EL RÍO DE LAS MOSCAS Y SU COMPLEJO LAGUNAR
Si le preguntas a alguien de Cuenca cuales son los ríos de la ciudad, lo más usual es que te respondan que DOS, el río Júcar y su afluente el río Huécar, ya que los dos crean sus espectaculares hoces, donde en medio, parte alta y final, se encarama la vieja ciudad de Cuenca, y fuera ya de esas hoces es donde se esparce la ciudad nueva.
Pero
debéis saber que la respuesta es errónea, pues la
verdadera es TRES, faltando ahí el humilde y denostado río Moscas –
su propio nombre llena despectivamente de contenido la imagen que nos podemos
hacer de él-
Además
de su nombre, contribuye a su escasa fama e ignota existencia que no crea
ninguna hoz, ni llega entre bosques y rocas, tampoco viene de la Serranía más agreste
como pasa con su hermano -Huécar- o su padre -Júcar- sino llaneando por medio
de inmensos y anodinos campos de cultivo.
El Moscas toca la ciudad de Cuenca por el otro lado de donde lo hacen los otros dos ríos, delimitando en mucho tramo donde se acaba la ciudad nueva.
Llega humilde como he mencionado, atravesando multitud de campos de cereales, entre barbechos y girasoles, y la vieja y obsoleta línea del tren regional Madrid-Cuenca-Valencia.
Su curso de agua muchas veces entre juncos y carrizos
es difícil de ver, y discurre por ahí porque -y aquí viene una de las cosas curiosas
del río Moscas - es un curso fluvial que
nunca se seca, como me indico mi madre un día, captando mi interés por completo desde ese momento. Y ya saben que cuando me empecino....
Al
contrario que el célebre y serrano río Huécar que se suele secar a finales del
verano o cuando las sequías son insistentes, el río Moscas nunca se seca, en
eso se asemeja al gran Júcar. En circunstancias normales es el de menor caudal
de los tres, pero tiene ese rasgo peculiar de no secarse nunca.
Su longitud es de unos 18 kilómetros. Nace en el término del pueblo de Fuentes, cruza los términos de Las Zomas, Mohorte y La Melgosa y desemboca en el Júcar a la altura del barrio de la Fuente del Oro en Cuenca.
Su nacimiento viene a estar en unas vaguadas que hay detrás del pueblo de Fuentes, aunque por este pueblo solo lleva agua en época fuerte de aguas. Vean el viejo y bello puente en el pueblo, que por el tamaño, debiera llevar más caudal en el pasado.
Al poco de pasar Fuentes, llega su complejo lagunar que veremos después. Luego, más adelante, ya con caudal, hay que buscar sitios para poder ver su discurrir, ya que vegetación de carrizos y sargas impiden verlo con claridad en muchos tramos.
El caudal engaña, a veces parece que lleva poca y no es así. Eso sí, sus riberas siempre han sido un lugar óptimo para la caza del cangrejo de río.
Llega a la ciudad de Cuenca, estamos a mediados de la primavera.
Se ve perfectamente por su curso de carrizos como delimita hasta donde llega la ciudad nueva de Cuenca.
Atraviesa varios pequeños puentes salvando carreteras, sin que la mayoría de los conquenses reparen en él.
El Moscas al finales del invierno pasando por donde ponen la Feria en Cuenca.
Su longitud es de unos 18 kilómetros. Nace en el término del pueblo de Fuentes, cruza los términos de Las Zomas, Mohorte y La Melgosa y desemboca en el Júcar a la altura del barrio de la Fuente del Oro en Cuenca.
Su nacimiento viene a estar en unas vaguadas que hay detrás del pueblo de Fuentes, aunque por este pueblo solo lleva agua en época fuerte de aguas. Vean el viejo y bello puente en el pueblo, que por el tamaño, debiera llevar más caudal en el pasado.
Al poco de pasar Fuentes, llega su complejo lagunar que veremos después. Luego, más adelante, ya con caudal, hay que buscar sitios para poder ver su discurrir, ya que vegetación de carrizos y sargas impiden verlo con claridad en muchos tramos.
El caudal engaña, a veces parece que lleva poca y no es así. Eso sí, sus riberas siempre han sido un lugar óptimo para la caza del cangrejo de río.
Llega a la ciudad de Cuenca, estamos a mediados de la primavera.
Se ve perfectamente por su curso de carrizos como delimita hasta donde llega la ciudad nueva de Cuenca.
Atraviesa varios pequeños puentes salvando carreteras, sin que la mayoría de los conquenses reparen en él.
