FUERTESCUSA, EL CUCURUCHO, EL COSTERÓN Y LA HOCECILLA

 

mediados de mayo de este año se nos presenta una primavera fantástica, de esas en que la verde explosión de la naturaleza es bárbara, apuntalada, además, por toda el agua que rezuma la sierra, vayas donde vayas. Furgoneta Camper Gina preparada y el viernes a las 8 de la tarde salimos a dormir a uno de nuestros sitios secretos para al día siguiente acometer la 1º de nuestras rutas.

Esta escapada furgonetera va a transcurrir por la Serranía de Cuenca. Hemos decidido que, aunque tengamos el finde completo, vamos a dejar un tiempo de pegarnos viajes largos, cruzando más de medio país, para disfrutar de nuestro nuevo modo de vida camper por nuestras sierras más cercanas.

Nuestra primera ruta comienza en el pueblo de Fuertescusa, al que llegaremos por la mañana pronto. Para nuestra jornada del sábado Maru y yo queremos un poco de dureza y vamos a recorrer la ruta que creo que coincide íntegra con el trazado de Trail de montaña Puerta del Infierno. De hecho, llevaremos en el movil el track de la carrera de montaña. Lo digo por una cosa que os contaré más adelante en la entrada.

Para mí, salvo dos tramos cortos de la misma, el resto es conocida, pero la ocasión es genial para que Maru conozca el Cucurucho y el Costerón, dos de los lugares fuertescusanos más reconocibles y se empape de la magia del agreste monte de este bello pueblo. Estas escapadas por nuestras sierras mas cercanas están sirviendo también para que Maru conozca los parajes que conozco yo, o por lo menos, muchos de ellos.



Al final unos 850 metros de desnivel positivo y unos 15 km harán que acabemos satisfechos con tema físico. Eso sí, al menda se le hizo un poco duro, pues se puede decir que, pese a ser 17 de mayo, fue el primer día en la sierra de Cuenca que hizo ya calor (23º/24º) y mi cuerpo serrano conquense, nada acostumbrado todavía a la manga corta, a los tragos largos de agua y al sudor, lo acusó y me costó más de la cuenta. 

Fue indicativo ver como Maru me dejaba atrás y tenía que esperarme cada dos por tres. Cuestión de aclimatación nada preocupante. De hecho, en la ruta del día siguiente, también con un poco de calor también, ya fui mucho más suelto, mentalizándome que ahora vienen 3 meses con subida de temperaturas. La verdad que viendo el mes de Junio horrorosamente cálido que nos esperaba, este calorcete de mayo, visto en retrospectiva, no era para quejarse mucho.


Después de dormir con la furgo, nos presentamos en la fuente del lavadero de Fuertescusa.

                                   Una maravilla oír rugir sus caños a esas horas mañaneras.

                                    Que brota agua de otros sitios distintos de los caños.


     Cruzamos la carretera y vemos la rampa de bajada para ir a buscar la senda al Cucurucho está oculta por la vegetación.

                   El Arroyo del Peral que cruza el pueblo anda en modo primaveral total.

                                                            Puentecillo para salvarlo.

                            Una vez encontrada la senda esta tira para arriba sin pausa.

                 No tardamos en coger altura y ver ese verde valle donde está Fuertescusa.


      La subida te pone a tono bien pronto, pero siempre por una senda perfilada por el pinar.

                             Caseta puesta en un saliente que no sabemos su antiguo uso.

Lo que sí tenemos enfrente es el valle del Arroyo del Peral y la Moratilla arriba a la izquierda (en el mapa viene con este nombre) Lo digo porque parece más lógico que sea Molatilla (de Muela). Fíjense esa faja verde inclinada de la derecha de la foto, entre las dos vetas rocosas.


Diez años antes se me ocurrió subir a la Moratilla desde la carretera por esa faja, empezando desde donde hoy está puesta el inicio de la Vía Ferrata, en la carretera.

Ese día nos trajimos a nuestro hijo Nacho, y le puse de nombre a esa subida la vía Nachete o Faja Nacho, cosa que le hizo especial ilusión y nos subió el cuestarrón como una cabra montesa. Ver Entada Aquí


 Tras un rato, un poste y la escasez de arbolado, nos dicen que estamos llegando al Cucurucho.

De hecho ahí se ve el cordal/cresta (en la mitad de la foto) que separa los valles del río Escabas (al otro lado) del del Arroyo de Peral (a este lado)

Y en el inicio de este cordal en su parte alta han puesto vallas en diferentes secciones de los puntales para conseguir un espectacular mirador.

Maru está en el lado que de al Valle del río Escabas, con sus características dorsales, crestas y agujas.


Yo ya lo conocía de otras ocasiones, pero Maru no y le encantó. Hace unos años me baje desde aquí por toda la cresta hasta la carretera en los túneles de la Puerta del Infierno. Ver entrada aquí


                                  La caída hacia el río Escabas es hosco territorio de cabras.

