LA RAMBLA GRANDE DE MONTEAGUDILLO


Al pantano de la Toba (río Júcar) le entran principalmente cuatro barrancos, dos por el norte y dos por el sur. Los dos del norte son el Barranco de la Sorquilla, que al abrir y venir de la esponjosa Muela de la Madera, no trae agua nunca. El otro, es el Arroyo de Valduérguinas, que técnicamente viene por un lateral de la Muela (fuera de ella), siendo el culpable de erosionarla, creando ese lateral de la misma. Este arroyo de Valduérguinas solo suele llevar agua cuando llueve mucho, pero mucho. De hecho en estos últimos 8 años, solo lo he visto con agua dos o tres veces.

Los dos barrancos que le entran por el sur vienen de Tierra Muerta, y contrario de lo que se pueda pensar, le aportan más agua que los de la Muela de la Madera. El más célebre es el Arroyo del Boquerón, que crea a su vez la Cola del Boquerón, brazo de pantano que se fusiona con el barranco. Este arroyo suele llevar agua casi todo el invierno, siempre que haga un año normal hidrológicamente hablando. El gran aporte de este arroyo sale por una preciosa cueva que ya hemos visto varias veces en este blog. Ver Aquí.



El otro barranco es la Rambla Grande de Monteagudillo, formada a su vez por varios brazos de barranco. No es un arroyo que lleve mucha agua, pero si es verdad que si los inviernos/primaveras llueve generosamente, suele coger algo de caudal rápidamente.

En esta entrada vamos a bajar la Rambla por dentro desde sus inicios hasta llegar a su confluencia en el pantano de la Toba, aprovechando que lleva algo de agua. La vuelta por hacerla más deprisa, nos saldremos del interior de la Rambla para recorrerla en sentido contrario, yendo por los bordes de la Rambla y pasando por debajo de los Cerros de Monteagudillo y Cabeza Gorda.


Estamos en Tierra Muerta, donde aún quedan charcas de las últimas lluvias, a las que el frío las deja de esta guisa tan chula.


Dejo el coche en el tramo de carretera que une la Fuente de la Tablas con Beamud para bajar por esta ladera, buscando siempre la parte donde haya menos pendiente.


                  Me topo con esta rambla que seguiremos para poder llegar al fondo.


         Hasta que llegamos al fondo de la Rambla Grande con un bello pinar en su interior.


Aunque el plan inicial es bajar con el arroyo, seguiré, aunque suba para arriba, esta vía de saca.


Y una vez arriba, bajaré gradualmente por esta loma que me permitirá hacerlo más deprisa y cómodamente que si voy por el cauce del arroyo.


       Mientras avanzamos se nos presenta por 1ª vez lo que da nombre a la Rambla Grande.


El cerro de Monteagudillo con su boina característica, y donde en época medieval hubo encima un pequeño castillo musulmán.


     Ale Hop, saltemos a la cima , encima de la txapela rocosa, donde solo se puede subir por un sitio.



Avanzo bastante por la loma, y llego a un punto donde ya tengo que bajar si o si, teniendo al fondo del todo.........

                                las paredes de esta cara de la Muela de la Madera.



Y en primer plano los bordes de la Rambla Grande por donde iré a la vuelta, aunque en ese momento no sabía si podré volver por esos bordes.


Llego al punto donde confluye la Rambla Grande con esta de la foto que son la conjunción de la Rambla Larga y la Rambla de la Sabina.


                                    Que no viene nada mal de agua, a tenor de esta foto.


       Ahora la ruta consiste en acompañar al arroyo hasta su entrada en el embalse de la Toba.


Esto nos recuerda a la Ley de la Sierra, siempre hay que estar alerta, y aunque vueles y te sientas seguro,  como toques el suelo el peligro está al acecho.


          Podemos ver como del lado izquierdo se ve la barrera vertical entallar la rambla.


Al ir descendiendo por la ladera me topo con este aporte de agua que le entra al arroyo desde la derecha.


Baja a toda leche por la empinada ladera. No sé si es de una surgencia de dentro de la rambla o se descuelga en cascada desde más arriba.


                 Lo que si nos encontramos son alguna que otra poza en la Rambla grande.


          El arroyo va teniendo tramos muy estéticos, que al llevar agua me tienen encantado.


Hasta que por fin llegamos a donde el arroyo está a punto de entrar al pantano, y al fondo la Muela.