El Moscas al finales del invierno pasando por donde ponen la Feria en Cuenca.
En
circunstancias normales es el de menor caudal de los tres, pero tiene ese rasgo
peculiar de no secarse nunca, y para comprobarlo, voy a esperarme a final del
verano para acercarme a su desembocadura en el Júcar, en el Barrio de la Fuente
del Oro, para ver cómo discurre su caudal nada desdeñable, aparte de llevarme
la grata sorpresa de encontrarme allí cerca una serie de cristalinos
manantiales que le echan agua pura al
Júcar en la magnífica y húmeda chopera que se crea en ese punto.
Esa belleza y exuberancia de río serrano que le falta durante su recorrido, nos la regala en su final, en la desembocadura, con una selvática y frondosa confluencia entre chopos, hiedras, álamos, sargas y mucha más variada vegetación.
Esa belleza y exuberancia de río serrano que le falta durante su recorrido, nos la regala en su final, en la desembocadura, con una selvática y frondosa confluencia entre chopos, hiedras, álamos, sargas y mucha más variada vegetación.
Ahora
sus aguas son utilizadas para fines agrícolas, pero hace siglos, cuando Cuenca era
un importante centro textil, era utilizado como lavadero de lanas, viniendo de
ahí seguramente el nombre de Río de las Moscas, por la abundancia de este
cansino insecto volador de la familia de los Dipteros.
Lo primero es ir a su desembocadura al lado del conquense Barrio de la Fuente del Oro, donde hay una hermosa chopera.
Donde llama la atención su frondosidad y exuberancia, ideal para paseos por la tarde, y más en verano, que cuando el sol aprieta, aquí dentro se debe estar de lujo.
Antes de llegar a la confluencia, me encuentro con un manantial de agua cristalina.
Me sorprende encontrarme algo tan del monte y la naturaleza al lado de la misma ciudad nueva.
Aparte de este, hay alguno más, y toda esa agua crea un jungla muy llamativa, camino de echar su agua al Júcar, que estaría al fondo de la foto.
Me encuentro con el río Moscas, y aparte de la exuberancia del bosque de ribera.
Me sorprende el buen caudal que lleva para ser 1 de Septiembre, final del verano.
En efecto, es cierto aquello de que nunca se seca.
Belleza la de este río en su final, pese al "feo" nombre que se le puso.
Seguimos el curso del Moscas, ya que allí al final se ve su fin, intuyéndose las aguas de su padre Júcar.
Aquí las Juntas o confluencia del Júcar (derecha) y el Moscas que vendría por la parte de abajo de la izquierda.
Lo primero es ir a su desembocadura al lado del conquense Barrio de la Fuente del Oro, donde hay una hermosa chopera.
Donde llama la atención su frondosidad y exuberancia, ideal para paseos por la tarde, y más en verano, que cuando el sol aprieta, aquí dentro se debe estar de lujo.
Antes de llegar a la confluencia, me encuentro con un manantial de agua cristalina.
Me sorprende encontrarme algo tan del monte y la naturaleza al lado de la misma ciudad nueva.
Aparte de este, hay alguno más, y toda esa agua crea un jungla muy llamativa, camino de echar su agua al Júcar, que estaría al fondo de la foto.
Me encuentro con el río Moscas, y aparte de la exuberancia del bosque de ribera.
Me sorprende el buen caudal que lleva para ser 1 de Septiembre, final del verano.
En efecto, es cierto aquello de que nunca se seca.
Belleza la de este río en su final, pese al "feo" nombre que se le puso.
Seguimos el curso del Moscas, ya que allí al final se ve su fin, intuyéndose las aguas de su padre Júcar.
Aquí las Juntas o confluencia del Júcar (derecha) y el Moscas que vendría por la parte de abajo de la izquierda.
Magia Serrana
no se olvida de este curso fluvial que como buen río conquense que corre por
suelos kársticos tiene su peculiaridad, y es
que su pequeña cuenca hidrográfica atesora en el pueblo de Fuentes el Complejo lagunar del río Moscas,
unas preciosas lagunas que al ser llanas
y entre tierras de cultivo pueden parecer humedales manchegos estacionales pero
no, ya que realmente son lagunas de origen kárstico con agua permanente todo el
año, relacionadas con el acuífero del río Moscas.
