LA MINA ROMANA DE LAS MÉDULAS (Senderismo por España)




Hay ciertas visiones de la naturaleza que cuando uno las ve en la TV, en Internet o en algún libro, se le quedan grabadas en la mente. A lo mejor son muchas las que uno ve, pero si es cierto, que luego unas en concreto se quedan indelebles en la memoria personal.

La suerte es, tiempo después, poder visitar y conocer el sitio, dando por cerrada esa pequeña deuda con tu gusto y tu memoria.

Recuerdo que siempre me paso con un libro que había por mi casa cuando yo era un chaval de 12 años. La foto en cuestión era de un libro de Parques Nacionales del mundo, y concretamente de los Lagos de Plivitze en Croacia.

Más de 20 años después pude al final conocer dicho maravilloso paraje.
 


Igual me ha pasado con el paraje que os voy a enseñar. Curiosamente, está en España pero la lejanía de León, respecto de Cuenca, ha hecho que no conociéramos aquello, dando por resuelto ese fallo este invierno pasado donde conocimos los Ancares, Babia y el fascinante paisaje de la mina romana de las Médulas.



Le quiero dedicar la entrada a Lourdes Barrios, otra de mis fieles que me sigue desde hace años, que sé que disfruta mucho con mis peripecias, con mis aventuras y desventuras por la geografía serrana de Cuenca y de España. Un fuerte abrazo.

 Nos vamos hasta el pequeño pueblo de las Médulas, después de haber estado en Carucedo donde está la casa del Parque para informarnos a fondo.


Las Médulas fue la mayor mina del Imperio Romano a cielo abierto. Lo que tenemos delante, que ha sido nombrado Patrimonio de la Humanidad, es un paisaje diferente y cautivador, pues aunque no lo parezca, es un paisaje artificial, creado por el hombre. Fisicamente viene a ser un gran anfiteatro, donde en el fondo andaríamos sobre los 800 metros y por todo el borde sobre los 1000 metros. Todo el fondo de este anfiteatro es lo que ha sido creado por el hombre, dándole la forma que tiene en la actualidad.


Estas son las laderas del anfiteatro que os comento, cubiertas completamente de .....

De castaños, que fueron los romanos los que la introdujeron en la península ibérica aprovechandolos como fuente de alimentación. Decir que ultimos estudios acaecidos remarcan que fue reintroducido por los romanos, pues se ha hallado en cuevas prehistóricas de la península restos de carbón de castaño y polen pero es de suponer que plagas y cambios climatológicos acabaran con ellos.



                    Encontrándonos verdaderas curiosidades en relación a este gran árbol.


 El castaño es un milagro regenerativo, pues nuevos vástagos crecen sobre los restos del venerable anciano moribundo.


Lo que es una delicia es el comienzo de la ruta de las Médulas que atraviesa el castañar.


              Si te descuidas, en un momento llevas el bastón atravesado de hojas.


 Curiosamente, como llegamos pronto y entre semana, casi todo el recorrido lo hicimos solos. Solamente nos encontramos una gente de.......adivinenlo....de Cuenca!! Si señor!! Y encima, Maru los conocía por ser clientes suyos en la optica!! Toma ya!!  Yo ya, después de esto, creo que lo he visto todo!!


 Con el zoom podemos avistar esa maravillosa conjunción del castaño con arena rojiza de las Médulas.


 Hay un sendero que va entero por abajo, pero los suyo es subir a los miradores que hay arriba en los bordes del anfiteatro.


 Mientras subimos podemos ver esas bellas laderas de castaños. Es de suponer que cuando echen hoja o la cambien de color con el otoño, aquello debe estar espectacular.


 Y una vez arriba, por fin estoy delante fisicamente de aquella vieja foto, que muchos años atras me cautivó.


 Un poquito más de cerca. Pensaba que al no tener hoja los castaños, aquello no iba a estar verde pero el matorral típico de allí es perenne.


