EL RINCÓN DE CAVERO EN HUERTA DE MAROJALES Y EL CASTRO CELTIBERO DE LA TOBA


Hace un tiempo os enseñe en sendas (maravillosa palabra polisémica) entradas, tanto la Cueva y cascada de la virgen desde abajo, como de la cascada desde arriba y del manantial de la Toba, que es de donde nace esa agua que se descuelga sobre el Arroyo Barbazoso de Poyatos. Allí en el paraje donde está esa Fuente de la Toba, sé que encima existen los restos de un castro celtíbero. Fue mi amigo Ignacio, el que me enseñó el manantial de la Toba, y también fue el que dio la primera noticia de los supuestos restos de ese asentamiento prerromano, ya que un pastor de Poyatos le comentó una vez que encima de la Toba hubo un poblado celtíbero.

La verdad que por aquel tiempo, no estaba tan interesado en los castros celtiberos como ahora, por lo que olvidé esos restos, hasta que años después me compré, recién editado, el libro “Poyatos, paseos por su historia” de Enrique Arias Rojo, y allí venían fotos más detalladas del castro, lo que hizo que no tardara ni una semana en subirme a explorar dichos restos. Muy recomendable esta lectura tan amena y pormenorizada de Poyatos, sus montes y su historia.






Para trazar la excursión, y como ya he enseñado bastante bien ese entorno del Arroyo Barbazoso, iba a empezar a andar en el valle de la Huerta de Marojales, aldea pedanía perteneciente a Cañizares, visitando un bonito paraje conocido como el Rincón de Canales y el Rincón de Cavero (foto de arriba).
Aquí el atroz incendio del 2009 se muestra visible, con una insuficiente repoblación natural pero aun así el lugar mantiene una cierta belleza.


Dejamos el coche un par de kilómetros antes de llegar a Huerta de Marojales, donde al final vemos las primeras casas.


                                Bonito el verde valle que crea el Arroyo de la Huerta.

         Llegamos a esta aldea que fuera de la época veraniega puede tener 5 o 6 habitantes.

Huerta de Marojales fue durante siglos una dehesa perteneciente a la ciudad de Cuenca, que debido a su lejanía de la misma y lo difícil que era controlar la siembre y pastos ilegales, la acabó vendiendo al pueblo de Cañizares.


Aún así, su ubicación es peculiar al estar este valle cañizariego rodeada de los términos de Cuenca capital y Poyatos (contiguos) y Santa Mª del Val (por cercanía), y bastante alejado del pueblo de Cañizares.


En todo caso, un lugar donde se respira una tranquilad mágica. Avanzamos dejando la aldea detrás.



            Unos cientos de metros más adelante aparece la ermita de Huerta de Marojales.

Esta placa en la ermita nos dice el origen de la misma. Siempre recuerdo a un amigo de mis padres, Paco Guerra, que nació en Huerta de Marojales al ser hijo de un capataz de la saca de maderas.



                 En su interior abandonado aún se aprecia donde estaba el altar.



           Pasamos de largo y seguimos hacia el fondo del valle que es lo que se ve al final.




Nos fijamos en el entorno. En el fondo vemos jóvenes pinos que brotan con fuerza y todo muy verde pero si alzamos la vista a los bordes del valle .....




      ....veremos las nefastas consecuencias de un incendio intencionado acaecido hace años. De hecho, el causante, si no estoy mal informado, sigue en la cárcel.


Durante años estuve que no quería subir a esta parte de la sierra por no verla, pero bueno, ahora, años después, con el verde incipiente y algunos pinos salpicando el paisaje, puedo decir que no me disgustó del todo.




            Bajamos a ver el Arroyo de la Huerta de Marojales que canta alegremente.

              También me canta con mugidos y cara adusta de pocos amigos este joven vaco.

                 Me voy a poner en la ladera derecha y transitaré por aquí a partir de ahora.


  Desde aquí tenemos perspectiva del Rincón de Canales, un recoveco que crea el valle, y donde mi amiga Eva le tiene echado el ojo a una vieja tiná en ruinas.

Y al fondo también asoma otro recoveco mucho más grande conocido como el Rincón de Cavero.

De un joven roble semiquemado brotan  hojas verdes. Me viene a la cabeza esos versos de Neruda que dicen: "Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera".

Yendo por la ladera, doblamos la esquina y ya nos ponemos sobre el arroyo que al recibir las aguas del Arroyo Cavero toma este nombre, y se lanza por ese estrecho del fondo a la derecha.

