POR LA BASE ROCOSA DE LA MUELA DE LA MADERA (I)
Con haber seguido alguna vez un puñado de entradas de este blog sabreis que tengo debilidad por los paredones rocosos, lo que en estas sierras se ha denominado siempre Ceñajos o Cenajos. En ellos se alternan, mas o menos enteras, tramos de fajas, algunas transitables, otras no. Me gusta abordar estos ceñajos desde todos los lados posibles, tanto por la parte superior, asomándome a los bordes, como por esas fajas, muchas veces a mitad de pared, y tambien me gusta recorrer estos ceñajos por la base de la pared, es decir donde la tierra inclinada de la ladera se une a la pared rocosa vertical. Las perspectivas que se ven son una gozada para el aquí escribiente, acrecentadas por las formas erosionadas de la caliza conquense.
No solo eso, sino ver cómo los arboles y demás vegetación intenta prosperar en esas inclinaciones y en esos ambientes rocosos, a priori, poco propicios es muy curioso, pero además, el hombre serrano de antaño, tambien decidió en su dia sumarse a esas dificultades, por lo que ir descubriendo en la base de esos paredones, en sitios tan hoscos e inaccesibles, apriscos de ganado con sus muros, aprovechando esa paredes, y en algunos casos los techos, es todo un espectaculo.
Por último, admirar con total respeto, a los verdaderos habitantes de estos paisajes tan dificiles para el hombre; esos que han nacido allí, que se amoldan con total naturalidad y facilidad. En esta entrada vais a ver a un buen puñado de ellos, de los animales salvajes de la ceñajos rocosos de la Serranía de Cuenca.
Para todo ello, un sitio idoneo para hacerlo es toda la extensa cara sur de la Muela de la Madera, entre los pueblos de Uña y Las Majadas. Ya os he enseñado rutas por la parte superior y por fajas intermedias. También alguna por la base de las paredes, y como estoy decidido a enseñaros practicamente, con paciencia y tiempo, toda la pared desde el Mirador del tío Cogote debajo de Las Majadas hasta más alla de la Ceja de la Peña Betaya donde empieza el embalse de la Toba, aquí va otro tramo de ruta por la base de los paredones.
Mas en concreto dos tramos. El más largo es el que va desde el Puntal de la Peña Rubia, muy cerca de Uña hasta más allá del Puntal de la Santilla, antes de llegar al Puntal del Canto Blanco. Y la otra, saliendo desde la Escuela de Pesca del Rincón de Uña sube a una gran oquedad en la roca que hay justo encima para explorarla. Todo muy cerca de dondé termina la célebre Raya del sendero del Escalerón y la Raya.
Comentar primordialmente que estas rutas, en el caso de tener que marcarlas y explicarlas, lo haría con un grado de dureza y dificultad alta. No hay sendas y, apenas, hay tramos que andes por llano. Exige aparte de buena forma física, un cierto grado de paciencia en terrenos más propicios para cabras montesas y demás bestias, aparte de vegetación ardua y un especial cuidado pues son lugares peligrosos en caso de caidas y lesiones.
Lo primero de todo es buscar alguno de los pasos puente que cruza el canal que lleva el agua del embalse de la Toba a la Laguna de Uña.
Y rapidamente, comienzo a subir y girando hacia la izquierda, viendo arriba los paredones.
Allí arriba despunta lo que yo llamó la Cueva Cúpula y que ya enseñé hace años en una entrada del blog. Esta vez no la visitare pues yo ire más hacia la izquierda.
Por ahora la pendiente es accesible, y estoy atento pues ahí delante hay un corte rocoso, a priori, insalvable.
Miren que sorpresa me encontré ahí delante.
Estos cérvidos son los primeros de los diversos bichejos que me voy a encontrar.
Llego al corte rocoso, dónde me espera esa construcción.
Con un magnífico techo que hay aprovechar.
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Ingeniosa base por dónde la puerta gira y se encaja en el caso de querer cerrarla bien.
Al lado de este aprisco hay adosado otro, siendo en total de gran longitud.
Ese magnífico techo no está para desaprovecharlo ni un metro.
