RÍO CABRILLAS ENTRE CABEZA MACHORRA Y CABEZA MODORRA, MOLINA DE ARAGÓN Y CHEQUILLA.

Siempre que llega el verano me gusta irme con Maru a pasar una noche por algún lugar de Guadalajara –Alto Tajo- o Teruel –Sierra de Albarracín-  no muy lejos de Cuenca. El año pasado nos tocó Alto Tajo guadalajareño, y para ello hicimos un fin de semana. El sábado madrugamos un poco para llegar al Tajo donde hicimos una ruta de las mías, de esas sin referencias, pero con la buena pinta que le veía tras mirar los mapas y las fotos aéreas. La zona me la conocía de andar otras veces, pero esta parte en concreto no.

Llegamos al Alto Tajo, justo entre Poveda de la Sierra y Taravilla, porque allí viene también a echar sus aguas al Tajo, el río Cabrillas. Los conocedores de las diversas entradas recordarán que Maru y yo hicimos una ruta yendo por Puente de Peñalén muy cerca de donde desemboca el río Cabrillas, y luego volvimos siguiendo un tramo del Cabrillas y subiendo por la cresta del macizo de Cabeza Machorra.

En esta entrada, recorreremos por la parte alta el valle del río Cabrillas, luego bajaremos al río y volveremos siguiendo su ascendente curso, teniendo vistas traseras de la Cabeza Machorra. Al terminar nos fuimos a un sitio donde nos gusta a Maru y a mi dormir, que es el Santuario Virgen de la Hoz, cerca de Molina de Aragón. Visto Aquí.

El domingo visitamos dos bellos pueblos, Molina de Aragón y su gran castillo, y el pueblecito rodeno de Chequilla, donde comimos, para luego volvernos a Cuenca.

Para terminar, no puedo enseñaros el Alto Tajo sin pegarme un chapuzón, pero aunque estábamos en agosto, por esta comarca hacía un airecillo desapacible que quitaba las ganas de baño, por lo que no me bañé.  ¡Qué raro en mí!

Nos plantamos con el coche en lo conocido como el Ventorro del Chato, en la carretera que va desde el Tajo hacia Taravilla, justamente donde hay un puente que cruza el río Cabrillas. Nada más bajar del coche, ya tenemos el morro imponente de la Cabeza Modorra -foto de arriba- (que no machorra, ¡no os liéis!) Ese va a ser nuestro punto de partida por que subiremos por un barranco que pasa a la derecha de Cabeza Modorra y volveremos por el lado izquierdo.

Comenzamos a andar con el río Cabrillas a la izquierda. Al fondo asoma nuestro principal referente en este inicio de ruta.

Lo digo porque a ahora torceremos para la derecha, y volveremos unas cuantas horas después por el camino de la izquierda.

Ahí tenemos el espolón rocoso de Cabeza Modorra, y abajo unos covachos preciosos que veremos mejor a la vuelta.

       Otra perspectiva de los covachos con otro viejo conocido mío, la Muela del Conde.

                         .Nos llama la pared lateral de la Cabeza Modorra.

Donde avistamos un pequeño forat para salir al otro lado, aunque veo difícil llegar ahí arriba.

                Ahora toca remontar este barranco que nos aleja del valle del Cabrillas.

             Cada vez más se va volviendo rocoso, y desapareciendo el arbolado.

Es el Barranco del Escalerón, y aquí tiene un paso hecho adrede para salvar un pequeño corte de unos tres o cuatro metros.

                      Vistazo hacia atrás para ver como de cerrado es ahora el barranco.

           Curioso como el buje (boj) ha invadido todo lo que sería el cauce del barranco.

Pero el barranco se dirige hacia Taravilla, y no es nuestra dirección, por lo que hay que salir del barranco por un lateral.

                 Aún nos queda hasta llegar a la parte alta atravesar este mar de bujes.

                        Veo a este cérvido moverse entre y consigo "cazar" una parte.

Llegamos a lo alto y nos recibe una paramera, de esas que hay que tener cuidado con la orientación.

           Maru comprobando en el móvil, ya que parece que nos hemos desviado.

Por eso digo lo de las parameras, que se pueden volver traicioneras. Al ser llanas o semi llanas, no te puedes ayudar de referencias visuales. Está claro que con el track de la ruta en un dispositivo habríamos ido por la línea marcada sin posibilidad de pérdida. Cuando llegamos a un borde rocoso de varios metros, donde veíamos peligroso seguir avanzando, comprobamos en el movil que nos habíamos extraviado, torciéndonos del itinerario que tenía yo pensado.

De todas formas, no está mal extraviarse de vez en cuando, siempre que vayas con tiempo de sobra, así uno aprende más para saber orientarse mejor. Además, este ligero error de orientación nos hizo encontrar estos preciosos rebordes con unas magníficas vistas al valle del río Cabrillas y a la Cabeza Machorra.

Pronto nos damos cuenta que esto es muy bonito pero esto no es nuestro camino de bajada.

             Enfrente tenemos Cabeza Machorra, y el río Cabillas debajo nuestro.

                                                      El Valle del río Cabrillas.

                                    ¡Lo que me gustará asomarme a los bordes!

Lanzamos un zoom al final del Valle del río Cabrillas. Lo que se ve después, venir de izquierda a derecha es el valle del Tajo.