De este acuífero podemos decir, que es alimentado, entre otras formas, por todos esos cortos barrancos que rasgan la Sierra de los Palancares, y que en los inviernos y primaveras si suelen bajar agua, que, aunque es raro que terminen llegando al río Moscas por la gran extensión de la vega labrada, si acaban filtrando sus aguas en la misma, para alimentar el acuífero.
Vamos a ver uno de esos barrancos, como este del Arroyo del Rollo.
Que viene del Campamento de los Palancares, y por aquí vemos su discurrir. Lo que se vería al fondo, es la Vega del río Moscas.
Hasta que llegamos a una verde balsa que represa el agua que baja por este arroyo.
Y que viene en parte de una de las fuentes más ricas de la Sierra de Cuenca, la Fuente del Royo.
De este acuífero podemos decir, que es alimentado, entre otras formas, por todos esos cortos barrancos que rasgan la Sierra de los Palancares, y que en los inviernos y primaveras si suelen bajar agua, que, aunque es raro que terminen llegando al río Moscas por la gran extensión de la vega labrada, si acaban filtrando sus aguas en la misma, para alimentar el acuífero.
Vamos a ver uno de esos barrancos, como este del Arroyo del Rollo.
Que viene del Campamento de los Palancares, y por aquí vemos su discurrir. Lo que se vería al fondo, es la Vega del río Moscas.
Hasta que llegamos a una verde balsa que represa el agua que baja por este arroyo.
Y que viene en parte de una de las fuentes más ricas de la Sierra de Cuenca, la Fuente del Royo.
Sirvan estas fotos del Barranco del Arroyo del Rollo para ilustrar una de las maneras que tendrá el acuífero subterráneo del río Moscas para almacenar agua.
Ahora os voy a enseñar el Complejo lagunar, ya que al poco de pasar el pueblo de Fuentes, siguiendo el curso descendente del río Moscas, van a apareciendo. Del mismo pueblo está señalizado, y sale una pista forestal que te lleva a ellas, estando la 1ª a unos dos kilómetros.
La pista nos lleva primero a esta primera que podemos ver que es el principio de una dolina o torquita, donde el hundimiento del terreno toca superficialmente el acuífero y aparece un poco de agua. Aún faltan unos años de hundimiento del terreno para que afecte de lleno al acuífero y se inunde de agua.
Saco esta bonita perspectiva de la aldea de Las Zomas con el cordal de la Sierra de Palancares detrás, de donde viene el barranco que os he enseñado antes.
Al poco encontramos la primera de las lagunas que me las imaginaba a todas ubicadas en el llano entre carrizos, y me sorprende esta, metida la mitad de la laguna como en una cubeta y con vegetación variada, como esas chaparras.
Es conocida como la Laguna Negra, por el color que coge el agua.
Vemos que detrás de ella, viene un barranquete.
Que en los inviernos lluviosos le aportará agua a la Laguna.
En primer plano ven por donde entraría el barranquete, que está todo más empantanado.
Le damos la vuelta a la laguna, comprobando el vergel de vida que es, entre ranas, anfibios y demás bichos.
En sus reflejos puede uno echar un rato con la cámara de fotos.
A 200 metros se encuentra la siguiente, que es toda una sorpresa.
Su enorme tamaño llama mucho la atención. Esas dos construcciones que ven al otro lado, y que parecen obsoletas, debiera ser algo relacionado con sacar agua de la laguna para regadío o consumo.
Se llama la Laguna de los Cedazos o de la Atalaya, y sus riberas son magníficas entre el verde del prado y los chopos.
Que maravilla de laguna kárstica completamente natural, y qué desconocida para los conquenses, estando como está a 18 km de Cuenca ciudad.
Mi hermano y yo ya tramábamos para traer a nuestra madre aquí para bañarse, como buena catadora de baños serranos, aunque es posible que esté prohibido por ser una Reserva, y además las variadas algas no lo hace muy apetecible el baño.
Mirando sus cristalinas aguas, veo algo extraño.
Un resto fosilizado de cuando los pulpos krakens dominaban la Sierra de Cuenca, anegada por el Mar de Thetis.
Me pase un rato intentando captar a cuatro pajarracos, digo aves de las que desconozco el nombre, en pleno vuelo.
Como a 500 metros están las Lagunas del Ojo de la Corva.
Estas son más como me las imaginaba en un principio.
Tipo humedales manchegos pero con la salvedad de que estas siempre tienen agua al no depender de la lluvia, y si del acuífero subterráneo.
Crispito es comido por los campos de cereal verde.
Al lado hay una segunda laguna.
Donde dos chopos en su ribera sirven para realzar la belleza de la misma.