Miren esta foto anterior porque en el lado izquierdo se ve como la cornisa rocosa llega hasta el suelo. Mi temor era que esta parte fuera ya todo pantano, por lo que no podría llegar a la capa rocosa de la izquierda y subir por ahí para volver al coche por los bordes rocosos que conforman la Rambla Grande de Monteagudillo.
Al comprobar que podría volver por ahí, me alivié, porque tener que hacerlo otra vez por el cauce de la rambla y subiendo y bajando todos los demás brazos de barranco habría sido demasiado arduo.


Pero antes de llegar al embalse, veo que entra agua de la derecha. ¿De donde vendrá? Como veo al fondo las paredes rocosas, me acerco un momento.


                                                    Leñe! si al fondo se ve una cascada.


             Aunque el acceso está lleno de majuelos y zarzas, el rincón promete.


                                                          ¡¡Que rincón más bonito!!


Aunque es estacionaria y desconozco su nombre, la voy a llamar la Cascada del Palancarejo, que es un brazo de barranco que está muy cerca de este rincón.


Toco quitarse la mochila, relax y comer en este sitio, admirando como el agua va creando estos edificios de toba y roca.


Volvemos a la Rambla, y ahora si que sí llegamos a la Toba. Vemos que aquí el agua del arroyo se impone al agua del embalse. ¿Y eso?


                           Subo a un lateral para ver como se confrontan las dos aguas.


                         Ya que el agua de la Toba tiene este color debido a las últimas lluvias.


Ahí tenemos el embalse de la Toba y el comienzo del pequeño brazo de la Rambla de Monteagudillo.


                                             La Muela de la Madera se alza imponente.


             Al ver las paredes con el zoom, nos damos cuenta de su inmenso tamaño.


                  Con el embalse tan cargadito de agua debe ser una gozada ir en piragua.


                      Vistazo hacia otro lado del embalse, donde en el medio podemos ver....


Durante un momento pensé que podría ser mi amigo Ignacio, y me puse a pegar voces llamándole, pero no se dio cuenta, y si se dio cuenta, pensaría quien será el loco que está voceando al otro lado del pantano.


Que bonita la Toba enmarcada por las paredes de la muela por un lado, y multitud de pinos por otro.


                         Es hora de volvernos, y para eso, buscamos los bordes de la Rambla.


Ya estamos ante la parte más ancha de la Rambla Grande. A la izquierda se ve que le entra el Barranco del Palancarejo, barranco que no he tocado en esta excursión.


       Por aquí aparece esa bonita roca, que he bautizado como la Torre de Monteagudiello.


            Seguimos remontando viendo lo parecido y simétricos que son ambos lados.


     Nos topamos con un pequeño barranquete que le entra perpendicular a la Rambla, y que al ser de geología de librería de calizas tableteadas lo bajamos y subimos sin dificultad.


                  Creando una pequeña cascada cuando entra en la Rambla Grande.


Esa grieta en la ladera del otro lado es por donde venía esa agua discurriendo por la ladera, con la que me tope mientras acompañaba al arroyo.


                    Estamos pasando justo por debajo del Cerro de Monteagudillo.


Centro de lo que fue en la Edad Media la Heredad de Monteagudo o Monteagudiello, que englobaba ese castillote que hubo allí arriba, y a al menos tres aldeas, hoy en día desaparecidas: Fuencaliente, Valduérguinas y los Quintos (información proporcionada por mi primo Guillermo) Allí arriba subimos en Esta Ocasión.


                        Hay tramos de bordes que dan un poquito de vértigo del bueno.


Avanzar por estos bordes tan chulos me está haciendo progresar más cómodamente que si fuera por abajo.


      La subida es muy gradual y los bordes bastante llanos con tramos tan chulos como este.


Hasta que llegamos a la cabecera de la Rambla Grande con un corte rocoso de varios metros que imposibilita acceder por ahí. Nosotros bordearemos la cabecera y llegaremos al coche que estaría a la izquierda de la foto.


Voy a hacer un inciso en este punto para enseñaros una vez anterior, años atrás, en que fui a ver esta cabecera de la Rambla Grande un fantástico día con todo aquello nevado.


 Al poco de bajarme del coche, vi a este oriundo de Tierra Muerta observarme curiosamente.


No está mal de nieve el suelo. La verdad que esto llama a unas buenas polainas pero no recuerdo porque no las llevaba.


La Rambla Grande se está empezando a formar y nos encontramos cortes de varios metros que nos impiden seguir.


                  Nos escoramos a la derecha para obtener un buena vista de su comienzo.


                         Cuidado con los bordes que con la nieve aquello está más delicado.

