DEL SABINORRO AL PINO DEL TÍO ROJO (RUTA POR TIERRA MUERTA Y BEAMUD)


En esta entrada vamos a hacer una ruta por la serrana y vasta comarca de Tierra Muerta. Si miro los archivos del blog, veo que solo tengo un par de rutas publicadas, la que desde la Base de la Brif de Prado de los Esquiladores fuimos a la Cueva del Boquerón y la otra, la que subiremos a los cerros de la Modorra y Monteagudillo.

Hay una 3ª que recomiendo verla, que es la que explico de manera somera pero bastante completa las características que hacen de esta comarca algo peculiar y hasta algo extraño.

En esta ocasión, volvemos a ir a ese sitio de vital importancia para los bosques de la Serranía de Cuenca y alrededores, la casa de Prado de los Esquiladores, donde tienen la base esos auténticos profesionales que son los bomberos de las brigadas forestales (BRIF)





Nuestra ruta de hoy tiene la comodidad de estar señalizada, siendo idónea para conocer las características que menciono antes. En ella veremos hermosas sabinas, lagos o balsas típicas de Tierra Muerta, simas y tragaderos. Por último, también admiraremos dos árboles monumentales, una sabina de varios siglos y un pino de esos que parecen que sujetan la bóveda celeste boscosa.

Bienvenidos a Tierra Muerta.


Como siempre, camino a Tierra Muerta pasamos por el pueblo de Buenache de la Sierra y el Troncosaurión de Fernando Buenache.


Comprobamos que las últimas lluvias han dejado los prados por donde nace el Arroyo Bonilla bien de agua.


 Nada más salir de la base de la Brif, siguiendo las marcas, ya nos encontramos preciosas sabinas.



                       Tan recias como el que suscribe estas líneas.



                                Lo mejor es integrarse y disfrutar de ellas.



La ruta va siguiendo viejos y obsoletos carriles, donde es mejor no abandonarlos mucho en distancia, ya que extraviarse en Tierra Muerta es fácil y desaconsejable absolutamente.



Hasta que llegamos al 1º de nuestros objetivos, una sabina monumental conocida como la Sabina Gorda o Sabinorro.



                     De una robustez y unas dimensiones bastante brutales.



                                    De una edad aproximada de 700 años.



Seguimos caminando comprobando como el Sabinar se mezcla con el pinar y ejemplares tan altivos como esos dos pinos hermanos.


     Pasamos por un punto donde apurando el zoom podemos ver el Cerro de la Modorra.



           Donde en uno de sus lados sobresale esa pequeña caseta de vigilancia forestal.



¡¡Ale hop!! demos un salto a la Modorra y veamos esa caseta de vigilancia forestal con nieve y su vértice geodésico marcando 1447 metros.



Seguimos nuestra ruta y llegamos a un punto donde las Sabinas desaparecen y entramos en el pinar. Debemos estar cerca de nuestro siguiente árbol monumental.



El sendero pasa por donde está esto que nos cuenta como trascurre la vida, como pasan los años leído en el tronco de este pino. La lástima que está en franco deterioro y no se ve bien. Podemos ver claramente lo que ha crecido el pino desde 1936 hasta nuestros días.


          Hasta que llegamos a nuestro siguiente objetivo, el singular Pino del Tío Rojo.



Su edad estimada es de 300 años, mide unos 30 metros de longitud y tiene un perímetro de 4,10 metros.



Disfruto de lo lindo poniéndome debajo de estos seres y viendo la fuerza y majestuosidad de sus troncos y ramas.



En muchos de estos pinos se ven marcas resineras de cuando se aprovechaban los árboles.



Mi excelente vista (que no mi oído) me muestra unos cérvidos corriendo por la soledad de Tierra Muerta.



   Volvemos al sabinar y al fondo podemos ver que nos aparecen una especie de lagunas.



Curiosas estas balsas o lagunillas, y más aún conociendo Tierra Muerta, ya que es un suelo bastante proclive a las filtraciones.