Fíjense que cerca se quedó del valle del Escabas el incendio del año anterior iniciado en las cercanías de Cañamares. ¡Que miedo! Este precioso valle ya padeció en el 2009 el terrible incendio de Poyatos y apenas consigue regenerarse.


                        Ahora vamos a bajar del Cucurucho por este cómodo carril.

El carril nos va metiendo poco a poco en el valle del Escabas, mientras a al otro lado ya se ven nítidos nuestros siguientes objetivos.

Como el Costerón, esa inclinadísima loma, acostada sobre la ladera del valle, a modo de lagarto, y que en esta perspectiva no lo parece.


En su inaccesible punta hay extrañísimo habitáculo (centro derecha) hecho por el hombre, y que parece que puede ser de la época islámica. Por supuesto, en su día subí y lancé mi propia teoría. Ver Aquí

                   El misterioso habitáculo del Costerón el día que subí con mi hermano.

También vemos con el zoom parte de las diferentes secciones del Barranco de Vallejo Hondo, uno en el que es necesario las cuerdas.



Llegamos al puente de las Labrás, donde vemos esa poza tan atractiva, pero ni hacia calor suficiente para bañarse, ni aún estábamos en horas centrales del día.

                                                             Duelo fotográfico al Sol.


                       
                    Después de cruzar el río, el propio carril nos dirige al Costerón, arriba del todo.


Por aquí Maru va mirando el track de la carrera pues el inicio de la senda que tira para arriba no está señalizado y si no sabes donde es, no es fácil encontrarla.


                      Aquí ya hemos dado con ella y empieza la cuesta fuerte de la ruta.


Hago aquí un inciso para poneros fotos de otro ocasión. ¿Y porqué? Pues porque hace como unos poco años antes, cuando la carrera llevaba poco tiempo, una persona que había participado en la carrera, me dijo que iba por una senda muy chula y empinada y pasaba por un precioso arco de roca. Por aquel entonces, lo de los gps en el movil no se llevaba todavía, por lo que este compañero tampoco pudo explicarme bien donde estaba ese arco. 

¡Un forat rocoso que no conocía!. Se me metió en la cabeza encontrarlo con la única pista que pasaba muy cerca del Costerón. Aquí va unas pocos fotos de aquella aventurilla de las mías con la recompensa final de encontrar la senda y el forat tras un arduo sube y baja por estas hosquedades que tanto me gustan.


      Llego al puente de la Labrás. Esta ocasión es de finales de febrero, principios de marzo.

                                  De hecho, el río baja más caudaloso y alborotado.


       Antes de ir a buscar la senda me desvío a ver la cascada final del Bco. de Vallejo Hondo.


                                       Detalle de la parte superior de esta última cascada.

Como digo, al principio no sabía bien por donde tirar, e iba subiendo bajando lomas rocosas.

                                      Siempre atento a ver por donde podía tirar esa senda.

     Estuve sudando la gota gorda, pero me sirvió para encontrar rincones chulos como este.

                                  Bonito rincón que iba creando pequeño saltos de agua.


Al final encontré la senda, y menos mal, porque aquello se ponía realmente vertical y hosco como para ir por ahí a trochemoche.

Y por supuesto, encontré el forat que era realmente espectacular, pasando la senda por debajo, pero os lo voy a enseñar mejor en la actual ocasión con Maru, años despues.


Ahí tenemos a la Maruji afrontando las duras cuestas. Barajamos subir a la punta del Costerón, pero nos pareció demasiado, ya que aún quedaba ruta por delante.

                              Miren enfrente de Maru que ya se aprecia el arco rocoso.

                         Pero aún nos queda pasar por un húmedo bosque de buje (boj)

Todo un deleite para los sentidos cuando este arbusto congenia con el musgo y hacen rincones exuberantes.

El panorama en la zona del forat rodeado de afiladas rocas y mucha inclinación es realmente espectacular.

               
   Os voy a dejar con varias perspectivas del arco y de Maru para que veáis su belleza.



                





                     La senda sigue hacia arriba inmersa en un inclinado bujedal sin fin.

De hecho, son las rampas más duras, donde me costo muchísimo afrontarlas, mientras Maru me esperaba cada dos por tres.


                 
   Aprovechaba los parones para descansar un poco y hacer alguna foto a las colmenillas.

                    
                                     ¿Viejos fragmentos de teja en este sitio tan inaccesible?

Sabemos que viene de ahí arriba, el morro del Costerón, y el lugar donde está el habitáculo que os he enseñado antes. Y parece ser que es Teja de época árabe.

                              El morro del Costerón se yergue cual reptil tomando el sol.

Por aquí tenemos que tirar del track, pues no hay senda y se entiende que la carrera se tira por esta ladera.


