EL MONESTIR DE SANT PERE DE RODES, EL CASTELL DE VERDERA Y LES CALAS DE L' ESTARTIT
Después de visitar la parte pirenaica
del Rosellón, salimos del valle de Conflent para llegar a las calmadas y llanas
tierras litorales del Mediterráneo. El plan inicial de irnos hacia el norte,
siguiendo el litoral francés, se había ido al traste al estarnos demasiados y gozosos días por el Pirineo
francés. Como comprobamos que el mediterráneo francés en esa parte no tenía para
nosotros mucho interés, dormimos cerca del mar y sin tardar mucho cogimos la
furgo, saltamos la frontera otra vez y entramos en la Costa Brava catalana
mucho más interesante que el llano litoral francés de toda esa parte entre Montpellier
y Perpignan.
El plan eran dos rutas por dos parajes distintos entre ellos. La 1ª es una ruta por un lugar que Maru y yo teníamos pendiente desde que hace muchos años, en otra ocasión de vacaciones veraniegas de turistas, no fuimos a visitarlo y luego nuestro amigo Patxi nos dijo que debiéramos haberlo visitado, sabedor de lo que nos gustan estos sitios. Es el Monasterio de Sant Pere de Rodes, ubicado en pleno Parc Natural del Cap de Creus. No solo la Historia del lugar nos llama, sino la ubicación montañosa del monasterio hará que disfrutemos del paisaje y las vistas.
La sorpresa del Monasterio vino
con la presencia, aún más antiguo, de un auténtico nido de águilas, un castillo
roquedo del siglo IX, el Castillo de Verdera, que ya en el año 904 aparece
mencionado en documentos como posesión de los Condes de Ampurias, otro de esos condados creados con la Marca Hispánica, por lo que sus orígenes puede que sean carolingios. Castillo que
hizo que bajo su protección naciera, tiempo después, el Monasterio de Sant Pere
de Rodes. En las fotos os cuento esto un poco más.
La otra ruta fue seguir un track del amigo David Bonilla para hacer una ruta senderista costera en el pueblo de L’Estartit.
Los lectores del blog ya sabéis que a Maru y a mí nos gusta de vez en cuando hacer
una ruta de estas características y la Costa Brava catalana es otro de esos
lugares idóneos. Pensábamos que al dormir allí mismo y empezar la ruta pronto
escaparíamos de la terrible humedad marítima veraniega, pero, entre que no fue
así, y otro inesperado e indeseado elemento, al final la ruta la tuvimos que
acortar mucho. De todas formas, las fotos que vais a ver son buen acicate para admirar la belleza de aquello.

Y en el año 945 ya aparece mencionado como un monasterio benedictino.
Y debajo del ábside unas tétricas y antiquisimas escaleras.
Y la Torre del Campanario desde dentro, llamando la atención mucho verla así.

Les Illes Medes con su característico faro en medio.
Por lo pronto seguimos por el interior admirando esta orografía y vegetación tan de la Costa Brava.
Yo empiezo a investigar todos los recovecos que se forman como esa cuevecita.
Aquí tienen a la culpable de que no nos bañáramos en esta gran cala.

Estaba todo infestado de medusas.

Nuestro gozo en un pozo. No dedicamos a echarle fotos a lugar tan chulo y decidimos volvernos ante el aumento del calor.
Pero a la vuelta pasamos por la primera cala, esa que era muy pequeñita.
Muchas veces de las que andamos por el litoral mediterráneo nuestro viaje acaba en Benicassim, donde los amigos Patxi y Pilar nos preparan un manjar de estos insuperable.
Efectivamente, antes me subo a ese castillo, un 6 de agosto a las 3 de la tarde, y luego me baño con las medusas en esa cala, que ventilarme un plato de ostras....
ResponderEliminarQué pasada cuando montaña y patrimonio histórico van cogidos de la mano. Oye, el monasterio este no tiene nada que envidiarle a la abadía que nos enseñaste en la anterior entrada. Su aspecto exterior es monumental, pero luego tiene algunos pasajes interiores que me han parecido de gran belleza.
Y el castillo se ve bastante bien conservado para lo que es habitual por el litoral mediterráneo. Y cómo se disfrutan estas visitas cuando se sabe interpretar la disposición de las murallas y torres y por que se construyó de una manera y no de otra. Supongo que este sábado pasado, cuando estuvisteis en el Castillo de Buinegro, os fijaríais que solo había murallas en la vertiente sur. El por que no se construyeron en la norte supongo que lo averiguaríais cuando os asomasteis a la Ventanica 😉.
Y del Estartit y la Costa Brava poco se puede decir que no se haya dicho ya, pero esas calas tan cristalinas son una de sus señas de identidad. Menos mal que al final encontrasteis una libre de medusas y os pudisteis bañar, pues el calorazo que hacía se aprecia incluso en las fotos...
Un abrazo.
Hola Dani.
EliminarTe lo voy a poner difícil: Si te dicen que en diez días estas con la rodilla perfecta, pero durante esos 10 días debes comerte una docena de ostras al día. Jajajajaja....venga venga decídete y sé sincero.
A Maru y a mí nos flipa cuando la montaña se conjuga con el arte histórico y arqueológico, con estas ermitas, castillos y monasterios, pozos, etc.
Lo de Castillo de Buinegro nos tuvo un buen rato desconcertados por su disposición. Al principio pensábamos que ocupaba toda la muela, luego vimos que casi toda la muela es de suelo lapiaz muy irregular, luego vimos que su parte llana era poca y era donde estaba las murallas, (todavía aútentica donde se aprecia esa construcción en tapial que tan bien hacían los musulmanes) Y al final, mola mucho cuando te das cuenta que la muralla solo va por donde es accesible para una persona. Cuando el risco se pone vertical e imposible para alguien, allí, logicamente, dejaron de construirla. La ventanica es lugar para buitres.
Un abrazo.
🤔 ¿Puedo pedir el comodín del público?...
ResponderEliminarjajaja, si sí pídelo, porque no te lo he puesto fácil. Un poco malo he sido, pues una vez comer ostras pues si te veo, pero 10 dias seguidos es hacerte sufrir.
EliminarAunque la recompensa es que la semana que viene podrías irte ya a Pirineos.