                       Asoma Monteagudillo y su boina como referencia visual omnipresente.


         Una mención a las Sabinas albares de Tierra Muerta que están por todos los lados.


 Me encanta visitar Tierra Muerta después del paso de un temporal invernal. Os dejo para finalizar con unas fotos antiguas.





Foto antigua cuando no existía el embalse, con el Cerro de Monteagudillo al fondo, y la Rambla Grande estaría a la izquierda de la foto.


La Rambla Grande (que antaño llevaba mucha más agua que ahora) echaba sus aguas al Júcar de dos maneras: una por esta espectacular cascada de la derecha.


Y la 2ª, cuando el arroyo viene desbordado, se va un excedente por esas chorreras de aguas que están al lado de la cascada que estaría a la derecha del todo.


 Me despido con esta vista hecha desde la Muela de la Madera donde podemos ver los bordes rocosos que conforman la Rambla Grande de Monteagudillo.


1ª parte del plano donde el circulo es donde dejamos el coche en la carretera entre Buenache y Beamud, justo donde está la casa de la Sabina, poco antes de llegar a Beamud.


                                                                   2ª parte el plano.


Le quiero dedicar la entrada a mis amigas Inma y Myriam Contreras, hijas de Tierra Muerta, ya que su padre nació en uno de los pocos sitios habitados que había en toda su enorme extensión (unas 18.000 ha.), el Caserío de Cabeza Gorda, en el meollo de esta bella, peculiar e inhóspita comarca de la Serranía de Cuenca donde no ha habido ningún pueblo.

Ah! y os dejo con la preciosa canción instrumental Tierra Muerta del grupo valenciano Santero y los Muchachos, compuesta por Soni Artal.





¡¡Hasta la próxima!!

Comentarios

  1. Hola Toni.

    Cuando pones el modo "explorer" no hay descubrimiento que se te resista, ya sean restos de un castro, un gendarme rocoso o una bella cascada.
    Muy interesante este recorrido paralelo a la Rambla para aproximarte a la Toba y a esos paredones tan espectaculares de la Muela de la Madera, que te sirvió para descubrir la mencionada cascada y la peculiar geología de la zona.
    Muy bien aderezada la entrada con esas fotos de la nevada y por supuesto con las anteriores a la construcción del pantano, que ya me suena que las habías puesto en otra ocasión, ¿no?.

    La Tierra Muerta está muy viva!!

    Un abrazo.

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  2. Hola Dani.

    Jjejeje pues ya verás el modo explorer cuando cuelgue la entrada esa que te dije del lugar que descubrí.

    Posiblemente lo más bonito de todo sea esa peculiar geología de la rambla y sus muchos brazos con esas calizas en tablas, con las sabinas creciendo en ellas y el agua abriendo brecha por ellas.

    Efectivamente fueron fotos antiguas que puse cuando colgué la entrada dedicada al Embalse de la Toba.
    Ya estoy liado con las entradas pirenaicas. Me está viniendo guay tus entradas para consultar datos ;-)

    Un abrazo.

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  3. Hola Toni.

    Bajar de la Tierra Muerta a la Toba es internarse en ese laberinto de barrancos por descubrir y dejarte envolver por esos paredones misteriosos con sorpresas como esa cascada del Palancarejo.
    Aunque no desemboca en la Toba, recuerdo mi incursión por la Hoz de la Bujosa, un tanto intrincada, de camino al Puntal del Cuerno y La Modorra. La verdad es que no he vuelto por esos parajes y me queda pendiente Cabeza Gorda y Monteagudillo.
    Hoy me estoy dando un paseo visual repasando algunas de tus entradas para llevar mejor el confinamiento que nos han impuesto; buuff, que ansias de salir al monte!! Ya vendrán tiempos mejores.

    Un abrazo.

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    1. Hola Andrés.

      Te imaginarás que es descubrimiento de la cascada fue un alborozo para mi, ya que el rincón es de los de verlos in situ.

      Creo que ya hemos hablado que he planeado dos o tres veces ir a la Bujosa y al final no me salió el plan. Lo digo porque el otro día vi unas fotos de la Bujosa por dentro y se ve tambien muy estética y chula por dentro.

      Cabeza Gorda no la he subido nunca, yo creo que está llena de pinos y no deja ver nada, pero una ruta Fuente de las Tabla-Cueva del Boquerón-Cerro de MOnteagudillo y asomarte a la Rambla Grande y al pantano no tiene ninguna mala pinta.