Esta serie de finos gamellones serían posiblemente para ponerlos debajo del goteo de agua de la oquedad y aprovechar las filtraciones de agua, sobre todo en los calurosos veranos.
Voy a explorar las sendas pues los pastores de estos apriscos tenían que tener el camino para seguir subiendo y salvar el corte rocoso.
Y en efecto en tres pasos como este, que se nota las piedras puestas a modo de escalón, se salva el corte.
Despues de eso, nos queda la tiesa ladera hasta la base de las paredes.
A las que llego, recibiendome ya con formas curiosas.
Como esa especie de cascada de roca en dos pisos.
Ahora ire por aquí, como mejor pueda, teniendo a la izquierda el Puntal de la Santilla, a dónde me dirijo.
Y en un vistazo atrás, el Puntal del Canto Blanco, parcialmente tapado por la niebla.
Como comento antes, el terreno llano brilla por su ausencia.
Allí en un trozo de pared me sorprende mucho encontrarme con un grafitti: Hipólito Arribas, 1947. Al ver ese año mi atribulada imaginación piensa ya en alguien del Maquis, que se escondia por estas verticalidades.
Al doblar el Puntal de la Santilla, una gran hendidura aparece y subo/trepo a ver si pudo haber un paso ahí.
Imposible acceder.
En la parte alta la niebla crea bonitas estampas. Otro rincón bonito con otro pino adosado.En este punto decido volverme, y para eso, allí abajo, dónde el corte rocoso, veo restos de apriscos, por lo que habrá senda para salvarlo, bajar y volver al coche.Más adelante está el Puntal de la Peñarrubia de Uña, a la que volveré otro día para, desde allí, recorrer lo que me falta de pared hasta el punto donde estoy ahora.Sirviéndome este mogote rocoso de referencia para sabel el punto exacto donde debo llegar. Comienzo a bajar con sumo cuidado.
Tras jabalinear por ladera, ya estoy buscando alguna parte donde el corte rocoso ceda y pueda bajar. Ya he bajado abajo, comprobando que, en efecto, hay mas apriscos. Resultándome de gran belleza y realmente prácticos. Sus interiores resultan fríos, tétricos y oscuros. Aunque para los pastores de antaño, debieran ser confortables gangas de la naturaleza que había que aprovechar
Volveré al coche, buscando un paso puente para salvar el canal.
Me encuentro con esta lengua de roca que parece que sube. Todo muy empinado pero podría ser un nuevo paso a la parte superior.
Más adelante veo la zona de frailes rocosos a dónde llegué en la ruta anterior. Allí quiero llegar.
Oscuras grietas llenas de hiedra y demás vegetación se ven.
Yo aquí veo un bello ósculo.
Y para terminar, iré hacia el Rincón de Uña, camino de la Picisfactoría, y antes de llegar sale el camino que nos lleva a la Escuela Regional de Pesca, donde tirare ladera arriba marcándome un "to tieso" y explorar esa oquedad vista en la foto citada anteriormente y ya de paso deleitarme en las vistas desde allí arriba.
Y no tardo mucho en ver a una de esas bestias que marca la traza con sus pezuñitas.
Ya me asoma allí la oquedad, mientras voy salvando diversos cortes que me van saliendo.
Lado que se ve un viejo aprisco pastoril, dónde a posteriori hubo un derrumbe. No todo ocurrió en otros milenios.
Aunque no parezca grande en la foto, la oquedad al estar en un esquinazo es de gran tamaño.
Voy a avanzar pegado a la base, en dirección contraría, hacia el rincón de Uña.
Abajo se aprecia las instalaciones de la picisfactoria. Es hora de volver y tomarme unas cervezas en el pueblo.
Gracias Toni , es un placer ver tus rutas tan detalladas .
ResponderEliminarMuchas gracias a tí, por leerme y dejarme un comentario.
EliminarEncantado de que te guste el blog.
Un saludo.