El color de estas lagunillas del Ojo de la Corva tienen un color fascinante, al ser el agua turquesa.
De esta segunda laguna sale un reguero que lleva agua.
Y va a parar a un tercera laguna que hay allí. Todas estas lagunas subterráneamente están comunicadas, y el río Moscas al terminar de pasar entre ellas, es donde ya coge caudal.
Como
colofón, voy a contar la historia harto
curiosa que va relacionando con este río, y viene a cuento de que allá por el
año 1615, el canónigo, Arcediano de Moya, Señor de Reillo, poeta e Inquisidor de Cuenca, José de Villaviciosa
escribió un poema épico burlesco titulado “Mosquea”, libre adaptación en verso
de un texto de un italiano escrito un siglo antes.
El poema de Jose de
Villaviciosa está dedicado a su amigo Pedro de Rávago, Regidor Perpetuo de Cuenca por
aquel entonces, que poseía un lavadero de lanas cerca de un riachuelo llamado de las
Moscas. Dicho poema está compuesto por unos 1700 versos con reminiscencias
clásicas, tipo Homero y Virgilio e influencias de Dante, y se reemprimió en
Madrid en 1732.
También comentar, al hilo del Poema Mosquea, que los productos hortícolas de la Vega del Moscas gozaban de una merecida fama, sabor y calidad que, en los comienzos del siglo XVII se atribuían al efecto del agua semi salada del propio río, y basta con ver un par de estrofas con las que comienza dicha obra de José de Villaviciosa:
....Entre las dulces aguas en que abunda
con leves cursos y corriente recia;
la que sus campos fértiles fecunda
el salado cristal que tanto precia
del río Moscas, grande en el provecho,
que a Júcar paga el caudalosos pecho.
.....................................
Al Moscas tiene Cuenca por remate
y adorno principal de su hermosura
que con limpios cristales y salados
le da mejor los frutos sazonados.
Estas dos estrofas y los datos sobre la calidad de los productos de la Vega del Moscas, la he sacado del blog Photoinvestigacionchema.blogspot.com. Lo demás referente al poema Mosquea, de la Wikipedia e Internet. Dar las gracias de antemano por utilizar estos datos.
Retrato de José de Villaviciosa, ilustración contenida en la edición de Mosquea de 1777.
También comentar, al hilo del Poema Mosquea, que los productos hortícolas de la Vega del Moscas gozaban de una merecida fama, sabor y calidad que, en los comienzos del siglo XVII se atribuían al efecto del agua semi salada del propio río, y basta con ver un par de estrofas con las que comienza dicha obra de José de Villaviciosa:
....Entre las dulces aguas en que abunda
con leves cursos y corriente recia;
la que sus campos fértiles fecunda
el salado cristal que tanto precia
del río Moscas, grande en el provecho,
que a Júcar paga el caudalosos pecho.
.....................................
Al Moscas tiene Cuenca por remate
y adorno principal de su hermosura
que con limpios cristales y salados
le da mejor los frutos sazonados.
Estas dos estrofas y los datos sobre la calidad de los productos de la Vega del Moscas, la he sacado del blog Photoinvestigacionchema.blogspot.com. Lo demás referente al poema Mosquea, de la Wikipedia e Internet. Dar las gracias de antemano por utilizar estos datos.
Retrato de José de Villaviciosa, ilustración contenida en la edición de Mosquea de 1777.
El argumento principal es tremebundo, y lo más peculiar de esta
epopeya que trata de la guerra entre moscas y hormigas; estas últimas resultan
victoriosas con la ayuda de sus aliados, las pulgas, los piojos, las chinches y
las arañas.
Las moscas, cuyo rey es Sanguileón, reciben el auxilio de los tábanos, mosquitos y mirmiliones y mandan un ejército al mando de Matacaballo contra las hormigas. Estas, al mando de Mirnuca, ayudan a su rey Granestor a vencerlo, lo que consiguen con la intervención providencial de las arañas.
Esto ha sido todo. A ver si esta entrada vale para que en Cuenca capital comencemos a ver al río Moscas con otros ojos, y le cuidemos como buen curso fluvial que es, ya que en ciertos tramos del mismo le vi con mucha suciedad.
Hasta la próxima.
Las moscas, cuyo rey es Sanguileón, reciben el auxilio de los tábanos, mosquitos y mirmiliones y mandan un ejército al mando de Matacaballo contra las hormigas. Estas, al mando de Mirnuca, ayudan a su rey Granestor a vencerlo, lo que consiguen con la intervención providencial de las arañas.