                             Vistazo atrás para ver al fondo el Rincón de Cavero.

         Que lástima el incendio porque el Rincón de Cavero se ve un sitio realmente atractivo.

                                     El arroyo se trasforman en barranco en un santiamén.

Me encanta ver como los apacibles arroyos por el fondo de un valle se enriscan y alzan en unas pocas decenas de metros.

                                                                     Vistazo hacia atrás
El Arroyo baja bien de agua y ahí veo una poceja incluso, pero estamos aún a principios de Abril.


No habría estado mal ir por allí abajo pero hay un momento que se estrecha y enfosca y es muy arduo de transitar.


Desde allí, teniendo siempre abajo a la izquierda el arroyo que va por el Barranco Cavero (otro de los que vuelca agua al  Arroyo Barbazoso) saltaremos de loma hasta llegar al manantial de la Toba. Antes de subir y visitar el castro, aprovechando que hemos tenido principio de abril muy lluvioso, no me podré resistir y bajaré otra vez a ver como se despeña la cascada de la virgen.


     A mitad de ladera iremos perdiendo altura paulatinamente con el fin de ver la cascada.

Ya nos hemos puesto sobre el barranco del Arroyo Barbazoso o Arroyo de Poyatos, el célebre por el barranquismo.

Aquí esa parte alta y la cascada de la Virgen a la derecha.

La verdad que me la esperaba con más agua.

Pero aún con poca agua, es un sitio especial.

Toca ahora una buena subida a trochemoche hasta subir a lo alto del peñasco rocoso que asoma allí arriba.

Pero antes de subir al peñasco donde está el castro celtíbero que es lo que se ve arriba, pasamos por las ruinosas casas de la Toba.

Antes compruebo que en estos restos de casas se ven muchas piedras sillares, que con probabilidad pueden venir de lo que hay arriba en el peñasco.

Como el manantial de la Toba ya lo hemos visto, solo pondré esta foto. Deciros que una inoportuna gota se instaló en mi objetivo y ya no me di cuenta hasta que las descargué en casa.


Ya estamos arriba viendo que atalaya más privilegiada.

Mas adelante veríamos el cauce del arroyo y el valle del río Escabas al fondo. Poyatos estaría la derecha, detrás de esa loma que ven.

Aunque vamos con los restos del castro, pues fue toda una sorpresa ver tramos de muralla y muros tan bien conservados.

Por dentro se ven las plantas de antiguos habitáculos.

Sillares diseminados de distintos tipos y tamaños.

Muros y habitáculos. Me está sorprendiendo mucho la cantidad de restos para lo pelado que suelen estar los castros de la Serranía.

Los lados del castro que dan a donde está el manantial de la Toba tienen una buena caída.

Un poco más adelante vemos unos grandes montones de piedras.

Esta es la parte mas alta del cerro y allí por la cantidad de piedras hubo algo de importancia capital para los habitantes del castro.

Una maravilla ver estos muros de 2500/ 3000 años aún en pie.

Una lástima que muchos muros y murallas están muy tapados por el buje.

Por la cantidad de piedras y el tamaño del cerro, aquel castro tuvo que ser algo más grande que los típicos, pequeños y enriscados asentamientos celtíberos de la sierra de Cuenca.

Hay bastantes tramos de muros con enormes sillares en buen estado.

Seguimos avanzando y vemos restos de construcciones que aprovechan la forma del lapiaz habido allí como habitáculos.

Pasillo de entrada al Castro.

Aprovecharon la forma del lapiaz para hacer camino de entrada a este puntal donde está el castro.

Curiosa toda esta larga entrada por el lapiaz.


Una vez visitado el castro, iniciaremos el camino de vuelta al coche por la extensa loma que separa el valle del Arroyo Barbazoso del valle de Huerta de Marojales, hasta bajar por una vaguada a la carretera de entrada al valle donde tenemos el coche. Como Poyatos en esta época no tiene bar abierto, me tomare unos reconfortantes tercios de cerveza en Fuertescusa.

Hasta la próxima!!

Comentarios

  1. Soy Enrique Arias. Me encantaría que excavasen el castro. Nadie me apoya frente a las instituciones. Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Enrique.

