SUBIDA EMPINADA AL CERRO DE LA MAJESTAD Y EL BARRIO DE SAN ANTÓN
Vamos a hacer otra ruta por Cuenca capital y su fantástico
entorno de ríos, hoces y cerros. Saldremos por una empinada senda que nunca he
enseñado en el blog y que te lleva a lo alto del Cerro de la Majestad, uno de
los que conforma la Hoz del río Júcar.
Esta senda comienza muy cerca de la que te lleva al
Santuario del Patrón de Cuenca, San Julian el Tranquilo, pero rápidamente se
pone tiesa y sube más alto, pasando muy cerca de los Ojos de la Mora, unos ojos
verdes que miran a Cuenca y que pintaron hace años, aprovechando la forma de la roca.
Maru y yo, sin llegar a subir a lo alto del Cerro de la
Majestad, nos torceremos a la izquierda, ya que quiero enseñarle el promontorio
rocoso donde en Semana Santa, ponen las tres cruces que son vistas desde
cualquier punto de la ciudad. Esto nos sirve para presentaros el peculiar
barrio de San Antón.
La morfología de Cuenca es digna de contar tantas veces como
haga falta, pues este barrio de San Antón se disemina por toda la ladera del
Cerro de la Majestad. La ciudad medieval lo hace sobre la ladera (cresta
rocosa) del Cerro de San Cristobal (el del medio) y el otro no menos peculiar
Barrio de los Tiradores lo hace sobre la ladera del Cerro Socorro (donde está
la estatua del Cristo).
Contemos un poco la historia de este barrio de San Antón. A
finales del siglo XV, la ciudad ya tenía completamente ocupado el recinto
amurallado, por lo que había que empezar a construir en lo que eran los
arrabales extramuros. En toda esa ladera solar del Cerro de la Majestad, justo
al otro lado del río Júcar, solo existía en esa época medieval, la Ermita de Ntra. Sra. de
la Luz y el convento de San Antonio Abad, donde se curaban enfermedades
contagiosas.
El control del suelo ejercido por la Iglesia y la Burguesía en los terrenos mejor situados en la parte baja cerca de río, la llegada masiva de campesinos y la falta de terrenos en barrios intramuros hizo que estas clases populares escalen la ladera del Cerro de la Majestad, conformando el empinado arrabal de San Antón.
El parcelario de este arrabal, condicionado por
la hosca topografía y la disponibilidad del suelo, conformó desde el principio
unos espacios típicamente marginales, con parcelas muy pequeñas, casas
construidas al tuntún con corrales y sin apenas trazado viario, donde se fueron
asentando a lo largo de los siglos las clases menos favorecidas y pobres,
aunque con el auge de la ciudad siglos después, creció una incipiente industria
de olleros, curtidores, herreros y alfareros.
Ya a mediados del siglo XX las nuevas políticas urbanizadoras intentaron extinguir este insalubre barrio y construir uno nuevo, llevándose en 1960 a toda la población de San Antón a un poblado nuevo en otro sitio. Este fue el primer despoblamiento del barrio en toda su historia.
Esta
situación no duraría mucho; la escasez de vivienda y la cada vez mayor
emigración del medio rural a la capital hizo que las viviendas volvieran a ser
ocupadas y se siguiera construyendo alegremente, al margen de toda normativa, y
con la inacción e indolencia del gobierno de la ciudad que no acometió en aquel
entonces ninguna reforma.
Así, a finales de la década de 1960 se acometen las obras
para dotar de agua y alcantarillado y una tímida urbanización al barrio, que
por aquel entonces había agotado las posibilidades físicas de crecimiento,
puesto que ya había que escalar la roca casi vertical del Cerro de la Majestad.
Como tenemos que volver al coche para hacer la ruta circular, solo os voy a enseñar una pequeña parte del barrio, la que está detrás de la Iglesia de la Virgen de la Luz, y la parte que vuelve a la zona que va paralela al río Júcar. Os emplazo a recorrer tranquilamente todas sus calles, llenas de vericuetos y recovecos a cual más curioso.
Antes de bajar al barrio, podemos ya ver en estas casas primeras que ya no pueden seguir construyendo ante lo vertical de la ladera.
Entramos en su laberíntico trazado.
Y en sus muchos detalles curiosos.
La bajada es continua entre tanto quiebro, aunque iremos girando hacia la izquierda para ir volviendo al coche.
Algún vistazo atrás son sirve para comprobar que se construyó hasta la misma pared rocosa.
Siempre ha sido un barrio con mucha agitación cultural.
Bicicletas hay por muchos sitios.