      Yo tambien releo entradas antiguas para sacar la mente del confinamiento y que vuele por aquellos parajes.
      Cuando salga al monte, va a ser de sol a sol, con jornadas de 15 horas si hace falta, jajaja.

      Un abrazo.

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  4. Hola Toni...
    Magnífica esa Rambla Grande de Monteagudillo(por cierto buen punto desde luego para un castillo) por dentro y la verdad es que viendo tus fotografías por su interior,da la sensación de que se puede avanzar con bastante facilidad,luego seguro que in situ,la cosa cambiará en algún que otro punto seguro.Por arriba imponente también el paso y aéreo en algunos puntos,que ya sabía yo que encontrarias paso...jajaja.
    Preciosa y estética también esa cascada de Palancarejo,al igual que esa Muela de la Madera(sobre todo el zoom) o esa torre de Monteagudiello,que vaya puntazo y nunca mejor dicho...jejeje.
    Y como dice Dani,esa Tierra Muerta,muy viva.Por cierto le he dicho a "mi asistenta Alexa" que me ponga música de Santero y los Muchachos y ahí la tengo de fondo mientras acabo este comentario...

    Un abrazo.

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    1. Hola Juane.

      El avance por dentro era muy fácil y comodo, y la cascada fue un descubrimiento ya que es practicamente desconocida, ya que hay que estar justo despues de las lluvias, pero es un rincón de los de extasiarse un rato.

      Santero es un grupo valenciano de rock reposado (como dicen ellos) que está triunfando bastante. Lo vi en directo y me sorprendieron bastante, recuerdan ligeramente a Los Rodriguez o los Secretos.

      Un abrazo.

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  5. Estupendo y aventurero recorrido. No hay rambla o barranco que se te resista Toni. Con tu sana actitud detectivesca acabas descubriendo rincones como el de la cascada que son una maravilla y te dan el gustazo de recrearte unos momentos a sus pies. La zona me recuerda algunos barrancos de Gúdar donde el agua y las pinadas comulgan en perfecta armonía. Y esa muela de Monteagudillo me recuerda que tengo pendiente las Muelas de Xert que tan bien conoce nuestro amigo Dani y que a nosotros nos salieron rana por una batida de jabalíes. Un abrazo.

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    1. Hola Paco.

      La verdad que disfruto mucho cuando me pongo en modo detective, ya sean restos históricos, restos extraños o simplemente investigar barrancos o sendas.

      Las Molas de Xert son muy bonitas, otro de esos lugares castellonenses que no me importaría visitar.

      Un abrazo.

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  6. Hola Toni,

    Espectacular ruta de exploración que nos has regalado.

    Que pasada esos barrancos que vas encadenando uno detrás de otro para llegar a descubrir una impresionante cascada, no me extraña que decidieras para a tomarte el bocata allí, el rincón se lo merecía.

    Me ha gustado mucho el Cerro de Monteagudillo, cuando estaba el castillo debía ser impresionante a la par que inaccesible,

    Siempre que nos muestras algo de Tierra Muerta sabemos que la entrada será sublime, y no nos ha defraudado para nada.

    Salud y exploraciones serranas!!!

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    1. Hola David.

      En encuentro de la Cascada fue doblemente satisfactorio pues no la conocía ni había visto nunca ninguna foto. Se dan las circunstancias de que solo puede durar dos o tres días despues de las lluvias, y ahí que bajar allí abajo, sabiendo donde está. En estos casos le suelo poner el nombre, casi siempre fijándome en el topónimo más cercano.

      Monteagudillo es humilde en altura y verticalidad pero bonito a más no poder con esa boina rocosa que solo tiene una grieta por la que se puede subir.

      Saludo y boinas de roca.

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  7. Hola Toni.

    El topónimo de Tierra Muerta no le hace justicia, porque una zona con esos bosques y barrancos, por los que discurre el agua, aunque sea en contadas ocasiones, esta muy viva.

    Un recorrido sin duda precioso, tanto por arriba como por abajo, en el que la persistencia te permitió descubrir lugares con tanto encanto como esas bonitas cascadas, tanto la de la Toba, como la de librería. La foto de la charca helada, es muy chula, sino se dice que es una laguna, parecería una playa.

    Un saludo

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    1. Hola Eduardo.

      La verdad que a los de fuera es normal que os llame mucho el topónimo de Tierra Muerta viendo estas fotos pero es un vocablo que se remonta siglos atrás. Nunca ha habido pueblos al hacer mucho frío en los inviernos y mucho calor en los veranos.

      Un saludo.

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