                 Vemos que son dos que están separadas por este brazo de tierra.



En dicho brazo, vemos esta antigua construcción que debiera hacerse para pasar agua de un lado a otro o algo parecido.



                                  La otra balsa es de muy grandes dimensiones.

Vamos a explicar lo de estas lagunas, ya que las balsas existentes en Tierra Muerta pueden ser de dos clases, las que tienen un origen natural y las que tienen un origen artificial.
Estas dos que habéis visto son de origen artificial, ya que en su momento fueron creadas por el hombre para diversas funciones, como para que haya un sitio de beber a la numerosa fauna del lugar, tanto ganado como animales salvajes. Las maneras de crearlas son variadas, desde una antigua que era poner en el fondo un plástico para impermeabilizar, como impregnar el fondo por ejemplo de arcilla también para impermeabilizar.
Las consiguientes lluvias harán que se vaya llenando, y filtrándose muy lentamente con el resultado de tener unas balsas de agua continuamente (excepto en el caso de fuertes sequías que harán que se terminen secando)





                             El gran Ibón (de origen artificial) de Tierra Muerta.


Y las otras Balsas las de origen natural no son tan grandes como esta anterior, y se suelen originar en zonas llanas con poco drenaje de agua durante un largo periodo de tiempo, secándose siempre en cuanto llegue el verano. Decir que en todas estas balsas han crecido una gran riqueza de comunidades acuáticas algales y de musgos.


               Veamos un par de ejemplos de pequeñas balsas de origen natural.





Aunque no suelen ser de gran tamaño, si son muy numerosas después de temporadas de lluvias.



Pero lo que es obvio es que, dando igual su origen, estar allí admirando esas hermosas cantidades de agua en medio de la naturaleza, donde a cada paso, cientos de batracios saltaban a mis pies, es una auténtica delicia. Pinchen la imagen para verla más grande.



      Seguimos adelante siguiendo un carril e inmerso en el típico paisaje de Tierra Muerta.


Toca buscar una hermosa sabina y comer en ese sempiterno círculo verde que se crea alrededor suyo (el mejor sitio para comer y echarte una mini siesta, decía mi padre). No estaremos mucho porque el frío de Tierra Muerta se te mete en los huesos y hay que moverse.



El suelo de Tierra Muerta en muchos sitios es muy descriptivo del precioso topónimo que se le puso hace cientos de años.



                                               Me encuentro con una sima.



Lo más curioso que investigando por los alrededores, encuentro por un lateral una entrada a dicha sima que me permite asomarme y fotografiarla desde dentro, teniendo cuidado de andar allí dentro.



  Llegamos a una parte muy bella y extensa. Como en una hondonada desértica, tipo Polje y despuntando por todos los lados ese matorrales tipo piornos tan característicos de Tierra Muerta.


                            Esas hondonadas van a confluir a sitios como este.



Son como grietas donde en época de lluvias fuertes, el agua superficial ira a desaparecer por estos Tragaderos que son como les llaman por estas tierras.



Distinto a las simas, ya que en el fondo de ellas, el agujero existente no da para que entre una persona pero si el agua.


Y después de esto, ya vemos la primera de las casas de Prado de los Esquiladores, y por tanto el fin de esta ruta circular.


Ahora vamos a coger el coche, y vamos a seguir atravesando Tierra Muerta. 18000 hectáreas sin ningún pueblo dan para mucho, y vamos a ir fuera ya del Monumento Natural de Tierra Muerta y Palancares, pero muy cerca del límite, donde está el bonito pueblo de Beamud.


Camino a Beamud pasamos por la Casa de la Sabina, que tuvo que ser habitada por alguna familia hace muchos años. Justamente detrás de la casa hay buenas vistas.



Para ver encajonao el serrano pueblo de Beamud, con el enorme cordal montañoso detrás del Cerecea (1716 metros)



Asomándonos a otro puntal cercano, tengo esta rica vista de la Casa de la Sabina a la izquierda, el Cerro de Monteagudillo con su característica boina rocosa donde hubo un castillo hace siglos, y detrás al fondo, la Muela de la Madera (el pantano de la Toba estaría ahí en medio)


             Aquí ya estamos en el borde de Tierra Muerta viendo al fondo Beamud.