Cuando yo era joven, allá por la década de 1980, había temor de ir a este barrio, pues siempre tuvo mala fama, algunas veces ganada a pulso, pero que para nada empaña la belleza de su singularidad.
Siguiendo el anecdotario personal mío, justo al otro lado del Puente de la Trinidad (puente sobre el Júcar que une San Antón del resto de la ciudad, la antigua y la nueva), en la calle Avenida de la Virgen de la Luz, que por aquel entonces se le conocía como el Bulevard, vivieron primeramente a principios de 1920 mis abuelos maternos, y 30 años después, en 1951 vivieron mis abuelos paternos, recién llegados de Toledo, cuando a mi abuelo, guardia civil de Tráfico, lo trasladaron aquí.
Pasamos por delante del taller del herrero de San Antón.
Detalle de sus obras.
Detalle del techo. Como ven esta son las casas que están pegadas literalmente a las rocas.
¡Hasta la próxima!
Hola Toni.
ResponderEliminarPrecisamente el sábado subí por esa senda endiablada. Luego me fui hacia San Julián para bajar por la senda que hay un poco más adelante de la ermita. Paseos mañaneros que yo les llamo.
De Cuenca que te voy a contar!!!!!
Un lujo esas fotos post filo.
Un saludo.
Hola Luis.
EliminarEsa senda endiablada me encanta, a mi que me gustan los cuestarrones. Con esa doble opción de tirar para san Antón o para el Santuario de San Julian, se nos abren unas cuantas posibilidades de rutas entorno a Cuenca.
Me acuerdo que bajaba de Valdecabras ese día, y al pasar pare para subir, pero ojo con que cuidado sobre todo bajarla con la nieve.....
Un saludo.
Hola Toni,
ResponderEliminarQue suerte tenéis de vivir en una ciudad como Cuenca, que además de ser preciosa tiene preciosos senderos que salen desde sus barrios sin tener la necesidad de coger el coche.
Espectacular este vertical y bonito sendero, que permite disfrutar de unas vistas muy bonitas de la capital.
Por cierto, como debiste disfrutar de esos senderos después de la la visita de la amiga Filomena... jejeje
Salud y viva Cuenca!!!
Hola David.
EliminarSi Cuenca en ese aspecto es un maravilla al tener todas esas senda que entran y salen de las hoces y los cerros.
Como le digo a Luis, subir la senda despues de Filo con cuidado, pero bajar nada recomendable para quien no esté habituado. Yo muy despacito y asegurando la pisada. Vamos que pese a no estar helada la nieve, unos crampones no habrían venido mal ;-)
Si alguna vez, volvéis a Cuenca, tengo una ruta por las dos hoces y los tres cerros que es una maravilla para conocer Cuenca de verdad, en plan senderista, como debe ser!!
Salud, viva Cuenca y Arrancacepas!!
Hola Toni,
EliminarTiene una pintaza esa ruta, tomo nota para cuando podamos pasarnos por Cuenca.
Un abrazo.
Vaya publireportaje más chulo. No te imaginas lo que te debe Cuenca en cuanto a promoción turística. No conozco mejor embajador. Y dicho lo cual, tengo unas ganas locas de volver a la ciudad porque hace décadas que no voy y bien merece una visita. A ver cuando nos dejan ... Un fuerte abrazo Toni.
ResponderEliminarHola Paco.
EliminarSiempre pensé desde el primer momento que abrí el blog que debía enseñar la ciudad de Cuenca de forma senderista, ya que tiene un potencial tremendo que la gente no conoce.
Siempre habrá mucha gente que sea de andar lo mínimo, pero, creo yo, que en los últimos tiempos, con la pandemia, los confinamientos, etc, que la gente anda más y se están empezando a conocer las sendas de Cuenca.
Yo por mi parte, en el blog tengo ya unas cuantas entradas de las sendas de la capital, y, como Dani puede dar fe, es la mejor manera de conocer esta ciudad, mucho más allá, de la típica visita al casco histórico y recorrer las callejuelas.
Un abrazo Paco.
Hola Toni.
ResponderEliminarPueblos en los que salgas de casa y que sin tener que coger el coche te plantes enseguida en en el monte hay a la gana, pero ciudades que tengan ese privilegio son muy pocas, y si acotamos el filtro a capitales de provincia se podría decir que tu bella Cuenca es única en ese aspecto. He podido comprobarlo de primera mano en aquella ruta urbano/montañera que nos preparaste la primera vez que fuimos a visitaros, y también el día que subimos mano a mano al Cerro del Socorro. Y veo que el abanico es mucho más amplio, como demuestra sobradamente esta ruta. Empinadísimos senderos, si, pero con una recompensa brutal, como son esas vistas hacia la ciudad medieval (me encanta como su arquitectura urbana va en sintonía y descendiendo al unísono del relieve de la montaña) y el peculiar Barrio de San Antón, que siempre que hemos pasado junto a él, camino de alguna ruta, siempre nos has contado alguna historieta que otra. Desde luego su historia es muy interesante.