Hola Toni, vaya chulada de entrada, te felicito por la cantidad de fotos tan espectaculares, y no dejo de pensar en el trabajo tan duro, que hicieron los pastores primero para recoger tanta piedra, en un terreno propio para las cabras, nunca mejor dicho, y después en la colocación, probablemente sin mucha experiencia en el oficio de albañil. También quiero aprovechar la ocasión para decir, los paisajes tan bonitos y agrestes que nos ofrece la serranía conquense, perdona pero creo que se me nota que soy serrano, ya estoy impaciente esperando las próximas entradas que as comentado, para seguir disfrutando de los paisajes. Ten cuidado con los animales salvajes, que no estas lejos del Hosquillo, no se escape algún oso, y te lo encuentres dando un paseo, de fin de semana por la zona, te doy las gracias una vez más, por lo que me as hecho disfrutar de estos paisajes serranos. Un cordial saludo: Félix
ResponderEliminarHola Felix.
EliminarSí, sí, muchas veces me he imaginado como estos pastores serranos estaban tan acostumbrados a las cuestas que no les importaba buscar sus lugares para el rebaño en estos sitios tan duros dificilmente accesibles. ¡Menudas piernas debieran tener, eh!
Qué bien habría quedado las fotos de un oso por debajo de estos ceñajos, jejejeje.
Un saludo.
Hola Toni.
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir con tus lectores, una vez más, un sitio precioso.
Como sé que te gusta mucho los paredones te comento que hace dos semanas estuve en Jalance (Valencia) en los cañones del Jucar y que, si no has estado ya allí, te lo recomiendo encarecidamente.
Un saludo
Hola.
EliminarEncantado que te guste la entrada y gracias a ti tambien por leerme y comentar.
Lo de Jalance se encuentra en mi larga lista de sitios pendientes, pues ya le eché el ojo hace tiempo, además que me han hablado muy bien de aquel paraje. No hace mucho anduvimos por lo de Cofrentes y el Castillo de Chirel y nos gustó mucho, por lo que no tardaremos en volver por la zona.
Un saludo.
Hola Toni.
ResponderEliminarComo me gustan esas cuestas tiesas de acceso a los paredones. Salirse de lo habitual y recorrer la base de los paredones, tiene el atractivo de la sorpresa inesperada mientras avanzamos. Recuerdo aquella salida que hicimos al Poyal de Rocines en Tragavivos con tu hermano. Buen recorrido aquel.
Es curioso ver como el hombre de hace décadas daba vida a estos rinconazos con su presencia; vidas de austeridad y escasez. Hoy nos sorprendemos viendo aquellas marcas en la roca o el minucioso trabajo de aquellas tinás bajo los cobachos. Y es que cualquier tiempo pasado fue... distinto.
Por cierto, ese pajarillo que fotografiaste en el torrente de agua es un mirlo acuático, un simpático pajarillo que habita y cría en esos ambientes de montaña. Buena captura.
Un abrazo y más paredones!!
Hola Andrés.
EliminarBuena y dura jornada aquella del Poyal de Rocines.
Es lo que tú dices, cuando vas por esos lugares tan inaccesibles e incómodos y te encuentras sendas con sus muros, apriscos pastoriles, y más obra del hombre de antes, es cuando uno realmente flipa, y a mí esos descubrimientos me encantan, además, por supuesto, de ver la flora y la fauna de aquellos lugares.
¡Un mirlo acuático! Gracias por el apunte.
Un abrazo.
Hola Toni.
ResponderEliminarIba a comentarte yo también lo del mirlo acuático, pero se me ha adelantado Andrés. 😅 En septiembre del año pasado, en la zona del Neouvielle tuve la suerte de grabar a uno en acción, y es increíble cómo se sumerge y bucea el pajarillo.
Respecto a esta entrada, supura Magia Serrana por los cuatro costados, todo lo que está en el ADN de esa bonita combinación de dos palabras está presente en las fotos, ya sean esos ceñajos bajo paredes abovedadas, esos apriscos, las formaciones erosionadas, o esos altivos puntales. Tampoco podían faltar los animalejos serranos, ni tampoco esas latillas, ya todo un clásico de tus ágapes montaraces 😉
Un abrazo.
Hola Dani.
EliminarYa sabes que una de mis asignaturas pendientes en tema animales son los pájaros, pero ahora, como ya oigo a gran parte de ellos, miro más y termino encontrándolosl, incluso fotografiándolos.