Esto ha sido todo. A ver si esta entrada vale para que en Cuenca capital comencemos a ver al río Moscas con otros ojos, y le cuidemos como buen curso fluvial que es, ya que en ciertos tramos del mismo le vi con mucha suciedad.
Hasta la próxima.
Pues a mi me ha ilustrado mucho tu relato sobre el río Moscas y la fértil tierra que hace con su recorrido. Sí recuerdo que de niña, íbamos a pescar cangrejos, pro- vistos de unas linternas o algo similar. Me hace mucha ilusión tu reportaje ya que, como bien dices, es el gran desconocido y sin embargo da gusto ver sus riberas tan bonitas y fructíferas y las tierras por donde discurre con las lagunas que desconocía totalmente. Bueno que es bonito y me gustaría tener ocasión de pasear por todo el campo tan bello que hay por estos lugares que describes.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu magnífica explicación de todo y por tu colaboración en el GRUPO. Saludos cordiales.
Hola Alicia.
EliminarGracias por leerme y comentar. Las lagunas es un buen sitio para irse a pasear y poder verlas. Con solo llegar a Fuentes ya te las indican, y si no quieres andar, la pista no está en mal estado para un coche.
Un saludo.
Se me olvidaba comentar que las fotos son estupendas, algunas con una luz muy bonita y las lagunas preciosas.
ResponderEliminarHola Toni.
ResponderEliminarLa verdad que el nombre del río suena al clásico estercolero que pasa por la ciudad, como es el caso del río Huerva en Zaragoza, pero por suerte este no hace honor a su nombre, formando un bonito bosque de ribera a su paso por la ciudad de Cuenca, que no sabía yo que en otros tiempo fuera cuando Cuenca era un importante centro textil.
Viendo las lagunas, si que es cierto que se dan un aire a las Lagunas de Ruidera. Este tipo de parajes tan cercanos a la ciudad, suelen ser bastante desconocidos, aquí en Zaragoza sucede lo mismo, de hecho algunas de las entradas más visitadas de mi blog, son de senderos o lugares que se encuentran en la periferia.
Un saludo
Hola Eduardo.
EliminarSi es verdad, el nombre remite a estercolero como tú dices, y en algún tramo he visto plásticos y latas, pero bueno como también no atraviesa la ciudad sino que la bordea por un lateral no está en muy mal estado.
Cuenca fue más importante en el pasado que ahora, que lleva ya muchos años en declive, al igual que otras capitales vecinas como Teruel.
A mi también me pasa que las entradas más visitadas son las que suelen ir de la capital o parajes de la periferia como esta del río Moscas.
Un saludo.
Me has ayudado a saber mas sobre Cuenca...¡EXCELENTE!
ResponderEliminarMe halagan tus palabras, Daniel. Gracias!!!
EliminarHola Toni, he leido varios de tus articulos y la verdad es que siempre me sorprenden y al mismo tiempo me ayudan a conocer mejor nuestra tierra.
ResponderEliminarHoy no sólo me has sorprendido nuevamente, si no que me has hecho recordar tantos y tantos buenos momentos los que he vivido en el río moscas a lo largo de mi vida.
Jornadas de pesca en la laguna de las zomas y en la de la Atalaya, hace cuarenta años con mi padre. Entonces se podía pescar en ellas, hoy están vedadas. Desde el puente del cruce a los palancares hasta La Melgosa tengo pescadas buenas truchas en la zona que es conocida como vega fría y como no, en la desebocadura ya en Cuenca tengo también buenas jornadas de pesca.
No se si lo verías, pero donde nacen esas cristalinas aguas encima de la desembocadura sw encuentra la finca de Colmena, dentro de ella hay como una pequeña balsa que también le da el agua el moscas.
Gracias Toni por remover buenos recuerdos .
PABLO.
Hola Pablo.
EliminarGracias por vuestras palabras, me animan a seguir investigando sobre aspectos de la naturaleza de estas tierras.
Me sorprende este carácter del río Moscas como truchero. Al ser tan pequeño lo veo más de cangrejos que de truchas.
Muy curioso el dato esa de la balsa de la Finca de Colmena. La próxima vez la buscaré.
Un saludo.
Magnífico trabajo. Como siempre. muchas gracias
ResponderEliminarGracias a ti por ser un fiel lector, Luis.
EliminarUn saludo.
Muy interesante la entrada.
ResponderEliminarPor cierto esas aves son cigüeñuelas
Gracias Elías, y también por el dato de las Cigueñelas.
