ven cosas muuuy apetecibles. Como ese arco al que subiremos, por supuesto
Tambien vemos la pintaza del barranco por el que subiremos a la parte alta de la Serrella.
Laia, digo Dani, marca el lugar donde se nos presenta arriba los Frares.
Y hacia arriba nos ponemos en marcha hincando bien palos y botas.
¡Ay Maruja, las cervecillas de ayer!
La pedrera no tarda en hacer acto de aparición.
Y llega un momento que la ascensión para y debemos abordar la pedrera de manera horizontal
Otros senderistas progresan por esta débil senda más adelante.
En alguna oquedad vemos lo escaladora que es Laia. En algunos tramos la senda se aplana y es más cómoda.
Con este tipo de perspectivas tan chulas que otorgan las inclinadas pedreras o canchales. Un espectáculo visual en toda regla.
La caída impone.
El avance es tipo montaña rusa, lento pero seguro.
Y fijándonos en la magnitud de los Frares que tenemos encima.
Y sus innumerables forats, como este pequeño.
Aunque para forats, Dani nos indica un pequeño desvio y comenzamos a subir con cuidado.
Para llegar a ver este tremendo arco.
Que es el arco que vimos desde abajo en la 4ª foto de esta entrada.
Regresamos a la senda horizontal de la pedrera.
Su espectacularidad no decrece en ningún momento. Con sus fantasmagóricos forats siempre encima de nosotros.
De pronto, la pedrera se abre mucho, ya que estamos llegando.... ........al punto donde se deja la senda horizontal, y comienza la ascensión por el bco. canal de la 5ª foto de esta entrada. Una ascensión de elevada dureza y especial cuidado Nos sale un primer paso muy chulo para seguir subiendo.
Nada más pasarlo, tenemos la parte alta de los frares emergiendo altivamente.
Nuestras caras lo dicen todo.
Menuda procesión de frailes cuesta abajo o cuesta arriba.
Y si buscamos detalles en sus rocas.....
Los encontraremos a pares.
Seguimos en ruta por que tenemos que salir de esta pendiente pedrera.
Aunque encontramos sitios donde hacer pequeñas paradas y recuperar aire.
Antes del siguiente paso que nos exige una trepada facil, pero delicada.
El vistazo hacia atrás impone bastante.
Ahí está Maru despues de haber subido este paso
Y el equipo al completo.
Seguimos, aunque ya nos vamos acercando a la parte final de la subida.
Dejar abajo la parte alta de los frares superiores es síntoma del final de la subida, dónde abajo el pueblo de Quaatrorrondetas, digo Quatretondeta, asoma al fondo.
Por fin, tenemos la primera visión de cómo es la parte alta de la Serrella.
Con esta frondosa pinada que nos engulle.
Y por la que andaremos un pequeño trecho.
El camino el ligera ascensión nos lleva a un alto, que en el mapa viene como Morro de la Sàlvia, lo que nos vale para ver que el Pla de la Casa (derecha) tiene niebla en su cima.
Nosotros bajaremos a este precioso y verde valle. A ver si acierto, a la derecha la cresta de les Penyes Bardals, del lado izquierdo, estaría el Pla de la Casa y más allá, la cima de la Serrella, y al fondo, en el centro, la Mallada del Llop. El Coll de Borrell, por dónde va el camino que se ve, es nuestro siguiente objetivo.
Muy chulo este valle encajonado, en lo que podría considerarse como la alta montaña alicantina.
Antes de ir al collado, Dani nos va a llevar a la vertiente sur de la cordillera de la Serrella.
Para ver esta maravilla de arco rocoso. Como ven nos cayeron unas gotillas sin importancia.
No se pueden desaprovechar las perspectivas de estos arcos.
Mis compis vistos desde el arco.
Hacia el otro lado, dirección SE, asoma el embalse de Guadalest y el Castell de Guadalest.Desandamos el camino y una vez pasado por el Coll de Borrell ya tenemos delante parte de la descendente cresta del Pla de la Casa.
Al subir más hacia esta vertiente norte nos aparece el mar.
Giraremos hacia la izquierda para acometer la subida final por esta espectacular canal.
Aunque para espectáculo, el que dejamos detrás nuestro.
¡Bárbara esta cara montañosa!
Llegamos bien abrigados a este punto donde un poco más abajo asoma un pozo de nieve tan numerosos en las montañas alicantinas.
Nos queda el último trecho para llegar a la cima.
Un buen observador verá que toda esta cantidad de piedra suelta no puede ser natural.
Y eso es porque allí hubo un castillo musulman, donde su mejor resto son los fuertes muros de la planta de una torre. A menudo se identifica esta Torre del Pla de la Casa con el Castillo de Xeroles, mentado en diversa documentacion de la época y con algunas dudas de su ubicacion.
Yo que estoy mirando más los restos de la torre y la cerámica, cazo a mis compis celebrando la cima de este montañón.
Ole ole ole, Laia tambien se une con sus ladridos al jolgorio.
Al encontarse solamente cerámica musulmana, se piensa que este castillo quedo abandonado tras la reconquista. Su ubicacion, como buen castillo roquedo, es espectacular.
Me acerco a otra vertiente cimera, donde surge esta cruz entre la niebla. Vamos a comenzar el descenso que aún nos queda esta parte algo delicada.
Entre este ambien tan montañero y la niebla estamos tan maravillados que no nos importa la carencia de panorámicas.
Seguimos en descenso al valle verde encajonada por otra vertiente.
Para ir buscando el carril que nos va a llevar al pueblo de Quatretondeta.
Por él vamos a salir de la Serrella de manera cómoda.
Vemos transitar a gente por esa senda, la cual Dani no conoce, y no tardará, a buen seguro, en recorrerla.
Llegamos a la Font Roja, dónde hacemos un pequeña parada.
Llegamos a la parte de la ladera del macizo donde está la pedrera y atravesamos en ligero descenso esta.
Aunque rapidamente se acaba y cogemos este viejo camino ancestral que es tambien un sendero PR.
¿Qué le estará contando Maru a Dani con esas gesticulaciones?
Me despido con tres cositas que vimos en esta parte última, como por ejemplo este narigudo señor.
La dentada cuchilla rocosa del barranco que dejamos a nuestra diestra.
Y por último, el pueblo de Quatretondeta, dónde acabaremos estan fantástica ruta.
¡Hasta la próxima!
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