SUBIDA AL PICO TORRECILLA EN LA SIERRA DE LAS NIEVES MALAGUEÑA
Otro de esos lugares peninsulares que le tenía muchas ganas era el recién nombrado Parque Nacional Sierra de las Nieves en la provincia de Málaga. No voy a entrar a valorar la historia de los Parques Nacionales y Parques Naturales. Queda claro que las características de este tipo de ecosistema natural montañés en estas latitudes tan meridionales son dignas de conocer y proteger, pero a lo mejor no hace falta prohibir tanto. ¿O sí? Viendo el camino y la actuación de unos cuantos. Por otro lado, también lo digo porque este Parque Nacional Sierra de las Nieves malagueño es lo mismo que el vecino Parque Natural de Grazalema gaditano. Son dos sierras que se funden y tienen prácticamente las mismas características. Pero lo que puedes y no puedes hacer cambian considerablemente de uno a otro.
Yendo al plano subjetivo, Maru y yo aprovechamos un puente
largo y la extensa distancia para irnos con la furgoneta y conocer aquello más
exhaustivamente. La meteo y una serie de problemillas de salud hicieron que al
final solo pudiéramos hacer una sola ruta en la Sierra de Nieves, pero eso sí,
una rutaza que nos dejó encantados y con las retinas satisfechas con tanta cosa
bonita que vimos.
Vamos al Área Recreativa de los Quejigales, a la que se
llega después de una larga pista forestal en buen estado, pues allí comienza la
ruta para subir al Pico Torrecilla (1919 m.) máxima altura de la sierra y de
toda esta parte occidental de Andalucía (Después del Alto de la Maroma (2019 m.)
mayor altura malagueña.
Hace ya unos años en unas vacaciones por la sierra de Grazalema (a la que iba a veranear de adolescente durante unos cuantos veranos al tener familia allí) Maru y yo tuvimos contacto con los Pinsapares, esos fantásticos bosques de una especie de bello abeto, peculiar por prosperar tan al sur. En esta ocasión, la ruta al Torrecilla asciende por un salvaje pinsapar y baja por otro. No solo eso, sino que cuando se llega a la base del macizo montañoso de esta sierra de las Nieves, y antes de inciar la subida propiamente dicha al Torrecilla, aparece un inesperado robledal (Quejigal) de alta montaña que me dejo estupefacto, completamente maravillado por cómo ha podido crecer allí arriba y de esa forma, pero no sigo dando la turra, y me remitiré a las fotos y su crónica.
El área de los Quejigales, dónde comienza nuestra ruta.
Un apunte para decir que la gente suele subir y bajar a la parte alta del macizo, dónde está el robledal, por el mismo sitio, es decir, pasando por el Pinsapar de la Cañada del Cuerno, pero nosotros vimos que alargando un poco la ruta podíamos subir por otro pinsapar, el de la Cañada de las Ánimas, mucho más salvaje al no transitarse tanto la senda. Luego a la bajada lo haríamos por el más oficial, el de la Cañada del Cuerno.
Tras un par de km por una pista forestal, comenzamos a ver los pinsapos.
Entraremos debajo de alguno de ellos para admirar sus portes.
Llama poderosamente esa montaña, que no sé cuál es ante el desconocimiento de estos horizontes.
El Pinsapar nos engulle y la senda se pierde a veces. Queda claro que esta subida es menos conocida.
Llaman la atención la acículas de los pinsapos, como si fueran de plástico durísimo.
A estas horas la umbría es densa, y vamos en dirección norte, dónde al fondo se ve...
Y a la izquierda, el Bco. del Arroyo de la Higuera, que más adelante forma el río Turón.
Encima nuestro, vemos como los pinsapos conjugan muy bien con la roca.
Nos comienzan a aparecer rincones húmedos y bellos
Vigorosos ancianos que franquean nuestra subida.
Nos tomamos la subida a lo slow mountain
Pues no todos los días, se sube por un bosque de cuento
Arriba la luz del soleado cielo ya nos dice que vamos saliendo de los más denso del pinsapar.
Y de repente, el pinsapar se acaba y solo quedan algunos ejemplares sueltos.
Como este de la foto, rodeado de Sabina rastrera, a la que yo asociaba más con ambientes del Sistema Ibérico, y no tan al sur.
De pronto, apareció este gordo roble Quejigo (Quercus faginea) y me quede maravillado que saliera allí arriba, a tanta altitud. Pensaba que medraba allí solitario. Mi sorpresa iba a ir en aumento.
Pero antes en esta pequeña hoya nos aparece el motivo que le da a esta sierra el nombre que tiene.
Un pozo de nieve, pero, por lo que ví, de mucha menos enjundia que los pozos de nieve de las montañas alicantinas.
Lo que sí era de enjundia es la cantidad de robles quejigos todos de gran tamaño que empezaron a aparecer.
De una belleza suprema y creciendo en ese paisaje de lapiaz, a priori tan poco agradecido.
La lástima que en esta época no tenían hoja, aunque, según leimos en un panel, lo más espectacular es cuando están nevados.
Me encantaba este ambiente de alta montaña, con el lapiaz, diversos piornos y robles salteando este paisaje lunar.
Aquí arriba ya nos encontramos con algunas personas, que subían por el otro pinsapar, y aqui ya coincidíamos.
En este lapiaz/robledal estamos sobre los 1700 metros y ya tenemos vistas de la montaña que saqué al principio, y debajo, diversos cortijos.
Incluso me sale un hueco por dónde aparece en dirección este Sierra Nevada.
En dirección sureste, aparece el Bco. de la Cañada de las Carnicerias, que baja hasta el pueblo de Tolox, siendo una ruta hasta el Torrecilla de casi 1700 m. de desnivel en 8/9 km (ida)
Seguimos avanzando, y enfrente de Maru ya nos aparece el objetivo final.
El Pico Torrecilla, y de frente, la ladera por la subiremos.
Pero antes debemos bajar al collado de abajo para afrontar la subida.
Tenemos delante un lugar que despide magia, el Pilar de Tolox.
Encima nuestro está el Cerro de Tolox, dónde hay un virgen.
Abajo en el collado, se encuentra uno de los poquísmos manantiales que hay en esta sierra a estas altitudes.
Y lo que empieza ahí es la ascensión propiamente dicha al Torrecilla, y encima, acompañado de los Quejigos.
El sendero en esta 1ª parte esta bien perfilado.
Pronto empezamos a ver la caida que tiene esta ladera sur.
el cambio de vertiente y la caída que hay hacia esta parte, dónde las nubes no dejan ver mucho.
Un gran pilar de rocas marca el hito de esta cima.
Desde la cima y en dirección oeste aparece otro buen barranco.
El primer pinspapo que nos recibe da la sensación que ha querido crecer un poco más arriba de su límite ambiental, y de ahí, esta peculiar forma.
Si el día lo habíamos comenzado desayunando en un peculiar Mesón la posiblemente mejor tostada de pan con aceite y tomate que hemos probado nunca, lo acabábamos horas después con nuestros mejillones/olivas y las cervecitas bien fresquitas. Unos inoportunos y fugaces virus gastrointestinales que trajimos de Qnk salieron a floración estos días y nos jorobaron un poquito estas mini vacaciones.
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