                                  En efecto, encontramos algunas señales de la carrera.

                                          Y empezamos a perder metros con cuidado.

                                      Mientras el Costerón lo vamos dejando a un lado.


Antes que la ladera se convierta en barranco imposible, nos vuelve a aparecer la senda bien marcada.


                           Toca bajar hacia el río, dejando atrás el lagarto de Fuertescusa.

                   
           Una vez abajo, el carril nos lleva paralelo al rio en busca del puente de la Sernilla.

Tras cruzar el río y andar un rato, llegamos al tercer punto álgido de la ruta, y la más suave de las tres subidas de hoy, la Hocecilla. ¡Ojo a los nombres de las fuentes!


                             Vaya par de topónimos curiosos: El Aguardiente y la Taberna.


                  
Vamos con la primera de las fuentes, la de la Tabernera. Pero ¿Y la Fuente? Fíjense detrás de Maru.

                     
El manantial nace casi en el propio cauce del arroyo de la Hocecilla, y han hecho este sistema ingenioso de palo gamellón cubierto con tejas para que nos mezclen las dos aguas.

                
                                Más arriba, el arroyo de la Hocecilla coincide con la senda.


                           En mucho tramo, vamos por debajo de buenos paredones rocosos.

                                Cuando estuve yo años antes, había bonitos saltos de agua.



                                        Que rincones tan chulos guarda la Hocecilla.


Después nos quedan un par de km para llegar al bonito valle donde está Fuertescusa, finalizando nuestra ruta senderista de la carrera de montaña del pueblo.


Al acabar la jornada no podía faltar la cerveza fresquita en el bar El Peral, lugar en el que siempre que me gusta parar pues es un bar de los que no fallan. ¿Y eso? ¿A que me refiero con esa infalibilidad? En la próxima entrada, dentro de dos semanas, os lo cuento.

Con cuerpo hidratado y otra vez a temperatura fresca gracias a esos refrigerios, tocaba ir con la Gina a una paraje no muy lejano, ya que aún nos quedaba la merienda cena donde íbamos a estrenar una barbacoa de maletín que nos acabábamos de comprar y al día siguiente una ruta más distendida por el bello pueblo de Santa María del Val, pero eso ya os lo contaré también en la próxima entrada.


 Sí, sí, están viendo bien. En mi primera arremetida para aplacar los calores me entraron bien fácil un tercio y un botellín. 


                                                ¡Hasta la próxima!

Comentarios

  1. Hola Toni.

    Da gusto ver el monte tan verde y cargado de agua. Jeje 24º grados y te quejas del calor, madre mía la que hemos pasado por aquí, que hemos estado durante semanas rondando los 40º y ahora llevamos una semana muy agradable, que esperemos aguante.

    La verdad es que es un recorrido bien majo, con esos parajes, donde sin duda destaca el arco natural, que, ya se me hace raro, que te enteraras por una carrera, con lo buen conocedor de la zona que eres.

    Y el nombre de las fuentes, jolín, sería interesante saber el porque de ese topónimo, haber si se lo puso el de bar del pueblo 😅.

    Por cierto, tomo nota de esa carrera, que le he echado un ojo y tiene muy buena pinta. Además, la larga es bastante "asequible", pero, tendrá que ser ya para 2026, un par de semanas antes tengo una en el Moncayo y dudo, que este en condiciones de ir ...

    Salud y montaña.

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    1. Hola Eduardo.

      Ya macho, viendo lo que nos esperaba de calor. Es que la ruta anterior a esa de Mayo que había hecho por Cuenca en abril, era de 10º menos y así como que ir en manga corta me pillo a traición.
      Aquí hemos pasado una 2ª quincena de julio cojonuda, como los veranos de antes, 12º/13º de mínima y 31º/32º de máxima. Pero eso veo que se vuelve a joder la semana que viene. Eso sí, junio horroroso y la 1º de julio parece que tambien (digo parece porque Maru y yo andábamos por el Pirineo frances, arropándonos con mantita ;-)

      interesante tu teoría que los topónimos las hubiera puesto el del bar. Lo que está claro que en estos pueblos de inviernos rigurosos el alcohol y las tabernas debiera ser un tema recurrente, y siempre estaría el el día a día del pueblo. Ya me veo por ahi...la Fuente del Tercio o la Roca del Vinarro, jajaja.

      Parece que ya estás recuperado de aquellas lesiones que me contaste, no! Si le estas o le vas a dar a los trail eso parece buena noticia ;-)

      Salud y Montaña.

