Os voy a enseñar dos parajes de las vecinas y cercanas provincias de Teruel y Valencia. En el primer caso, la mayor de las veces os suelo enseñar parajes de la Sierra de Albarracín, y en ella, se encuentra la Masía de Ligros, un paraje que, a su vez, se encuentra dentro del Paisaje Protegido los Pinares de Rodeno, un espacio natural proteccionista que engloba los términos de Albarracín, Bezas y Gea de Albarracín. Y lo de protegido le viene al dedillo, pues por allí se ve mucho agente medioambiental recorriéndolo de arriba a abajo. Es de imaginar que han debido ocurrir muchas tropelías, porque si no, no se entiende tanta protección y vigilancia.
La ruta comienza en una conocida y antigua Casa Forestal, una Masía que hay allí, la de Ligros e iremos a ver un viejo campamento maqui, concretamente, el que usaron los maquis del AGLA (Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón) y que estuvo operativo entre 1945 y 1947. Recorreremos todos estos recovecos que suelen crear los paisajes de rodeno y para terminar comeremos algo en el merendero del refugio de la Masía. Luego cogeremos el coche, y nos acercaremos a ver la bella Laguna de Bezas, otro de los pocos humedales existentes en la Sierra de Albarracín.
Cuando volvimos a Cuenca lo hicimos por la carretera de Veguillas de la Sierra (Teruel), entrando ya en la valenciana comarca del Rincón de Ademuz donde pasamos por la aldea de Arroyo Cerezo (-El Royo-), perteneciente a Castielfabib, y núcleo habitado (11 habitantes) a más altitud de toda Comunidad Valenciana (1330 metros). Yo ya había estado triscando por estas tierras dos o tres veces (está al lado del conquense pueblo de Salvacañete), y comprobando que el arroyo homònimo llevaba cierto caudal, paramos, ya que quería enseñarles a mis compis una cascada que se crea allí mismo de este arroyo que luego crea la Rambla de Palomares, antes de volcar sus aguas al río Ebrón.
Lo primero que se ve al llegar es la que fue la enorme Casa Forestal de Ligros, hoy en desuso.
Por ahí se ven restos de muros de lo que sería la Masía, con ese edificio del fondo, el refugio, donde comeremos a la vuelta.
Hablando de la Masía, se ven restos antiguos como estos, que serían de la ermita que tuvo que haber allí.
Al alejarnos vemos como todo esto de Masía se mimetiza muy bien en este paisaje...
de pino rodeno y roca arenisca, muy parecido al paisaje conquense del Rodenal del Cabriel.
Salimos el equipo completo: Maru, mi hermana y mi cuñado.
La charleta se sucede mientras vamos por el fondo de este ancho barranco con rocas a ambos lados
La ruta es circular y consta de apenas 6 km. Nosotros la uniremos con la visita a la Laguna de Bezas.
Por el fondo del bco. corre un arroyete, que queda más estancado la mayor de las veces.
La vegetación se vuelve profusa y en sendero se pega los laterales.
Alguien habituado a la erosión del rodeno captara matices como este bello circulo expansivo.
La humedad aquí dentro se nota y eso favorece siempre el paisaje.
Un cartel nos indicaba de unas pinturas rupestres del Bco. del Pajarejo y a ella llegamos.
Una maravilla estas pinturas, dónde aún se aprecian estas figuras humanas en lo que parece que es una danza de la lluvia agrícola. Otras pinturas que vimos ese finde por esta zona estaban ya casi desaparecidas.
Otro rasgo que asemeja este espacio protegido con el Rodeno conquense, dónde están los abrigos rupestres de Villar del Humo.
Como se hace notar esa planta en este habitat tan rocoso.
En todo momento, la ruta está clara gracias a los carteles. Si no, allí uno se extravía rápido.
Por lo pronto, comenzamos a subir por otro barranco para iniciar la vuelta.
Pasando por secciones tan chulas como esta.
El campamento maquis está en la parte alta.
Pero antes nos encontramos una pared con una erosión espectacular.
Menudos Taffonis. Parece arte barroco de alguna iglesia.
Por esta canal seguiremos subiendo a la parte alta.
Mi cuñado en su salsa con todo el despliegue de pinos rodenos que hay.
El canal este visto desde arriba.
Arriba han hecho un mirador.
Para poder ver cómo es la orografía de este tipo de paisaje.
Al bajar del mirador nos encontramos con lo que fue el Campamento Maqui.
Como se imaginaran, estos duros hombres no podian construir mucho por temor a que les encontraran debido a esos restos.
Esta silla hace de asiento, lo que no sabemos si su origen es natural o lo hicieron los maquis.
Esta parte esta llena de recovecos y pasilletes.
Dónde los exploraremos todos.
Todo lo relativo a los maquis nos remite a unas condiciones de dureza inimaginables.
Este rincón donde subsiste este muro.
Fue la escuela, donde a los hombres se les enseñaba desde leer y contar, hasta clases de formación política, cultura general, historia, geografía, etc.. Seguimos investigando más callejones que ser crean en este entramado.
Con más pinos de tamaños tremendos.
Y vericuetos fascinantes. Ya solo nos quedaría volver a la Masía Y prepararnos la comida en una de las mesas del merendero del refugio.
Con el coche nos acercamos al aparcamiento de la laguna.
Desde aquí podemos ver que es una laguna endorreica por completo, para entendernos, no hay salida ni entrada del agua, más alla de la lluvia (entrada), evaporación/inflitración (salida). Cuestión que hace que lleguen a secarse en ocasiones.
Al fondo se ve una masía que tuvo que prosperar al calor de la laguna.
Vemos gente que ya le está dando la vuelta a la laguna.
Mi cuñado nos hace ver en las riberas desecadas plantas de menta que era un espectáculo lo que olían al moverlas.
Como buen humedal, es un sitio necesario y a cuidar por su fauna y su flora.
En ella crecen hasta cuatro tipos de plantas acuáticas distintas.
Siendo la Potamogeton sp la que le da una coloración típica, aunque no llegamos en época idonea para ello.
En el texto del amojonamiento que hizo el rey Jaime II de Aragón (1308) ya viene mencionada como Balsiella.
De per dalt i per baix el fantástico blog de mi amigo Dani, me permito coger la vista de la Laguna desde arriba del cerro, dónde tambien hay trincheras de la Guerra Civil.
Volviendo ya para Cuenca, paramos en Arroyo Cerezo (Valencia), pues yo conocía de hace años atras un salto de agua que se forma cuando el arroyo lleva su agua como en esta ocasión.
Ocasión idónea para enseñarsela a la familia, buscando la senda de bajada que salve los pequeños cortados que conforman esta rambla.
Os voy a dejar, sin más, diversas fotos de esta bella cascada, donde la labor del agua ha creado una cueva y estructuras tobáceas muy chulas.
Esto ha sido todo de nuestro fin de semana por una zonas de las vecinas Sierra de Albarracín y Rincón de Ademuz que llevaba tiempo sin recorrer y enseñaros.
¡Hasta la próxima!
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