Como tampoco es cuestión de exceder la entrada, vamos a ver un pequeño merendero que hay debajo del pueblo.


             Me llama mucho el picaporte de la puerta donde están las barbacoas.



      Dándonos una vuelta por los alrededores, vemos manantiales en desuso como este.


                                      Y buenas fuentes  con sus gamellones.



                                             Hasta aquí la entrada de hoy.


  Ruta trazada siendo el círculo (punto de inicio y final) una de las casas de Prado de los Esquiladores.


                                                   ¡¡Hasta la próxima!!


Comentarios

  1. Precioso reportaje. Me preguntaba si has llegado a subir al cerro de Monteagudillo y hacer fotografías de los restos de su antiguo castillo. No sé por qué, me suena que en algún reportaje tú o Ignacio sacó a relucir este cerro.

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    1. Hola José.

      Encantado que te guste esta entrada. Si pones el google Magia Serran monteagudillo te saldrá la entrada en que subi allí arriba. Realmente es como una losa rocosa en que ya ha crecido tierra encima y hay un habitaculo rectangular tambien muy lleno de tierra. Te transcribo aquí un comentario que mi puso mi primo Guillermo en su día:

      "en Monteagudillo hubo un castillo musulmán, del que sólo quedan esos majanos en los que estás subido. La fortaleza era el centro de la llamada Heredad de Monteagudo (o Monteagudiello como aparece en algún otro papelote). La Heredad (o Quiñón) englobaba la fortaleza y al menos tres aldeas, hoy despobladas: Fuencaliente, Valduérguinas y Los Quintos. Aunque lo he visto en dos lugares al menos, no está claro que alguna vez abarcase Uña. En 1172 la tenía el caballero navarro Fortún de Tena, que ese año la vende al señor de Albarracín, Pedro Ruiz de Azagra, junto con el castillo de Huélamo. Monteagudo y Huélamo fueron propiedad patrimonial de los Azagra (que no Comunidad de Albarracín) hasta 1242, en que Sancha Pérez de Azagra, hija del primer señor, las entrega a la Orden de Santiago a cambio de varias posesiones toledanas. Monteagudillo se entrega a los santiaguistas "culta e inculta, con todos los derechos y sus pertenencias habidas y por haber". Tuvo que pertenecer en un principio, como Huélamo, a la diócesis segobricense. El castillo tenía que estar completamente arruinado a finales del siglo XVI. "

      Un abrazo.

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  2. Hola Toni.

    Es cuanto menos curioso oír el topónimo de Tierra Muerta y luego comprobar lo llena de vida que está esa comarca. Supongo que lo de Tierra Muerta vendrá por la poca población de la zona, la verdad es que las fotos transmiten esa soledad. También me ha intrigado eso de que en esta comarca es mejor no salirse de los carriles, ¿es que ha habido casos de extravío?.

    Por otra parte impresionantes esas sabinas y también ese pino.

    Tengo una curiosidad, en la primera foto de las balsas naturales...¿hay también algún Troncosaurión?, es que parece que haya una figura gateando ;-)

    Un abrazo.

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    1. Si claro, bien seguro que la carencia total de población a lo largo de la historia ha hecho formado también el topónimo de Tierra Muerta.

      Si si, recuerdo algún caso de gente buscando hongos y cosas así, que han debido salir a buscarlos.
      La cuestión viene que realmente Tierra Muerta es la inmensa superficie de una Muela, más o menos llana con bosque, igual de sabinas que de pinos, por lo que si te pierdes no hay referencias ninguna, ni apenas altos a los que subirse para ver donde estas en tanto kilómetros a la redonda sin pueblos ni casas. Lógicamente en estos tiempos de GPS ya es más difícil pero antes si había perdidos....

      Ostras que vista más tétricamente imaginativa!! Es verdad que parece que como un tío arrastrándose de rodillas, tipo Walking Dead...