Un abrazo.
Hola Dani.
EliminarPienso como tú; de hecho, si te pones a pensar en una capital de provincia con estas sendas tan empinadas saliendo desde la misma ciudad no me viene a la cabeza ninguna ahora....
Tengo una ruta en mente para cuando venga alguien a verme, jejeje, que le gusten las sendas tiesecillas para subir a los 3 cerros de Qnk por esas sendas que no suelen utilizar más que los runners más fuertes. Sería de unas cuantas horas y de unos 700/800 metros de desnivel positivo, con un final en una terracilla en la propia Hoz del Huécar.
En cuanto al barrio de San Antón, te cuento una cosa curiosa que pasó ayer mismo. Se acaba de hacer una super redada gorda de la policía contra la droga en ese barrio. En las casas más pegadas a la montaña, las más inaccesibles es donde la policía le cuesta llegar pues solo pueden entrar por un sitio (por abajo), y son rápidamente localizados, con el resultado de que cuando llegan, pues ¡ale hop! todo ha desaparecido. No sé como terminaría la operación de ayer pero bueno ahí tienes otra curiosidad del barrio de ayer mismo.
Un abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarSan Antón vice city jajaja. Respecto a esa ruta de los tres cerros, ¿me tengo que dar por aludido?, si es así, cuenta conmigo, el final feliz en esa terraza es lo que me ha acabado de convencer ;-)
EliminarAh, y se me había olvidado comentarte al respecto de los Ojos de la Mora. No veo mal que se hagan actuaciones artísticas de ese tipo en el monte (que al fin y al cabo, y en mi opinión, viene a ser lo mismo que colocar una cruz en lo alto de una cima), pero siempre que se hagan de forma muy esporádica. Otra cosa ya sería el abuso y que todoquisque se pusiese a grafietear las rocas o a poner cruces en todas las cimas.
Un abrazo.
Te imaginas? después de unas subir y bajar los 3 cerros por las sendas más empinadas, cruzar los dos ríos y comprobar como la vegetación de las hoces envuelve la ciudad, tras 5 horas de ruta, terminamos en una terraza, debajo de las casas colgadas, con el rumor cercano del río Huécar, unos tiempo primaveral de 22º y una simpática camarera sacándonos sin parar tercios fresquitos y raciones de huevos con patatas y pimientos fritos?
Eliminarjajaja os podéis dar por aludidos todos los que sabéis que sois aludidos ;-)
Una vez más, amigo, coincidimos en ese tema. A mi pintar en la naturaleza, por lo general no, pero hay concretas actuaciones y esporádicas, que no las veo mal, y estos ojos verdes mirando a la ciudad de Cuenca, por el simbolismo que entraña, lo trato como una de esas actuaciones. Pero no veas lo beligerantes que se vuelven los anti Ojos cuando se saca el tema. Luego como hemos hablado alguna vez, hay mucha gente que le gusta polemizar hasta extremos acusados y tampoco es para darle tanta importancia.
Un abrazo.
Hola Toni.
ResponderEliminarPues así a bote pronto, Soria, con el Duero y la dehesa, a mí es una ciudad que me encanta, aunque si se rebusca, son muchas las ciudades que tienen sus espacios verdes, otra cosa es que cuando las visitamos, no lo hagamos en profundidad y nos dedicamos a ver sus monumentos.
Sin duda esta opción como otras que has ido publicando, es una buena forma de ver la ciudad, desde unas perspectivas diferentes. Al ver esas cuestas, he pensado en la BTT, son muy buenas para disfrutar. Veo que todas las ciudades, tienen sus barrios "chungos", que habitualmente suelen estar en los extrarradios.
Un saludo
Hola Eduardo.
EliminarSi claro, Eduardo, capitales de provincia bonitas las hay, como tú dices Soria con ese el Duero conformando la ciudad con sus meandros o Toledo lo mismo con el Tajo. Dos preciosidades de capitales.
Lo de Cuenca es otra fisionomía distinta que no se da en capitales (menos en Huelva he estado en todas), al estar en una cresta rocosa entre dos hoces de de dos ríos, y rodeado de tres cerros o montañas.
Pero vamos, lo mejor es que te traigas a la familia a conocerla, y con suerte, tenéis hasta guía ;-)