      No estaría nada mal que se pusiera en valor ese castro y se hiciera una prospección arqueológica, pero lo veo difícil. El poco dinero que se destina a este tipo de cosas, suele ir para yacimientos más, digamos, grandes, como el poblado íbero/celtíbero de Barchín del Hoyo, incluso, otras culturas. Por ejemplo, ahora están con las Termas de Valeria o Segobriga. Los castros de la Serranía al no ser de gran extensión, me temo, que están al final de la larga cola del pasado histórico de nuestras tierras..

      Un saludo.

      Eliminar
    2. buen escrito de esta tierra hermosa y este asentamiento saludos .

      Eliminar
  2. Una vez más, enhorabuena por el detallado e interesante recorrido.

    ResponderEliminar
  3. Como siempre Toni, un placer deleitarse de todos tus artículos, y aún más cuando tratas del entorno de Poyatos. Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El placer es mío al recorrer sus montes con mucha frecuencia.

      Un saludo y gracias por comentar.

      Eliminar
  4. Hola Toni,

    Siempre duele ver una zona quemada, pero parce que poco a poco la vida se va abriendo camino y el verde vuelve, aunque sea despacio, a dominar la zona.

    El Castro de la Toba me ha parecido una auténtica pasada, muy grande, debió ser un lugar muy importante para que tuviera tal tamaño.

    Salud y castros celtíberos!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola David.

      Tú lo has dicho, eso va muy despacio. De hecho, salía un artículo hace un año o por ahí, que comentaba que la repoblación natura estaba siendo insuficiente y muy lenta. Piensa que son ya casi 15 años desde que ocurrió. La larga y discontinua sequía que ha ido asolando esta parte a lo largo de los años es la que tiene la culpa de esa lenta repoblación.

      Es difiícil ya encontrarse por la Serranía esos muros de sillares en pie. Generalmente, los pastores y demás gente del monte han ido aprovechando sus piedras para sus casas, sus majadas, etc.

      Salud y ningún incendio.

      Eliminar
  5. Hola Toni.

    Qué rabia de incendios, y más cuando son provocados con total nocturnidad y alevosía como en este caso. Pero bueno, parece que la zona se va recuperando poco a poco y el color verde le va ganando la partida al gris.
    Y del castro, qué decir, que pese a su antigüedad, y accesibilidad, se encuentra bastante bien conservado. Diría que de todos los que nos has mostrado hasta la fecha este quizás sea el mejor conservado de todos.
    La Cascada de la Virgen, y su entorno, mola mucho.

    Tic, tac, tic, tac, comienza la cuenta atrás para otro finde de monte, cervezas y tontás...

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Dani.

      El caso del incendio fue muy sonado en Cuenca. El causante era un empresario maderero de Castilla León, que quería quedarse con alguna concesión y no se la dieron o alguna historia así de turbia. No sé bien cómo fue el asunto pero por ahí iban los tiros.

      Dentro de los montones de piedras que son los castros celtiberos serranos, uno como este que conserve en pie tantos lienzos de muralla con esos sillares de hasta metro y medio de largo es ya muy raro.

      Tic, tac,tic tac......jejejeje.

      Eliminar
  6. Hola Toni.

    Hermoso lugar éste de la Huerta de Marojales que va recuperando su cubierta vegetal. Una repoblación bien hecha, combinando pino y encina con claros y espesuras, podría hasta "mejorar" paisajísticamente la zona pero... en fin, lo de siempre.
    Impresionante el tamaño de los sillares del castro. Me gustaría remontarme a aquel tiempo y ver como trabajaban para construir esos poblados por aquellos parajes tan inhóspitos. Lo que el devenir de las civilizaciones nos ha ido dejando a lo largo y ancho de nuestro "piel de toro".

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Andrés.

      Pues si, la repoblación de allí da un poco de pena. Tantos años y la regeneración es muy pobre.

      Eso que dices de estos hombre cargando los sillares para subirlos llama la atención, y también la de los pastores a lo largo de los siglos cogiéndolos del castro y bajándolos para construirse sus casas y majadas.

      Un abrazo.

      Eliminar
  7. Gracias por esta publicación, me as hecho recodar mi niñez, yo naci hace demasiados años en, el Rincón de Cavero, yo viví mi niñez, y parte de mi adolescencia, en ese precioso valle en aquellos años, y mucho después que he seguido visitando visitando, con mucha frecuencia. Hasta que el maldito incendio destruyo toda su belleza, repito muchas gracias.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola.

      Me alegra haberte despertado esos recuerdos tuyos de la infancia en tan peculiar lugar. Y sí, no me quiero imaginar como os dolería en el alma a los que nacisteis o vivisteis allí.