Hacia el otro lado se ve así de chulo. Maru y yo aún bajamos un poco para explorar aquello, pero nos volvimos rápidamente.

Más adelante, encontramos el principio del barranco que es, el de las Povedillas, que al poco nos mete a un carril que continuo descenso.

                  Que magníficos bosques se ven dentro de estos valles fluviales.

                           Arriba del todo, nos sale esta vista del pueblo de Peñalén.

De seguir ese carril -camino de las Casillas- que va a mitad de la ladera, llegaríamos al coche , pero nosotros vamos a coger este viejo ramal que nos baja al río Cabrillas.

                                       Aquí estamos al lado del río dispuestos a......

                                                       Vadear el río Cabrillas.

El Cabrillas es un río muy virgen sin apenas intromisión humana, y eso hace que la comunidad vegetal y las aguas sean de gran pureza.

Aunque parezca divertido, y lo es, hay que extremar el cuidado pues te puedes hacer daño en un pie o en la rodilla con mucha facilidad.

                Cuanto me gusta este otro gran momento senderista, el vadeo de ríos.

                   El bosque de ribera, a ratos jungla, es una siempre una gozada.

                   Ahora haremos un frondoso tramo de pista forestal paralelos al río.

                                 Llegamos a este puente con una gran explanada.

                  Donde las calmadas aguas del río le dan un toque mágico al lugar.

Y ahí justo una buena zona de baño. ¡Qué buen lugar para venirse con las tortillas y las cervezas!

Seguimos por la pista, ya más antropizada, mientras se levantamos la cabeza y le damos al zoom, tenemos los rebordes donde Maru y yo nos extraviamos y asomamos.

                 Hasta que empezamos a dar la vuelta al morro de Cabeza Modorra.

Antes de acabar la ruta, nos acercamos a ver estas casas aprovechando los huecos del travertino (quizás sean estas la casas a las que se refiere el topónimo camino de las casillas)

                           Un lugar singular, sin lugar dudas (vaya frase me ha salido)

                                                       Entremos a una de ellas.

             La de fogatas que habrán hecho aquí los pastores a lo largo de los años.

                      Cómo aguantan los leños serranos el destructivo paso del tiempo.

      Saco esta vista de una de estas casas oquedades con la cercana Muela del Conde.


Después de esto, llegamos al coche con un cielo amenazante de caer una tormentita, pero a nosotros ya nos daba igual, íbamos camino del Santuario Virgen de la Hoz donde nos esperaba unas cervezas, ducha, paseo antes de cenar, una cena nada frugal, y a cama, mientra caía un aguacero tremendo, que al día siguiente queríamos hacer un poco de turismo rural, yendo en primer lugar a Molina de Aragón.

                                               Estamos en Molina de Aragón.

                  Con casas singulares, como esta que parece una pequeña fortaleza.

  Hay varias cosas que ver, pero nosotros nos vamos a remitir a un castillo. En su origen fue una alcázar árabe de los siglos X y XI, sobre los restos de un castro celtíbero. En siglo XIII se terminó de construir por cristianos. Fue la capital del Señorío de Molina.

                      Para eso subimos a lo alto, dejando el pueblo a nuestros pies.

               En su construcción vemos que sobresale también la piedra rodeno.

                                                      Detalle de sus murallas.

  Impresionante el tamaño de todo el complejo y lo bien que aguantan estos restos. Justo donde estoy haciendo la foto es el Prao de los Judíos, un yacimiento medieval ubicado fuera de las murallas.

Vamos a darnos una vuelta por este yacimiento arqueológico, que era el barrio de los judíos, desde el siglo X al XV. Comparen estos restos......

           Con este dibujo, siendo una aproximación de como debiera ser este lagar.

                                    Ahora este rincón del Prao de los Judíos con........

               Este, que era una Herrería por los restos de escoria de hierro encontrados.

                                 También este lugar, en un lateral del cerro, con ......

                                  Este lugar siendo una de las muchas casas que habría.

Nos vamos a acercar ahora a ver el pueblo de Chequilla, donde nos llama la atención el olmo de esta plaza.

                       Aunque este pueblo es conocido por sus piedras de rodeno.

                                           Que están diseminadas por todo el pueblo.

                                            Detalle de su iglesia, toda de rodeno. 

                                   Nos acercamos a ver su peculiar plaza de toros.

                               Incluso el cementerio se ve integrado con el rodeno.

 

Vista del pueblo, que al ser agosto se le veía con más ajetreo de que es real.

Y hasta aquí este buen fin de semana de senderismo y turismo rural en la provincia de Guadalajara -Alto Tajo y Comarca de Molina-. Tocaba volvernos a Cuenca, que la teníamos a hora y media.

En este punto, debo pedirles disculpas a vosotros, mis lectores, por haberos soltado una mentirijilla. Y es que no puedo visitar el Alto Tajo en verano y no pegarme un chapuzón, aprovechando que este domingo el tiempo era algo mejor, y la lujuriosas aguas el Alto Tajo es algo de lo que soy incapaz de resistirme.

     Donde estoy toco pie, pero luego hay unos cuantos metros hasta el fondo. Estas aguas tan cristalinas están muy fresquitas para Maru.

  Debajo del viejo puente (hoy en desuso) que comunicaba Peñalén y Poveda con Taravilla.

                                 Qué fresquito voy a volver conduciendo a Cuenca.



                                                      ¡Hasta la próxima!