Y también sé que compartimos el gusto por recorrer paredones rocosos, ya sea por arriba o por abajo, siempre tienen algún aliciente, ya sean en formación escultórica o arquitectónica, en botanica, en zoologia o en etnologia, con la aparicion de esos apriscos y esas sendas olvidadas.
Fíjate, que yo empecé llevando al monte desde el bocata, sandwich, luego pase por solo frutos secos y platano, y ahora he terminado igual que mi padre, que yo lo recuerdo siempre con su latilla de sardinillas con tomate y alguna otra más, ah! y su neverita con su cervecilla (al igual que tú haces tb muchas veces)
Un abrazo.
Hola Toni.
ResponderEliminarLa leí hace más de un mes y no deje comentario, así que la leo por segunda vez, que, tus entradas siempre resultan atractivas.
La verdad, que leyendo está entrada y otras tantas, me resulta extraño lo poco aprovechado que están estos espacios, es decir, apenas hay senderos balizados, ni escuelas de escalada (aunque no es la mejor roca para ello), no se, creo que tanto ayuntamientos, comarcas (no se, si en Cuenca o Castilla la Mancha, los pueblos están agrupados en Comarcas o es, tema de Aragón) o la propia provincia, no se involucran más, en dar a conocer estos parajes que, a mí, me parecen espectaculares y que, si no fueran por publicaciones como la tuya, ni sabría que existirían.
Si es que, además, los pastores en su tiempo ya marcaron los pasos, para salvar las dificultades del terreno, saldrían unos senderos bien chulos, " tan solo", tendrían que trazar senderos que los unieran, pero bueno, quiero imaginar, que "sus razones tendrán" ...
Luego, me queda la duda de los abrigos pastoriles, entiendo que en caso de necesidad, cualquiera los usaría, pero la duda es, si cada pastor tendría el suyo propio ,o, entre varios los hacían y luego lo utilizaba cualquiera, porque, hay algunos abrigos, que menudo trabajo llevan.
Lo bueno que tienen estos parajes tan salvajes, es que, es fácil cruzarse con la fauna del lugar, me encantan cuando las cabras se te quedan mirando, no se si por extrañeza o curiosidad, por donde yo vivo, mira que esta al lado de Zaragoza y han proliferado barbaridad, cuando salgo a correr por el monte al amanecer o al atardecer, es fácil encontrarme con algún grupo, lo primero que hacen es subir barranco arriba y una vez, dejan el espacio de seguridad, se me quedan mirando, a veces, hasta me pongo a hablar con ellas 🤣.
Salud y montaña.
Hola Eduardo.
EliminarGracias hombre por tus palabras viniendo de un gran trotasendas como tú ;-)
La cuestión que me planteas en primer lugar tiene mucha chicha y podriamos estar debatiendo largo tiempo. Cuenca lleva un tiempo (unos pocos años) despertando y siendo conocida para el público en general (me imagino que las redes sociales tendrán mucho que ver). En muy poco tiempo han aparecido 6 o 7 ferratas, los barrancos acuáticos están a tope por estas fechas, etc, etc. Claro si lo comparo cuando empece con el blog mismo, la cosa ha cambiado una barbaridad.
La escalada lleva ya bastante tiempo en alza, de hecho la zona de Cuenca capital y alrededores es una de las áreas fuerts de la zona centro de España, teniendo siempre muchas visitas de Madrid y alrededores. En esta Muela de la Madera, al igual que en muchos de la Ceñajos y paredones de la sierra está prohibido por la gran cantidad de aves rapaces que hay.
En cuanto al olvido de senderos es algo realmente increible, la poca señalización y la poca iniciativa que hay por hacerlos, pudiendo hacer rutas con verdadero interes, tú que sueles leer mi blog (y has conocido un poco de la serranía de Cuenca) lo habrás comprobado, pero bueno esto es así, y poco se puede hacer.
Lo de los pastores son preguntas que me he hecho tambmién. ¿Como se llevarían? compartían todo? Esos apriscos eran hereditarios? Me imagino que se montarían alguna que otra trifulca, y con finales poco felices, jejeje.
Salud y Montaña.