                                                  ¡¡Que ganas de andar por ahí abajo!!


 Por el sendero que va por aquí arriba, hacia el otro lado tenemos este curioso monumento a un montañero, aunque lo que a mí me llama es.......


 La montaña de atras con una pinta estupenda. Es nuestro primer día en León y se supone que no estamos aun en los grandes sistemas montañosos de la provincia, pero ya se ven muchos paisajes para andar.


 Investigando, veo que es la Cruz de la Peña (1491 metros), y el pueblecito de la ladera es Voces.  Yo ya veo perfectamente una ruta montañera para hacer pues debajo del pueblo andan por los 650 metros de altitud.



            Volvemos la vista hacia nuestro paisaje de hoy, con esta vista desde otro punto.


 Ahí podemos ver uno de los túneles que hay dentro de las paredes de las Médulas. Aunque hay un balcón, nosotros no pudimos entrar pues lo aban un poco más tarde.


                             Las posibilidades fotográficas de las Médulas son amplias. 


 Bajamos del mirador y nos ponemos andar por entre las montañas derruidas de las Médulas.


       Recordar que esto que estáis viendo es artificial, aunque ahora es explicaré el porqué.


        Se ven en muchas paredes como ventanas de los túneles que debe haber por dentro.



Vamos a hablar ahora de como se llegó a este paisaje artificial, ya que los romanos en su sorprendente sapiencia, utilizaron aquí la técnica de Ruina Montium (Derrumbe de los Montes).  Es una técnica que se utilizó para alcanzar de una sola vez los niveles que contenían más oro (Formación Santalla), sobre los cuales se encontraban niveles de bastante espesor pero más pobres en oro (Formación las Médulas), haciendo falta remover grandes cantidades de materiales conglomeráticos. 
Practicamente la totalidad de los materiales geológicos que se pueden encontrar a lo largo del recorrido pertenece a la Formación Médulas ( si si la que se derrumbaba, la pobre en oro, que no se espere nadie encontrarse una pepitilla de recuerdo)
La manera de proceder era del vecino Lago de Carucedo y de ríos y arroyos cercanos, por medio de una red de canales traían agua hasta la red de tuneles. Dichos túneles eran una red de pozos y galerías sin salida exterior que minaban toda la masa que se quería abatir, introducían en ella todo el caudal de agua almacenada en el depósito y producían un efecto de "golpe de ariete", consiguiendo el derrumbe de todo el conglomerado minado.

                            Os pongo un dibujo para que quede más claro.



 Sabiendo lo de antes, seguimos nuestra ruta por estos montes derruidos, intentando imaginarnos como debiera ser aquello.


                                     Nos vamos acercando a una enorme boca de cueva.






La Cuevona forma parte de una red de minado abandonado, es decir, de los pozos y galerías que se saturaban de agua y permitian demoler el monte.



No estaría mal que le cayera a Maru un pepitón de oro, pero en la cabeza no que me la joden. Al lado.


                                                              Realmente impresionante 1ª



                                                        Realmente impresionante 2ª



                  Nos encaminamos a una segunda cueva que hay un poco más adelante.



                                             Las bocas de todas ellas son tremendas.



                                                    Esta comunica con la parte superior.



                       Seguimos viendo otras vistas distintas de los picachos meduleros.



La ruta es circular y ya vamos llegando a su tramo final que no cede en espectacularidad.



                                               Cuesta mucho despedirse de este sitio.



Y de sus muchos penachos, pinaculos, picachos o como queramos llamarlos, todos restos de viejos derrumbes.


                 Ya vamos viendo las casas del pueblo de las Médulas y el fin de la ruta.