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  3. ¡Magnífica ruta! Los arbustos de porte "almohadillado" son "cambrón" (Genista pumila). Es típico del sabinar albar, aunque la subespecie que aparece en las fotografías (rigidissima) es sólo frecuente en las altas parameras de Cuenca y Guadalajara. La otra subespecie (Genista pumila mugronensis) se extiende por montañas de Murcia, Albacete y La Mancha conquense). Se denominan matorrales pulvinulares y la forma semiesférica o rastrera es una adaptación al frío, la nieve, el viento y la insolación. Otro matorral típico es el piorno azul (Erinacea anthyllis) que lo he visto en Los Palancares, Valle del Guadazaón, Sierra de Zafra y Enguídanos; es más punzante, de flor azul -no amarilla como el cambrón- y recibe el nombre de erizón o cojín de pastor.

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    1. Hola Job.

      Encantando que te guste la entrada, y sobre todo, muchas gracias por la aclaración de los piornos de la Serranía. Yo tenía entendido que el Cambronal de Tierra Muerta era de Genista rigidissima (de flor amarilla) y que era conocido también como Cojín de pastor o de monja, pero veo que el verdadero cojin es la Erinacea anthyllis, el de flor azul. Desde hoy miraré mejor estos plantas y los parajes donde sale, pues siempre me han llamado la atención su hábitat, su dureza y adaptabilidad.

      Recuerdo cuando era más chaval, que yendo con mi padre me dijo que esa planta era conocida como cojín de pastor y yo fui a poner la mano para comprobar lo blandito que estaba, y antes de hacerlo me freno el brazo, y me dijo: tocalo despacito. (Curiosamente, muchos años después, hice lo mismo con mi chico pequeño)

      Un saludo.

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  4. Gracias Toni precioso reportaje me a encantado

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  5. Hola, Toni. Muchas gracias por esta entrada y por compartirla. El pino que ves quemado pudo hacerlo a propósito algún pastor, pues tengo alguna referencia de que lo requemaban para hacer una covachuela y poder refugiarse de alguna tormenta. En cuanto a la Casa de la Sabina conocí al último forestal que la habitó y soy amigo de su hija. Podría contarte muchas cosas referentes a esa casa. Y por último te pregunto si conoces la leyenda del pastor de Tierra Muerta.

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    1. Hola Ignacio.

      Encantado de tenerte por aquí siempre. No quiero parecer presuroso, pero ardo en deseos que me cuentes cosas de la Casa de la Sabina (si no es por aquí, por un correo electrónico, por favor ;-)
      Esa leyenda del pastor no me suena.....me tienes que contar muchas cosas, Ignacio, jajaja.

      En cuanto a lo del pino, en la zona de Alto Tajo lindando con Cuenca me explico un hombre que esos huecos se solían hacer para sacar las teas, esas partes más resinosas que arden muy bien, y la mejor madera era, digamos el corazón, en la base del árbol casi a ras de suelo. Y lo hacían de la manera que no afectara a la salud y crecimiento del árbo. Me imagino que ese pino podrá ser algo parecido, a no ser que sea lo que dices tú.

      Un abrazo.

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  6. Hola Toni,

    Muy interesante esta Tierra Muerta llena de vida.

    Es curioso como se ponen en ocasiones los topónimos.

    Tomo nota de no salirme del camino si voy en alguna ocasión, que no quiero perderme...

    Salud, montaña y tierra muerta no tan muerta.

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  7. Hola David.

    Tu no te perderías en Tierra Muerta, porque una de dos, o irías con GPS o irías conmigo, jajaja ;-)

    El topónimo cobra fuerza cuando ves algunas características como que son 18.000 hectáreas donde no hay (ni habido) ningún pueblo o aldea. En toda esa cantidad de hectáreas no hay ningún río ni arroyo de agua continua. Es una enorme paramera donde en verano hace bastante calor y en invierno todo lo contrario, un frío gélido.

    Salud y Tierra Muerta.

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