LOS CERRITOS DE VALDEMECA

 Aprovecho la temporada otoñal para enseñaros esta ruta que hice el otoño pasado por unos cerros que hay muy cerca del serrano pueblo de Valdemeca, un poco más al oeste de dicho pueblo. El objetivo, aparte de conocer estos cerretes, que, al parecer, alguno albergó asentamientos celtiberos, fue recorrer los arroyos con sus bellas hileras de chopos que transcurren entre estos cerros. Mi plan seguía por terminar subiendo al Molaton, una hermosa muela, ya de más enjundia y pendiente, pero ahora mismo no recuerdo porque no lo hice. Posiblemente, esa mezcla personal de un poco de pereza y mucha falta de disponibilidad de tiempo por no haber madrugado lo conveniente y haberme retozado de más en la cama.



Aunque la entrada tenga este humilde título de los Cerritos, la foto de cabecera puede engañar y el paisaje que nos rodea supura esa magia que destilan las sierras ibéricas. No obstante, estamos en la vega de Valdemeca, estando estos cerritos que superan los 1400 metros por muy poco, pero enfrente nuestro tenemos esa muralla que conforma la llamada como Sierra de Valdemeca, que oscila entre los 1700 y los 1840 metros de su cota más alta, el Collado Bajo. Y a nuestras espaldas el Peñalba -foto de arriba- (1780 m.) y la Maritosa (1730 m.) 

Tengo muy andando el monte de Valdemeca, pero toda esta parte de los Cerritos no y siempre la veía cuando pasaba con el coche, diciéndome de recorrerla. Como el Molatón se quedo pendiente, ya tengo la excusa perfecta para volver y seguir viendo cositas nuevas.


Un poco antes de llegar al Valdemeca veo que el día otoñal viene fresco, húmedo y con nieblas.

             Un poco antes de entrar al pueblo cojo este carril que va a cruzar el puente..

                   Al alejarnos del pueblo nos sale un conocido nuestro con su orla de nieblas.

                                           O de chopos. El Pico Peñalba de Valdemeca.

                                             Lanzo el zoom a su cara sur para recordar......

            Lo bien que me lo pase, hace años, subiendo, con cuidado y pericia, por esta cara.


                                 Dejamos atrás el pueblo y seguimos por esté cómodo carril.

Otra de esas fuentes curiosas de Valdemeca, está con grifo asta de ciervo que, por cierto, acusa los rigores del largo verano.

                                       El carril va a salvar el arroyo por un vetusto puente.

     Me encanta encontrarme estas cosas. Se construyó en 1961 cuando era alcalde Policarpo Díaz, digo....Jiménez.

   Desde el puente vemos en su parte final el bco. del Arroyo de los Urdiales (según el mapa).

Un poco más adelante vemos que el barranco se hace más grande y al fondo, entre la niebla, .....

                                      Despunta el Cerrito de la Mora, y dónde quiero subir.

                          Barajé ir por ese carril que se ve a la derecha pero este barraquete....

Tiraba mucho de mí, por lo que decido bajar y remontarlo para llegar al cerrito de la Mora. Luego volveré por el carril.


Ya estamos a pie de arroyo, viendo que lleva agua suficiente para disfrutarlo sensorialmente.

                                              Y meterme de lleno en un ambiente otoñal.

     Paso por esta vega, dónde viejas nogueras y demás frutales están con el cambio de color.

    A ratos la vega se abre bastante. Allí enfrente tengo las laderas del Cerro de San Cristobal, al que no subiré


                     Se estrecha la vega y enfrente mio ya tengo el Cerrito de la Mora.

Al empezar a subir, me sale a lo lejos esta vista del Cerrito Colorao. Topónimo puesto a huevo.

                                                                      Un poco de cuesta.


Al fondo, en la Sierra de Valdemeca, se aprecian esos precipicios de rodeno tan chulos.

          Y que hace unos años los recorrí con Paco. Fíjense al fondo se aprecia el pueblo.



Al echar la vista atrás, me sale el bco por el que he venido y la cresta que precede al Cerro de San Cristobal.

  Subiendo por esta cara al cerrito me encuentro estas losas puestas adrede, como para nivelar la pendiente.

Pero no me aventuro a teorizar nada, pues allí hay mucho restos de construcciones pastoriles.


Eso sí, la parte superior guardan unas planicies muy bien vistas siempre por los pequeños asentamientos celtíberos, pero como digo, no es buen lugar para encontrar restos, por lo menos para un profano como yo.

Lo que sí me sale es esta bonita vista del Molatón, al que no subí y, a toro pasado, debiera haberlo hecho, aunque me hubiera alargado la ruta un buen rato más.

                                      Otro cerro más, el del Bu (según mapa), asoma.


                                            Los arces comienzan también su despliegue otoñal.


El Bco. del Arroyo de los Urdiales pasando entre el Cerro de San Cristobal (a la derecha) y el Cerro del Bu (a la izquierda).
Vemos que el Molatón es una montaña desgajada de la Sierra de Valdemeca, que es lo se ve a la izquierda.
                                 Sierra de Valdemeca que se aprecia mejor en esta vista.

Donde se aprecia muy bien ese collado que se ve, donde se supera a ambos lados los 1800 metros, y dónde está su cota más alta, el Collado Bajo.


                                       Bajo del Cerrito de la Mora, fijándome en el suelo.

                                             Rico en este tipo de rocas de cuarzo o parecidas.

                                         Ya era raro que llevara mucho rato sin ver una fuente.

                                  Como buena fuente conquense con sus gamellones de madera.

           Veo en la en lo alto del cordal esos magníficos pinares de pino silvestre...

                                      Que son una gozada andar en esta época tambien.



Me topo con una Lepiota y, como hace mucho que no os hablo de setas, una advertencia: Nunca coger una Lepiota, de este tamaño o más pequeña, pues se puede confundir con la Lepiota brunneoincarnata, especie que puede llegar a ser mortal y que no crece más de tamaño. Dicho de otro modo: Lepiotas, cuanto más grandes y abiertas mejor.

Es hora de volverme y lo hare por el carril que me lleva a ver, al fondo, el valle del río de Valdemeca.


                                                            Y el pueblo en mitad del valle.



                                   Cruzamos por otro bello puente, más cerca del pueblo.


                                                     ¡Hasta la próxima!

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