EliminarUn saludo.
Las aves que aparecen en la foto son cigüeñuelas (Himantopus himantopus). Son relativamente abundantes es La Mancha conquense, desde El Hito hasta Manjavacas. Les gustan las aguas someras -como a casi todas las zancudas- y más bien salobres. Prefieren los terrenos llanos y encharcadizos. Muy buen blog. Saludos.
ResponderEliminarHola Job.
EliminarGracias por tus datos del nombre y hábitat de las cigueñelas. Yo reconozco que de las aves soy un ignorante. Me imagino que tanto estas lagunas como las vecinas de Ballesteros serán un buen refugio para estas aves.
Un saludo.
La zona de Ballesteros-Arcas-Fuentes tiene una diversidad avícola especial. Por ejemplo, en Las Zomas -creo- hay una pequeña laguna donde se puede ver avión zapador, un tipo de golondrina no muy común en Cuenca. Cría en agujeros excavados en los taludes.
EliminarSi, en efecto, hay una pequeña laguna al lado de las Zomas. La verdad que pensaba poner una foto de dicha lagunilla en la entrada y se me olvidó. Curioso lo de esa golondrina de las Zomas.
EliminarHola Toni,
ResponderEliminarImpresionante labor didáctica de esta entrada, nos has dado a conocer un espectacular río que yo desconocía.
Me recuerda el hecho de que nunca se seque al río Mijares, que debe su nombre Millares, nombre que recibe en valenciano, que se le dio porqué se cuenta que de mil ríos que se secaron fue el único que no se secó.
Muchas veces se menosprecian zonas por desconocimiento, pero una vez te interesas por conocerlas descubres rincones preciosos.
Salud, montaña y ríos por doquier.
Hola David.
ResponderEliminarTengo mucha debilidad por los ríos serranos. Mi padre era pescador de alta montaña y mira que lo intentó conmigo siendo más niño, y aunque no llegó a calar en mi la afición, si lo hizo el amor fluvial, ya que me considero un pescador sin caña.
Que curioso eso que cuentas del Mijares, me lo apunto. Precioso río por otra parte que también he recorrido en alguna ruta y bañado en sus aguas, como esa Font de los Baños en Montanejos ;-)
Saludo y agua dulce!!
Hola Toni.
ResponderEliminarBendito empecinamiento el tuyo, pues cuando te centras con algún paraje nos descubres aspectos y detalles que pasan desapercibidos. Esas lagunillas sin duda son de gran interés y un buen aficionado a la ornitología les sacará buen partido. En otra ocasión y con un poquito de paciencia ya verás que podrás sacar bonitas fotos a esas cigüeñuelas. Por cierto, estupendo estudio de las serranías del ibérico-sur para ubicarse geográficamente. Un repaso tan completo nunca está de más.
Un abrazo.
Hola Andrés.
ResponderEliminarCuanto tiempo!! Habrías disfrutado de tu pasión ornitológica en estas lagunas que se ven aves de varios tipos.
jeejej, gracias a ese empecinamiento me van saliendo entradas como estas..
Hola Toni.
ResponderEliminarDe nuevo un trabajo de investigación/divulgación para quitarse el sombrero, esta vez para dar a conocer un pequeño río, que como bien me comentaste en una ocasión, pasa bastante desapercibido para los habitantes de la capital. Pero eso de pequeño solo se puede aplicar a su longitud, ya que es grande en otros aspectos, como esas lagunas cercanas a su nacimiento, esos frondosos bosques de ribera, esas cristalinas surgencias o el hecho de que no se seque nunca ya los querrían para sí otros ríos de mayor envergadura.
Me han gustado especialmente las fotos de las lagunas, en especial las de las cigüeñelas y la de Román y ¿Crispito? jajaja.
Me quedo también con el último párrafo, ya que los ríos, y en estos más pequeños se nota mucho más, son los que más sufren, desde siempre, la falta de respeto del ser humano por la naturaleza. Cuidemos, y salvemos, nuestros ríos!!!
Un abrazo.
Hola Dani.
EliminarSi, la verdad que es un pequeño río que si se investiga vas saliendo a flote cosas curiosas que la gente de aquí, no conoce. En mente tengo otro pequeño río, el que pasa por el pueblo de Maru que tambien se le puede sacar chicha..
jejeje, te gustan las de Crispito, lo que pasa que no me lo suelo llevar mucho. Román si se lo saca a dar paseos por las Hoces de Cuenca.
Un abrazo.