Pero antes, sufro un shock y veo una huerta de lo que parecen acelgas, grrrooorr. Me lanzo a ellas para que luego digan, jejejej, eh Dani ;-)



Hasta la semana que viene

Comentarios

  1. Jose Maria Contreras Martinez13 de junio de 2016, 0:31

    ¡¡Vaya torrija!!Confundir verzas con acelgas.Ja,ja,ja. En serio Toni hermosa entrada.Saludos Toni

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    1. Oooooohhhhhhh, no son acelgas sino berzas!! Me da a mí que el berzas soy yo ;-)
      Si te digo la verdad, yo creo que no he probado nunca las berzas, y siendo sincero, no tengo intención de ello.
      Muchas gracias Jose María por este apunte verdulero, jajaja

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  2. Espectacular!! No sabía yo de este sitio. Muchas gracias.
    (lo que me he reído con lo de la pepita de oro, je,je,je)

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    1. Hola Rosa.

      Pues ya lo conoces, y te aseguro que es fascinante. Es que un pepita de oro nos arreglaba la economía familar en un santiamén ;-)

      Gracias por comentar.

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  3. Hola Toni.

    Espectacular paraje, si tu descubriste la existencia de Lagos de Plivitze, por una foto de un libro, yo descubrí las Médulas por el libro de Matilde Asensí "El último Catón".

    Un paraje sin duda espectacular, que como bien dices, en primavera, o en otoño, cuando los castaños estén con hojas, tiene que ser aun más si cabe.

    Hay que ver estos Romamos, que listos que eran los jodidos, y el mal que dieron por toda España. Vistas desde lejos parecen grandes, pero cuando haces las fotos con Maru debajo, aun lo parecen más.

    Oye, para otra vez, si encuentras un pepitón de oro, me mandas un cacho gordo, eh?, jaja. Un saludo.

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    1. Hola Eduardo.

      Pues no me acordaba que salían las Méduasl en del Ultimo Catón, ya me lo regalaron y me lo leí. Rercuerdo que me gusto mucho pero hace ya tanto tiempo.
      Si es cierto que el tamaño de las Médulas se calibran cuando estás allí y ves o grande que es aquello.
      No temer, pues si hay pepita abro un fondo bancario para todos mis lectores del blog, y reconocer así vuestra fidelidad. Que tonterías dice uno cuando le entra la fiebre del oro ;-)

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  4. Hola Toni.

    Yo también había visto las Médulas en alguna foto, pero lo que desconocía es que no eran naturales, aún así el lugar es espectacular, y de un impacto visual impresionante.
    La Maru vale más que cualquier pepita de oro, donde vas a parar ;-)
    Ya que nombras lo de los lagos de Croacia, he vuelto a leer esa entrada, y te digo una cosa, que ya te comenté ese día, prefiero mil veces las acelgas o las berzas a las ostras (bejjj) jajaja.

    Un abrazo.

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    1. Hola Dani.

      Una vez que lo visitas, te das cuenta que la magia del sitio es esa "artificialidad" pues viene a ser histórica, como una ciudad romana, pero claro mezclada con el carácter natural que le da la vegetación y el castañar.
      Ahora que teneis furgo comekilómetros, si habéis estado en Salamanca, me imagino que terminaréis llegando a tierras leonesas.

      jajajaja, yo tb le he vuelto a ver, y en los comentarios ya avisas que tú las ostras ni verlas. Podríamos llegar a un plato salomónico, ni pa tí ni pa mí. A ver.......unas acelgas con ostras y queso gratinado o unas ostras recubiertas de berzas y horneadas con pan rallado. Copón que guarrerías....no me hagas caso.

      ¡¡Cervezas y berzas!!

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  5. Jose Maria Contreras Martinez15 de junio de 2016, 2:09

    Entre la rica y varidad de cocidos que hay en nuestro suelo patrio, uno de mis preferidos es el cocido montañes, y entre los varios productos que lo componen uno muy iportante es la verza.asi pues aunque solo sea por eso ya merece un gran respeto. Y grito VIVA LA VERZA. Saludos y un buen dia para todos.

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    1. jajajaj, venga aunque no me guste la berza, me uno a tu grito de Viva!! ya sea por esa riqueza gastronómica que atesora nuestro país.

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