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  2. Hola Toni, de nuevo quedo sorprendido con esta nueva entrada, por los paisajes bien conocidos por mi, y de reciente visionado dese la carretera eso si, que uno ya no esta en forma para esas subidas y bajadas. Lo de reciente lo digo porque del 21 al 29 de este mes de julio por fin he vuelto a mis orígenes, he visitado todos esos pueblos que mencionas en tu entrada, pero sobre todo la Huerta de Marojales, que valle más bonito ha pesar de su abandono. También te diré que ya estoy esperando tu próxima entrada de Santa María de Val, en dicho pueblo pase un día maravilloso visitando a un primo hermano, que hacia muchísimos años que no nos habimos visto. Te repito la entrada es preciosa, me ha gustado mucho, por la cual te felicito, y espero la siguiente, como ya he comentado en otras ocasiones la serranía conquense la llevo con mucho orgullo por ser mi lugar de nacimiento. No te doy más la paliza, solo desearte salud y forma física para que sigas haciéndonos disfrutar con entradas y bellas fotografías, y ánimos también para Maru que también esta en forma. Saludos cordiales de Félix

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    1. Hola Félix.

      Me alegro mucho que hayas vuelto a tus orígenes serranos. Qué bonita la Huerta de Marojales, con esa carreterilla que acaba allí y ese valle como tú dices, muy abandonados. Además el incendio de Poyatos como saltó allí le afecto, pero aún así, aquello es muy bonito. Fíjate que el propio topónimo nos habla de Marojales, los Marojos, otra de las formas de llamar a los robles.
      Un saludo y espero que estés pasando un buen verano.

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  3. Hola Toni.

    Guau!, precioso entorno en el que está ubicado ese arco rocoso, que para nada desentonaría en Els Ports o la Serrella. Por otra parte me hace mucha gracia, y también ilusión, que emplees el término "forat" para referirte a él 😉.
    A mi también me han chocado esos dos topónimos tan relacionados entre si, la Tabernera y el Aguardiente jajaja, podríamos hacer una recopilación de topónimos referentes al vicio, yo así a bote pronto recuerdo el Barranco de la Sidra en la Sierra del Toro y el Racó del Tabac en Els Ports... A todo esto, y siguiendo con el tema, me has dejado con la incertidumbre sobre esa infalibilidad de ese bar de Fuertescusa jajaja.
    Y sobre ese Lacerta pétreo... Cómo olvidar aquellas primeras veces que nos lo enseñaste en el blog y lo que nos impactó esa silueta. Y he vuelto a leer esa entrada en la que Román, Crispito y tú fuisteis por allí y sacasteis vuestras propias teorías sobre esa hendidura en la roca.

    Un abrazo.

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    1. Hola Dani.

      Pues ya sabes que, sobre todo gracias a ti, yo he incorporado algunos vocablos del valenciano como son Forat o Castell, pero, incluso, alguna vez utilizo aquí el Pensat i fet. Ya te he comentado que me da envidia sana no tener dos idiomas, y soy de los que piensan en la riqueza lingüística y me gusta utilizar palabras de las otras lenguas cooficiales del estado. Palabras como morriña o meigas, ibón o sagardoa son normales en mi vocabulario cotidiano.
      Lejos estoy de esos que desprecian todo lo que no sea el castellano, el viejo y centralista argumento franquista.

      Partiendo de mi incapacidad (sobre todo por la sordera) para aprender idiomas, también decirte que cuando me meto en otra lengua como el valenciano lo hago con miedo, pues ya sabes que me gusta cuidar el lenguaje, y con mi ignorancia y torpeza muchas veces lo estropeo. Ahí me tienes cuando me corriges (bien hecho) con la mala vocalización de Alfondeguilla o Castell o me lio con la ortografía de tildes y acentos.

      Que mundo los topónimos tan maravilloso. Y los relacionados a los vicios no son tan usuales pero molan mucho. Muy cerca de Cuenca está el Portillo del Tabaco también. De todas formas, prefiero estos a esos macabros como la Solana de la mujer muerta o el algo del Degollado. El que nos hizo mucha gracia fue el que vimos hace unas semanas, el del Sumidero del Labio de la Tía Coja
      Lo de los bares es un pequeño homenaje esos bares que una de las zonas con menos densidad de población de Europa se mantengan abiertos ininterrumpidamente, pero ten paciencia, amigo, ya lo leeras ;-)

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  4. Ah! También referente a la toponimia, se me ha olvidado preguntarte, pues tengo curiosidad, si el topónimo Cucurucho es el original del la montaña o por el contrario es un topónimo de reciente creación, de los de la generación instagram/strava/tiktok, que suelen rebautizar lugares y montañas con nombres de ese estilo.

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    1. Pues he investigado un poco y no encuentro mucha información. Yo creo que no es un topónimo moderno, porque, aunque no viene en el mapa, si viene en los paneles de sendero PR que hay en la ruta, y en esos paneles se suelen poner los toponimos que han utilizado la gente del pueblo siempre.
      Lo veo más como un topónimo más de la década de los 60/70 del siglo pasado.

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