      Un saludo.

      Eliminar
    2. Hola Toni: Me llamo Félix, soy el que nació y vivió en cavero, desde que leí tu publicación, soy un seguidor más de tus reportajes, muy interesantes para mi, sino es molestia preguntarte si tienes alguna vinculación personal, o familiar con la serranía, perdona si consideras una pregunta inoportuna, gracias, estaremos en contacto. Félix

      Eliminar
    3. Hola Felix.

      Pues encantado de conocerte virtualmente y encantado que te gusten mis reportajes.
      En cuanto a la pregunta que me haces no la considero inoportuna para nada. No soy de ningun pueblo en concreto sino de Cuenca capital y mi relación con la sierra viene por mis padres que nos sacaban constantemente desde que nacimos. Mi padre tenía muchas aficiones en el monte, aunque las principales fueron la pesca y la busqueda de hongos (cuando no buscaban más que 4 gatos en todo Cuenca). En todo caso, siempre estábamos por el campo, si no era buscando un árbol monumental, era acompañándole a pescar, comiéndonos unos huevos a la sarten en Lagunillos o haciendo una ruta para ver la cascada de la Dehesa de los Olmos. De ahí viene mi pasión, y bueno, la verdad que desde hace ya muchos años estoy continuamente caminando por la Serranía, y colgando algunas de estas rutas en este blog que ya llevo en marcha unos 13 años.

      Un saludo.

      Eliminar
    4. Hola Toni, gracias por tu respuesta a mi pregunta tan rápido, Cuenca también la conozco muy bien, viví durante siete años, y mis visitas frecuentes. Este año toca visitarla, para celebrar el acontecimiento de el año gastronómico, y degustar unas raciones de morteruelo, y otros platos típicos, de nuestra querida provincia. Vivo en Barcelona desde el año 1963, ha llovido mucho desde entonces, a pesar de la sequia, pero en ningún momento me he olvidado de mis raíces, por ese motivo cuando veo alguna publicación, o noticia relacionada con Cuenca, despierta mi curiosidad. En Barcelona forme una familia maravillosa, en la actualidad estamos disfrutando mi mujer y yo, de un nieto y una nieta, maravillosos, perdón por la chapa que te he dado. Un saludo: Félix

      Eliminar
  8. Parece ser que a todos no nos gusta que se haga mención a tu bonito recorrido por la Huerta Marojales y Poyatos y el castro Celtíbero de la toba, cuando hay un libro de POYATOS y menciona al Castro y no se lea dado tanta importancia como a tu recorrido 🤷🤷

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Anónimo.

      Yo solo puedo hacer lo que he hecho, mencionar en el texto de la entrada del blog la circunstancia que me compré el libro de POYATOS y de ahí saqué la historia y ubicación del castro celtibero, dándole publicidad a este libro y al escritor por si hay gente que quiera saber la historia de todos estos bellos pueblos de la Serranía. Estaré atento por si Enrique Arias publica algo más.

      Un saludo.

      Eliminar
  9. Hola Toni.

    Bueno, el tema principal, era conocer ese castro celtíbero de la Toba, pero el Rincón de Canales y el Rincón de Cavero, son espectaculares, a pesar del incendio, al igual que barranco por el que discurre el arroyo, con la cascada de la Virgen.

    Ya no recuerdo bien, todos los castros que nos han enseñado, pero este, si no es el mejor conservado, será de los mejores, porque todavía se conservan buenas muros de sillares, que como suele ocurrir, con el paso del tiempo, se han aprovechado para la construcción de otras edificaciones.

    Muy idílica, la pedanía de Huerta de Marojales, pequeña pero ubicada en un entorno precioso, solo le falta el bar.

    Salud y montaña.





    Impresionante

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Eduardo.

      Si, la verdad que con lo del incendio he tardado muchos años en subir a esos dos rincones, y me han sorprendido su belleza. Tienen nombres de apellidos de gente, pues antaño la Huerta de Marojales tenía muchas casas desperdigadas al lo largo del alargado valle, y de ahí los apellidos de estas familias, que vivían más alejados del pequeño núcleo urbano.

      Si, si, este tiene unos lienzos de muralla en pie todavía que ya quisieran muchos montones de piedras de otros castros. Me imagino que al estar en lo alto, era más costoso para los pastores llevarse los sillares.

      Eso sí que es una utopía, un bar en Huerta de Marojales!!

      Salud y montaña.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares